Por - Publicado el 24-03-2007

El problema de la mediterraneidad de Bolivia sigue siendo candente. Hoy, «día del mar» en Bolivia, se vuelve a plantear el tema:

Bolivia invoca a Chile y Perú resolver la demanda marítima

(..) Bolivia ensayó varias negociaciones con Santiago para viabilizar su salida al Pacífico y la fórmula más recurrente (1976) fue la idea de habilitar un corredor al Norte de Arica con continuidad territorial; sin embargo, esa zona es parte de una controversia con Perú, que reclama un acuerdo para delimitar el mar territorial con su vecino del Sur.

San Miguel destacó, sin embargo, la posición que expuso el presidente peruano, Alan García, cuando sostuvo que cuando llegue el momento de la consulta, su país no será obstáculo para viabilizar una salida a la demanda marítima boliviana.

 

El tema lleva ya largo (ver esta Cronología hecha en Bolivia).

Comentario: El esquema que se dibuja, un corredor al norte de Arica con continuidad terrritorial para Bolivia, es el del «abrazo de Charaña» entre Bánzer y Pinochet (ver aquí). Es el mismo que detonó los ánimos de Velasco, quien habría dado la orden de atacar si se consumaba tal acuerdo. En esa época ya teníamos suficiente con la tensión con Chile para que se nos complique con una tensión adicional por el mar boliviano. En el presente, en tiempos de un retorno del sentimiento nacionalista en el Perú, el tema se nos viene a complicar otra vez, paradojas del historia, por el mar de Bolivia.

En esa ocasión el esquema de Charaña era un intercambio territorial entre Bolivia y Chile en el que ambos países ganaban. Chile, además de ganar en el intercambio, interponía la presencia boliviana en la frontera con el Perú. No era mal esquema para Chile en tiempos en que el Perú muy posiblemente tenía la superioridad militar. Sin embargo, ¿qué ganaba el Perú de todo esto? ¿Por qué el Perú habría de renunciar alegremente a un derecho establecido en 1929 (Chile no podía ceder territorios peruanos a un tercer país) sin nada a cambio? No sé cuál sea el esquema concreto que se esté pensando ahora con lo del corredor para Bolivia (de hecho lo más probable es que el triángulo marítimo sobre el que tenemos un diferendo con Chile sea al menos en parte para Bolivia, como el mar asociado con el corredor territorial), y como economista no es que tenga nada en contra de realizar intercambios en el que dos o tres partes salgan ganadoras. Sin embargo, nadie renuncia a un derecho a cambio de nada. Para comenzar a plantearse siquiera el tema, en forma fría y desapasionada, se tiene que poner sobre la mesa una compensación para el Perú. El planteamiento peruano que el corredor sea trinacional, no aceptado por Chile hace treinta años, era una forma de lograr esta compensación. Claro, ese es un esquema difícil. El APRA no sigue planteando la internacionalización del Canal de Panamá (¿o sí?). No es un esquema muy fácil de lograr, pero contenía el principio de la compensación al Perú (no es tampoco que Velasco no la viera). El tema en el presente sería entonces ¿qué compensación viable podemos obtener de facilitar la salida al mar de Bolivia por territorios antes peruanos? Para comenzar, balanceando pros y contras, ¿existe una compensación posible para algo así? Evidentemente, Bolivia es el país que daría a Chile algo a cambio de la salida, y es aquel país el que en última instancia tendría que otorgar una compensación al Perú.

Un segundo tema es el resurgimiento nacionalista en el Perú que podría impedir plantearse cualquier tipo de esquema de acuerdo tripartito entre nuestros países, incluso en el caso que nos pueda ser conveniente. Chile y Bolivia están listos desde Pinochet y Bánzer, lo más dictatorial que tuvieron esos dos países, con el esquema del corredor y ya lo han hecho parte de sus intereses nacionales. Ante eso, ¿qué es lo que queremos ahora los peruanos? ¿Seguimos con la idea de recuperar Arica y Tarapacá? Obviamente, que bajo ese esquema no nos conviene tener territorio boliviano a nuestro paso. El tema es que en el fondo de todo, no estamos por la recuperación de nada. No lo hicimos antes, no lo haremos en el futuro. Nuestros intereses nacionales van por otro lado. Y bien que así sea. Pero si es así, puede convenirnos darle un impulso a la economía de Tacna y Arica mediante la presencia boliviana, y tener una vigorosa economía trinacional en el Pacífico, como puede no convenirnos complicar la ya complicada relación con Chile con Bolivia al medio. En cualquier caso, nos tocará ir formando una consenso sobre el tema.

El abrazo de Charaña entre Pinochet y Bánzer.
Negociaciones avanzadas para que Bolivia tenga un corredor al mar entre Tacna y Arica, esquema que sigue en la mesa para que el Perú mueva ficha…

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Por - Publicado el 23-03-2007

«¡A ver cadete! ¿Dónde están sus pruebas?»

Leo el post Bryce, Matos Mar, los pongos de Gustavo Faverón. Da para mucho, pero me quedaré en los temas de mi ventaja comparativa y en lo que señalé en un par de posts. Mi tema central es la falta de recambio, el enquistamiento en el poder, la falta de rotación en algunas instituciones. Es un problema real donde parte del problema del enquistamiento en el poder es el abuso del poder, como el consistente en beneficiarse del trabajo de los subordinados. Ese era mi ángulo al tema. No era vincularlo al tema de los prominentes plagios desvelados en los últimos días. Pero claro, veo que se pueda establecer una conexión como la que Gustavo legítimamente realiza.

Haré sí el siguiente paréntesis (ya que el tema de Gustavo es el plagio):

El tema del plagio es de lo más triste. Yo mismo tuve un problema una vez: una vez leyendo el trabajo «Gamarra: Formación, estructura y perspectivas» de Ramón Ponce y editado por la Fundacion Friedrich Ebert, me encuentro con una serie de líneas muy familiares, prácticamente iguales a las que yo había escrito un trabajo titulado «Competitividad, Tecnología y Tamaño» como informe de investigación para Fomciencias (era una beca para investigadores jóvenes). Le escribí una carta al autor de este trabajo con copia a su editor, la Fundación Ebert y a la institución que me había becado para hacer este trabajo. La primera respuesta fue de rechazo: ¿cómo me voy a copiar?, «la técnicas que utilizo en mi libro no son de tu invención», «ya te he puesto en la bibliografía» (me había puesto en la bibliografía, sí, pero sin ninguna referencia directa en el texto principal). Tuve que enviarle copias de las páginas de su libro con las líneas copiadas de mi trabajo subrayadas en amarillo fosforescente y las copias de mi propio trabajo (que quedó finalmente como inédito), una vez más con copias a las insticiones mencionadas. Lo que le pedía a este autor es que ponga unas pinches comillas y que me cite en las siguientes ediciones del libro; y que en la edición en circulación ponga a manera de fe de erratas un papelito donde se me diera crédito a mi trabajo. En sea época (1992-1993) ya había INDECOPI, pero yo estaba en el extranjero, por lo que no me iba a meter en todo el tema legal que todo esto podía implicar. Por eso, hice un planteamiento tan suave. La siguiente comunicación de este autor fue de reconocimiento que las líneas de su libro provenían de mi trabajo. Me explicaba que la culpa de todo la tenía su asistente que no se fijó bien (ya un clásico en el género literario «no-me-copié-¿ya?») y me agradece por señalarle el error ajeno con una frase (cito de memoria) «si Vd. no nos avisa, no nos llegamos a dar cuenta del error. Gracias». Había resultado que alguien de la Fundación Ebert (¿un evaluador anónimo?) había obtenido mi informe de investigación inédito y se lo había pasado a este señor para que lo use como material en su libro. En fin, efectivamente, en los libros en circulación en las librerías se añadió una hoja a manera de fe de erratas señalando a mi trabajo como fuente de los varios párrafos copiados. Ahí quedó la cosa y, dadas las circunstancias, lo dejé ahí. No es que me creyera las explicaciones que me dieron, ni que no me hubiera planteado ir más allá. Tal vez alguien podría decir que no me defendí lo suficientemente bien. Siempre es difícil defenderse de un plagio como de cualquier abuso de poder. Como espectador de «La ley y el orden» entiendo que a veces tienes que llegar a acuerdos antes que irte a juicio.

Cierro el paréntesis.

Como en los comentarios al post de Gustavo alguien pide más material sobre el caso «Desborde», pues ahí están los/as protagonistas y sus experiencias para quien esté interesado/a. No es difícil recoger sus testimonios, como yo en su momento lo hice. De hecho creo que los/as propios/as protagonistas nos tendrían que decir algo: «no, eso no fue así» o «sí, así fue». Sin embargo, sospecho que al estilo de «La ciudad y los perros», ningún «así fue» serviría de nada para quienes viven en la negación…

Lo dejo ahí.

«Vd. puede confesar lo que quiera, pero no le van a hacer caso. Es más fácil resucitar a su amigo que hacerle cambiar de opinión al ejército»

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Por - Publicado el 23-03-2007

(Comentarios a partir de una plática con un colega especializado en teoría de juegos)

¿Qué pasa con una sociedad que no castiga los delitos? Pues que da un mal ejemplo a sus miembros. Se da el mensaje «el crimen compensa», lo que constituye un claro incentivo para que otros delincan, que actúa fulminantemente sobre toda la sociedad. Es un mecanismo rapidísimo. Al estilo de Quico la gente dice «ah, pues, si él puede, yo también puedo». Ni bien alguien se zampa en una cola, todos se zampan y el orden se acaba. Es decir, si una sociedad se pone perdonavidas y decide que sus delincuentes no paguen por los delitos cometidos, en realidad está decidiendo que todos los integrantes de la sociedad paguen por ellos. Siempre se aprende. Si no aprende el delicuente que el crimen no paga, lo aprenderá toda la sociedad de la manera dura («learning the hard way«) por el consecuente desorden, ineficiencia y empobrecimiento generalizados.

Esto se aplica en el Perú en los casos de nuestros ex-presidentes como Alan García, de delitos prescritos, y de Alberto Fujimori, con un caso de extradicción en curso.

Actualización: Y también se aplica a tantos ejemplos que todos conocemos o vamos descubriendo….

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Por - Publicado el 22-03-2007

En el post de Silvio Retornos en el IEP (II), un comentario anonimo sugiere ambiciosamente, una generalizacion de la comunidad academica de las Ciencias Sociales peruanas. Haciendo una tacita referencia a egresados Pucp, sostiene que los egresados de las ciencias sociales que pretenden hacerse un lugar en la vida academica, se enfrentan al grave problema de una comunidad con un sistema de ascenso tan evidentemente arbitrario en lo que refiere a su criterio de selección de personal, que permite que pase la mediocridad, el amiguismo, la franela, y la argolla que no se rompe y sus derivados.

En otros paises la actividad academica esta inevitablemente vinculada con la docencia, pero ese no es necesariamente el caso en las ciencias sociales en el Peru. En este post hare referencia a la actividad academica entendiendola como investigacion, dejando el tema de la docencia para otra ocacion. Asi mismo, me limito a comentar humildemente lo que veo actualmente como alumno desde la carrera de Economia.

A diferencia de otras ciencias sociales como Sociologia, Antropologia o Ciencias Politicas, las promociones en economia suelen ser 3 o 4 veces mas extensas. Es mas, se puede decir que el grueso de los cientificos sociales que produce la facultad actualmente son economistas: de casi 650 alumnos en el ciclo 2005-II, casi 100 eran de Antropologia, poco mas de 100 de Sociologia y el resto eran de Economia. Dado el gran numero de alumnos en esta ultima disciplina, los profesores nunca o casi nunca pueden llegar a conocer a todos los alumnos, y son ademas contadisimos -sino excepcionales- los casos de estudiantes que son hijos de exalumnos que pueden estar vinculados amical, ideologica y/o generacionalmente a los profesores.

Esta simple diferencia en la cantidad de estudiantes, genera asimetria de informacion entre alumnos y profesores. Todos los alumnos conocen al profesor, pero el profesor no conoce a todos los alumnos. Ademas, los que son profesores no son necesariamente los mismos que trabajan en los centros de investigacion, y por lo tanto, no son los mismos que contrataran a los noveles aspirantes a investigadores. Esto posiblemente ha permitido que el proceso de incersion en el mundo academico de esta disciplina, pueda responder más a criterios como el de competencia y el de meritos que al de la «vara» o el collerismo. En otras palabras, los empleadores academicos no necesariamente conocen a los candidatos y enfrentan cierto grado de incertidumbre a la hora de escoger, que los lleva a utilizar criterios de evaluacion.

Sin embargo y debido tambien al gran numero de alumnos, las diferencias entre los «mejores» y «peores» candidatos pueden ser lo suficientemente saltantes como para facilitar la identificacion de aquellos con potencial, de aquellos que no. O sea, existe espacio para la diferenciacion, para la competencia y por lo tanto, para el concurso laboral. Cosa que no se si sucede en otras ciencias sociales con numeros mucho mas reducidos de alumnos y profesores. Me pregunto: ¿Que sucede cuando un investigador tiene que escoger a su asistente entre una reducida cantidad de buenos, o muy similares candidatos? Siendo tan pocos ¿Que tan facil sera la identificacion de los mas capaces en primera instancia? Puede que al investigador no le quede otra opcion que recurrir a otros criterios, como aquellos mencionados «ajenos a la meritocracia».

Por otro lado, el aspirante a economista de la catolica no solo compite con los de su misma facultad, si no tambien con los de otras universidades igualmente buenas o incluso mejores. Puede parecer contradictorio, pero a la vez que tienen competencia, los estudiantes o recien egresados de economia cuentan tambien con un mercado laboral amplio y en expansion, por lo que no les sera dificil encontrar alternativas al mundo academico. Me pregunto en cambio, ¿Cuantos puestos para las otras disciplinas sociales se crean, y con que frecuencia? No queria decirlo en terminos economicos, pero ¿A que velocidad crece la demanda de cientificos sociales no-economistas en el Peru? ¿Cuantos nuevos espacios se crean para estas disciplinas anualmente?¿Cuanta gente se demandara, y a cuanta gente se esta preparando? La «vara» y la colleria podria ser un problema, reflejo de la dinamica de las disciplinas mismas. Si existieran los incentivos y las condiciones para la competencia, inevitablemente habria mas espacio para la meritocracia. Si se quejan de que no existe competencia justa, deberian preguntarse si existen realmente las condiciones para esta.

Ademas de los posts y el comentario mencionado, hoy en el panel de la Facultad pude leer un comunicado que llamo mi atencion y fue el que finalmente motivo la reflexion y las ideas aqui expuestas. Se trataba de un vistoso anuncio señalando una invitacion para el dia de hoy, Viernes, donde la Decana de la Facultad y la Jefa del Departamento de Ciencias Sociales, iban a hablar sobre el espacio y el futuro de las Ciencias Sociales en la Pucp. Personalmente, expandiria un poco mas la pregunta y la dejo abierta a comentarios: ¿Cual es el futuro y el espacio de las Ciencias Sociales en el Peru?

Definitivamente, un tema para reflexionar.

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Por - Publicado el 22-03-2007

Con la espada desenvainada….
Se viene una nueva guerra de las galaxias por la PUCP

Hay un lado bueno de la intervención cardenalicia en la PUC: puede servir como estímulo externo para corregir algunas cosas que no han estado funcionando bien en la institución. Depende de cómo lo lleven. Obviamente que si las autoridades actuales pierden, digo es un decir, pues no tendrán mucho margen para corregir nada. Si ganan, pues que no se duerman en sus laureles. Que no se interprete que el cerrar filas con la institución y el apoyo irrestricto de muchos de nosotros es una convalidación a lo que siempre hemos criticado. Que tomen el ataque externo como una señal de alerta. Un par de cosas:

  1. La PUC como institución tuvo un perfil político muy alto por la CVR. Si bien hubo algunos connotados personajes provenientes de la institución como ministros de Fujimori, finalmente quedó la imagen de la PUCP como semillero caviar. La PUC necesita una imagen de pluralidad, no de parcialidad, por más justa que sea la causa que defienda (como que estoy de acuerdo en lo esencial con la labor de la CVR). Así como toca separar iglesia y estado, o Cipriani y PUC, toca separar las actividades individuales de los miembros de la comunidad universitaria de las actividades institucionales. Cada cosa debe ir en su lugar.
  2. El pluralismo en la institución parece haberse visto reducido. Es imposible creer que el talento esté solamente en una tienda política. No se necesita ser muy suspicaz para darse cuenta que los criterios utilizados en la selección de docentes no se limitan a criterios puramente académicos. Pareciera como que la universidad es un «patio trasero», una retaguardia cuando no se tiene algo «mejor», como ser ministro/a o funcionario público. Como diría alguna vez un/a docente a una persona conocida mía: «la Católica es nuestra». Cuando alguien te dice que una institución es su chacra, no es que haya mucho que discutir.
  3. En la PUC hay desde hace tiempo malestar por el tema salarial. Tengo mucha curiosidad por saber cuál sería el coeficiente de Gini de los que trabajan en la PUC. Me tinca que observaríamos una gran desigualdad. En mis tiempos de estudiante el profe de estadística nos comentaría en clase sobre las reuniones de profesores por el asunto: «no es que queramos hacer un sindicato. Es que creo que podemos hacer más que eso». Pues ni más ni menos. El incentivo para los profesores es volverse administrativos, pues ahí es donde está la marmaja. Alguien me comentaba que dado los bajos sueldos, el único incentivo que tenían los profesores es que sus hijos/as podían educarse gratis en la universidad. Tenían que esperar a reproducirse y después que sus alevines estudien en la misma institución (y con suerte y empujoncitos, encontrar trabajo ahí mismito nomás). El discurso oficial es que ser profesor/a es un honor, es un apostolado, etc., etc. No, pues. Un poco más de economía básica.
  4. Esto es más especulativo (aún), pero me suena a que las las autoridades de la PUC no han manejado bien sus propiedades inmobiliarias. Mi botón de ejemplo es que al frente de la PUC tienen una serie de negocitos (hostales, fotocopiadoras, chupódromos, salón de taco, ¿talleres mecánicos?, etc.). Que alguien me corrija si estoy patinando, pero entiendo que esos terrenos eran de la PUC. Tons, si es así, ¿cómo así los venden/alquilan y se forma esa vecindad tugurizada justo al frente de la PUC?

En fin, habría tantas cosas que mencionar, pero dejémoslo ahí por ahora. El tema es que si Cipriani y su gente se agarran de todas estas cosas para justificar el ataque sobre la institución es porque tienen de dónde agarrarse. ¿Qué tal si como parte de defender a la institución se atienden estos temas y se relanza a la institución con más fuerza que antes?

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Por - Publicado el 22-03-2007

Hace algunos días había escrito este post, antes de comentarle algunas cosas a Una observacíon de Gustavo Faverón):

Leía en Perú 21:

Teletrece de Chile lo cuenta sobre el evento titulado «Cruzar la frontera» aquí.

«Nuestra historia con Perú está sellada por la guerra. No hay posibilidad de encuentro desde el pasado, pero sí la hay desde el futuro. La cultura y la poesía pueden unirnos y crear un nuevo centro de integración«, manifestó José María Memet, director general de ChilePoesía.

Por otro lado, me llega un reenvío por correo electrónico de la siguiente reacción del escritor Dante Castro:

Me preocupa que poetas peruanos se presten a leer poesía en el monitor Huáscar anclado en Talcahuano, junto a poetas chilenos. …¿Qué están haciendo?… Legitimando la retención del monitor de Grau por los triunfadores triunfalistas. Están reconociendo que está bien que permanezca allí, que el derecho de conquista debe respetarse y que la plataforma donde murieron heroicos marinos peruanos puede convertirse en un escenario circense.

Comentario: Aquí hay dos lógicas en conflicto. Por un lado, está la lógica de la integración y de la cooperación. Es un recital de poesía destinado a buscar la amistad entre nuestros pueblos. Sí, hubo una guerra, pero no queremos que haya más y se trata de darnos mutuamente señales de mejor entendimiento. Donde antes hubo guerra, hoy hay poesía. Las artes nos pueden unir y contribuir a calmar los ánimos belicistas a ambos lados de la frontera.

Por otro lado, está la lógica de la confrontación. Como dice Dante Castro «que no sólo nos devuelvan el Huáscar, sino el territorio usurpado, el mar robado, la biblioteca saqueada, el honor mancillado«. Pues nada, hasta que no recuperemos Arica y Tarapacá, el territorio usurpado, pues no seremos amigos. Viviremos siempre en conflicto hasta que algún día ajustemos cuentas por la derrota de hace siglo y cuarto. Y por supuesto, todo intento de integración y acercamiento es traición a la patria.

¿Cuál de estas dos actitudes es la que deberíamos adoptar los/as peruanos/as? Lo he dicho ya en numerosos posts. Lo que nos conviene es la integración económica y cultural. Esto no quiere decir que nos dejemos ganar la batalla por el pisco frente al aguardiente chileno (nunca uso el pleonasmo de decir «pisco peruano»), ni desistir de nuestros intereses marítimos, ni desatender la defensa nacional, etc. Simplemente, debemos pensar el tema con cabeza fría y bajar la tensión belicista que beneficia a intereses que nada tienen que ver con los de nuestra entidad nacional.

El diseño de una copa de pisco de calidad fue algo en positivo y constructivo, donde demostramos inteligencia y capacidad, y ganamos la partida en el reconocimiento a nuestra bebida nacional. Contrastó con las múltiples quejas y reclamos con que muchas veces hemos acaparado el ambiente sobre el tema con Chile. Necesitamos más de este tipo de acciones constructivas (duplicar nuestra exportación de pisco, mejorar la red carretera, nuestros niveles educativos, y tantas cosas más), y menos disparates como quemar la bandera chilena frente a Lan Chile o hacer un circo en el congreso peruano con la bandera chilena. ¿A qué condujo todo eso?. A nada bueno, sólo a dar una imagen negativa del Perú en el exterior.

Los que nos asustan con el «peligro externo» muchas veces lo hacen para aumentar las compras de armas y así sacar tajada ellos y sus amigos traficantes de armas. Fujimori usó el conflicto del Cenepa para su reelección. Primero fue a Ecuador hacerse aplaudir como si estuviera en una manifestación política, para después embarcarnos en una costosa e inútil guerra, manipulando los sentimientos patrióticos de la población. Hoy está ocurriendo algo parecido. Desde el periódico de la mafia se agita el revanchismo y el antichilenismo. ¿Por qué? Cierta parte de los vestigios de las izquierdas peruanas, lamentablemente, han dejado a un costado buena parte de sus banderas sociales para subirse al carro del discurso chauvinista y revanchista que no nos llevará a nada, pero a nada, bueno. (En cambio en Chile, las izquierdas llevan dos periodos consecutivos gobernando el país). Al final de todas estas poses está la guerra, no la guerra en una selva de poca densidad demográfica para los dos países, sino una guerra que compromete al grueso de nuestras poblaciones civiles. En fin.

Para terminar, condeno rotundamente que se descalifique a quienes estamos por la integración económica y cultural con los países vecinos. No somos menos patriotas que los antichilenos pendencieros. Acaso mucho más. Nuestra entidad nacional se fortalecerá si se consolidan sus instituciones, si se logra crecer y salir de la atrofia económica en la que vivimos, si se dejan de lado ideas retardatarias de hace dos siglos. Toca estimular la creatividad intelectual y tecnológica, la reducción de la pobreza, todo lo que en positivo nos haga vivir mejor. Lo antipatriota es todo lo que debilite a nuestra entidad nacional, incluyendo las poses belicistas como esta.

Actualización: Reitero lo dicho en el comentario a Una observacíon. Como la cosa tiene que ir por los dos lados, el siguiente recital de poesía «Cruzar la Frontera» lo podemos hacer en la cubierta de La Covadonga cuando la Marina la saque a flote, o en el Parque Reducto de Miraflores, trinchera peruana donde murieron muchos peruanos y chilenos (y perdimos nosotros), o en Concepción y Sangrar donde murieron muchos chilenos y peruanos (y perdieron ellos). Estoy seguro que muchos poetas chilenos no tendrían problema con dar el paso que dieron los poetas peruanos y venir al Perú a dar un gesto de paz, haciéndose así blanco de los vituperios de algunos de sus compatriotas.

Actualización 2: Recomiendo el artículo A propósito de Epopeya de Toni Zapata sobre los estereotipos sobre Chile forjados por Manuel González Prada en el Perú, y los estereotipos sobre el Perú forjados en Chile por Benjamín Vicuña Mackenna en Chile.

En el Perú sobre Chile:

Chile como el enemigo ambicioso y traicionero por excelencia. Esta imagen del vecino del sur es una prolongación de España: un país codicioso que vino a quitarnos nuestras riquezas. Ahí sigue al acecho y sus ingentes inversiones en el Perú son percibidas como una amenaza potencial. (…) se piensa en Chile como un país ordenado, bien estructurado, con planes e ideas precisas sobre sus intereses; con éxito económico que lo coloca en la puerta del Primer Mundo. (…) En síntesis, a Chile lo detestamos, pero también lo envidiamos. Lo nuestro es rabia con admiración.

En Chile sobre el Perú:

virreinales, cortesanos, con exceso de politiquería entre la gente corriente y con mucha co
rrupción en nuestros hombres públicos. (…) el peruano promedio no quería trabajar sino vivir de sus rentas. Nos gustaba conversar e intrigar, antes que sudarla. Esta imagen estaba en oposición a la que paralelamente construyó sobre Chile mismo. Ellos eran lo contrario del Perú, mientras nosotros éramos herederos de los ociosos andaluces, ellos tenían cepa vasca, gallega y provenían del austero y esforzado norte de España. Así, el chileno de Vicuña era emprendedor y esa actitud fundamentaba las conquistas militares a costa de peruanos muelles y corruptos.

Ambos estereotipos están presentes en algunos comentarios a mis post de parte de mis compatriotas sobre Chile (aquí), como de los vecinos sobre el Perú (aquí).


Miguel Grau Seminario y
Arturo Prat Chacón:
máximos héroes del Perú y Chile.

Grau proveniente del norte del Perú; Prat, del sur de Chile.

Ambos de ascendencia catalana.

Ambos combatieron contra la invasión española a nuestros países en el combate de Abtao (Grau en La Unión y Prat en La Covadonga).

Ambos murieron en el Huáscar.

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Por - Publicado el 21-03-2007

Siguiendo con Retornos en el IEP y en respuesta a algunos comentarios, podríamos preguntarnos, ¿por qué regresan los dinosaurios y no se consolida la renovación de personas? Lo he planteado antes en este blog, pero resulta que nos ha surgido un caso concreto. Dos posibilidades son:

  1. Así como antes, a comienzos de los noventas, hubo una desbandada de investigadores, hoy se van acabando las instituciones a donde caer. Ya no hay los espacios abiertos por Paniagua, Toledo (e incluso Fujimori). En tales condiciones, no está de más regresar a la prepo a controlar de nuevo las instituciones que ya no frecuentaban desde hace mucho. Que los más jóvenes no se vistan que no van, que la chacra es de su dueño, no de ellos; que aquí manda papá Montero, rumba canalla rumbero. Tanta gente no sube al cielo…
  2. Otra posibilidad viene por el lado político. La gente más joven es más amplia y menos partidarista que los viejos, que igual necesitan un espacio propio, dado que las izquierdas están reducidas a su mínima expresión política, académica y electoral. Tal vez se les ha ocurrido que algo de relanzamiento no estaría mal. El único tema es que los relanzamientos no suelen funcionar sin nuevos discursos y sin nuevas personas. Queda por ver cómo les va.

En cualquier caso, mientras que por la derechas tienen, no sólo a los «jóvenes turcos» que se lucieron hace ya un cuarto de siglo, sino a otra gente verdaderamente joven, como los del IPE o ministros como Fernando y Verónica Zavala, etc., etc. , las izquierdas académicas siguen en su lógica gerontocrática, en estrepitoso fuera de juego…

Hay un comentario que alude a lo que es una generación (aquí). Es sintomático que en el mundo las izquierdas sean gerontocráticas. No fueron sólo las izquierdas comunistas de viejo cuño, sino las «nuevas izquierdas» supuestamente renovadoras de hace ya medio siglo. Como no hay promoción interna y son organizaciones cerradas, pues sus miembros tienden a votar con los pies creando nuevas organizaciones, que se desgajan cual ameba del núcleo central. De ahí la fragmentación de las izquierdas, justificando con «ismos» las divisiones originadas por la falta de rotación dirigencial. Este tipo de conducta, obviamente tiene consecuencias en las organizaciones periféricas como las ONGs, favoritas más de las «nuevas» que de las «viejas» izquierdas. El entrenamiento obtenido en el mundo político se lleva al mundo organizativo no gubernamental: mangoneo en asambleas, intrigas palaciegas, maledicencias politizadas, etc.

En fin. Creo que es crucial sacar el tema del armario. El silencio sólo favorece al statu quo. Ventilar el tema es el primer paso para generar soluciones…

Adultos metidos a niños.
Son muy graciosos.

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Por - Publicado el 21-03-2007

Dicen que este viernes la Universidad Católica cumple 90 años y bajo una amenaza que no hay que subestimar. En efecto, alguien quiere cambiar el destino de una de las instituciones que más ha contribuido con el Perú. Y quiere hacerlo por una perversa mezcla de temor y codicia. De acuerdo: no todo es perfecto en el campus de Pando pero la intervención cardenalicia nada tiene que ver con mejorar la docencia y el servicio a los estudiantes. Hay quienes argumentan que no hay que alarmarse, ya que no están claras las intenciones de Su Eminencia. Yo pienso que eso nos coloca ante una situación incluso más grave: las intenciones secretas suelen ser las peores y permanencen ocultas no porque sus ambiciones sean tímidas, sino porque prefieren avanzar pausada y solapadamente, viendo hasta dónde pueden llegar.

La mayoría de mis recuerdos de la PUCP son gratos. Era un lugar del que nunca quería irme, porque siempre me encontraba con alguien con quien discutir sobre cualquier cosa. Se aprendía en las clases pero también en la cafetería. Creíamos en la importancia de lo que hacíamos, aunque fuera una tontería, una candidez. La inmadurez posee la virtud de la audacia y la irreverancia; es también la época en que van cultivándose los ideales y las buenas ilusiones.

Pensaba en esto y se me ocurrió hacer una lista de todos los nombres que pudiera recordar de los estudiantes que conocí y no solamente de mis amigos cercanos. No incluiría a otros buenos amigos que conocí después. Una vez que examiné lo que había logrado, me di cuenta de que no hay tal cosa como una uniformidad. Los destinos y las ideas de los nombres que alcancé a reunir son impresionantemente diferentes. Con algunos, me une todavía la amistad; de otros, he dejado de saber más e incluso hay alguno que no me merece simpatía alguna y cuyo nombre no es difícil de adivinar. Pero eso no importa. Una casa no es un edificio: es un lugar con gente, con experiencias. Me acuerdo de estas personas y nombrarlas es mi pequeño e ingenuo homenaje a un lugar con quien me uno a través del afecto y la memoria:

Miguel Rodríguez Mondoñedo, Eduardo González Cueva, René Díaz, Jorge Frisancho, Félix Reátegui, Silvio Rendón, Martín Tanaka, Mónica Feria Tinta, Walter Ramón, José Luis Gastañaga, Óscar Argumanis, Eduardo Villanueva, Paola Uccelli, Julia Sobrevilla, Cynthia Sobrevilla, Zelmira Núñez del Prado, Katya Zevallos, Hugo Martínez, José Donayre, María Blume, Pedro Pérez del Solar, Luis Gómez, José Güich, Juan Dejo, Aldo Peñaflor, Juan Carlos Sueyro, Rafael Sánchez-Concha, Pilar Garavito, Ivette Negrón, Alfredo Elejalde, Wilfredo del Piélago, Susana Frisancho, Rafael Vega-Centeno, Fausto Salinas, Jahl Dulanto, Cecilia Valenzuela, Facundo Orozco, Gustavo Faverón, Dante Tafur, Miguel Santillana, Manuel Dávila, Frank Edgard, Mónica Bonifaz, Paul Firbas, Roberto Forns, José Montalvo, Gerardo Flores, Luis Vargas, Carlos Urrutia, Gabriel Valle, Cecilia Esparza, Andrés “El loco” Velarde, Ricardo Sumalavia, Rodolfo Noriega, Eloy Espinoza, Julio del Valle, Jeanine Montauban, Miguel Calderón, María Luisa Araníbar, Rodrigo Quijano, Mónica Ricketts, Carlos Cordero, Juan Pablo Delgado, Felipe Leno, Iván Thays, Estrella Guerra, Dante Castro, Sandro Patrucco, Nicanor Domínguez, Alejandro Arce, Elizabeth Salmón, Aurelio Pastor, Carlos Mejía, Rodolfo Noriega, Rolín Acuña, Luis Fernando Jara, Francisco Guerra-García, Camilo Torres, Eliana Mori, Martín Monsalve, Nila Vigil, Laura León, Roberto Machado, Carlos Garatea, Carlos Tavera, Rocío Aramburú, Edmundo Beteta, Dante Dávila, Daniel Parodi, Jaime Montoya, Javier Gárvich, Hernando Guerra-García, Gonzalo Suárez, Úrsula Palao, Cynthia Vich, Carlos Checa, Luis Chueca, Marco Gonzales, Mónika Barrionuevo, Fernando Llanos, Larry Velarde, Martín Valdivieso, Johanna Grunfeld, Miguel Tejada, Alejandro Latínez, José Gálvez, David Colmenares, Xavier Echarri, Jorge Pérez, Héctor Velásquez, Ulla Holmquist, Ricardo Portocarrero, Marco Rivera, Fernando Aguirre, Sergio Chaparro, Grecia Cáceres, Fernando Armas Asín, Hernán Díaz, Daniel Sáenz, Sandro D’onofrio, Federico Ugaz, Álvaro Romero.

Un comentario

Por - Publicado el 20-03-2007

Leo

¿Dónde está el piloto?
Carlos Basombrío

Y en medio de todo este desmadre, ¿dónde está el piloto? Se le ve feliz. Se encontró la nave volando a gran altura por el extraordinario crecimiento económico que le tocó en suerte. Con harto combustible en los tanques, disfruta maltratando a su tripulación, azuza sus rivalidades y se divierte con sus fracasos. De tanto en tanto, empieza a hacer piruetas en el aire y muchos pasajeros deliran. Nos sumaríamos al entusiasmo si supiéramos a dónde nos lleva. O, al menos, si tuviésemos certeza de que, tan entusiasmado como está con las maniobras, se dará cuenta a tiempo de si detrás de una de esas nubes hay una montaña.

Esta figura de «¿Y dónde está el piloto?» aplicada al gobierno de García la usé hace algunos meses en este post

Metas económicas incumplidas
…García vive todavia de la rentas dejadas por Toledo y PPK. A medida que ese piloto automático vaya quedando atrás y le toque a él llevar el timon en serio, veremos a dónde nos lleva su limitada capacidad administrativa. Por el momento, y a pesar de su gran protagonismo, los peruanos parecemos pasajeros del avión de ¿Y dónde está el piloto?

[Figura]
¿Y dónde está el piloto?. Con Garcia-2 estaríamos viviendo la segunda parte….

Curiosa coincidencia…

Otra coincidencia es esta:

El Zorro de Abajo. Un reformador frustrado
Sinesio López Jiménez.

El programa necesario de gobierno ha sido reemplazado por la política de los shocks, esto es, por la improvisación y las ocurrencias del momento. El presidente habla del shock de inversiones (públicas y privadas), del shock descentralizador, del shock de inversiones en educación, etc. Espero que, por tanta política de shock, los peruanos no amanezcamos un mal día shockeados y traumatizados
.

El apunte sobre la insistencia del gobierno en los shocks lo desarrollé hace algunas semanas en este artículo y post:

Dejémonos de shocks
en los últimos meses hemos escuchado hablar de toda una gama de shocks:

· «shock de inversiones» o «shock de inversión social»,
· «shock descentralista» o “shock descentralizador”,”
· «shock de confianza»,
· “shock educativo”,
· “shock gerencial”.

Los shocks ahora se han vuelto tan populares que parece que ha surgido el sueño del shock propio.

Hace algunos días comentaba sobre otra «coincidencia», en este caso una posible alusión a medias (ver El periodismo peruano contra los blogs). Puede ser que a dos personas se les ocurra las mismas imágenes, puede ser. Sin embargo, si no este es el caso, no es difícil dar crédito a lo que se lee, sobre todo en esta época de internet. Se pone un enlace y ya…

Actualización: Leo en La República

De shock en shock
Diego García Sayán.

Ahora que las regiones hacen sentir cada vez más su voz, el gobierno haría bien en tomar nota de estas urgencias y de actuar en consecuencia. Pero no solamente para proponer un «shock de inversiones» que, por lo visto, ha generado ya más de un estropicio que lo han convertido en un «shock de sobrevaluaciones», sino también un «shock de capacitaciones» que permita que las inversiones se hagan eficientemente, a tiempo y sean realmente productivas.

Más shocks: sobrevaluaciones, capacitaciones….

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Por - Publicado el 19-03-2007

Me entero de que en el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) acaban de elegir como director a Carlos Iván Degregori. Después de unos quince años, este brillante intelectual regresa a la conducción de ese centro de investigación. Parecía que había una nueva generación de académicos que además de tener una masa crítica de producción escrita podía llevar las riendas de la institución, pero por lo visto no es así. Ocurre como con la selección peruana de hace algún tiempo que mantuvo por década y media a una misma estupenda generación de jugadores, desde fines de los sesentas hasta comienzos de los ochentas. Cuesta lograr el cambio, y cuando los goles no vienen rápido siempre está la tentación de desempolvar a las viejas glorias.

El IEP tiene definitivamente muchas contribuciones al mejor entendimiento de la economía y sociedad peruana, pero también tiene algunas perlas. En mi opinión, la más grande es aquel supuesto libro conocido como «Desborde Popular» de José Matos Mar. Este señor siendo director de esta institución solicitó informes sobre los que estaban investigando a cada uno de los investigadores de la institución. Con el material recolectado puso a un asistente algo senior (a quien sí reconoce algún crédito en el prólogo del libro) y lo publicó como un libro de su autoría. Aquí es interesante constatar que nadie de los hoy reconocidos y senior investigadores de esta institución dijo nada. Calladitos nomás, aceptando el pongaje académico. Esta es la gente que habla de ciudadanía, accountability, democracia, etc. La verdad es que no tuvieron una actitud muy altiva que digamos. Mario Vargas Llosa sería particularmente duro con algunos intelectuales peruanos en «El pez en el agua», como que los conoce muy bien. Tiene pues de dónde agarrarse.

El otro aspecto interesante es que este libro tuviera tanta influencia y se considerara a su autor como «uno de los personajes que más ha aportado a la vida intelectual del siglo XX en el Perú.». Incluso hace algunos años el congreso peruano le hizo un homenaje (ver aquí). Por supuesto, que se haya recibido a este libro como una gran contribución a las ciencias sociales es posible. Alan Sokal pudo colocar su artículo, hecho como una burla, en una buena revista académica (ver aquí). Tal vez muchos lectores estuvieron complacidos y se derritieron en elogios. Y tal vez nadie se hubiera dado cuenta de nada, si el mismo autor no revela la farsa….. El caso de «Desborde» me recuerda también al peruanísmo cuento «La botella de chicha» de Julio Ramón Ribeyro donde los comensales acaban bebiendo lo que en realidad es vinagre sólo que servido en una botella con la etiqueta de un magnífico vino…

Pues este señor gobernó esta institución como su chacra hasta que le dieron un golpe de estado, una rebelión de investigadores y personal administrativo. El rey tuvo que abdicar el trono, todo en forma muy amigable y sin roches. La procesión fue por dentro. Mucho del estilo caudillista y autoritario continuó bajo las administradores siguientes y algunas cosas cambiaron. Todos eran iguales, pero como ocurre en las rebeliones en la granja, algunos acaban por ser más iguales que otros…

Y es normal que una vez que se acaba el antiguo régimen venga un periodo de indefinición. Al fin y al cabo el boom del financiamiento externo a las ONGs ya había bajado a mediados de los ochentas. Por un lado estaba el estrangulamiento de financiamiento y por otro, el agotamiento de las agendas de investigación vigentes hasta entonces: las reformas de los setentas y la democracia en los ochentas. Intentos hubo por relanzar los proyectos financiados y una nueva agenda de investigación, pero no cuajaron. El resultado fue que hubo una desbandada de investigadores hacia diversos destinos: a universidades nacionales extranjeras e, intermitentemente, a la función pública nacional e incluso internacional. Este éxodo dejó la cancha libre a la siguiente camada que tuvo la oportunidad de tomar parte de las riendas y cambiar el criterio de financiamiento: de un principio igualitario donde algunos conseguían proyectos y lo ponían en un pozo del cual todos bebían se pasó al principio de que cada uno baile con su pañuelo.

En estos últimos años el IEP ha cambiado incluso físicamente en forma muy notoria. Alguna vez comenté que era como una casona del centro de Lima abandonada por la vieja familia oligárquica y hoy habitada por varias familias y con varias oficinas funcionando. (Por cierto, la imagen oligárquica de esta institución era compartida por Alberto Flores Galindo quien compararía al IEP con el Instituto Riva Agüero). Se ha rejuvenecido, feminizado, popularizado, mestizado (si existe esta palabra) o desblanqueado y tugurizado. Muchos asistentes presentes y los antiguos seniors (que son o han sido vicerectores, viceministras, ministros, gurúes, comisionados, etc.) parece ser que van poco y no son muy accesibles. Bueno, al menos eso parecía, pues resulta que esta nueva generación necesitaría a una vieja gloria para que los dirija. ¿Qué será? Tal vez el cambio generacional y social tome más tiempo del que se esperaba o no venga nunca, pues cuando les toque los hoy jóvenes ya serán viejos. En todo caso, es una institución de lentos cambios. Por ejemplo, sólo por mencionar algo, tienen una página web de lentísima actualización. No acaban de entrarle a la modernidad (aunque no es tampoco que la internet sea ya de lo más moderno que hay…).

Es curioso, pues en instituciones más orientadas hacia las izquierdas los cambios generacionales son mucho más lentos que en aquellas orientadas a las derechas. Mientras gente como Federico Salazar, Enrique Ghersi, Jaime Bayly, Juan Carlos Tafur y otros renovaban con su presencia sus respectivos entornos intelectuales, sus coetáneos de izquierda, tan o más talentosos que ellos, seguían siendo chupes de la generación mayor. Supongo que esa generación de derechas se ha ganado su lugar por ser mucho más irreverente, desembozada y ambiciosa que su homóloga de izquierdas, más sumisa, conformista y admiradora de sus predecesores. Esta última no le puede cantar sus cuatro verdades a su gente mayor, quedando esta labor a la tienda política contraria, con acusaciones misias de «caviar», «cavariones» y «caviarazos», de las que los cuestionados no quieren (o no pueden) defenderse.

Actualización: Un ataque más que ejemplifica lo que digo en el último párrafo lo tenemos hoy en Se busca chamba.

Actualización 2:
Recomiendo el post La ética del observador frente a la desgracia de los otros en Virtù e Fortuna, muy ilustrativo de la verdadera lógica de algunas ONGs.

Actualización 3: La seguimos aquí: Retornos en el IEP (II)


El Instituto de Estudios Peruanos, ubicado en una antigua casona, tipo hacienda, hoy con su muro y cerco perimetral.

Una institución de lentos cambios.

.

.

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Comentarios antiguos:

2007-03-20T04:26:47-05:00
Tibor
tibor43@hotmail.com
http://www.ciudadabierta.blogspot.com/
«Esta última no le puede cantar sus cuatro verdades a su gente mayor, quedando esta labor a la tienda política contraria, con acusaciones misias de «caviar», «cavariones» y «caviarazos», de las que los cuestionados no quieren (o no pueden) defenderse».

LO QUE SUCEDE, MI ESTIMADO, ES QUE ENTRE LOS VIEJOS Y LOS NUEVOS CAVIARES EXISTE UNA RELACION DE CLIENTELISMO. POR ESO NO HAY MATICES. MENOS IRREVERENCIA. TODOS UTILIZAN EL MISMO LENGUAJE Y HASTA LOS MISMOS ADEMANES DE LOS MAYORES.

2007-03-20T06:58:41-05:00
anonimo
Hola Silvio:
¿No crees que partes de la premisa equivocada? En el IEP nunca hubieron «generaciones» más allá de diferencias en algunos años de nacimiento. Jóvenes y viejos venian cortados de la misma manera. Parte del proceso de inserción era asumir el marco i-lógico de la ciencia política norteamerica (sic). Más que un proyecto de reflexión y transformación colectiva el IEP representa (aún?) un proyecto de ascenso social y status individual en el pequeño mundo de las ciencias sociales nativas. Como decía Horkheimer.. «la integración es el precio para tener éxito en la sociedad capitalista» o en el IEP. Antes y ahora.

2007-03-20T15:32:43-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
http://grancomboclub.blogspot.com/
Creo que sí hay generaciones. La coincidencia ideológiga o en la aspiración personal no la elimina. Miremos cómo en las derechas que también coinciden ideológicamente y que tienen proyectos personales muy explícitos las nuevas generaciones sí que surgen… El juego del joven y el viejo futbolista puede ser muy parecido, pero eso no explica ni justifica que tengamos que seguir toda la vida con los goles de Cubillas…

2007-03-20T17:20:07-05:00
Daniel Salas
salasdia@colorado.edu
Silvio:

Pero esa derecha de la que hablas ha pasado por un proceso muy diferente. Los «jóvenes turcos» (Salazar, Ghersi, Bayly, Vargas Llosa, Ghibelini, Iwasaki – interesante que no haya habido una mujer en esa mancha-) impusieron una ruptura. Justamente resultaban pintorescos y escandalosos porque se distinguían de otros jóvenes que sí continuaban en la misma línea de los viejos. Se trataba de una nueva hornada liberal (secular, atea, antirreligiosa) que nada tenía que ver con el socialcristianismo, la socialdemocracia o el belaundismo. Dentro del Fredemo, eran un problema debido a su radicalismo, como se cuenta en «El pez en el agua». ¿Ha habido algo así en la izquierda?

2007-03-20T18:21:52-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
http://grancomboclub.blogspot.com/
Bueno, hasta cierto punto hubo una ruptura. A toda esta gente les dieron un lugar. Curiosamente, este grupo ganó la FEPUC en 1979 y la izquierda se picó e impidió que hubiera federación por un par de años, tres, creo. El cierre de este espacio para las derechas coincidió con la salida de esta gente al gran público, fuera de la universidad. Bayly era el engreído de La Prensa y Pabrricana (durazo como él solo. Nada de la soltura que hoy le conocemos); Carlos Espá estaba en Pulso; Federico Salazar, por razones obvias, siempre estuvo en La Prensa, como bien cuenta Bayly en «Los últimos días de La Prensa», Ghersi y Ghibellini coautoraron «El Otro Sendero». Todos tuvieron un fuerte apoyo de la generación anterior. La ruptura vino a fines de los noventas con el Fredemo.

En cambio, los «ganadores» de los gremios universitarios se quedaron allí por largo tiempo. Algunos de allí pasaron a ser asistentes en la sombra de sus profesores, sin perfil propio. Recordemos que eran los ochentas, en que la Izquierda Unida era la segunda fuerza electoral después del APRA. Tenía mucha visibilidad e instituciones. No es que les faltara espacios que podrían ser para las nuevas generaciones. Al parecer eso ocurre en todas las izquierdas del mundo en todos los niveles, político y académico. Hay una baja rotación en los cargos dirigenciales.

En fin. A todo esto, ¿se han dado cuenta que con el tiempo Javier Diez Canseco se parece fisicamente cada vez más a Jorge Del Prado?

2007-03-20T19:37:56-05:00
Martín
Ayer envié un comentario, pero por esas cosas que pasan, no salió publicado. Repito y amplío lo que señalé allí.

En efecto, Silvio, la semana pasada se renovó la dirección y el consejo directivo del instituto. Yo cumplí los dos años que fija el estatuto como Director General, y la asamblea de asociados eligió a Carlos Iván Degregori como el nuevo Director.

Sobre tu post y los comentarios. Bueno, para mí no es fácil hablar con distancia y objetividad sobre esto, porque estoy directamente involucrado. Pero te escribo con franqueza.

Creo que el tema de fondo es cómo nos ubicamos las nuevas generaciones en las instituciones, y cómo se procesa la necesaria renovación. Una cosa es evidente: todos los que trabajamos en el IEP apostamos por la continuidad institucional. El IEP es una institución con una rica historia de 43 años, y eso pesa un montón. Prima, es verdad, cierto criterio conservador; dentro hay diversidad y debate, desacuerdos, convivimos varias generaciones, disciplinas, posiciones políticas, esto a veces se traduce en peleas, pero todos instintivamente evitamos las rupturas. Como todo en la vida, se trata de un trade-off; se gana en continuidad (lo que en el Perú es toda una proeza), pero se pierde en rapidez, contundencia. En efecto, el IEP es una institución de cambios lentos.

Hay otro camino, el que lleva a la ruptura, a buscar armar tienda propia, al alejamiento y la búsqueda de otros rumbos. Vistas las cosas retrospectivamente, creo que quienes siguieron ese camino terminaron en una suerte de diáspora, sin armar referentes alternativos. Considérese que por el IEP pasaron Aníbal Quijano, Fernando Fuenzalida, Oscar Ugarteche, entre muchos otros. Esto me lleva a hacer un paralelo con nuestros contemporáneos de la derecha (Bayly, Tafur, Ghersi, etc.). Efectivamente, ellos rompieron con algunas tradiciones, pero también tuvieron su diáspora: no lograron articular un proyecto político e intelectual de corte liberal.

Volviendo al IEP, creo que si una nueva generación no ha logrado asumir todavía la conducción plebrnte, es porque nos falta «masa crítica». Digamoslo así: no somos muchos los doctores entre 35 y 45 años con peso específico propio, capaces de «hacer mancha» y sostenernos. Tal vez por eso es que, en la última votación, se vuelve a un «histórico» como Carlos Iván. Tal vez sea cuestión de tiempo. Otra vez, el «efecto salmón»: somos pocos todavía, no nos alcanzan las fuerzas. De otro lado, no te olvides que en la composición de la asamblea de asociados tienen mayoría los «históricos» frente a los «nuevos». Como decía, hay una apuesta implícita por la continuidad.

En lo personal, después de mi paso por la dirección, diría que la renovación siempre es buena, pero no siempre es posible. En todo caso, creo que el IEP, comparado con otras instituciones académicas y de investigación, muestra una apertura, pluralidad y renovación mucho mayores que otras. Que hace falta más, ciertamente. Pero eso será po

2007-03-20T19:39:23-05:00
Martín

(sigue)

En lo personal, después de mi paso por la dirección, diría que la renovación siempre es buena, pero no siempre es posible. En todo caso, creo que el IEP, comparado con otras instituciones académicas y de investigación, muestra una apertura, pluralidad y renovación mucho mayores que otras. Que hace falta más, ciertamente. Pero eso será posible en la medida en que tengamos más investigadores jóvenes de calidad, con postgrados, que estén dispuestos a comprarse el pleito. El IEP ahora, como mencionas, es una institución descentralizada, donde cada investigador consigue sus propios proyectos, ya pasó la historia de fondos institucionales asignados por una dirección central. El asunto es más democrático ahora, pese a ciertas inercias del pasado.

Otra nota personal. Yo simplemente asumo que mi chamba es la investigación lo más rigurosa y honesta posible, contribuir a la renovación de la formación en cc.ss sociales a través de la docencia (y modestamente de mi blog), participar en los debates públicos (a través de mis columnas, p.e.). Trato siempre de pensar con cabeza propia y de actuar consecuentemente. El IEP sigue siendo, en medio de sus límites, una excelente plataforma para ello. Por eso estoy acá. Pese a sus límites, que los tiene, por supuesto.

Antes de terminar, un tema puntual: me parece totalmente desproporcionada e injusta la comparación entre Desborde popular… y Sokal. Yo mismo tengo una visión crítica de ese libro, pero no es un fraude, es un libro que no por azar se convirtió en un clásico de nuestras ciencias sociales.

Ahora sobre algunos comentarios: hablar de clientelismo en el IEP es demasiado. Sobre todo, porque en el mundo de hoy, hay cada vez más oportunidades de conseguir financiamiento, recursos, por vía de concursos abiertos. Sería buena más irreverencia y pensamiento autónomo, sí, de acuerdo.

¿Hay generaciones en el IEP? Creo que sí, no creo que no haya diferencias entre quienes nos formamos en los sesenta, setenta, ochenta y noventa. Desde dentro, veo grandes diferencias; cada generación tiene sus redes y relaciones propias, como es natural. De otro lado, veo que algunos militan, otros no; algunos son más de izquierda, otros más de derecha; algunos provienen de tradiciones de pensamiento europeas, otras de norteamericanas; algunos entran más a las consultorías, otros no. Unas pesan más que otras, por supuesto. Lo que nos une es una identidad académica, antes de cualquier otra consideración.

No creo que se pueda decir que el marco de la ciencia política norteamericana sea el «pensamiento hegemónico» en el IEP. Pregúntenle a Romeo Grompone, a Carlos Iván Degregori, a Víctor Vich, a Ramón Pajuelo, por decir, y todos dirán que prefieren otros marcos teóricos. Ah, y yo no veo nada malo en el «marco de la ciencia política norteamericana», del que hay mucho que aprender, pero ojo, en el IEP, yo estoy en minoría en eso. Yo creo que hay que aprender de todas las teorías, y es incuestionable que en l

2007-03-20T19:40:47-05:00
Martín

(sigue)

No creo que se pueda decir que el marco de la ciencia política norteamericana sea el «pensamiento hegemónico» en el IEP. Pregúntenle a Romeo Grompone, a Carlos Iván Degregori, a Víctor Vich, a Ramón Pajuelo, por decir, y todos dirán que prefieren otros marcos teóricos. Ah, y yo no veo nada malo en el «marco de la ciencia política norteamericana», del que hay mucho que aprender, pero ojo, en el IEP, yo estoy en minoría en eso. Yo creo que hay que aprender de todas las teorías, y es incuestionable que en la academia gringa es donde hoy se generan más ideas, de todo tipo.

Tiene razón quien dice que el IEP no es un «proyecto de reflexión y transformación colectiva». No pues, acá la identidad es académica, no política. Hay otras ongs «comprometidas», es más, la mayoría acaso lo es, pero no el IEP. No somos activistas, y estamos tranquilos con eso. De allí viene la imagen «aristocrática» del IEP (creo que llamarla oligárquica es un error).

El IEP ¿»proyecto de ascenso social y status individual en el mundo de las cc.ss. nativas»? Repito: nuestra identidad es académica, y debe ser juzgada por la calidad de nuestro trabajo. Si por ello viene ascenso social y estatus, bienvenido sea. Siempre defenderé una buena remuneración y estatus para los intelectuales y artistas. Lo triste sería que por trabajar acá hubiera descenso y pérdida de estatus. Lo importante es no jugar solamente en la liga de las cc.ss. nativas, también en la regional y mundial. En lo personal, me preocupo siempre por publicar cosas dentro y fuera (si tienen interés, vean mi CV en mi blog).

Corto por ahora porque está muy largo. Silvio, un abrazo

2007-03-21T00:11:28-05:00
Roberto Bustamante Vento
roberto.bustamante@gmail.com
http://elmorsa.blogspot.com
¿puedo hablar como parte objetiva luego de estar cinco años vinculado al IEP?

creo que sí, es cierto, como en todos los lugares, hay tensiones entre fuerzas conservadoras y otras, no digamos progresistas, pero quizá sí más al tanto de lo que viene cambiando y que tienen mayor capacidad de adaptación.

irónicamente, dentro de lo que he visto, carlos iván se sitúa más en una línea acorde a los tiempos. llama la atención que fuera el propio carlos iván el padre del proyecto cholonautas.

yo más bien daría una vuelta al post, que enfoca lo generacional sobre lo disciplinario. hace quince años que un antropólogo no dirige el iep. y justamente fue el mismo carlos iván. un cambio disciplinario en la dirección podría ser señal de frescura. bueno, eso lo veremos en el camino.

2007-03-21T06:25:52-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
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¿Y no hay ningún/a antropólogo/a un poco más joven que también logre un «cambio discplinario» y sea «señal de frescura»?

2007-03-21T06:34:47-05:00
anonimo

Oye Silvio, leyendo a Martin el parecido con Del Prado parece más claro que con Diez Canseco, no? Veamos, amistades aparte, efectivamente, es dificil haber sido director del IEP y querer tener un juicio «objetivo». Obvio, es un juicio de parte.

Entonces:

a.- Más que aclarar o definir cosas, nuestro Martín como es habitual en él, expande el marco de discusión, complementa, alude, suplementa, pero no define ni responde.

Una «generación» no es sólo una mancha de patas (doctores o no). Ser diferentes no hace una generación. Una generación como la entiende Silvio es disponer de una agenda de cambio institucional que implica una ruptura. Sin ruptura no hay generación, sino posta. Ergo, no hay generaciones ni en la izquierda ni en el IEP.

b.- ¿porque los «jóvenes» no consolidaron su presencia en la conducción del IEP? Razones Tanaka:

b.1 la inercia institucional
b.2 somos pocos los doctores menores de 45 años, ay.
b.3 en el IEP todos los cambios son lentos

Ejercicio lúdico: Si cambiamos IEP por las siglas de cualquier partido de izquierda, luego «institucional» por «partidaria» y «doctores» por «militantes comprometidos» tenemos las mismas razones que se repiten para explicar porque la izquierda no cambia en este pais.

En el fondo toda institución es una fuerza conservadora que busca perpetuarse. Las cosas no han cambiado en el IEP porque nadie nunca las quiso cambiar realmente. Salvo que pensemos que reacomodarse es cambiar.

c.- Probablemente la motivación primigenia de los fundadores del IEP no era que los intelectuales y artistas ganarán una buena remuneracion y mayor estatus. Ahora si.
Prefiero pensar que aspiraban a construir un espacio para la reflexión colectiva que buscaba de manera activa (tal vez hasta activista) articularse con los cambios reales y necesarios del país. Ahora no.

Finalmente, a pesar de legitimarse en una entendida continuidad historica, los objetivos devienen en pensar con honestidad (será el trauma post-Matos Mar?) y opinar mediáticamente desde la academia.

PD: Silvio, ¿no es curioso que a Diez Canseco le digan también el «histórico»? Entiendo que a Del Prado le decian algo asi.

2007-03-21T20:52:08-05:00
Julio

O sea que si Cecilia Blondet es directora, diríamos también que hay un cambio disciplinario, y que la «Historia» está dirigiendo el instituto, cuando esta ¿área? practicamente no existe. Que baboso! Lo peor es que dentro del Instituto no se quiere ver el DAÑO que han creado a la institución. «Bravo…Qué lindo consejo directivo», fueron las palabras de Blondet cuando se eligió a Marcos Cueto (los menores de 35 años nunca lo han visto en el instituto), Carolina Trivelli (se sabe que toma el té 3 veces por semana con Blondet), Natalia Gonzalez (lo único que se sabe es que hace el té 3 veces por semana en casa de Blondet) y Blondet misma.

2007-03-21T21:24:41-05:00
anonimo
tanaka dignidad!

2007-03-21T23:20:37-05:00
Rafael

Ya no recuerdo a quien en esta discusión se le ocurrió comparar una institución académica con un partido político de izquierda. ¿Que tiene que ver? ¿Solo porque muchos del IEP son de izquierda? Es como comparar a Unidad Nacional con una empresa. Completamente absurdo. Es alucinante como la mala leche se mezcla en comentarios que se pretenden razonados. El que en el IEP no hayan recambios es absolutamente preocupante, pero definitivamente los motivos de ello van por otro y las antipatías de algunos hacia Diez Canseco o Del Prado no tienen nada que ver en el asunto. De otro lado, es absurdo comparar el perfil que debe tener un intelectual dedicado al periodismo o al análisis político (como el de los supuestos turcos) con el de uno dedicado a la investigación, que es lo que ocurre en el IEP. No digo que una actividad sea mejor que la otra, pero definitivamente son distintas. En el mundo académico, por su lógica propia, es mucho más difícil acumular prestigio y reconocimiento, y, por lo tanto, que quienes tienen perfiles propios logren trascender. Además, no siempre esos perfiles propios son los mejores. No siempre el canon académico es malo. La alusión que hace Tanaka a los títulos no es superflua. La “moneda” del mundo académico es distinta a la moneda de la política o del periodismo. Es una moneda medio patética pero definitivamente es distinta, y eses no es un problema de izquierdas y de derechas, sino de la forma en que se ha constituido la academia en general.

2007-03-22T00:29:30-05:00
María

Suscribo lo que dice Julio. Además, los del nuevo consejo directivo están fuera. Blondet es directora ejecutiva de PROETICA y Cueto trabaja a tiempo completo en la Cayetano Heredia. Mucho té y poca presencia.

2007-03-22T02:25:34-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
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Quisiera invocar a todos a bajar un poco el tono agresivo e insultante de los comentarios. En caso contrario, me veré obligado a editarlos. Así también exhortaría a que nos centremos en temas de fondo antes que en dateadas de pasillo. Si alguien está al tanto de un detalle que quiera comunicar, bienvenido sea, pero tratemos de verlo en perspectiva, sino algún indicio potencialmente importante se queda en mera chismería. Gracias.

2007-03-22T05:28:32-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
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Quisiera tomar como indicador de «mancha» la métrica que ha propuesto Martín: la cantidad de doctores.

Cuento a 13 investigadores /as principales en el IEP, de los cuales 7 son doctores/as (Cotler, Degregori, Tanaka, Contreras, Barrantes, Grompone, Vich). De estos/as cuatro son «jóvenes» de menos de 50 años, y dentro de esos/as cuatro, dos de menos de 45. De los/as 6 que no son doctores, 2 tienen maestrías o equivalentes, y 4 pregrado (se menciona su carrera – cargos, libros y honores-, pero no su grado académico).

Entre los 18 investigadores/as no principales, 3 son doctores/as (Ames, Huber y Hernández), 7 son másters y 8 tienen pregrado.

No me voy a a poner a ver la edad de cada uno, pero no tener doctorado no parece ser óbice para ser considerado/a investigador/a principal. La fracción de gente con post-grado (doctorado+máster) no es mucho mayor entre los principales (9/13) que entre los no principales (10/18 ). La verdad es que no veo dónde está el problema de la «falta de masa crítica» y «hacer mancha». La generación anterior no comenzó con doctorados ni másters. De hecho, al estar dedicada más activamente a la política partidaria los obtuvo mucho más tarde que las nuevas generaciones o nunca los obtuvo, como que gobiernan sin tener los títulos académicos usualmente requeridos en instituciones académicas… Por ahí no va el poder..

2007-03-23T19:22:11-05:00
Roberto Bustamante Vento
roberto.bustamante@gmail.com
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silvio: lo que no me queda claro es si realmente esa generación de la derecha logró algo… ¿dónde están? ¿cuáles son sus partidos e instituciones?

además, en tu mapa de «históricos» y «nuevos», como que falta más bien la generación de los 80s, ¿no? creo que la crítica más fuerte es hacia ellos.

2007-03-23T22:36:57-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
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Hola Roberto,
Bueno sí lograron algo: cuando las derechas quedaron reducidas a su mínima expresión electoral en 1985, contraatacaron y le ganaron la batalla de las ideas a las izquierdas a fines de los ochentas. Las izquierdas tenían cientos de ONGs y las derechas con una sola, el ILD, descuadraron a las izquierdas. Sí, Vargas Llosa perdió en 1990 contra Fujimori, pero su programa fue el de aquél.

Como comentaba en un post, los «jóvenes turcos» ya fueron. Ahora hay otra gente en esa tienda política. El IPE, auspiciado por Roberto Abusada, un «viejo» que perdió la partida en Economía-PUC, tiene a gente nueva.

Sobre la generación de los ochentas, precisa por favor a quiénes te refieres. ¿Es a la gente de mi edad, de cuarenta y pocos? ¿Es la gente de cuarenta y muchos, como la gente del G12 de Economía-PUC: Fairlie, Matuk, Mendoza, etc.?

Saludos,

2007-03-25T01:47:42-05:00
roberto bustamante
roberto.bustamante@gmail.com
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claro, yo me refería al momento actual. no dudo del impacto en su momento, para nada, pero me parece, que la generación que pasó por la universidad en los 80s, que vivió en las aulas la década de violencia política, no tiene ahorita espacios articulados.

quizá allí encontremos también la explicación a lo que tú observas en el iep y el recambio generacional.

2007-03-25T02:53:01-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
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Lo que no sigue quedando claro es cuál es tú métrica para aceptar que un grupo «logró algo». En tu pregunta tú lo pusiste en esos términos y te tocaría aclararlo.

Por otro lado, ¿a qué le llamas «espacios articulados»? ¿Controlar una institución como Desco o el IEP? Pues no, esos espacios son de la generación de los sesentas y setentas (Martín Tanaka puede llegar a ser director del IEP, pero eso no significa que la generación de los ochentas tenga en un «espacio articulado». La generación anterior es la que siguió mandando, ¿no?) ¿Controlar alguna facultad de alguna universidad? Pues no, ese espacio es de la generación de los sesentas. ¿Tal vez algún medio? Tampoco. Los espacios están ocupados por los de siempre. Esa es la realidad. Así haya una persona interesante que pueda estar al frente, ésta durará poco y sólo utilizarán su imagen, pero el poder real lo tienen los habituales.

Te puedo comentar al detalle lo que ocurre por ejemplo en mi área de conocimiento que es la economía. La nueva producción académica viene de gente joven. La generación mayor controla los espacios, sí, pero ya no produce. Sólo administra y decide a quiénes poner en los espacios que controlan. Cuando tiene que decir algo repite lo mismo de siempre. Claro que gracias a sus espacios son los que salen en los medios de su acceso. Pero ahí nomás. No estàn al tanto de los nuevos desarrollos académicos y se niegan a tecnificarse (ni dejan que otros lo hagan). En otras áreas hay algo parecido. Todavía estamos esperando la segunda parte de algunos clásicos escritos hace cuarenta años…

En términos políticos, pues los ochentas fueron muy diferentes a los setentas. Mientras que la gente de la generación anterior era muy radicalizada, que propugnaba irse al monte pero nunca lo hizo, la gente de los ochentas, al menos una parte importante, sí se fue al monte. No era gente meramente radicalizada. Era además gente inteligente, pero su futuro fue alguna fosa común, el extranjero, o la dispersión. Otra buena parte generó un rechazo a toda acción política y otra buena parte asumió del todo el discurso y la práctica de la generación anterior. Al final, incluso quienes estuvieron en «espacios articulados» (dado el atascamiento institucional de éstos), optaron o no les quedó otra que asumir soluciones más o menos individuales y esto es lo más interesante. Cuando en simultáneo tienes a mucha gente bailando con su pañuelo, saliendo adelante y llegando incluso más lejos que la gente mayor que procede de espacios articulados, pues estamos en realidad ante un fenómeno colectivo.

En fin. Sobre el tema, yo lo que creo es que hay mucho servilismo hacia alguna gente muy venerable. Cuando criticas a esta última te sale algún perro guardián más joven que tú, que te repite palabra por palabra, sin pensamiento propio, lo que le han enseñado sus seniles maestros. Ni se molestan en pensar en tus argumentos. Obviamente, controlar espacios es atractivo y cualquier persona raciona

2007-03-25T02:54:04-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
http://grancomboclub.blogspot.com/
Obviamente, controlar espacios es atractivo y cualquier persona racional necesita tener una estrategia pragmática para salir adelante.

2007-03-26T06:07:07-05:00
roberto bustamante
roberto.bustamante@gmail.com
http://elmorsa.blogspot.com
interesante la respuesta, silvio. igual, inclusive dándote la razón en algunos de tus últimos puntos (a los que podría sumar existencia de relaciones de clientelaje en las ciencias sociales peruanas, que no son ajenas además a las propias estructuras sociales del perú), creo que el tema de las generaciones da para largo más.

efectivamente, son instituciones fundadas por las generaciones de los sesentas (y en el caso del IEP, sino antes), pero ojo, que de los fundadores quedan pocos aún vivos. en fin, déjame ordenar algunas ideas y postearé algo, que este tema, el de las generaciones intelectuales y políticas me interesa mucho.

saludos

2007-03-29T02:37:09-05:00
GRTA
stanvig@hotmail.com
Totalmente impresionada con la imagen del IEP hacia el exterior, y ojo q no me refiero a esta lavada de trapitos entre la vieja guardia y la new elite intelectual peruana, sino al graffitti del muro del IEP, en mi opinion es una …, aunq con esto de las imagenes institucionales nunca se sabe…

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