Por - Publicado el 19-03-2007

Me entero de que en el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) acaban de elegir como director a Carlos Iván Degregori. Después de unos quince años, este brillante intelectual regresa a la conducción de ese centro de investigación. Parecía que había una nueva generación de académicos que además de tener una masa crítica de producción escrita podía llevar las riendas de la institución, pero por lo visto no es así. Ocurre como con la selección peruana de hace algún tiempo que mantuvo por década y media a una misma estupenda generación de jugadores, desde fines de los sesentas hasta comienzos de los ochentas. Cuesta lograr el cambio, y cuando los goles no vienen rápido siempre está la tentación de desempolvar a las viejas glorias.

El IEP tiene definitivamente muchas contribuciones al mejor entendimiento de la economía y sociedad peruana, pero también tiene algunas perlas. En mi opinión, la más grande es aquel supuesto libro conocido como «Desborde Popular» de José Matos Mar. Este señor siendo director de esta institución solicitó informes sobre los que estaban investigando a cada uno de los investigadores de la institución. Con el material recolectado puso a un asistente algo senior (a quien sí reconoce algún crédito en el prólogo del libro) y lo publicó como un libro de su autoría. Aquí es interesante constatar que nadie de los hoy reconocidos y senior investigadores de esta institución dijo nada. Calladitos nomás, aceptando el pongaje académico. Esta es la gente que habla de ciudadanía, accountability, democracia, etc. La verdad es que no tuvieron una actitud muy altiva que digamos. Mario Vargas Llosa sería particularmente duro con algunos intelectuales peruanos en «El pez en el agua», como que los conoce muy bien. Tiene pues de dónde agarrarse.

El otro aspecto interesante es que este libro tuviera tanta influencia y se considerara a su autor como «uno de los personajes que más ha aportado a la vida intelectual del siglo XX en el Perú.». Incluso hace algunos años el congreso peruano le hizo un homenaje (ver aquí). Por supuesto, que se haya recibido a este libro como una gran contribución a las ciencias sociales es posible. Alan Sokal pudo colocar su artículo, hecho como una burla, en una buena revista académica (ver aquí). Tal vez muchos lectores estuvieron complacidos y se derritieron en elogios. Y tal vez nadie se hubiera dado cuenta de nada, si el mismo autor no revela la farsa….. El caso de «Desborde» me recuerda también al peruanísmo cuento «La botella de chicha» de Julio Ramón Ribeyro donde los comensales acaban bebiendo lo que en realidad es vinagre sólo que servido en una botella con la etiqueta de un magnífico vino…

Pues este señor gobernó esta institución como su chacra hasta que le dieron un golpe de estado, una rebelión de investigadores y personal administrativo. El rey tuvo que abdicar el trono, todo en forma muy amigable y sin roches. La procesión fue por dentro. Mucho del estilo caudillista y autoritario continuó bajo las administradores siguientes y algunas cosas cambiaron. Todos eran iguales, pero como ocurre en las rebeliones en la granja, algunos acaban por ser más iguales que otros…

Y es normal que una vez que se acaba el antiguo régimen venga un periodo de indefinición. Al fin y al cabo el boom del financiamiento externo a las ONGs ya había bajado a mediados de los ochentas. Por un lado estaba el estrangulamiento de financiamiento y por otro, el agotamiento de las agendas de investigación vigentes hasta entonces: las reformas de los setentas y la democracia en los ochentas. Intentos hubo por relanzar los proyectos financiados y una nueva agenda de investigación, pero no cuajaron. El resultado fue que hubo una desbandada de investigadores hacia diversos destinos: a universidades nacionales extranjeras e, intermitentemente, a la función pública nacional e incluso internacional. Este éxodo dejó la cancha libre a la siguiente camada que tuvo la oportunidad de tomar parte de las riendas y cambiar el criterio de financiamiento: de un principio igualitario donde algunos conseguían proyectos y lo ponían en un pozo del cual todos bebían se pasó al principio de que cada uno baile con su pañuelo.

En estos últimos años el IEP ha cambiado incluso físicamente en forma muy notoria. Alguna vez comenté que era como una casona del centro de Lima abandonada por la vieja familia oligárquica y hoy habitada por varias familias y con varias oficinas funcionando. (Por cierto, la imagen oligárquica de esta institución era compartida por Alberto Flores Galindo quien compararía al IEP con el Instituto Riva Agüero). Se ha rejuvenecido, feminizado, popularizado, mestizado (si existe esta palabra) o desblanqueado y tugurizado. Muchos asistentes presentes y los antiguos seniors (que son o han sido vicerectores, viceministras, ministros, gurúes, comisionados, etc.) parece ser que van poco y no son muy accesibles. Bueno, al menos eso parecía, pues resulta que esta nueva generación necesitaría a una vieja gloria para que los dirija. ¿Qué será? Tal vez el cambio generacional y social tome más tiempo del que se esperaba o no venga nunca, pues cuando les toque los hoy jóvenes ya serán viejos. En todo caso, es una institución de lentos cambios. Por ejemplo, sólo por mencionar algo, tienen una página web de lentísima actualización. No acaban de entrarle a la modernidad (aunque no es tampoco que la internet sea ya de lo más moderno que hay…).

Es curioso, pues en instituciones más orientadas hacia las izquierdas los cambios generacionales son mucho más lentos que en aquellas orientadas a las derechas. Mientras gente como Federico Salazar, Enrique Ghersi, Jaime Bayly, Juan Carlos Tafur y otros renovaban con su presencia sus respectivos entornos intelectuales, sus coetáneos de izquierda, tan o más talentosos que ellos, seguían siendo chupes de la generación mayor. Supongo que esa generación de derechas se ha ganado su lugar por ser mucho más irreverente, desembozada y ambiciosa que su homóloga de izquierdas, más sumisa, conformista y admiradora de sus predecesores. Esta última no le puede cantar sus cuatro verdades a su gente mayor, quedando esta labor a la tienda política contraria, con acusaciones misias de «caviar», «cavariones» y «caviarazos», de las que los cuestionados no quieren (o no pueden) defenderse.

Actualización: Un ataque más que ejemplifica lo que digo en el último párrafo lo tenemos hoy en Se busca chamba.

Actualización 2:
Recomiendo el post La ética del observador frente a la desgracia de los otros en Virtù e Fortuna, muy ilustrativo de la verdadera lógica de algunas ONGs.

Actualización 3: La seguimos aquí: Retornos en el IEP (II)


El Instituto de Estudios Peruanos, ubicado en una antigua casona, tipo hacienda, hoy con su muro y cerco perimetral.

Una institución de lentos cambios.

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Comentarios antiguos:

2007-03-20T04:26:47-05:00
Tibor
tibor43@hotmail.com
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«Esta última no le puede cantar sus cuatro verdades a su gente mayor, quedando esta labor a la tienda política contraria, con acusaciones misias de «caviar», «cavariones» y «caviarazos», de las que los cuestionados no quieren (o no pueden) defenderse».

LO QUE SUCEDE, MI ESTIMADO, ES QUE ENTRE LOS VIEJOS Y LOS NUEVOS CAVIARES EXISTE UNA RELACION DE CLIENTELISMO. POR ESO NO HAY MATICES. MENOS IRREVERENCIA. TODOS UTILIZAN EL MISMO LENGUAJE Y HASTA LOS MISMOS ADEMANES DE LOS MAYORES.

2007-03-20T06:58:41-05:00
anonimo
Hola Silvio:
¿No crees que partes de la premisa equivocada? En el IEP nunca hubieron «generaciones» más allá de diferencias en algunos años de nacimiento. Jóvenes y viejos venian cortados de la misma manera. Parte del proceso de inserción era asumir el marco i-lógico de la ciencia política norteamerica (sic). Más que un proyecto de reflexión y transformación colectiva el IEP representa (aún?) un proyecto de ascenso social y status individual en el pequeño mundo de las ciencias sociales nativas. Como decía Horkheimer.. «la integración es el precio para tener éxito en la sociedad capitalista» o en el IEP. Antes y ahora.

2007-03-20T15:32:43-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
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Creo que sí hay generaciones. La coincidencia ideológiga o en la aspiración personal no la elimina. Miremos cómo en las derechas que también coinciden ideológicamente y que tienen proyectos personales muy explícitos las nuevas generaciones sí que surgen… El juego del joven y el viejo futbolista puede ser muy parecido, pero eso no explica ni justifica que tengamos que seguir toda la vida con los goles de Cubillas…

2007-03-20T17:20:07-05:00
Daniel Salas
salasdia@colorado.edu
Silvio:

Pero esa derecha de la que hablas ha pasado por un proceso muy diferente. Los «jóvenes turcos» (Salazar, Ghersi, Bayly, Vargas Llosa, Ghibelini, Iwasaki – interesante que no haya habido una mujer en esa mancha-) impusieron una ruptura. Justamente resultaban pintorescos y escandalosos porque se distinguían de otros jóvenes que sí continuaban en la misma línea de los viejos. Se trataba de una nueva hornada liberal (secular, atea, antirreligiosa) que nada tenía que ver con el socialcristianismo, la socialdemocracia o el belaundismo. Dentro del Fredemo, eran un problema debido a su radicalismo, como se cuenta en «El pez en el agua». ¿Ha habido algo así en la izquierda?

2007-03-20T18:21:52-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
http://grancomboclub.blogspot.com/
Bueno, hasta cierto punto hubo una ruptura. A toda esta gente les dieron un lugar. Curiosamente, este grupo ganó la FEPUC en 1979 y la izquierda se picó e impidió que hubiera federación por un par de años, tres, creo. El cierre de este espacio para las derechas coincidió con la salida de esta gente al gran público, fuera de la universidad. Bayly era el engreído de La Prensa y Pabrricana (durazo como él solo. Nada de la soltura que hoy le conocemos); Carlos Espá estaba en Pulso; Federico Salazar, por razones obvias, siempre estuvo en La Prensa, como bien cuenta Bayly en «Los últimos días de La Prensa», Ghersi y Ghibellini coautoraron «El Otro Sendero». Todos tuvieron un fuerte apoyo de la generación anterior. La ruptura vino a fines de los noventas con el Fredemo.

En cambio, los «ganadores» de los gremios universitarios se quedaron allí por largo tiempo. Algunos de allí pasaron a ser asistentes en la sombra de sus profesores, sin perfil propio. Recordemos que eran los ochentas, en que la Izquierda Unida era la segunda fuerza electoral después del APRA. Tenía mucha visibilidad e instituciones. No es que les faltara espacios que podrían ser para las nuevas generaciones. Al parecer eso ocurre en todas las izquierdas del mundo en todos los niveles, político y académico. Hay una baja rotación en los cargos dirigenciales.

En fin. A todo esto, ¿se han dado cuenta que con el tiempo Javier Diez Canseco se parece fisicamente cada vez más a Jorge Del Prado?

2007-03-20T19:37:56-05:00
Martín
Ayer envié un comentario, pero por esas cosas que pasan, no salió publicado. Repito y amplío lo que señalé allí.

En efecto, Silvio, la semana pasada se renovó la dirección y el consejo directivo del instituto. Yo cumplí los dos años que fija el estatuto como Director General, y la asamblea de asociados eligió a Carlos Iván Degregori como el nuevo Director.

Sobre tu post y los comentarios. Bueno, para mí no es fácil hablar con distancia y objetividad sobre esto, porque estoy directamente involucrado. Pero te escribo con franqueza.

Creo que el tema de fondo es cómo nos ubicamos las nuevas generaciones en las instituciones, y cómo se procesa la necesaria renovación. Una cosa es evidente: todos los que trabajamos en el IEP apostamos por la continuidad institucional. El IEP es una institución con una rica historia de 43 años, y eso pesa un montón. Prima, es verdad, cierto criterio conservador; dentro hay diversidad y debate, desacuerdos, convivimos varias generaciones, disciplinas, posiciones políticas, esto a veces se traduce en peleas, pero todos instintivamente evitamos las rupturas. Como todo en la vida, se trata de un trade-off; se gana en continuidad (lo que en el Perú es toda una proeza), pero se pierde en rapidez, contundencia. En efecto, el IEP es una institución de cambios lentos.

Hay otro camino, el que lleva a la ruptura, a buscar armar tienda propia, al alejamiento y la búsqueda de otros rumbos. Vistas las cosas retrospectivamente, creo que quienes siguieron ese camino terminaron en una suerte de diáspora, sin armar referentes alternativos. Considérese que por el IEP pasaron Aníbal Quijano, Fernando Fuenzalida, Oscar Ugarteche, entre muchos otros. Esto me lleva a hacer un paralelo con nuestros contemporáneos de la derecha (Bayly, Tafur, Ghersi, etc.). Efectivamente, ellos rompieron con algunas tradiciones, pero también tuvieron su diáspora: no lograron articular un proyecto político e intelectual de corte liberal.

Volviendo al IEP, creo que si una nueva generación no ha logrado asumir todavía la conducción plebrnte, es porque nos falta «masa crítica». Digamoslo así: no somos muchos los doctores entre 35 y 45 años con peso específico propio, capaces de «hacer mancha» y sostenernos. Tal vez por eso es que, en la última votación, se vuelve a un «histórico» como Carlos Iván. Tal vez sea cuestión de tiempo. Otra vez, el «efecto salmón»: somos pocos todavía, no nos alcanzan las fuerzas. De otro lado, no te olvides que en la composición de la asamblea de asociados tienen mayoría los «históricos» frente a los «nuevos». Como decía, hay una apuesta implícita por la continuidad.

En lo personal, después de mi paso por la dirección, diría que la renovación siempre es buena, pero no siempre es posible. En todo caso, creo que el IEP, comparado con otras instituciones académicas y de investigación, muestra una apertura, pluralidad y renovación mucho mayores que otras. Que hace falta más, ciertamente. Pero eso será po

2007-03-20T19:39:23-05:00
Martín

(sigue)

En lo personal, después de mi paso por la dirección, diría que la renovación siempre es buena, pero no siempre es posible. En todo caso, creo que el IEP, comparado con otras instituciones académicas y de investigación, muestra una apertura, pluralidad y renovación mucho mayores que otras. Que hace falta más, ciertamente. Pero eso será posible en la medida en que tengamos más investigadores jóvenes de calidad, con postgrados, que estén dispuestos a comprarse el pleito. El IEP ahora, como mencionas, es una institución descentralizada, donde cada investigador consigue sus propios proyectos, ya pasó la historia de fondos institucionales asignados por una dirección central. El asunto es más democrático ahora, pese a ciertas inercias del pasado.

Otra nota personal. Yo simplemente asumo que mi chamba es la investigación lo más rigurosa y honesta posible, contribuir a la renovación de la formación en cc.ss sociales a través de la docencia (y modestamente de mi blog), participar en los debates públicos (a través de mis columnas, p.e.). Trato siempre de pensar con cabeza propia y de actuar consecuentemente. El IEP sigue siendo, en medio de sus límites, una excelente plataforma para ello. Por eso estoy acá. Pese a sus límites, que los tiene, por supuesto.

Antes de terminar, un tema puntual: me parece totalmente desproporcionada e injusta la comparación entre Desborde popular… y Sokal. Yo mismo tengo una visión crítica de ese libro, pero no es un fraude, es un libro que no por azar se convirtió en un clásico de nuestras ciencias sociales.

Ahora sobre algunos comentarios: hablar de clientelismo en el IEP es demasiado. Sobre todo, porque en el mundo de hoy, hay cada vez más oportunidades de conseguir financiamiento, recursos, por vía de concursos abiertos. Sería buena más irreverencia y pensamiento autónomo, sí, de acuerdo.

¿Hay generaciones en el IEP? Creo que sí, no creo que no haya diferencias entre quienes nos formamos en los sesenta, setenta, ochenta y noventa. Desde dentro, veo grandes diferencias; cada generación tiene sus redes y relaciones propias, como es natural. De otro lado, veo que algunos militan, otros no; algunos son más de izquierda, otros más de derecha; algunos provienen de tradiciones de pensamiento europeas, otras de norteamericanas; algunos entran más a las consultorías, otros no. Unas pesan más que otras, por supuesto. Lo que nos une es una identidad académica, antes de cualquier otra consideración.

No creo que se pueda decir que el marco de la ciencia política norteamericana sea el «pensamiento hegemónico» en el IEP. Pregúntenle a Romeo Grompone, a Carlos Iván Degregori, a Víctor Vich, a Ramón Pajuelo, por decir, y todos dirán que prefieren otros marcos teóricos. Ah, y yo no veo nada malo en el «marco de la ciencia política norteamericana», del que hay mucho que aprender, pero ojo, en el IEP, yo estoy en minoría en eso. Yo creo que hay que aprender de todas las teorías, y es incuestionable que en l

2007-03-20T19:40:47-05:00
Martín

(sigue)

No creo que se pueda decir que el marco de la ciencia política norteamericana sea el «pensamiento hegemónico» en el IEP. Pregúntenle a Romeo Grompone, a Carlos Iván Degregori, a Víctor Vich, a Ramón Pajuelo, por decir, y todos dirán que prefieren otros marcos teóricos. Ah, y yo no veo nada malo en el «marco de la ciencia política norteamericana», del que hay mucho que aprender, pero ojo, en el IEP, yo estoy en minoría en eso. Yo creo que hay que aprender de todas las teorías, y es incuestionable que en la academia gringa es donde hoy se generan más ideas, de todo tipo.

Tiene razón quien dice que el IEP no es un «proyecto de reflexión y transformación colectiva». No pues, acá la identidad es académica, no política. Hay otras ongs «comprometidas», es más, la mayoría acaso lo es, pero no el IEP. No somos activistas, y estamos tranquilos con eso. De allí viene la imagen «aristocrática» del IEP (creo que llamarla oligárquica es un error).

El IEP ¿»proyecto de ascenso social y status individual en el mundo de las cc.ss. nativas»? Repito: nuestra identidad es académica, y debe ser juzgada por la calidad de nuestro trabajo. Si por ello viene ascenso social y estatus, bienvenido sea. Siempre defenderé una buena remuneración y estatus para los intelectuales y artistas. Lo triste sería que por trabajar acá hubiera descenso y pérdida de estatus. Lo importante es no jugar solamente en la liga de las cc.ss. nativas, también en la regional y mundial. En lo personal, me preocupo siempre por publicar cosas dentro y fuera (si tienen interés, vean mi CV en mi blog).

Corto por ahora porque está muy largo. Silvio, un abrazo

2007-03-21T00:11:28-05:00
Roberto Bustamante Vento
roberto.bustamante@gmail.com
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¿puedo hablar como parte objetiva luego de estar cinco años vinculado al IEP?

creo que sí, es cierto, como en todos los lugares, hay tensiones entre fuerzas conservadoras y otras, no digamos progresistas, pero quizá sí más al tanto de lo que viene cambiando y que tienen mayor capacidad de adaptación.

irónicamente, dentro de lo que he visto, carlos iván se sitúa más en una línea acorde a los tiempos. llama la atención que fuera el propio carlos iván el padre del proyecto cholonautas.

yo más bien daría una vuelta al post, que enfoca lo generacional sobre lo disciplinario. hace quince años que un antropólogo no dirige el iep. y justamente fue el mismo carlos iván. un cambio disciplinario en la dirección podría ser señal de frescura. bueno, eso lo veremos en el camino.

2007-03-21T06:25:52-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
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¿Y no hay ningún/a antropólogo/a un poco más joven que también logre un «cambio discplinario» y sea «señal de frescura»?

2007-03-21T06:34:47-05:00
anonimo

Oye Silvio, leyendo a Martin el parecido con Del Prado parece más claro que con Diez Canseco, no? Veamos, amistades aparte, efectivamente, es dificil haber sido director del IEP y querer tener un juicio «objetivo». Obvio, es un juicio de parte.

Entonces:

a.- Más que aclarar o definir cosas, nuestro Martín como es habitual en él, expande el marco de discusión, complementa, alude, suplementa, pero no define ni responde.

Una «generación» no es sólo una mancha de patas (doctores o no). Ser diferentes no hace una generación. Una generación como la entiende Silvio es disponer de una agenda de cambio institucional que implica una ruptura. Sin ruptura no hay generación, sino posta. Ergo, no hay generaciones ni en la izquierda ni en el IEP.

b.- ¿porque los «jóvenes» no consolidaron su presencia en la conducción del IEP? Razones Tanaka:

b.1 la inercia institucional
b.2 somos pocos los doctores menores de 45 años, ay.
b.3 en el IEP todos los cambios son lentos

Ejercicio lúdico: Si cambiamos IEP por las siglas de cualquier partido de izquierda, luego «institucional» por «partidaria» y «doctores» por «militantes comprometidos» tenemos las mismas razones que se repiten para explicar porque la izquierda no cambia en este pais.

En el fondo toda institución es una fuerza conservadora que busca perpetuarse. Las cosas no han cambiado en el IEP porque nadie nunca las quiso cambiar realmente. Salvo que pensemos que reacomodarse es cambiar.

c.- Probablemente la motivación primigenia de los fundadores del IEP no era que los intelectuales y artistas ganarán una buena remuneracion y mayor estatus. Ahora si.
Prefiero pensar que aspiraban a construir un espacio para la reflexión colectiva que buscaba de manera activa (tal vez hasta activista) articularse con los cambios reales y necesarios del país. Ahora no.

Finalmente, a pesar de legitimarse en una entendida continuidad historica, los objetivos devienen en pensar con honestidad (será el trauma post-Matos Mar?) y opinar mediáticamente desde la academia.

PD: Silvio, ¿no es curioso que a Diez Canseco le digan también el «histórico»? Entiendo que a Del Prado le decian algo asi.

2007-03-21T20:52:08-05:00
Julio

O sea que si Cecilia Blondet es directora, diríamos también que hay un cambio disciplinario, y que la «Historia» está dirigiendo el instituto, cuando esta ¿área? practicamente no existe. Que baboso! Lo peor es que dentro del Instituto no se quiere ver el DAÑO que han creado a la institución. «Bravo…Qué lindo consejo directivo», fueron las palabras de Blondet cuando se eligió a Marcos Cueto (los menores de 35 años nunca lo han visto en el instituto), Carolina Trivelli (se sabe que toma el té 3 veces por semana con Blondet), Natalia Gonzalez (lo único que se sabe es que hace el té 3 veces por semana en casa de Blondet) y Blondet misma.

2007-03-21T21:24:41-05:00
anonimo
tanaka dignidad!

2007-03-21T23:20:37-05:00
Rafael

Ya no recuerdo a quien en esta discusión se le ocurrió comparar una institución académica con un partido político de izquierda. ¿Que tiene que ver? ¿Solo porque muchos del IEP son de izquierda? Es como comparar a Unidad Nacional con una empresa. Completamente absurdo. Es alucinante como la mala leche se mezcla en comentarios que se pretenden razonados. El que en el IEP no hayan recambios es absolutamente preocupante, pero definitivamente los motivos de ello van por otro y las antipatías de algunos hacia Diez Canseco o Del Prado no tienen nada que ver en el asunto. De otro lado, es absurdo comparar el perfil que debe tener un intelectual dedicado al periodismo o al análisis político (como el de los supuestos turcos) con el de uno dedicado a la investigación, que es lo que ocurre en el IEP. No digo que una actividad sea mejor que la otra, pero definitivamente son distintas. En el mundo académico, por su lógica propia, es mucho más difícil acumular prestigio y reconocimiento, y, por lo tanto, que quienes tienen perfiles propios logren trascender. Además, no siempre esos perfiles propios son los mejores. No siempre el canon académico es malo. La alusión que hace Tanaka a los títulos no es superflua. La “moneda” del mundo académico es distinta a la moneda de la política o del periodismo. Es una moneda medio patética pero definitivamente es distinta, y eses no es un problema de izquierdas y de derechas, sino de la forma en que se ha constituido la academia en general.

2007-03-22T00:29:30-05:00
María

Suscribo lo que dice Julio. Además, los del nuevo consejo directivo están fuera. Blondet es directora ejecutiva de PROETICA y Cueto trabaja a tiempo completo en la Cayetano Heredia. Mucho té y poca presencia.

2007-03-22T02:25:34-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
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Quisiera invocar a todos a bajar un poco el tono agresivo e insultante de los comentarios. En caso contrario, me veré obligado a editarlos. Así también exhortaría a que nos centremos en temas de fondo antes que en dateadas de pasillo. Si alguien está al tanto de un detalle que quiera comunicar, bienvenido sea, pero tratemos de verlo en perspectiva, sino algún indicio potencialmente importante se queda en mera chismería. Gracias.

2007-03-22T05:28:32-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
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Quisiera tomar como indicador de «mancha» la métrica que ha propuesto Martín: la cantidad de doctores.

Cuento a 13 investigadores /as principales en el IEP, de los cuales 7 son doctores/as (Cotler, Degregori, Tanaka, Contreras, Barrantes, Grompone, Vich). De estos/as cuatro son «jóvenes» de menos de 50 años, y dentro de esos/as cuatro, dos de menos de 45. De los/as 6 que no son doctores, 2 tienen maestrías o equivalentes, y 4 pregrado (se menciona su carrera – cargos, libros y honores-, pero no su grado académico).

Entre los 18 investigadores/as no principales, 3 son doctores/as (Ames, Huber y Hernández), 7 son másters y 8 tienen pregrado.

No me voy a a poner a ver la edad de cada uno, pero no tener doctorado no parece ser óbice para ser considerado/a investigador/a principal. La fracción de gente con post-grado (doctorado+máster) no es mucho mayor entre los principales (9/13) que entre los no principales (10/18 ). La verdad es que no veo dónde está el problema de la «falta de masa crítica» y «hacer mancha». La generación anterior no comenzó con doctorados ni másters. De hecho, al estar dedicada más activamente a la política partidaria los obtuvo mucho más tarde que las nuevas generaciones o nunca los obtuvo, como que gobiernan sin tener los títulos académicos usualmente requeridos en instituciones académicas… Por ahí no va el poder..

2007-03-23T19:22:11-05:00
Roberto Bustamante Vento
roberto.bustamante@gmail.com
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silvio: lo que no me queda claro es si realmente esa generación de la derecha logró algo… ¿dónde están? ¿cuáles son sus partidos e instituciones?

además, en tu mapa de «históricos» y «nuevos», como que falta más bien la generación de los 80s, ¿no? creo que la crítica más fuerte es hacia ellos.

2007-03-23T22:36:57-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
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Hola Roberto,
Bueno sí lograron algo: cuando las derechas quedaron reducidas a su mínima expresión electoral en 1985, contraatacaron y le ganaron la batalla de las ideas a las izquierdas a fines de los ochentas. Las izquierdas tenían cientos de ONGs y las derechas con una sola, el ILD, descuadraron a las izquierdas. Sí, Vargas Llosa perdió en 1990 contra Fujimori, pero su programa fue el de aquél.

Como comentaba en un post, los «jóvenes turcos» ya fueron. Ahora hay otra gente en esa tienda política. El IPE, auspiciado por Roberto Abusada, un «viejo» que perdió la partida en Economía-PUC, tiene a gente nueva.

Sobre la generación de los ochentas, precisa por favor a quiénes te refieres. ¿Es a la gente de mi edad, de cuarenta y pocos? ¿Es la gente de cuarenta y muchos, como la gente del G12 de Economía-PUC: Fairlie, Matuk, Mendoza, etc.?

Saludos,

2007-03-25T01:47:42-05:00
roberto bustamante
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claro, yo me refería al momento actual. no dudo del impacto en su momento, para nada, pero me parece, que la generación que pasó por la universidad en los 80s, que vivió en las aulas la década de violencia política, no tiene ahorita espacios articulados.

quizá allí encontremos también la explicación a lo que tú observas en el iep y el recambio generacional.

2007-03-25T02:53:01-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
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Lo que no sigue quedando claro es cuál es tú métrica para aceptar que un grupo «logró algo». En tu pregunta tú lo pusiste en esos términos y te tocaría aclararlo.

Por otro lado, ¿a qué le llamas «espacios articulados»? ¿Controlar una institución como Desco o el IEP? Pues no, esos espacios son de la generación de los sesentas y setentas (Martín Tanaka puede llegar a ser director del IEP, pero eso no significa que la generación de los ochentas tenga en un «espacio articulado». La generación anterior es la que siguió mandando, ¿no?) ¿Controlar alguna facultad de alguna universidad? Pues no, ese espacio es de la generación de los sesentas. ¿Tal vez algún medio? Tampoco. Los espacios están ocupados por los de siempre. Esa es la realidad. Así haya una persona interesante que pueda estar al frente, ésta durará poco y sólo utilizarán su imagen, pero el poder real lo tienen los habituales.

Te puedo comentar al detalle lo que ocurre por ejemplo en mi área de conocimiento que es la economía. La nueva producción académica viene de gente joven. La generación mayor controla los espacios, sí, pero ya no produce. Sólo administra y decide a quiénes poner en los espacios que controlan. Cuando tiene que decir algo repite lo mismo de siempre. Claro que gracias a sus espacios son los que salen en los medios de su acceso. Pero ahí nomás. No estàn al tanto de los nuevos desarrollos académicos y se niegan a tecnificarse (ni dejan que otros lo hagan). En otras áreas hay algo parecido. Todavía estamos esperando la segunda parte de algunos clásicos escritos hace cuarenta años…

En términos políticos, pues los ochentas fueron muy diferentes a los setentas. Mientras que la gente de la generación anterior era muy radicalizada, que propugnaba irse al monte pero nunca lo hizo, la gente de los ochentas, al menos una parte importante, sí se fue al monte. No era gente meramente radicalizada. Era además gente inteligente, pero su futuro fue alguna fosa común, el extranjero, o la dispersión. Otra buena parte generó un rechazo a toda acción política y otra buena parte asumió del todo el discurso y la práctica de la generación anterior. Al final, incluso quienes estuvieron en «espacios articulados» (dado el atascamiento institucional de éstos), optaron o no les quedó otra que asumir soluciones más o menos individuales y esto es lo más interesante. Cuando en simultáneo tienes a mucha gente bailando con su pañuelo, saliendo adelante y llegando incluso más lejos que la gente mayor que procede de espacios articulados, pues estamos en realidad ante un fenómeno colectivo.

En fin. Sobre el tema, yo lo que creo es que hay mucho servilismo hacia alguna gente muy venerable. Cuando criticas a esta última te sale algún perro guardián más joven que tú, que te repite palabra por palabra, sin pensamiento propio, lo que le han enseñado sus seniles maestros. Ni se molestan en pensar en tus argumentos. Obviamente, controlar espacios es atractivo y cualquier persona raciona

2007-03-25T02:54:04-05:00
Silvio
silvi0rend0n@hotmail.com
http://grancomboclub.blogspot.com/
Obviamente, controlar espacios es atractivo y cualquier persona racional necesita tener una estrategia pragmática para salir adelante.

2007-03-26T06:07:07-05:00
roberto bustamante
roberto.bustamante@gmail.com
http://elmorsa.blogspot.com
interesante la respuesta, silvio. igual, inclusive dándote la razón en algunos de tus últimos puntos (a los que podría sumar existencia de relaciones de clientelaje en las ciencias sociales peruanas, que no son ajenas además a las propias estructuras sociales del perú), creo que el tema de las generaciones da para largo más.

efectivamente, son instituciones fundadas por las generaciones de los sesentas (y en el caso del IEP, sino antes), pero ojo, que de los fundadores quedan pocos aún vivos. en fin, déjame ordenar algunas ideas y postearé algo, que este tema, el de las generaciones intelectuales y políticas me interesa mucho.

saludos

2007-03-29T02:37:09-05:00
GRTA
stanvig@hotmail.com
Totalmente impresionada con la imagen del IEP hacia el exterior, y ojo q no me refiero a esta lavada de trapitos entre la vieja guardia y la new elite intelectual peruana, sino al graffitti del muro del IEP, en mi opinion es una …, aunq con esto de las imagenes institucionales nunca se sabe…

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