Por - Publicado el 01-03-2007

Leo el editorial de Correo de hoy:

Tres balas contra las ratas
Aldo Mariátegui
Con las ventas al Estado no se ve el producto o el precio sino la coima, que oscila entre 10% y 15% normalmente. La ‘cutra’ se hace siempre en las bases, donde se fijan los parámetros, hechos sólo a la medida del proveedor amarrado. (…)Así te lo ‘empaquetan’ bien y Consucode y la Contraloría –dos entes absolutamente inútiles que sólo se fijan básicamente en huevadas como si entregaste tal papel dentro de tales días o si llevaba el sello tal o si lo vio antes el burócrata tal– dejan pasar tranquilito al elefante.
(…)
En autos siempre ha sido rochoso. Hacen las bases de tal manera que casi nadie se presenta, sólo el interesado, y a veces lo acompaña un ingenuo que cree que puede ganar a la buena o alguien que le está haciendo la ‘patería’ para que no sea tan escandaloso. ¿Que cómo rompes eso? (…) Estableces tus parámetros de manera amplia –no específica para que no te la hagan– y de allí que te vengan a ofertar. Bala mágica, compadre.
(…)
Encima con una flota de autos suplentes lista para reemplazar bajas al toque.
(…)

Lo que llama la atención es el lenguaje, inusitadamente cardenalicio y belmontiano, del periodista, mucho más que otras veces. Lo curioso es que hoy no es el único. Leamos el editorial del serio Perú 21:

En Estado de Shock
Hay un poco de ‘chorreo’ pero también mucho ‘choreo’.
Augusto Álvarez


La única diferencia es que en un caso son ambulancias y en el otro, patrulleros, pero la ‘trafa’ evidente parece calcada y calculada.

Es evidente que el Estado peruano se enfrenta a unos proveedores avezados que lo agarran de ‘lorna’ pues se acaba comprando mal y caro. Este

Frente al escándalo de la compra de los patrulleros y de las ambulancias, se debe replantear la conveniencia de encargarle a una comisión la renegociación para buscar una ‘rebajita’, con el fin de denunciar a unos proveedores que parecen haber pactado con algunos en el sector público con el fin de estafar al Estado, birlando el dinero de todos los peruanos.

No creo que sea que los periodistas estén convirgiendo en sus estilos de comunicación (¡eso espero!). Tal vez las prácticas informales, que ocurren por debajo de la mesa, requieran de un lenguaje informal también. La comunicación se adapta al hecho que quiere reflejar…

Pues sí, esperemos que no nos agarren de lorna, no nos la hagan, no choreen, no hagan muchas trafas rochosas….Que baje la cutra, la merma y el canje…

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