Por - Publicado el 14-12-2014

Viene de Tres capos de la CIA en el Perú 1

3. Robert Gorelick, el jefe de estación que no vino al Perú a declarar
Robert Gorelick, Don Arabian, Joseph Marques y Vladimiro Montesinos. Todos de la CIA, los tres primeros son jefes de la estación en el Perú en diferentes años; Gorriti los menciona a todos, aquí. El primer nombre salió a la luz porque fue invocado por Vladimiro Montesinos en su juicio, junto con el director máximo de la CIA George Tenet y el segundo secretario de la embajada de Estados Unidos en Lima, Tomas B. Sánchez. Montesinos quería que sean convocados a declarar sobre las acusaciones que se le hacían. El tribunal anticorrupción le aceptó el pedido, pero estos ciudadanos de los Estados Unidos no accedieron a declarar en ese juicio, aquí. Como funcionarios públicos de ese país no están obligados a declarar a tribunales extranjeros.

En el Perú ha prevalecido la imagen, en buena cuenta construída por una prensa muy afín a la embajada de los EEUU, de que Montesinos actuó solito en todas sus acciones. Gustavo Gorriti aquí, aquí y especialmente aquí, que ya señalamos, detalla las relaciones de la CIA con Montesinos como algo «reiniciado» a partir de la campaña electoral de Fujimori en 1990, sutilmente pintando a un Montesinos capaz de meterse al bolsillo a los agentes de la CIA y funcionarios de la embajada. No la presenta como una relación sistemática en que las responsabilidades e iniciativas recaigan principalmente en los funcionarios estadounidenses. Muy conveniente. Igualmente Angel Páez cuenta la historia, aquí, exculpando a los jefes de Montesinos en la CIA:

Tenet no es el hombre
Vladimiro Montesinos Torres y no la Agencia Central de Inteligencia (CIA) está en el banquillo de los acusados por el contrabando de los fusiles Kalashnikov a las FARC. Pero obviamente existen suficientes indicios para demandar a la justicia norteamericana que declaren los agentes de la CIA que mantuvieron estrecha relación con el ex asesor entre 1990 y el 2000, y no necesariamente el jefe George Tenet.

Angel Páez fijaba el concepto de que «Montesinos y no la CIA está en el banquillo de los acusados» en la mente de la ciudadanía peruana.

El Perú fue el teatro de operaciones de una batalla entre diferentes agencias del gobierno de los EEUU. Si la Unión Soviética era un país de partido único, los Estados Unidos son un país de dos partidos que se alternan y tienen cuotas de poder en el estado. Lo vemos en la actualidad con el informe de las torturas, un senado (todavía) demócrata fiscaliza a una CIA defendida aguerridamente por los republicanos. Ocurre que si bien todas estas agencias coincidieron en impulsar el retorno del poder oligárquico y el encumbramiento del neoliberalismo durante el régimen de Fujimori, discreparon en dos aspectos cruciales: la democracia y los derechos humanos. Bajo el gobierno de Clinton, el Departamento de Estado se convirtió en un cuestionador del fujimorismo e impulsó en el Perú a organizaciones no gubernamentales que acabaron por tumbarse al fujimorismo. Fue una versión acelerada de lo que hicieron en Chile: sangriento golpe en los setentas, neoliberalismo y en los ochentas transición a la democracia con continuidad del neoliberalismo, bajo el esquema del bipartidismo concertacionista.

Detalles al respecto ya los hemos contado en este post. Montesinos fue el hombre de los EEUU en el Perú, siendo el climax de su reinado la visita del general Brian McCaffrey.

Las confrontaciones sociales en los EEUU tiene su expresión política en parte en el juego entre republicanos y demócratas, es parte de la democracia, pero también entre diversas instancias del gobierno. No faltan tampoco demócratas que apoyan la «mano dura», que apoyaron a Reagan y hasta a Bush, ni republicanos que apoyan a demócratas, a Obama por ejemplo (un caso es el ideólogo Francis Fukuyama).

Hubo un hecho que volteó totalmente la correlación de fuerzas entre agencias e hizo que el Departamento de Estado dirigido por Madeleine Albright pusiera contra las cuerdas a la CIA dirigida por George Tenet: el tráfico de armas de Jordania a las FARC. Esto lo hemos comentado aquí:

el tráfico de armas de Montesinos a las FARC, el caso que haría entrar en cólera a Madeleine Albright, secretaria de estado de los Estados Unidos, y que determinaría que el gobierno de los Estados Unidos se desmarcara definitivamente de Montesinos, quien trabajaba para la CIA. Un lío entre agencias estadounidenses que contribuiría a la caída definitiva de Fujimori.

Esta fuente lo cuenta así.

Tan pronto como las noticias llegaron al Departamento de Estado, el Jefe de la C.I.A. recibió una agitada llamada de Madeleine Albright, pidiendo explicaciones. Unos días después Albright y la Asesora Nacional de Seguridad Sandy Berger emitieron una directiva para reducir fuertemente los vínculos de inteligencia con Montesinos y asegurar que sus enlaces con los narcóticos fueran cortados efectiva y permanentemente.

En el Perú destaparía el tráfico de armas de Jordania a las FARC la agencia Imedia de propiedad de León Rupp, cuyos periodistas estrellas eran Fernando Rospigliosi y Cecilia Valenzuela, aquí. Gente de inteligencia, afines también a agencias estadounidenses, entonces rivales de Montesinos.

Ante la opinión pública quedó como que Montesinos era el único responsable de este tráfico. No la CIA. Esta versión de 2000 del New York Times pone las cosa como que Montesinos, un mero aliado, sorprendió a la CIA, y que fue un asunto del gobierno peruano dirigido por Fujimori, no del gobierno de los EEUU a través de la CIA.

Pero hay otra versión de las cosas.

El procurador Ronald Gamarra, según esta fuente, estuvo convencido de que la CIA sabía del tráfico de armas.

«En el tráfico de armas a las FARC, Montesinos pudo haber tenido el apoyo de la CIA. No tengo evidencia dura de eso, pero varias pistas indican que es probable», señaló Gamarra.

El énfasis del New York Times, aquí, sobre las declaraciones de Gamarra es otro:

El Sr. Gamarra dijo que no había prueba de que la CIA supiera de antemano que las armas irían a parar a manos de los rebeldes. Dijo que el tribunal buscará el testimonio adicional del director de la inteligencia central, George J. Tenet, y del oficial de la CIA en Lima, Robert Gorelick. Los funcionarios de los EEUU no comentaron nada inmediatamente.

Según Sally Bowen y Jane Holligan la CIA no sólo sabía sino que tuvo la iniciativa del tráfico de armas. En «El espía imperfecto», p.408, afirman:

No se sabe con certeza quién tuvo la idea de vender armas a las FARC. Si la semilla fue sembrada por la CIA en la mente de Montesinos o si fue un plan solitario desarrollado por éste que la CIA detectó, pero que decidió, para sus propios fines, dejar que continuase. Es factible que algunos agentes de la CIA formasen parte del plan desde un inicio.

En cualquier escenario, la CIA está metida del todo, por sembrar la idea o por dejar actuar a Montesinos. Y a continuación señalan que en realidad el objetivo de la CIA era «convencer a las autoridades colombianas para que apresuraran el ingreso de los Estados Unidos a Colombia» y a la vez «desenmascarar a Montesinos». Fue una «operación multipropósito encubierta». En ese momento el presidente colombiano Pastrana estaba negociando un acuerdo de paz con las FARC, mientras el gobierno de Clinton torpedeaba las negociaciones aprobando el «Plan Colombia». Por entonces Fujimori criticó duramente las negociaciones colombianas, jactándose de cómo manejó la toma de rehenes en la casa del embajador del Japón y llegando incluso a movilizar tropas a la frontera con Colombia. La venta de armas a las FARC contribuía a aumentar su belicosidad y a alejar la posibilidad de una paz negociada.

En 2009 un ex agente de la CIA, Franz Boening, ver aquí, logró desvelar el vínculo entre Montesinos y la CIA:

“Es casi seguro que Montesinos utilizó herramientas y apoyo burocrático de la CIA para realizar sus delitos”, denunció Boening.

El asunto no queda ahí. Una vez que Montesinos cayó en desgracia, hay indicios de que la CIA lo ayudó a escapar a Panamá. El ex-agente de la CIA, Michael Goodman, aquí o aquí y ahora profesor de la Universidad Johns Hopkins, de pasadita suelta lo siguiente:

La CIA ayudó a Montesinos a escapar del país en septiembre de 2000 apra evitar que la enjuicien por crímenes que incluyen la masacre de civiles inocentes a comienos de los 1990s.

La fuga de Montesinos no fue un acto individual de él y algunos cómplices, sino que contó con la ayuda de la Agencia. Bueno, en tiempo real Madeleine Albright reconoció ante el congreso de los Estados Unidos que habían apoyado la salida de Montesinos a Panamá, incluyendo gestiones diplomáticas antes ese país:

Se volvió muy evidente, tras conversar con nuestros amigos de América Latina, de que él no debía estar en Perú en una situación que por el momento es muy frágil», afirmó Albright.

El fin de semana pasado, Estados Unidos encabezó los esfuerzos para conseguir que Panamá recibiese en su territorio a Montesinos, a través de una gestión del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, respaldada además por varios países de América Latina.

«Apoyamos su salida a Panamá pero no la inmunidad, y el no está libre de que se presenten cargos en su contra», aseguró Albright.
Albright evoca «verdaderos peligros» si Montesinos permanecía en Perú

Fujimori ya había logrado su segunda reelección y apuntaba a consolidar el tercer fujimorismo. El escándalo del tráfico de armas de Jordania a las FARC estalló en agosto de 2000, aquí y aquí. En septiembre Montesinos ya se había escapado del país. Luego Fujimori viajaría a Washington a reunirse con Albright y Berger, aquí, aquí y aquí. Poco después él también se escaparía del país.

Cynthia Cotts del Village Voice señala bien clarito aquí:

En septiembre de 2000, cuando el jefe de espías se escapó por primera vez del Perú, la CIA haría un fuerte lobby para concederle asilo político en Panamá. En realidad, si los EEUU hubieran tenido una posición más dura, el Don Corleone del Perú habría sido encarcelado meses antes.

Incluso la España de Aznar quiso intervenir, llevándose a Montesinos de Panamá a Marruecos, aquí.

Luego de que la CIA lo llevaría a Panamá, Montesinos reaparecería en Venezuela, supuestamente gozando de la protección de Chávez. Se armó una gran campaña. Se dijo que Chávez protegía a Montesinos. La historia fue construída por periodistas como Guillermo González Arica, la revista Caretas, Gustavo Gorriti y la periodista venezolana antichavista Patricia Poleo.

montesinoscirugia <---La cambiada cara de Montesinos según la revista Caretas, aquí.

También se dijo que Montesinos se había hecho una cirugía plástica para no ser reconocido (esta idea la sembró la venezolana antichavista Patricia Poleo y el diario de su familia). Pero cuando lo capturaron, apareció con la misma cara de siempre, como comentamos aquí. La cirugía plástica de Montesinos era una mentira. Ningún periodista volvió a tocar el tema. El notición de su captura tapó todo lo anterior, y el crédulo pueblo peruano atracó con el teatro.

Jeremy Bigwood aquí, y aquí en castellano: Compran a la prensa venezolana con dineros públicos de EE.UU. señala lo siguiente al respecto.

[IPYS ]es una organización periodística basada en Perú que comenzó con financiamiento de USAID, y que ha seguido recibiendo dinero de USAID mientras lanza una serie de ataques contra Chávez. Se ha opuesto explícitamente a Chávez desde el año 2000, cuando lo acusó falsamente de dar refugio al jefe de espías del dictador peruano Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos (las propias autoridades de Chávez arrestaron posteriormente a Montesinos y lo extraditaron a Perú).

Bigwood lograría la desclasificación de archivos sobre Montesinos. Gustavo Gorriti de IDL-Reporteros lo entrevista aquí. El NSA publica varios archivos sobre Montesinos, varios conseguidos gracias a Bigwood aquí.

Fue una campaña mediática que tuvo todo el sabor de la CIA tratando de tapar su responsabilidad usando a Montesinos en forma «productiva», en un montaje destinado a socavar al chavismo. Es la lógica del caso Irán-Contra: se queman en Irán, pero la arreglan apoyando a los contras nicaragüenses. En este caso se queman en el Perú y la arreglan socavando a Chávez. Además, ya eran los tiempos de Bush, ya no estaba Albright, y las prioridades de los EEUU en América Latina eran otras.

Cotts, del Village Voice, añade:

la indignación sobre Veneuela protegiendo a Montesinos parece un poco hipócrita, dado el apoyo de largo tiempo de los Estados Unidos al jefe de espías peruano.

Y critica a medios como el New York Times por señalar que la CIA trabajó con Montesinos, pero ignorando que Montesinos supervisaba a escuadrones de la muerte y que recibía sobornos de narcotraficaantes. Critica también a The Washington Post y Los Angeles Times por lanzar historias sobre Montesinos basadas en citas grandilocuentes de funcionarios no nombrados de la embajada de los EEUU en Lima. A continuación critica al embajador John Hamilton quien «tiene buenas razones para «masajear» esta historia» porque «Montesinos tiene el poder de exponer las sórdidas actividades de la CIA, que tiene una oficina secreta en la embajada de los EEUU en Lima«. Cotts critica también a Isabel Hilton del New Yorker, por contar una historia sobre Montesinos llena de detalles sobre cómo llegó al poder, pero sin una sola palabra sobre sus vínculos con la embajada de los EEUU en el Perú.

Según Jeremy Bigwood:

Los Estados Unidos han hecho un trabajo increíblemente bueno de voltear los recuentos de noticias sobre Montesinos, con el resultado de que el gobierno de los Estados Unidos resulta ser el héroe de la película en vez del villano.

Lograron incluso presentar la revelación de los vladivideos como un hecho de tipo personal (cosa de Pinchi Pinchi), aquí, a través de algún «patriota», cuando suena a que fue una movida de la propia Agencia contra su colega en desgracia. También se dijo que Montesinos grababa los videos por “manía”, para chantajear a sus filmados, o por un síndrome de Nixon (Gorriti, aquí) cuando éstos más pintan como las evidencias que Montesinos juntaba para sus jefes de la CIA.

Así fue que la CIA pudo capear el temporal en el Perú. En un mar de desinformación y montajes, descargaron toda la responsabilidad en Montesinos y protegieron a la Agencia. Así ocurrió con Manuel Contreras en Chile, el general torturador que también estaba en planilla de la Agencia, o con Manuel Noriega de Panamá, quien trabajó para la CIA y luego fue la excusa para que los EEUU invadieran Panamá. Negocio redondo. Esto ocurrió incluso a comienzos de los 90s, en que una unidad anti-drogas de la CIA envió una tonelada de cocaína de Venezuela a los EEUU, aquí. ¿Condenaron a la CIA por eso? No, sólo los acusaron de «negligencia» y un funcionario, Mark McFarlin, tuvo que renunciar. A quien sí condenaron por ello fue a un general venezolano, Ramon Guillen Davila, aquí.

A los pocos meses, en 2001, la CIA volvió a cometer otra barbaridad en el Perú matando a una misionera y a su hija de siete años en la selva. Si esa misionera y su hija hubieran sido peruanas, que las parta un rayo, como con las víctimas inocentes que la CIA ayudó a matar en el Perú. Pero como son ciudadanos de los EEUU, el asunto se investigó en el senado de los EEUU. Ver aquí la noticia de una primera comparecencia en el senado en 2001 y aquí en 2010 que el senado de los EEUU encuentra culpable a la CIA por estas muertes. El gobierno les pagó una reparación de ocho millones de dólares. Ver aquí el reporte de la CIA sobre este hecho. El video mismo del derribo de la aeronave con los misioneros, lo compartimos con los lectores años atrás en este post:

La moraleja es que pueden hacer lo que sea con gente de otros países, a la CIA no le pasa nada; pero si la CIA tiene algo que ver, así sea indirectamente, con hacerle daño a algún ciudadano de los EEUU, recién ahí la Agencia está en serios problemas.

Yapa: Los franceses también fueron muy directos en acusar a Montesinos por perjudicarlos en la minera Yanacocha a favor de Newmont. Lo acusan directamente de trabajar para la CIA con el apoyo no sólo de esa agencia, sino del embajador Dennis Jett, aquí:

Cree usted que el gobierno de los EEUU y/o Newmont Mining estaban influyento en Montesinos?

Tal vez el Sr. Montesinos no necesitó ser influído. Él sabía exactamente dónde estaban sus intereses. Usted sabe que el Sr. Montesinos era un hombre de la CIA man, trabajaba para la CIA, para los intereses de los Estados Unidos. Mis colegas estadounidense siempre estaban hablando a favor de la Newmont, siempre.

Sus colegas estadounidenses, ¿quiere decir, el Departamento de Estado?

Especialmente mi mejor amigo, Denny Jett, que era embajador y un hombre democrático. Cuando la Corte Suprema [Peruana] votó, dijo que esa era la prueba, la razón de que él [Montesinos] estuviera de parte de Newmont. Dijo eso, a pesar de que sabía que hay algunos problemas en la justicia peruana. Era muy honesto sobre eso.

¿Pero el embajador estadounidense obviamente estaba promoviendo la causa de una compañía estadounidense?

Ciertamente, creo que recibió una clara instrucción par ello.

Pero, claro. Esto para los EEUU no es nada delictivo, sino algo normal. Después de pillado Montesinos, Jett declaró a La República: lo contundente de la información está en Lima Washington no tiene.

4. El jefe de estación Richard S. Welch en los cables de la embajada
Un caso verdaderamente trágico, que analizamos extensamente en este post 1972-1975: el jefe de estación de la CIA en el Perú, por lo que no nos explayaremos tanto, fue lo ocurrido con este Jefe de Estación de la CIA en el Perú. Resulta que en una suerte de anuario oficial publican el nombre de este señor como jefe de la CIA en el Perú, con lo que lo exponen. Un grupo terrorista en Grecia lo asesina.

Este señor era todo un intelectual. A veces se piensa, tal vez por las películas que los agentes son como James Bond o el Superagente 86. Pero, como se trata de un trabajo de inteligencia y de información los más altos cargos suelen ser detentados por gente intelectual, con toda una red de asesores en las mejores universidades de los EEUU. Richard Welch era un intelectual especializado en griego antiguo. Como intelectual Welch era apropiado para el cargo en el Perú, donde la red de la CIA movia a harta gente de letras, especialmente periodistas (ver 1976. La red de la CIA en el Perú).

Pero no le cayó bien el Perú, donde se enfermó de hepatitis y lo tuvieron que evacuar del país. Qué mejor que Grecia para un hombre que manejaba el idioma y tenía una formación «clásica».

Lo interesante es que Welch también aparece en los cables de la embajada de los EEUU en el Perú expuestos por Wikileaks. Desde luego que no sale como “jefe de la estación de la CIA en el Perú”, sino como un trabajador más, al cual le han atrasado el pago de su sueldo o al cual hay que evacuar de emergencia porque está enfermo.

NATIONAL SAVINGS & TRUST CO. HAS NOT RECEIVED ALLOTMENT CHECK FOR RICHARD S. WELCH FOR PAY PERIOD 12. PLEASE CHECK, TAKE NECESSARY ACTION AND ADVISE POST. PLEASE PREPARE SOONEST SUPPLEMENTAL PAYROLL FOR FAA EMPLOYEE, FSL MARIA ELVIRA ESCUDERO. BELCHER
https://search.wikileaks.org/plusd/cables/1973LIMA05127_b.html

Y en este otro cable se informa que el «Special Assistant» Richard Welch tiene que hacer un viaje especial por razones médicas.

Una vez más, como ocurrió con José Rodríguez, hay una encripción semántica. A pesar de que se trata de una comunicación interna y confidencial, nunca se explicita que el funcionario en cuestión es de la CIA. Es un simple trabajador o asistente de la embajada, que ha tenido atrasos en el pago de su sueldo y que luego tiene que viajar de emergencia.

La CIA en el Perú es una organización secreta, pero tiene su centro de operaciones en la tan visible misión diplomática de los EEUU. Su gente en el Perú siempre ha funcionado bajo la cobertura de ser simples asesores, trabajadores de la misión diplomática o, como Rodríguez, jefes de las NAS. Acaso podría ser algún Poloff, Emboff o Polcoun de los que salen en Wikileaks recibiendo información de los diversos informantes que tienen en el Perú.

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Enlaces a este artículo

  1. Tres capos de la CIA en el Perú 1 » Gran Combo Club
    14-12-2014 - 11:31
  2. 1973-1975: El terrorismo derechista » Gran Combo Club
    09-02-2015 - 17:15

Comentarios a este artículo

  1. alan gracia perez dijo:

    Atando cabos.

  2. Pedro Crisanto dijo:

    Menos mal que la CIA se preocupa del Perú, con tanto humanoide corrupto y krapula ya no existiriamos como pais, no hubieramos recuperado Tacna y el cerdo inmundo de Abimael Guzman seria el Dictador eterno del bestializado pueblo peruano. Con tanta corrupción y falta de valores en nuestra clase dirigente, hemos condenado al cuarto mundo al pueblo peruano, sino preguntele a los médicos que le sucede a un ser humano cuando de 0 a 5 años esta desnutrido y anemico, pues luego jamas aprobara pruebas de razonamuento logico matematico y comprensión lectora, tampoco sera un buen atleta sino veamos que nunca hemos tenido atletas olimpicos destacados, nuestra raza peruana esta involucionando desde el siglo XVI hasta ahora, porque los presidentes del Perú y toda la maldita burocracia solo se ocupan de robar y dejar robar.