Por - Publicado el 03-03-2007

Hace poco el Instituto de Opinión Pública de la PUCP publicó la encuesta «A propósito de San Valentín. Una Visión Liberal para temas tradicionales« sobre temas sexuales y de pareja. El cardenal Cipriani reaccionó así:

Encuesta no presenta valoración moral

Cardenal Cipriani extrañado por encuesta de Pontificia Universidad Católica

LIMA, 19 Feb. 07 / 12:26 pm (ACI).- El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, expresó su extrañeza por la reciente encuesta dada a conocer por la Pontificia Universidad Católica del Perú, en donde se trata el tema de las relaciones prematrimoniales en los jóvenes, sin valoración moral alguna.

“Francamente me sorprende que una universidad católica no de una valoración moral a estos temas. Puede dar un dato numérico, pero tiene obligación como institución católica de dar una valoración moral, qué es lo que la Iglesia enseña sobre la institución del matrimonio y de la familia”, indicó el Purpurado.
(…)

José Alejandro posteó magistralmente sobre las intentonas cardenalicias en la PUCP: CIPRIANI VS. LA UNIVERSIDAD CATOLICA: NUEVO ROUND. El tema viene de hace rato (ver El Vaticano A la Conquista De la Católica).

Comentario: Quiero entender eso de «puede dar un dato numérico, pero tiene obligación de dar una valoración moral». Pongamos un ejemplo. En la encuesta se pregunta (p. 3):

¿Le parece una buena o mala idea que las parejas convivan un tiempo antes de casarse㼀

La respuesta es

  • Buena idea: 70%
  • Mala idea: 26%
  • No sabe/no responde: 4%

OK, aquí está el dato numérico que sí se puede dar. Ahora veamos la «obligacion de dar una valoración moral». Intentemos responder cuál tendría que haber sido esa valoración.
Opciones:

a) «Es nuestra obligación declarar que estos resultados son preocupantes. Nos llama la atención que a 70% de los encuestados les parezca que es una buena idea que haya convivencia antes del matrimonio».

b) «Es nuestra obligación advertir que esta convivencia puede realizarse, siempre y cuando no haya relaciones sexuales de por medio.»

c) «Estas cifras son indicativas de la presión de los medios liberales sobre la juventud. Los encuestados, que en realidad no conviven antes de casarse, contestan que les parece una ‘buena idea’ por efecto de la censura social en la que viven. Es nuestra obligación apoyar a estos jóvenes con una mayor educación moral».

d) [Ninguna valoración a esta pregunta. Simplemente se la hubiera eliminado de la encuesta.]

e) «…la convivencia antes del matrimonio, esa cojudez».

Bueno, cualquiera de estas opciones hubiera sido potable para el cardenal, aunque sospecho que la última hubiera sido su favorita…

Los vituperados científicos sociales en vez de seguir alguna de estas opciones declararon nada menos que lo siguiente:

Los resultados podrían remitirnos a imaginarla [a Lima] como una ciudad conservadora y bastante tradicional, sin embargo, la encuesta que presentamos devela que estamos ante una población que se imposta frente a estos temas con una actitud mucho más liberal.

Y encima se ponen hablar de «Una población pragmática», de «Una sexualidad diferenciada» y de «Una pareja más abierta, más libre y más flexible». Para ajustarse a los criterios cardenalicios hubieran tenido que ser menos descriptivos y más normativos. Hubieran podido satisfacer al cardenal si hubieran usado «de valores morales» en vez de «conservadora y bastante tradicional» y «promiscua» en vez de «liberal».

Esta intromisión extraacadémica bloquea y condiciona las posibilidades de investigación. La pregunta es ¿cómo se puede hacer buena investigación en ciencias sociales con alguien objetando los resultados y las elaboraciones de los investigadores?

Pongamos un ejemplo. En este trabajo

Bearman, Peter S., James Moody, and Katherine Stovel,
Chains of Affection: The Structure of Adolescent Romantic and Sexual Networks
,
American Journal of Sociology., Vol. 110 (2004), pp. 44-91.

se estudia el comportamiento sexual y romántico de los adolescentes. Se puede leer un artículo periodístico al respecto en:

RESEARCHERS MAP THE SEXUAL NETWORK OF AN ENTIRE HIGH SCHOOL.

La vida sexual en las escuelas parece que va en cadenas: individuo A sale con individuo B, que a su vez sale con individuo C, etc. En una escuela secundaria encontraron una cadena de 288 personas de longitud (52% de la muestra). En esta población adolescente no abundan los nodos (B sale con A, C sale con A, D sale con A, etc.), como al parecer sí que es el caso con la población adulta. Es una línea de investigación interesante y además con aplicaciones prácticas importantes como la prevención de enfermedades de transmisión sexual en la población adolescente.

Este artículo no hubiera sido posible si las instituciones académicas hubieran estado exigiendo valoraciones morales a sus investigadores. Es que no tienen por qué. Basta con que se entienda que cada autor/a es responsable de sus ideas. Las instituciones ganan prestigio cuanto mayor sea su tolerancia, su creatividad, su capacidad tecnológica, su rendimiento académico. No se trata de estar micromonitoreando lo que hace cada investigador/a. Las creencias tienen su lugar y la libertad académica, también.

Las relaciones sexuales y románticas en una escuela secundaria americana.
(Hacer click en la imagen para agrandarla).

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Por - Publicado el 03-03-2007

En línea de Machu Picchu inelástico leo en El Comercio:

Descartan alza de tarifas de ingreso a Machu Picchu
La ministra de Comercio Exterior y Turismo, Mercedes Aráoz, negó hoy que este año vaya a producirse algún incremento en la tarifa que pagan los turistas para ingresar a las famosas ruinas de Machu Picchu en Cusco. La ministra dijo que el anuncio realizado en ese sentido por las autoridades cusqueñas fue hecho «a tontas y a locas».
(…)

«No vamos a subir los precios, este fue un anuncio del presidente regional del Cusco, Hugo Gonzáles, sin ningún criterio técnico y que espanta a los turistas, a los inversionistas y a los operadores turísticos.

«No se puede discriminar precios entre turistas extranjeros y nacionales, eso está prohibido por la Constitución, así que lo que habría que hacer para promocionar el turismo en Machu Picchu es hacer ofertas o descuentos que se pueden hacer con paquetes turísticos», dijo.

Asimismo, mencionó que la autonomía de un gobierno regional no puede imponerse en el manejo de un monumento histórico, que tiene una autoridad respectiva donde participa el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), el Instituto Nacional de Cultura (INC) y el Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena).

Comentario: No por gusto Mercedes Araoz es economista y entiende de elasticidades de la demanda, discriminación de precios e inversión de largo plazo. Sin embargo, le falta muñeca política. No estaría de más que sea un poco más pedagógica en su explicación y más cuidadosa con las competencias de los gobiernos regionales. Por lo visto, la autoridad que maneja el monumento histórico no comprende al gobierno regional. Estoy en desacuerdo con los planes anunciados por el gobierno regional en relación al recurso turístico, pero no me parece nada descabellado, por el contrario, es muy sensato, que aquel tenga participación en las decisiones sobre el manejo de este recurso. Y si no la tiene, pues que nadie se sorprenda que quiera tenerla. El anuncio del presidente cusqueño definitivamente no fue nada prolijo, pero ese «a tontas y a locas» es innecesario y sólo echa más leña al fuego. Tiene que haber algún tipo de arreglo racional para que el turismo contribuya en forma eficiente al crecimiento económico de la región. Que el presidente cusqueño se ponga un par de planes de desarrollo económico para su región con metas factibles, evaluables, de impacto en la reducción de la pobreza, con plazos realistas. El cuello de botella está en la capacidad de generar este tipo de planes, no en que las tarifas de Machu Picchu sean muy baratas para los turistas, que no lo son…

Actualización: No es que sólo en el Cusco se discrimine con precios diferentes a extranjeros y a locales. Ocurre en los trenes en Rusia, en Egipto o en las playas, los hospitales o el acceso a la información en Cuba (donde en realidad se discrimina contra los locales).

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Por - Publicado el 02-03-2007

Leo el post LA PROXIMA VEZ, CON RECONOCIMIENTO DE CREDITO, MUCHACHOS de
Desde el Tercer Piso. Ocurre que hoy aparecen una serie de datos en El Ofidio de La República donde al parecer se toman datos aparecidos antes en el blog de José Alejandro Godoy. El colega comenta al respecto:

Agradezco mucho que La República haya recogido parte de los datos que presenté en el informe Elección Constitucional, pero, la próxima vez, please, muchachos de Camaná, citen la fuente.

Efectivamente, se trata de un plagio de información. Los blogs no están para ahorrarle el trabajo a ningún periodista y que éstos se pirateen la información y elaboración hecha por alguien que tiene una bitácora. Si toman alguna información o elaboración es su obligación citar la fuente. De lo contrario incurren en un plagio. Comentarios, críticas, etc. todo bienvenido, pero citando la fuente.

En tal sentido leo hoy en este mismo medio en relación a las tensiones entre Perú y Chile:

Un sistema de mutuas quintas columnas
Mirko Lauer

Con ánimo más lúdico, sin embargo algunos blogs interesados en el tema han empezado a jugar con hipótesis de guerra, mismo Playstation.

La verdad es que no sé a qué blogs se refiere, pues la referencia no es específica. Algo sé del tema pues hace poco posteé sobre los posibles escenarios en una Guerra Perú-Chile sin ningún ánimo lúdico ni mismo Playstation. Este post tuvo como objetivo demostrar lo irracional de seguir en juegos de guerra, en que los dos países perdían. Tuvo eco en otros blogs, como se puede ver en estos posts:

Y como es inevitable, algunos han leído bien, otros no. En fin.

Creo que los periodistas peruanos tienen que aprender a respetar un poco más a la blogósfera. He visto algunos ataques gratuitos y maltratos que son difíciles de racionalizar. En otros países algunos importantes medios como CNN, CBS, Reuters, Los Angeles Times fueron pillados por los blogs mintiendo groseramente, tergiversando fotografías, inventandose noticias, etc. Estos medios tuvieron que reconocer su mala práctica y hasta algunas cabezas rodaron …. ¿Podría ocurrir algo así en el Perú?

Actualización: Pues sí, han incurrido en un plagio, además literal, como desmenuza Roberto en denuncia: periodista de la república plagia blog.

Actualización 2: Buen análisis de Christian Manrique en ¿Por qué los medios odian a los bloggers?:

En la blogósfera somos todos iguales y dentro de ella nuestras opiniones valen lo mismo que las de los mejores especialistas.
….
los bloggers, como ciudadanos comunes y corrientes que tienen acceso a este nuevo medio, pueden – y deben – fiscalizar a los medios de comunicación.

Pues sí, son los ciudadanos los que dicen su opinión. ¿Qué pasaría si los medios pusieran una sección de comentarios a sus artículos, como hacen los bloggers?

Actualización 3: Más reacciones:

Actualización 4: Desenlace:

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Por - Publicado el 02-03-2007

(Publicado en Gestión el 27/02/2007)

Hace veinte años la palabra «shock» tenía connotaciones negativas y producía temor y rechazo en el público. Hoy los tiempos han cambiado y los shocks han resultado ser buenos y apreciados. Más aun, en los últimos meses hemos escuchado hablar de toda una gama de shocks:

· «shock de inversiones» o «shock de inversión social»,
· «shock descentralista» o “shock descentralizador”,”
· «shock de confianza»,
· “shock educativo”,
· “shock gerencial”.

Los shocks ahora se han vuelto tan populares que parece que ha surgido el sueño del shock propio. Aclaremos. En economía usamos esta palabra para referirnos a eventos aleatorios. Un agente económico puede anticipar estos eventos y tomar sus precauciones: “guardar pan para mayo”. Puede ser, por ejemplo, un individuo que tiene su dinero en el banco por si acaso pierde su empleo o por si tiene algún problema de salud. O puede ser un país que acumula reservas en previsión de algún shock externo, como una caída en los precios de sus productos de exportación. En ambos casos estos agentes sólo saben que tienen que tomar decisiones bajo incertidumbre. Lo que el gobierno anunció el año pasado fue la intención de expandir la inversión pública. Sin embargo, para nada es un shock, pues no tiene nada de aleatorio, salvo la eficiencia en su realización.

Otra acepción para esta palabra viene como préstamo de la medicina. Un estado de shock es una condición médica extrema de una persona. La terapia de shock consiste en provocar artificialmente el estado de shock como forma de tratamiento médico. En economía se usa esta palabra en países que viven procesos de estabilización y se debate si se debe aplicar medidas extremas y súbitas, una “terapia de shock” (cold-turkey), o medidas graduales. El debate sobre cómo se debía controlar la hiperinflación en las elecciones de 1990 se refirió a esta acepción. En un contexto hiperinflacionario un shock tiene como objetivo romper con la expectativas de inflación y reorientar a la economía hacia una senda de estabilidad. Tampoco en esta acepción estamos ante un shock. No hay ninguna razón para que un aumento de la inversión pública tenga que ser un shock. No hay expectativas de inflación que romper, ni credibilidad que ganar. ¿Por qué entonces tanta insistencia con el anglicismo?

De lo que se está hablando es meramente de anuncios de política económica. Tal vez se piense que frasearlos como shocks es una señal de confianza, algo que entusiasma al electorado. Sin embargo, ya no estamos en época electoral. Estamos ante una administración en funcionamiento, la segunda de García, quien ya debe estar al tanto de los significativos retardos en el proceso de inversión pública. El público no quiere volver escuchar “tuve un exceso de entusiasmo”, ni debates sobre si lo que cuenta son los recursos aprobados o los recursos entregados y menos que se descubra que hay retardos desde que algo se dice hasta que algo se hace. Para el público no hay cumplimiento de promesas hasta que no se vea una obra que cambie sus condiciones de vida.

Lamentablemente, el llamado “shock de inversiones” parece estar más motivado por consideraciones de corto plazo y de demanda. Sería una mera inyección que contrarrestaría en parte a una probable caída de la demanda agregada en el 2007. Bajo esta visión da igual si es inversión o gasto, pues ambas son inyecciones de demanda. Pero no es así. Las privatizaciones pueden ser vistas como forma de mejorar la eficiencia en las empresas antes del estado o meramente como forma de «hacer caja», las inversiones pueden ser vistas como forma de incrementar la capacidad productiva o meramente como gasto. Es decir, el énfasis de una misma medida puede estar en expandir la frontera de producción de cara a las décadas que vienen, o en expandir la demanda, para capear una coyuntura de algunos meses.

Definitivamente, de lo que se trata es de realizar inversiones que aumenten la capacidad productiva (mayor capacidad para exportar pisco, chompas de alpaca, pimientos del piquillo o software hecho en el Perú), el capital humano de los más pobres del país (más palabras por minuto leídas, más operaciones matemáticas realizadas, más niños de cuatro años vacunados, menor mortalidad infantil en las provincias punteras en los mapas de pobreza), la productividad de cada sector (más quintales de papa amarilla por hectárea, más trámites despachados por empleado público, menor tiempo de transporte del hogar al centro de trabajo). Este tipo de inversiones no vienen en shocks, sino con la debida anticipación y en forma sostenida; más aun, con el conocimiento, los aportes y la fiscalización del público en general. Esperemos que en los próximos anuncios el énfasis cambie hacia acciones de largo aliento.


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Actualización: Hoy, viernes 2 de marzo, tenemos un nuevo shock: Shock de preguntas de Carlos Basombrío.

Actualización 2: Hoy, sábado 3 de marzo, tenemos un nuevo shock: Shock de coimisiones de Juan Sheput. Vamos a una velocidad de un shock por día.

Actualización 3: Hoy, domingo 4 de marzo, Shock de discursos.

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Por - Publicado el 01-03-2007

Leo el editorial de Correo de hoy:

Tres balas contra las ratas
Aldo Mariátegui
Con las ventas al Estado no se ve el producto o el precio sino la coima, que oscila entre 10% y 15% normalmente. La ‘cutra’ se hace siempre en las bases, donde se fijan los parámetros, hechos sólo a la medida del proveedor amarrado. (…)Así te lo ‘empaquetan’ bien y Consucode y la Contraloría –dos entes absolutamente inútiles que sólo se fijan básicamente en huevadas como si entregaste tal papel dentro de tales días o si llevaba el sello tal o si lo vio antes el burócrata tal– dejan pasar tranquilito al elefante.
(…)
En autos siempre ha sido rochoso. Hacen las bases de tal manera que casi nadie se presenta, sólo el interesado, y a veces lo acompaña un ingenuo que cree que puede ganar a la buena o alguien que le está haciendo la ‘patería’ para que no sea tan escandaloso. ¿Que cómo rompes eso? (…) Estableces tus parámetros de manera amplia –no específica para que no te la hagan– y de allí que te vengan a ofertar. Bala mágica, compadre.
(…)
Encima con una flota de autos suplentes lista para reemplazar bajas al toque.
(…)

Lo que llama la atención es el lenguaje, inusitadamente cardenalicio y belmontiano, del periodista, mucho más que otras veces. Lo curioso es que hoy no es el único. Leamos el editorial del serio Perú 21:

En Estado de Shock
Hay un poco de ‘chorreo’ pero también mucho ‘choreo’.
Augusto Álvarez


La única diferencia es que en un caso son ambulancias y en el otro, patrulleros, pero la ‘trafa’ evidente parece calcada y calculada.

Es evidente que el Estado peruano se enfrenta a unos proveedores avezados que lo agarran de ‘lorna’ pues se acaba comprando mal y caro. Este

Frente al escándalo de la compra de los patrulleros y de las ambulancias, se debe replantear la conveniencia de encargarle a una comisión la renegociación para buscar una ‘rebajita’, con el fin de denunciar a unos proveedores que parecen haber pactado con algunos en el sector público con el fin de estafar al Estado, birlando el dinero de todos los peruanos.

No creo que sea que los periodistas estén convirgiendo en sus estilos de comunicación (¡eso espero!). Tal vez las prácticas informales, que ocurren por debajo de la mesa, requieran de un lenguaje informal también. La comunicación se adapta al hecho que quiere reflejar…

Pues sí, esperemos que no nos agarren de lorna, no nos la hagan, no choreen, no hagan muchas trafas rochosas….Que baje la cutra, la merma y el canje…

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Por - Publicado el 01-03-2007

Acabo de leer «La voluntad encarcelada» de José Luis Rénique, libro publicado por el IEP en julio de 2003. Trata sobre el comportamiento de Sendero Luminoso en las cárceles. Muy instructivo su relato sobre la política senderista después de la captura de Guzmán. Sólo haré dos comentarios:

  1. Sendero Luminoso no es un problema resuelto. Montesinos lo diría con todas sus letras en 1998:

    …porque yo soy conciente de que Sendero Luminoso es un problema permanente..

    No hay nada que hacer que el Doc la veía. Sea cual sea la explicación que se plantee, la pobreza o la ideologia (como que las explicaciones no difieren mucho, pues es la pobreza de la ideología), lo que engendró a Sendero sigue presente. No se ha desvanecido. El resurgimiento de grupos violentistas está en estado de latencia. Una razón adicional para tomarse en serio la lucha anti-pobreza y la elevación del capital humano en el país (que tampoco difieren mucho, pues la mejor política anti-pobreza es precisamente la elevación del capital humano)

  2. El autor compara a Guzmán con Haya al señalar su aprovechamiento político de estar en la cárcel como una poderosa motivación para sus seguidores. Yo incluiría en esta comparación a su política de pactos, en un caso el acuerdo de paz con Montesinos en el otro la convivencia, ambas cruciales para estos líderes. Se trata de aceptar la derrota en una batalla, pero no en la guerra. Es una estrategia de supervivencia y mutación de un grupo sometido a condiciones adversas. Cosas de líderes mesiánicos… A Haya le funcionó…(Y García parece estar siguiendo sus pasos, al menos en lo que a política de pactos se refiere).

Hasta ahí nomás.

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Por - Publicado el 28-02-2007

Bueno, ahora estamos como más académicos, lo cual nos desentrampa un poco de la discrepancia sobre la alianza o coincidencia aprofujimorista y nos pone en un terreno más tonificante. Leo a Martín en Sobre alianzas y teoría de juegos en respuesta a Las alianzas y la teoría de juegos y le comento:

  1. La idea de las alianzas es la de subjuegos cooperativos dentro de subconjuntos de jugadores y juegos no-cooperativos entre alianzas. Si se tiene un juego cooperativo, y ambos prisioneros se protegen no confesando pues ya hay colusión y podemos hablar de dos fieles aliados. Si en una guerra de todos contra todos, dos países no se disparan, sin que hayan concertado nada, sin transacciones, sin negociaciones, sin compromisos, pues eso ya es una alianza. Esa era la idea: desligar a la alianza del requisito de transacciones, negociaciones o compromisos, que era lo que sostenía Martín.
  2. Ahora, y esto se desvía un tanto del tema, pero es el ejemplo dado por Martín, el de la guerra fría o el de los franceses y alemanes, puede ocurrir que en un juego no-cooperativo repetido los jugadores tengan incentivos para la cooperación. Por supuesto. Tendríamos colusión entre los bandos. El tema en estos ejemplos es que el espacio de acciones fue mucho más amplio que sólo los posibles ataques militares. Los medios de atacarse fueron muy diversos. En la guerra fría no fueron los ataques con armas, sino la carrera tecnológica y armamentista, a la que el sistema soviético no pudo mantener el paso. Con cada desarrollo tecnológico militar EEUU iba estrangulando a la URSS, con su economía civil estancada, hasta que se derrumbó. No pudo aguantar la presión. El juego fue no-cooperativo hasta el final. En el caso de los franceses y alemanes, algunas batallas eran así, pero la guerra seguía siendo no-cooperativa. Es que si el juego va a ser repetido, no nos bastará sólo con una cooperación puntual o episódica. Por eso, la alianza o coalición se evidencia mucho más claramente en juegos de varios jugadores. Ahí dos jugadores sí tienen incentivos para retribuirse mutuamente en forma persistente.
  3. En el caso de la colusión entre empresas oligopólicas, pues tenemos al ente regulador, cuya labor es pillar cualquier cooperación posible. El ente regulador está para que los prisioneros confiesen. En los ejemplos anteriores no hay regulación posible. Tal vez sí en países más pequeños en guerra, para lo cual los países más grandes pueden enviar fuerzas internacionales.
  4. Por supuesto que un matrimonio es una alianza, una coalición. El ejemplo aludía a la definición de alianza como «no hacer lo que se hace naturalmente». Era una exigencia de precisión. Nada más.
  5. Observo que al final del post Martín vuelve a abordar el tema de «la coincidencia» aprofujimorista. Pues nada. Me pondré cooperativo y lo dejaré ahí nomás. Mejor que los hechos diriman sobre quién la vio y quién no la vio.

Acabaré recomendando un par de referencias, las páginas de:

Es definitivamente un tema fascinante y muy aplicable a muchas situaciones vividas en el país. El tema es pasar de un uso meramente metafórico a un uso más riguroso de esta teoria… Saludo el esfuerzo de Martín por tomarse en serio todo lo debatido (y por debatir) en estos posts. Se puede debatir ideas en forma constructiva, sin picarse (al menos no mucho), esforzándose por documentarse, y sin renunciar a la posición que uno tiene…

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Por - Publicado el 28-02-2007

En relación a El rol del estado en la reducción de la pobreza, he buscado la fuente de la referencia al profesor Javier Iguiñiz, pero sólo he encontrado esto en ¿Cómo reducir la pobreza?: contabilidad, economía y política:

Por eso, es necesario que antes de hablar de una redistribución desde el Estado, se piense en la distribución primaria, esto es, la que ocurre como resultado directo de la actividad productiva privada. Para ello es necesario que por lo menos el aumento de productividad corresponda con el de las remuneraciones, algo que ahora no ocurre. No vemos otras posibilidades para que así ocurra que la vigencia efectiva de un Pacto Laboral o, que lo que podríamos llamar “privatización de la demanda social” –una legislación que no impida como ahora el recurso a la huelga sindical- hiciera el trabajo distributivo. Que las empresas que pueden pagar más a sus asalariados, paguen. ¿Cuál es esa capacidad de pago? Eso sólo se sabe en un pacto en circunstancias cíclicas promedio y en el forcejeo propio de la negociación colectiva.

Veamoslo también en Javier Iguíñiz: “A la economía le va bien si a la gente le va bien”:

«las mejoras se han conseguido con un esfuerzo muy grande, con el sobretiempo laboral, la fragilidad de las condiciones de trabajo, los maltratos

–¿Le parece que el gobierno maneja una política seria para solucionar problemas estructurales?
Hasta el momento no hemos escuchado ningún planteamiento fuera del que pone el acento en la exportación. Creo que no existe una propuesta integral, en el sentido de que está dejando de lado la expansión del mercado interno y el estímulo a la inversión como asuntos residuales, frente a la exportación de recursos naturales. Falta una propuesta que incluya a toda la población económicamente activa.

–¿Estamos dependiendo demasiado de la inversión extranjera?
Es bueno que haya, hay que incentivarla, pero en simultáneo el reto de un gobierno nacional es conectar los beneficios de esa inversión con el proceso económico interno. Y ese es el trabajo que no se aprecia. Hay algunas señales, sin embargo. La ministra de Trabajo, Susana Pinilla, acaba de declarar algo elemental pero importantísimo: mejores remuneraciones en el mundo de los asalariados formales favorece la demanda para el mundo de las pequeñas y micro empresas y de los productores agrarios. Parecería que en el Ejecutivo ya estarían percatándose de esa conexión, tan fundamental.

–La situación laboral aún es dura.
Mucho, y en las empresas se está tratando de postergar lo más posible las mejoras en las condiciones salariales.

–¿Y no es posible que el crecimiento favorezca la creación de empleo decente?
Tarde o temprano, irá haciéndolo. Lo que pasa es que con las características del crecimiento, el proceso va a ser muy lento, mucho más de lo que debería dadas las condiciones excepcionales de la economía, y muy parcial, quizás demasiado.

–Pobreza. ¿Es posible reducirla en 9 puntos, como ha sugerido el gobierno?
Es posible, pero con políticas adicionales a las que ya se han puesto en marcha, como las relacionadas con el régimen laboral. Mientras la legislación no exija a los empresarios compartir más rápidamente los beneficios del aumento de la productividad, las posibilidades de reducción de la pobreza se achican.

El TLC no es la pieza clave que definirá nuestro crecimiento para los próximos 15 a 20 años. Es más bien un elemento marginal, porque las expectativas de expansión de las exportaciones dependen solamente en una pequeña proporción de la apertura del mercado norteamericano. A mi juicio, el TLC tiene un problema principal: toma muy poco en cuenta sus posibles negativos efectos sobre sectores de la población que ya son pobres.

Según el colega la política de exportaciones y de inversión extranjera no es que esté mal, sino que no es suficiente para reducir la pobreza. Esta política trae crecimiento, pero este crecimiento no reduce sustancialmente la pobreza. Es una vía muy lenta. Habría una vía rápida que al parecer sería el aumento de salarios (directamente por el gobierno o mejorando la posición negociadora de los trabajadores mediante la huelga) que aumenta la demanda a las pequeñas empresas y a los productores agrarios. De esta manera se conectaría «los beneficios de esa inversión con el proceso económico interno» y se compartiría «más rápidamente los beneficios del aumento de productividad».

Comentario: Veamos:

  1. La posición negociadora de los trabajadores no es fuerte por su debilidad numérica y organizativa. Esta posición mejoró en el país por la acción del gobierno de Velasco. La ola de sindicalización de los sesentas fue importante pero no tuvo el poder suficiente para la consolidación de derechos que se vio en los setentas. A principios de los ochentas el sindicalismo se desmovilizó fuertemente y siguió desmovilizado. Con García vino el voluntarismo de las políticas de aumento demanda mediante salarios controlados, precios controlados, empleo temporal, entusiasmo fiscal y monetario, etc. Un fracaso rotundo. Desde 1990 el Perú lleva una continuidad en aplicación de políticas ortodoxas de 17 años. Estas políticas han funcionado en términos de crecimiento y recuperación macroeconómica, pero no han sido suficientes para reducir la pobreza a niveles bajos. La pregunta es si otra política sí podría hacerlo.
  2. El gobierno podría ciertamente intervenir y reforzar la posición negociadora de los trabajadores, como se hizo durante Velasco, o poner en práctica políticas de aumento de demanda agregada, como las de García en su primer gobierno. ¿Qué podría ocurrir? Pues una cierta reactivación por algún tiempo, pero que no sería sostenible. Esta vía sería rápida, sí, pero de corta duración. La demanda por los productos agrarios y de las microempresarías aumentaría alguito, pero ¿tanto como para reducir sustancialmente la pobreza? Ya se hizo y nos dimos cuenta que no. No es que con esto se conectan los beneficios de la inversión con el proceso económico interno. Además, este tipo de medidas suele tener un efecto no positivo en el empleo formal, especialmente a nivel de pequeñas y microempresas. Con una importante sobreoferta de mano de obra es difícil que los salarios vayan a subir sustancialmente. En tal sentido, si algo aumenta los salarios y mejora la capacidad negociadora de los trabajadores es la emigració
    n, que aligera la presión a la baja de los salarios. La fuerza de la emigración posiblemente se sienta relativante más sobre los trabajos más calificados, pero es una fuerza de mercado potencialmente más poderosa que la intervención gubernamental.
  3. Veamoslo así ¿cómo se beneficia más y más rápido un campesino pobre? ¿con aumento de salarios en las ciudades o con inversión en infraestructura, educación y salud en su lugar de residencia? El gran tema en el país ha sido que la intervención pública ponga infraestructura y posteriormente los agentes privados desplieguen su iniciativa. Si la inversión pública es sustancial y es eficiente, la reducción de la pobreza no tiene por qué ser pequeña. En estos momentos no estamos ante una demanda agregada caída. No es una economía en depresión que tenga que ser reactivada. La cosa va por el lado de la oferta.
  4. Efectivamente, encajonar el tema de la pobreza a una sección del gobierno que se encargue de la «compensación social» no tiene mucha efectividad. Por grande en términos relativos que sea el presupuesto asignado, siempre es pequeño. Combatir la pobreza es definitivamente un esfuerzo de todo el país que obliga a comprometer recursos en cantidades mayores, que las inversiones sean coordinadas y eficientes. Los programas de «compensación» vienen de la coyuntura de los ajustes, paquetazos o shocks y tenían como objetivo acolchonar el golpe en la población más pobre. Esa coyuntura ya fue. Ya no es que la «política económica» empobrece (tipo el paquetazo de Hurtado) y hay que defender a la población más pobre. Ahora se trata de reducir la pobreza, no tomarla como dada y hacerla pasable. Por supuesto, si la inversión es dispersa, ineficiente y en cantidad reducida, sólo se reducirá la pobreza en decimales.

    Es decir, la reducción de la pobreza tiene que ser parte de la política económica. Pero ¿cuál es el mecanismo? En mi opinión es la inversión en infraestructura, educación y salud. No veo cómo la redistribución dentro de la empresa dominaría sobre la inversión pública como mecanismo principal. Tal vez si el empleo formal tuviera un porcentaje más alto dentro del total y los más pobres fueran los trabajadores empleados, entonces este mecanismo sí aliviaría la pobreza. Pero no es así. Los más pobres son los trabajadores del campo peruano, los trabajadores de la ciudad que no tienen un empleo formal estable, que no se verían sustancialmente beneficiados por los mayores salarios de los trabajadores en el sector formal. Toca llegar a ellos directamente, no indirectamente.

  5. En tal sentido, el gobierno ha comenzado mal con el «shock» de inversiones. No se necesitan «shocks» sino inversiones estudiadas, eficientes, sostenidas, anunciadas, de gran tamaño y de efecto «llamada» a la inversión privada, que sí produzcan un efecto en las decenas y no sólo en los decimales de la pobreza. Paradójicamente, el país está ante la situación que hay recursos, pero faltan proyectos concretos….

Bueno, hasta ahí.

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Por - Publicado el 27-02-2007

Debatiendo sobre el tema de la alianza apro-fujimorista (ver ¿Alianza apro-fujimorista?: Comentario a Martín Tanaka) encuentro que la definición dada por Martín de alianza no es la que prevalece en teoría de juegos.

En teoría de juegos para que exista una alianza no es necesario que las partes entren en transacciones ni negociaciones ni compromisos. Basta que hagan sus jugadas en forma cooperativa, es decir, estar en colusión o realizar un juego cooperativo. No es que tenga que haber quid pro quo inmediato siquiera, uno puede recibir o dar la ventaja hoy y recibirla o darla después. Los jugadores pueden ser pacientes con las recompensas (payoffs). No tienen que reunirse (y almorzar juntos al estilo de Haya y Beltrán) o darse dinero (y contarlo ante cámaras), no tienen que desplegar sus mapas y repartirse el mundo («esto patí, esto pamí). Sólo tienen que jugar cooperativamente. Requerir transacciones, negociaciones o compromisos parece corresponder más a una idea de «contubernio».

El tema es que en un entorno de muchos jugadores esta alianza, colusión o pacto (explícito o implícito) realiza un juego no-cooperativo contra el resto de jugadores. Dentro de la coalición se juega cooperativo, fuera de la coalición se juega Nash. Es decir, dentro de la coalición hay un subjuego del juego mayor entre todos los agentes. Estas coaliciones se forman endógenamente (ver, por ejemplo, el trabajo de Rey y Vohra), es decir, no vienen dadas, sino que los jugadores eligen a sus aliados, con quién se juntan de quién se separan. Y a todo esto, las transacciones, negociaciones y compromisos se pueden dar entre todos los agentes.

Ahora apliquemos. Si soy un ente regulador que quiero evitar la colusión entre las empresas, no tengo que demostrar que hubo transacciones, negociaciones y compromisos entre las empresas oligopólicas, sino que tengo que estar alerta a sus jugadas: veo que los precios no bajan y me pregunto ¿por qué las empresas no juegan Nash? No me bastará con decir «no es que tengan compromisos o que hayan negociado, sino que solamente coinciden en sus intereses para mantener los precios altos». El tema de fondo es que los precios están altos como resultado de una colusión entre ellos. Implícita o explícita da igual. Es una colusión y el ente regulador tiene que intervenir. (Ya me imagino a la presidenta de la reguladora justificando los precios altos con un argumento así).

Muy bien. Esta colusión es difícil de detectar. Todavía seguimos debatiendo si el equipo peruano se echó ante el argentino en 1978. ¿Coincidencia de intereses (el Perú no tenía incentivos para jugar bien) o contubernio (compraron al equipo)? En ambos casos fue una echada. Así no haya habido comunicación alguna entre las partes, que un equipo se eche por su cuenta ya es grave y corresponde a un comportamiento cooperativo, cuando el fútbol es un juego no-cooperativo. Si los jugadores dijeran «reconocemos que nos dejamos, pero no nos vendimos» igual les caería una sonora silbatina de repudio. La única situación bajo la cual no hay echada es que el equipo no era lo suficientemente bueno y que perdió por malo, como perdió en España 1982. Un caso más sutil sería la intimidación (Videla en los camerinos peruanos, o los paramilitares serbios amenazando a los jugadores de los equipos rivales), pero que al final también acaba en una echada, un juego cooperativo en el campo de juego.

Sobre la alianza aprofujimorista, pues tenemos evidencias de colusión en varios sentidos y además tenemos evidencias de compromisos y hechos muy concretos que calzan incluso en la definición de alianza como contubernio. Es abrumador.

No es que no sea válido hacer alianzas dentro del juego democrático. Es de lo más válido que hay. El tema es caracterizar correctamente los fenómenos que se nos aparecen. En fin. Por el momento estamos ante una alianza asolapada, pero si las cosas siguen así no tardará mucho hasta que la saquen del closet…

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Por - Publicado el 26-02-2007

Ya que me puse lanza en Fujimori: de Las Condes a la Presidencia diciendo que Fujimori volvería, y con la alianza apro-fujimorista, pues me pondré lanza del todo. Claro cuando uno se pone atrevido, corre el riesgo de patinar. Las evidencias recién se van dibujando, pero están ahí cantadas. Se trata de hacer un análisis en tiempo real, cuando las cartas se van jugando. Cuando haya desenlaces ya se podrá corregir la puntería para el siguiente análisis. Veamos los elementos:

  1. En el Perú los ciudadanos se han guiado más que por las ideologías y las identidades partidarias por las personalidades que disputaban la presidencia. En las dos últimas décadas la irrupción de outsiders en la escena política ha reforzado este característica del electorado peruano. La gente se orienta por quienes perciben como líderes con posiciones de poder, gente con propuestas fuertes, mensaje claros. Fue el éxito relativo de Ollanta Humala durante las elecciones pasadas. Pero en esta lid no se presentó Toledo (quemado), ni Fujimori (impedido).
  2. El APRA es Alan García y antes Haya de la Torre. Podrá tener rasgos de partido organizado, pero sin sus líderes no tiene peso electoral. En estos momentos el Perú se rige por la constitución de 1993 y por lo tanto Alan García se podría volver a presentar, cosa que no podía en 1990. Sin García, el APRA no es. Ningún otro la hace y no está claro que García endosaría su apoyo a algun compañero suyo. No lo hizo en 1990, no suena a que lo vaya a hacer ahora. La jugada de 1990 fue muy exitosa, como que volvió a la presidencia. Todo esto dependerá de lo bien que lo haga García en el gobierno. En tal sentido, el juego de García sería, a menos que su gobierno sea un éxito rotundo, apoyar a otro candidato. Si sigue como va, llegará muy magullado a las próximas elecciones y lo veríamos apoyando a otro candidato.
  3. Fujimori tiene ambición de regresar al Perú. No es japonés. En Japón no canta ni baila. Es un peruano de origen japonés que intrumentalizó su relación con el Japón en un momento de dificultad para él. Es en el Perú donde es popular y tiene su cuota de apoyo. Este señor podría seguir el camino de García y despercudirse de sus acusaciones ante el público peruano. Le pasará lo que le pasó a García: los que lo gozaron eran muy jóvenes cuando estaba en el poder y no recordarán sus fechorías. Podría sentarse en el banquillo de los acusados y contraatacar desde ahí. El fujimorismo es la cuarta fuerza política y podría relanzarse aún más con Fujimori en el Perú. En algún momento lo absolverían y volvería a las andadas. Sería un candidato con opción de ganar y que opacaría completamente a Ollanta Humala o a cualquier otro outsider de discurso autoritario.
  4. Toledo sería la única alternativa para una oposición preventiva a Fujimori y a García. Con Fujimori en el banquillo y aireandose las atrocidades y la corrupción de su gobierno, las cosas de Toledo quedarían como pecadillos menores. Esto podría ser si la frivolidad y la miopía de Toledo ceden paso a una propuesta algo más organizada y transparente que lo que ha mostrado hasta ahora. Pero por supuesto, la maquinaria fujimorista y aprista se encargaría de aplastar a Toledo mostrando sus suciedades como mucho más graves que las de Fujimori, o García.
  5. Tendríamos así a tres expresidentes (uno presidente en ejercicio) en plena competencia por el poder. A pesar de la miopía que a veces evidencian los políticos, en muchas ocasiones se la ven venir. Por ejemplo, cuando Fujimori da el golpe en 1992, hay una curiosa escaramuza con Alan García, quien se esconde en un tanque de agua, escudado por Del Castillo. ¿Alguien duda que de no haberse roto el orden democrático el 5 de abril de 1992 García era el gran favorito para ganar las elecciones de 1995? Casi gana en 2001 y ganó, finalmente, en 2006. El que la sigue la consigue. Toledo también insistió: no la hizo en 1995, pero sí en 2001. Hoy Fujimori está insistiendo. No la hizo en el 2000, pero la puede hacer después. En realidad cada uno de los expresidentes tiene una opción real. Depende cómo se jueguen las cartas.
  6. Si dos de estos tres «exes» tuvieran que juntarse para aislar al tercero, ¿cuál sería esta alianza? En los últimos meses ha quedado muy claro cuál sería la coalición: Alan García con Alberto Fujimori contra Alejandro Toledo.
  7. En realidad Alan García en estos momentos no es que le esté haciendo favores a Fujimori (ni desde luego que tenga meras coincidencias), sino que le está pagando favores recibidos durante el gobierno de Fujimori.
  8. Parte de la dinámica en todo este juego ha sido la utilización controlada de las acusaciones de corrupción y violaciones de los derechos humanos, «el reo contumaz», «el extraditable» y «el visiting scholar-padre irresponsable», cada uno con su prontuario judicial… Unos ponen en jaque a otros, intercambian piezas, pero no entran en confrontación total de todos contra todos. No les conviene. La cosa va más por alianzas puntuales, treguas, amnistías mutuas.
  9. Pues desde el gobierno, García podría hacer lo que hizo contra Vargas Llosa en 1990 y a favor de Fujimori. Ya no sería Vargas Llosa, sino Toledo. Lourdes Flores o cualquier otro candidato/a de ese sector político quedaría opacada/o por Toledo o se sumarían a Fujimori (por ejemplo, el siempre listo Rafael Rey).
  10. No sólo eso. En realidad la alianza de García con Fujimori es mucho más importante de lo que parece y no nos sorprendamos que les baje el pudor y la anuncien ampliamente a los cuatro vientos. Es un tema de supervivencia para el APRA, como antes lo fueron sus alianzas con sus ex-enemigos. Los nuevos Prialés, León de Viveros, encargados de los pactos con los odriistas, serían los Mantillas y Mulders. Sí, algunas bases del APRA se opondrían, pero más podría su cultura partidaria gregaria. No pasa nada. ¿Por qué estas alianzas son tan importantes? Porque simplemente el APRA es un partido de poder, no un partido de ideología. Ahí están sus mártires, ahí están sus escritos para el emocionado y el ideologizado. Lo que cuenta es el poder. Y no les preocupa para nada lo que puedan decir quienes se quedaron descolgados del poder. Los que están abajo no cuentan, sólo los que están arriba.

Todavía hay mucho pan por rebanar, pero estaría bien no perder de vista lo que hacen estos tres actores políticos. Habría que seguirlos muy de cerca. Y claro, estoy más que dispuesto a ir actualizando y corrigiendo estos pronósticos a medida que los hechos se van desenvolviendo.


El juego de los ex-presidentes peruanos.

Alberto Fujimori, Alejandro Toledo y Alan García: tres ex-presidentes en carrera.

Ha quedado claro el entendimiento entre Fujimori y García y la enemistad de ambos con Toledo.


La banda de los ex-presidentes: Nixon, Carter, Reagan y Johnson. (De Point Break)

En el Perú el juego político se está concentrando en los ex-presidentes.

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