Por - Publicado el 04-06-2020

«La Gran Estafa» (LGE) fue obra principal de Eudocio Ravines. Tuvo otros libros como «América Latina: un continente en erupción», «La gran promesa», «Capitalismo o Comunismo», «El Rescate de Chile» y «El antimanifiesto comunista». Pero ninguno de estos trabajos tuvo la proyección o la influencia que tuvo LGE. De hecho, todos sus otros trabajos no son muy originales y más aún, son trabajos en que se repiten discursos trillados y guerrafriístas hasta versiones desinformativas amparadas por la CIA, notablemente la versión que Cuba castrista estaba complotando con Ecuador para desconocer el Protocolo de Río de Janeiro, aquí. Esa volada estuvo detrás del allanamiento y saqueo de la embajada de Cuba en Lima en 1961 y el rompimiento de relaciones del Perú pradista con Cuba, lo cual acabó con la iniciativa de expulsión de Cuba de la OEA), aquí. No hubo puntada sin hilo.

En este post trataremos de ver en conjunto cosas que se han venido virtiendo sobre Ravines y La Gran Estafa. Comenzaremos estableciendo que su principal libro fue hecho por gente de la CIA y señalaremos cómo mucho de lo que Ravines dijo es de cuestionable veracidad. Esto lo han dicho por separado varios investigadores sobre temas específicos señalados por Ravines. Aquí daremos paso a verlo más en su conjunto.

Desde luego que Stalin y el estalinismo cometieron atrocidades en Rusia y en España. El tono del presente post no es que Ravines mintió sobre un inmaculado comunismo realmente existente. Pero la precisión es importante. El estalinismo cometió atrocidades varias, pero Ravines no fue un observador ocular, un testigo directo, sino esencialmente un comunicador de un mensaje anticomunista.

Lo que sale en La Gran Estafa como un testimonio personal de alguien que estuvo en los altos círculos de poder comunista sería más bien una fabricación con fines de propaganda y de presentarlo como un insider. Ravines no era tan hábil, como que escribió su libro con ayudas y después no escribió nada de similar calibre, aunque siempre fue presentado como un «experto» en comunismo. Y tampoco tuvo tanto acceso a información de primera fuente sobre la jerarquía comunista.

I. El Camino de Yenán (y de Buckley y Hunt)

Ravines no escribió solo La Gran Estafa. Contó con la asistencia de un intelectual de algún peso y prosa como William F. Buckley, un intelectual anticomunista y conservador, quien trabajaba para la CIA reportando a Howard Hunt (My friend, E. Howard Hunt By William F. Buckley Jr March 4, 2007). Esa fue la primera asignación que le dieron a Buckley: supuestamente traducir el libro de Ravines. El detalle es que no se trató de traducir un libro ya publicado, o siquiera ya escrito, sino trabajar con Ravines sobre apuntes que devinieron en un libro que salió primero en inglés en 1951, con el título «The Yenan Way» (TYW). Al año siguiente recién salió LGE en México.

Buckley estaba definitivamente sobrecalificado para ser meramente un traductor. Y los indicios apuntan a que metió mano en el contenido del libro. La historiadora peruana Magdalena Chocano analiza las differencias entre TYW y LGE apuntando que en TYW se quitaron las secciones que detallan la infancia de Ravines en Cajamarca.1 Chocano abre dos posibilidades, que la traductora fuera la arqueologa Suzannah Vaillant, o «que Sue Vaillant fuera un pseudónimo utilizado por Buckley». Pues al parecer fue lo primero, como podemos ver aquí:

Si Vaillant recibió los créditos públicos por la traducción y era una persona real y no un pseudónimo, ¿cuál era la función de alguien como Buckley en trabajar con Ravines para escribir un libro?

Ese fue el primer trabajo de Buckley para la CIA bajo la supervisión de Howard Hunt. ¿Y quién era Hunt?

Hunt era un oficial de inteligencia de guerra en China, un vocero de postguerra para el Plan Marshall en París y un guionista de Hollywood. Warner Brothers le acababa de comprar su cuarta novela, «Bimini Run», un thriller ocurrido en el Caribe, cuando se metió a la CIA, en Abril de 1949.

A Hunt le asignaron a que entrene a los nuevos reclutas de la CIA en guerra política y psicológica, áreas en las que no tenía mucha experiencia, como la mayoría de sus colegas. Lo mandaron a la Ciudad de México, donde se convirtió en el jefe de la estación en 1950.2

Allí se dedicó a sembrar historias falsas de políticos para los que no había simpatía (izquierdistas)3

Luego lo tenemos en Guatemala montando la invasión y el golpe contra Arbenz que se ejecuta finalmente en 1954. El mismo cuenta sobre estos operativos en dos entrevistas en Slate, aquí y aquí. Ver también aquí.

Hunt era un adepto de la operaciones de propaganda y subversión y de realizar operaciones encubiertas. Como parte de su trabajo, repartió 100mil copias de un panfleto sobre la cronología del comunismo en Guatemala, produjo tres películas, produjo las emisiones de «La voz de la liberación» hechas en La Florida, EEUU, pero mostradas como si fueran transmisiones clandestinas en Guatemala, distribuyó fotografías trucadas de cuerpos mutilados de opositores a Arbenz.4

Hunt estuvo también metido en la fallida invasión de Bahía de Cochinos/Playa Girón en operativos de propaganda y luego en el caso Watergate.

En el libro American Spy: My Secret History in the CIA, Watergate and Beyond, By E. Howard Hunt, Greg Aunapu, Hunt cuenta cómo la OPC (Oficina de Coordinación de Política) de la CIA se dedicó a «subvertir encubiertamente la propaganda comunista en el mundo». Tenían un grupo que trabajaba en Hollywood, y se dedicaban a publicar libros de contenido anticomunista. Fue el caso de «Rebelión en la granja» de George Orwell, en el que además hicieron una película de dibujos animados, verla aquí (Wikipedia reporta también la intervención de la CIA en esta película, aquí). También rodaron 1984 de Orwell en 1956, aquí. En México, la CIA puso a trabajar al General Valentín González, alias «El Campesino» (a espaldas del FBI, que lo andaba buscando para que testifique en los EEUU contra las actividades comunistas. La CIA contactó con el en París y le sugirió que escriba sus memmorias. Hunt le asignó una «casa de seguridad» (safe house) en Cuernavaca donde le asignó a un escritor, Julián Gorkin, para que le cuente sus memorias y las escriba (el libro aquí). Hunt cuenta que la CIA no quiso que Gonzalez testificara en el congreso de los EEUU, pues eso disminuiría su credibilidad. Más importante era la propaganda que un testigo.

Hunt cuenta que «otro programa de libro similar adoptado por la OPC fue el caso de Eudocio Ravines». Según Hunt, Ravines se había desencantado del comunismo lo cual vino a la atención de la CIA, que lo contactó y mandó a vivir abajo un alias en México. Hunt consideró que era una gran oportunidad para Buckley y lo «asignó a que ayude a Ravines a concluir el libro».

En suma, estamos ante gente que sabe escribir historias y no tiene ningún problema en mentir haciendo pasar sus inventos como realidades para lograr un objetivo político. Así funciona la propaganda. Esos fueron quienes auspiciaron y trabajaron con Ravines en su principal libro.

Howard Hunt, además de jefe de estación de la CIA y especialista en operaciones de propaganda y desinformación, había sido un guionista y un novelista de Pulp Fictions.
Fuente de las imágenes, aquí y aquí.

II. No una, sino muchas grandes estafas

El libro de Ravines sale en inglés en 1951 con el nombre de «They Yenan Way» (TYW). Al año siguiente, 1952, sale en México «La Gran Estafa», aquí, que abreviaremos como LGE. En 1977 sale en Buenos Aires por Editorial Francisco de Aguirre lo que resulta ser una nueva edición, que abreviaremos como LGE2.

Magdalena Chocano en La Memoria Tránsfuga comenta sobre las versiones de TYW-LGE:

La primera edición encastellano se publicó en México en 1952 con el título de La gran estafa: la penetración del Kremlin en Iberoamérica (el pie de imprenta rezaba “Libros y Revistas”, nombre muy poco distintivo para una editorial) y de ahí enadelante se siguieron sucesivas ediciones por diversas editoriales del mundo hispanoamericano: en Santiago de Chile (Editorial del Pacífico) en 1954, y en Madrid (Antorcha) en 1953 y 1958, y en Buenos Aires en 1974 (edición ampliada). Asimismo se publicó en Miami una edición castellana en1961 con anotaciones sobre Cuba.

Mientras que la versión de 1952 de LGE y TYW presentan las diferencias referidas por Chocano, como ausencia de la infancia en Cajamarca y de precisión en las fechas de los acontecimientos, la edición de Buenos Aires de 1974, o de 1977 que es la que tengo en mi poder, presenta claras diferencias en el contenido a lo largo del libro. Hay secciones que estaban en la edición de 1952 que no están en la edición de 1977, y a su vez secciones que no estaban en 1952 que han sido añadidas. Esto ocurre notablemente con los pasajes sobre la guerra civil española.

III. Fact checking de «The Yenan Way»-«La Gran Estafa»

Lo que diga Ravines no puede tomarse a valor literal. El escritor Rafael Dummet bien señala en este post:

las versiones que Ravines ha dado sobre muchos de los hechos que relata deberían ser cuestionadas, confrontadas y debatidas, pues algunas de ellas han sido claramente inventadas (el episodio de su encuentro con Mao, por ejemplo).

Aquí hemos coleccionado siete episodios que tienen las de haber sido inventados. No cuadran. Y seguramente hay más.

1. ¿Ravines sobre Mella en 1927?
En todas las versiones de TYW-LGE Ravines se expresa positivamente del líder estudiantil cubano Julio Antonio Mella. Ravines cuenta que en la reunión de la Internacional Sindical Roja (Profintern) Vittorio Codovilla maniobró para que Mella no saliera electo representante de la Internacional Sindical Roja y así se pudiera quedar en Moscú salvándose de una muerte casi segura si regresaba a México.

Al respecto el historiador Manuel Caballero precisa que la reunión de la Internacional Sindical Roja (Profintern) se celebró en Moscú en Octubre de 1927 en coincidencia y celebración de los diez años de la revolución de octubre. Caballero señala que aunque no existe evidencia escrita de tal asamblea, en diciembre de 1927 se celebró una reunión de algunos latinoamericanos que pertenecían a la Profintern.

Caballero sostiene que [e]n cuanto a la lista de asistentes, las diversas fuentes son no sólo contradictorias, sino bastante descuidadas. Así, es casi imposible que Mella estuviera allí presente.

Manuel Caballero comenta que «Julio Antonio Mella fue a Moscú poco después del Congreso de Bruselas de la Liga Antimperialista (febrero 1927) y estuvo alló no más de mes y medio. Después de retornar de la URSS en la tercera semana de junio, 1927, Mella comenzó a escribir varios artículos para El Machete sobre sus impresiones..»5

Mella no pudo estar en Moscú en ni en octubre ni en diciembre de 1927. De hecho, las fuentes que eso sostienen se basan en Ravines.

En realidad, en TYW-LGE Ravines comenta que Portocarrero y Bazan le hablaron sobre «los acontecimientos que dieron lugar a la trágica muerte de Julio Antonio Mella». Es decir, Ravines no estuvo en la reunión de la Profintern. Escribió sobre algo que supuestamente le fue contado.

Ravines responsabiliza a Codovilla y al comunismo de la muerte de Mella. Y más aún, en la versión de LGE de 1977, LGE2, Ravines acentúa esta postura. Mientras que en el TWY-LGE Ravines sostiene que Mella fue asesinado por órdenes de Machado, y sólo responsabiliza a Codovilla por no haber protegido a Mella dejando que se quede en Moscú, en LGE2 asegura directamente que Mella fue asesinado por el italiano Vittorio Vitale por órdenes de Manuilsky. Sin embargo, no hay ningún sustento para tal afirmación. No queda claro por qué si Ravines estaba enterado de tal asesinato por su experiencia directa en Moscú, no lo dijo en 1951 y sí lo afirmó categóricamente en 1977.

2. ¿Ravines con Zinoviev en 1929?

Ravines llega a Moscú después de participar en el Congreso de la Liga Antimperialista que fue celebrado en Frankfurt del Main a fines de julio de 1929. Ravines cuenta que asiste a una reunió con dos funcionarios de la Internacional, Lossowsky y Droz, en la que se conversa sobre el nombre de Partido Socialista o Partido Comunista. Y de repente entra Zinoviev y se dirige a Ravines, conversa con él efusivamente y lo compromente a regresar al Perú a colaborar con Mariáetegui y fundar un partido comunista. Y Ravines asiente con seguridad.

Posteriormente Zinoviev lo invita a su casa de campo en las afueras de Moscú (su dacha) y allí se dispuso que la Internacional Comunista mandaría una carta abierta a los trabajadores peruanos explicándoles las tareas del momento y que la delegación latinoamericana allí presente viajaría a Crimea, el Mar de Azov, Bakú y la zona del Volga.

El tema es que para 1929 Zinoviev había caído en desgracia y ya no era parte de la Internacional, cuya presencia en esa organización terminó en 1926. Zinoviev estaba replegado y a lo más era tolerado. Años depspués sería expulsado del partido y ejecutado.

Es el historiador Adám Anderle quien anota con curiosidad el encuentro entre Ravines y Zinoviev narrado en LGE-TYW:

Llamamos la atención sobre lo siguiente: Ravines, que en 1929 estuvo en Moscú, dedica la mayor atención en sus memorias a Zinoviev, con el que se entrevistó varias veces. Lo que hace meditar es el hecho de que en aquel entonces Zinoviev no era ya dirigente de la Komintern, de manera que no era inevitablemente necesario que se entrevistara con él, Ravines, quien se encontraba en la Unión Soviética como invitado de la Internacional Comunista.

Comunistas y apristas en los años treinta en el Perú : (1930-1935)Anderle, Ádám. Acta Historica; Szeged Vol. 63, (Jul 1978): 43-103.

Anderle toma este encuentro como una posible influencia zinovievista-ultraizquierdista en Ravines, que explicaría la línea política del PCP al comienzo delos 1930s.6 No ahonda en que la versión de Eudocio Ravines de un encuentro con un Zinoviev caído en desgracia no es nada creíble pues si bien entonces aún fue tolerado en Partido Comunista, fue despojado de sus funciones en la Internacional Comunista.


Foto de Zinoviev tomada por la NKVD después de su arresto en 1934. Wikipedia.

3. ¿Ravines con Mao Zedong en 1934?

También se ha señalado ampliamente la falsedad de una conversación entre Ravines y Mao Zedong en que éste le explica cómo los comunistas deben instrumentar a elementos centristas y vacilantes para que funcionen bajo sus dictados. Este pasaje es crucial pues constituye la escena central y la tesis medular de la obra de Ravines, como la razón del título en inglés.

La falsedad de ese pasaje va porque no es posible que Mao haya coincidido en Moscú con Ravines a finales del año 1934, pues Mao se encontraba en las montañas comenzando lo que se llamaría La Gran Marcha. Tampoco sabía que ésta acabaría en Yenan (o Yan’An), como lo cuenta Ravines.

Magdalena Chocano aclara este punto:

El punto más problemático fue el relativo a los comunistas chinos en la URSS. Un tal John E. Reinecke escribió a la editorial Scribner’spara cuestionar el mismo título de The Yenan Way, pues ba¬sándose en un estudiode Edgar Snow, Red Star Over China (1938), concluía que Mao no podía haber estado en Moscú en otoño de 1934, como decía Ravines, y que para entonces la marcha sobre Yenan no había ocurrido todavía18. El profesor Robert C. North, de la Institución Hoover, respondió a Reinecke (con copia a Scribner’s) diciéndole que efectivamente la historia era muy compleja y que el testimonio de Ravines era difícil de sustentar con los datos conocidos hasta el momento y le recomendaba la lectura de su trabajo Kuomintang and Chinese Communist Elites . Finalmente, J. G. E. Hopkins agradeció al profesor North sus explicaciones, comentándole las dificultades deestablecer los hechos “porque los dos bandos en el campo chino eran [tan]fanáticos” y señalando que el título elegido por Ravines no había sido muy apropiado. Decía también que había recibido muchas cartas de “exaltados izquierdistas” desde la publicación del libro.

En TYW-LGE los supuestos dirigentes chinos cuentan las cosas hablando abiertamente de Yenán, que es donde acaba La Gran Marcha.

Pero hay un detalle más, contado por el propio Ravines. A él le presentan setenta dirigentes chinos traídos a Moscú para cimentar la autoridad de Mao. Nadie le dice que está hablando con Mao, Chuteh o Li-li siang. Ravines asegura que los reconoció por fotos vistas antes o después:

Los dirigentes superiores me fueron presentados con nombres que no eran los propios. Reconocí a Li-Li Siang, Mao-Tse Tung y a Chu, por las fotografías que había visto de ellos o que vi más tarde.

Reconocer a alguien por fotos vistas más tarde significa que habló con gente sin saber quién era. También es muy poco probable que hubiera visto fotos antes de esa supuesta reunión. Esos dirigentes chinos estaban en la clandestinidad, siendo perseguidos. No había medios de comunicación como ahora en que se vieran fotos de dirigentes comunistas. Si Ravines habló con algún dirigente chino que le contó el secreto de una táctica comunista para utilizar a sectores políticos centristas, ése no fue Mao Zedong. Tampoco suena a que lo que le contaron hubiera tenido la jerarquía de linea oficial partidaria, como para ponerla como centro de una táctica política mundial


El joven Mao: ¿En Moscú en 1934?

4. ¿Ravines con Durruti y Companys en 1937?

Este punto lo señala Manuel Prendes de la Universidad de Piura en «El dios que fracasó. Conversión (ideológica) y apostasía entre los intelectuales hispanoamericanos de la guerra civil española: Octavio Paz, Eudocio Ravines

Junto con el italiano Marcucci, Ravines fue el encargado de promover la paz con los anarquistas y con el POUM. Increíblemente, logró conocer y hacerse amigo de Buenaventura Durruti –recuérdese: estamos en mayo del ’37, y Durruti murió en Madrid el 20 de noviembre del año anterior–, y después de un despliegue prodigioso de destreza diplomática consiguió la buena disposición de los anarquistas para «entenderse con el Partido Comunista, [para] deponer la animosidad, [y para] colaborar unidos en la gran tarea de ganar la guerra».[En negrita por S.R.]

En LGE2 de 1977 Ravines omite dos secciones enteras ques sí están en LGE y TYW de 1951-2: «Rusia prueba sus Armas» y «Los dos polos del hombre». En cambio, introduce una nueva sección, llamada «El Comando Supremo de la Guerra». Los contenidos de las dos secciones omitidas y la sección añadida son muy diferentes.7

En LGE2 Ravines cuenta que está en Madrid y es enviado a Barcelona a lograr una alianza con los anarquistas. Ravines narra un diálogo que supuestamente tuvo con Buenaventura Durruti. La misión de Ravines era convencer a Durruti de que «abandonase Barcelona para ir a instalarse en el frente de Madrid». Ravines precisa: «Eso me fue comunicado como recomendación personal del camarada Stalin». Ravines refiere que logra el objetivo y recibe felicitaciones personales de Stalin. Posteriormente Durruti muere en el frente y Marcucci le replica: «¿Murió en el frente? No, hombre. Lo murieron en el frente que es bien distinto».

Ravines cuenta que viaja a Madrid toda la noche y en en esa ciudad se hospeda, «como siempre en el palacio de la Alianza de Intelectuales» (el Palacio de Zabálburu). Entonces entra en su habitación el President de la Generalitat Lluis Companys a confrontarlo y acusarlo directamente a él, Ravines por haberle tendido una trampa a Durruti: «vosotros, los gangsters comunistas, matáis a los héroes del pueblo por la espalda».

El único detalle está en que los hechos que narra Ravines supuestamente ocurren en 1937 y Durruti muere en noviembre de 1936, muy al inicio de la guerra civil española. Tampoco pasa una verificación mínima que hubiera sido Ravines quien convenciera a Durruti de ir combatir a Madrid.

Durruti no estaba tampoco inerte en Barcelona. Había formado la famosa Columna Durruti que se batió en Aragón. Luego es persuadido, pero no por Eudocio Ravines, sino la prominente líder anarquista Federica Montseny de parte del gobierno de apoyar la defensa de Madrid. Monseny era ministra de salud del gobierno republicano. En realidad, los primeros en pedir la presencia de Durruti en Madrid fueron militantes de la CNT. La idea era que la presencia de la legendaria Columna Durruti levantaría la moral a la resistencia a los franquistas en las puertas de Madrid. Esto lo cuentaAbel Paz en su libro Durruti in the Spanish Revolution. Está documentado que en Barcelona el Cónsul Soviético Ovssenko le pidió al ministro de defensa de la Generalitat que envíe refuerzos a Madrid. Y también que Durruti murió en combate en Ciudad Universitaria por el disparo de un francotirador franquista. Si algo se reveló en los últimos años sobre esta muerte fue que se trató de un accidente:

«Era media mañana del 19 de noviembre de 1936. En un momento de la discusión alzó el fusil y golpeó la culata contra el estribo de nuestro coche, sonó un tiro y cayó redondo al suelo, herido mortalmente». La bala le penetró por el pecho y le salió por la espalda. Durruti murió al poco tiempo en el hospital y la CNT trasladó su cuerpo en avión a Barcelona, donde se celebró un multitudinario funeral.

Por esto mismo, es totalmente inverosímil que el Presidente de la Generalitat irrumpa en la habitación de Ravines en Madrid a increparle por la muerte de Durruti. Companys presidía el gobierno catalán y su lugar era Barcelona. Durruti es inmediatamente trasladado en avión de Madrid a Barcelona, donde Companys participa de la ceremonio de homenaje.

En suma, lo que dice Ravines en esa sección añadida en 1977 no tiene sustento alguno.

La Columna Durruti 1937.Fuente de la imagen
Barcelona, 1936. Lluís Companys (con el puño) y Josep Terradelles en el entierro de Durruti. Fuente de la imagen.

5. ¿Ravines con Nin en 1937?

Otra narración inverosímil de Ravines añadida a LGE2, la edición de 1977, es que vio a Andreu Nin muerto y a su asesino, el mismo que habría matado al cubano Julio Antonio Mella, en Castellón de la Plana. Nin habría sido apresado en Barcelona y llevado a Alicante y de ahí a Castellón.

Cuando Marcucci llegó a Alicante, la celda donde habían encerrado a Nin estaba vacía. Vitale tampoco estaba: se había marchado a Castellón de la Plana. Partimos hacia allí.

Sobre una enorme plancha de mármol yacía Andrés Nin, acribillado a tiros. Vittorio Vitale reposaba tranquilamente en la jefatura de policía. Al vernos dijo, sin que le pidiéramos explicación:

– Yo soy comunista disciplinado; cumplo las órdenes de nuestro camarada Stalin.

Si bien hay también varias versiones sobre lo ocurrido con Nin la versión comúnmente aceptada es que murió en junio de 1937 torturado por la NKVD soviética en Alcalá de Henares, nunca en Alicante. Alguien que estuvo allí no puede confundir Alcalá con Alicante. Esta confusión Alcalá-Alicante (o Alacant) más bien suena a una información mal tipeada o mal ficcionada por alguien que no domina el castellano. Tampoco Nin fue muerto por un tiro por Vittorio Vitale, sino por efectos de la tortura por un agente soviético. Y si Ravines estuvo ahí no queda claro por qué no incluyó esta versión en 1951-2. Suena a que se enteró posteriormente de la muerte de Nin a manos de la NKVD y le interesaba vender que estuvo allí y lo vio.

Sobre Vittorio Vidali (no Vitale) y Tina Modotti en relación a Mella y Nin ver aquí y aquí.


Andreu Nin, revolucionario marxista, catalán e internacionalista, una víctima del estalinismo.

6. ¿Ravines y «la caída de Belchite» en 1937?
Ravines en LGE-TYW asegura que el mando comunista estaba muy descontento por la caída de Belchite a manos de los franquistas. La ciudad había construído defensas supuestamente inexpugnables dirigida por ingenieros soviéticos enviados por Stalin. El general franquista Queipo del Llano amenazó con destruir las fortificaciones, cosa que según Ravines ocurrió, llevando a la caída de la ciudad. Entonces, Líster y Codovilla acusaron a los comunistas defensores de la ciudad de cobardía y los fusilaron sumariamente. En una escena muy dramática, estos combatientes mueren estoicamente fusilados, cantando La Internacional y dando vivas al Partido Comunista. Este supuesto hecho llevó al enfrentamiento entre Marcucci y Codovilla quien le confesó a Ravines que había perdido su fe en el comunismo.

El tema es que en la realidad la ciudad de Belchite no estaba controlada por los republicanos, sino por los franquistas y más bien fueron éstos que intentaron defender la ciudad de la ofensiva republicana ocurrida en agosto y septiembre de 1937. Esta ofensiva no fue una derrota, sino que fue exitosa. Los republicanos se hicieron del control de la ciudad que fue totalmente destruída por los combates.

¿Es creíble que hubieran acusado a combatientes comunistas de cobardía por no haber «defendido» bien la ciudad o que las «defensas de la ciudad» no fueran inexpugnables?

Todos los hechos que cuenta sobre Belchite Ravines le son supuestamente narrados por Davide Maggioni, alias Marcucci. No son cosas que él presenció. Lo mismo ocurre con los supuestos debates entre Marcucci y los funcionarios comunistas como Codovilla. No es un testigo directo de lo ocurrido. Lo que escribe no tiene ningún sentido.

Aquí hay otra posibilidad, pues hubo una segunda batalla de Belchite en marzo de 1938, como parte de la ofensiva de Zaragoza en que el ejército franquista derrota a los republicanos y acaba por llegar al mar por el río Ebro, dividiendo la zona republicana en dos. Aquí, la historia habla, efectivamente, de defensas hechas por técnicos soviéticos que no resistieron a los bombardeos aéreos y de artillería de los franquistas y nazis, como de fusilamientos ordenados por Líster a quienes se replegaran en retirada. Sin embargo, igual hay una inconsistencia con la detallada historia narrada por Ravines.

Ravines cuenta que se marcha de España rumbo a Moscú en el invierno de 1938, es decir, en los primeros meses de 1938. Es decir, Ravines no podía haber estado en España después de la retoma de Belchite por los franquistas. Y peor aún: Davide Maggione, alias Aldo Marcucci se suicida en julio de 1937. ¿Cómo podía Marcucci confrontar a Codovilla por una batalla ocurrida en marzo de 1938? No puede ser. De hecho Marcucci ni siquiera se enteró de la batalla de Belchite en que triunfan los republicanos, pues ésta ocurrió a fines de agosto y comienzos de septiembre de 1937. De ninguna manera Marcucci hubiera podido confrontar a Codovilla, acusarlo de la debacle de Belchite y contarle a Ravines sobre fusilamientos de comunistas después de ninguna batalla de Belchite. Ravines no pudo ser testigo directo de lo ocurrido en España en 1938.

Ravines cuenta que después de la batalla de Belchite él con su esposa se traslada de Valencia a Barcelona una vez que el gobierno republicado decide el traslado de la capital de la primera a la segunda ciudad. Esto históricamente ocurre en octubre de 1937. En Barcelona, Ravines le pide Codovilla que su esposa viaje con él o que ésta se vaya de España. Codovilla rechaza ese pedido. Luego Ravines cuenta que vuela de Barcelona a Toulouse, Francia, y de ahí se dirige a Moscú. Deja a su esposa embarazada en Barcelona. Para marzo de 1938 en que ocurre «la tercera purga» en que son juzgados Bujarin y otros bolcheviques, la cual también narra con ciertos detalles, Ravines ya está buen tiempo en Moscú (Ravines asegura haber presenciado ese juicio). Si estuvo en Moscú en marzo de 1938 en que ocurrieron estos juicios, de ninguna manera podría haber estado en España para de la retoma de Belchite por los franquistas que ocurrió en marzo de 1938. Ravines se reencuentra con su esposa a punto de dar a luz en París, lo cual debió ocurrir a mediados de 1938. De ahí parte a Buenos Aires de ahí a Santiago de Chile.

Otro detalle adicional es que Ravines afirma que Codovilla debate con Marcucci después de la «caída de Belchite». Como vimos, este pueblo fue retomado por los franquistas en marzo de 1938. El detalle es que Codovilla sale de España definitivamente en noviembre de 1937, Niall Binns, Argentina y la guerra civil española. La voz de los intelectuales. El italiano Palmiro Togliatti eleva un informe muy negativo sobre Codovilla a Moscú, como lo cuenta Augusto Piemonte aquí y se puede ver en los cables desvelados de la Internacional Comunista. Ese informe determina que Moscú retire a Codovilla de España.

Es decir, ni Codovilla ni Maggioni podían haber debatido (ni Ravines haber presenciado o recibido ninguna información directa) sobre la caída de Belchite ocurrida en marzo de 1938 porque ninguno de ellos estuvo en España para entonces. Codovilla no pudo estar presente ordenando u ordenando fusilar a combatientes que defendieron Belchite en marzo de 1938. Ese debate fue inventado.

(Por lo mismo, Codovilla no pudo estar en diciembre de 1937 en Barcelona hablando con Ravines. Si la conversación que Ravines cuenta ocurrió en realidad, tuvo que ser en noviembre de 1937 o antes.).

La batalla de Belchite ocurrió en agosto y septiembre de 1937. Fue una victoria republicana, fuente de la imagen.

7. ¿Ravines con Maggioni en 1937?

En TYW-LGE Ravines narra con mucho detalle la decepción y el suicidio de Aldo Marcucci, cuyo nombre real era Davide Maggioni. Según Ravines, Marcucci se suicida desmoralizado y horrorizado por las atrocidades cometidas por los comunistas en la guerra civil española. Es su palabra y palabra copiosa, pues da lujo de detalles sobre una conversación muy personal en que Marcucci le suelta toda su decepción y cuestiona las políticas de colectivización, los cierres de mercados, el verticalismo, su denuncia ante Codovilla que las defensas soviéticas no servían. Incluso Marcucci recuerda la frase de Bolívar «he arado en el mar». La relación con Marcucci se pinta tan personal y entrañable que se lee muy verosímil. Al final Marcucci le habría dicho, después de presenciar y referirle los supuestos fusilamientos a los supuestos defensores de Belchite: «esto está perdido, mi viejo…nos han estafado y … no tiene remedio». Luego Marcucci se suicidaría de un balazo casi en las narices de Ravines, quien habría entrado al lugar del suicidio y habría visto y tocado a Marcucci muerto.

El punto aquí es que esta versión de Ravines pasó prácticamente desapercibida en Italia, tierra natal de Maggioni. En ese país más bien se maneja una versión muy diferente: Maggioni estaba casado con Elena Lebedeva, una bella mujer rusa, también comunista y también dedicada a apoyar a los republicanos españoles. Entre tantas correrías esta pareja decidió tener una «relación abierta» o, como lo dicen en italiano, «cornificarse mutuamente». Al parecer a la bella Elena este arreglo implicó mucho más parejas que a Davide, quien acabó confrontándola y separándose de ella. Entre los amantes de Elena estuvieron pilotos soviéticos y funcionarios españoles, pero también y muy notoriamente el máximo líder del Partido Comunista Italiano, Palmiro Togliatti, alias Ercoli, quien habría establecido este romance ya en Moscú, antes de su llegada a España. Y la razón del suicidio de Davide Maggioni sugerida por fuentes italianas fue más bien la decepción amorosa y la humillación que sintió por su relación con Elena. En estas fuentes Maggioni es pintado en forma muy diferente a cómo lo pinta Ravines: esposo de Elena, «un comunista utópico, primitivo» que «nos ama a los dos»[A Togliatti y a Lebedeva].Frágil, borracho, mujeriego, mitómano, reconoce el halo de»Capo» de Togliatti.

Esto puede verse en dos fuentes, esta biografía de Palmiro Togliatti por Algo Agosti 8 y en un libro de Gino Longo, hijo del líder histórico el comunismo italitano Luigi Longo quien dirigió a milicianos internacionales en la guerra civil española9

Otro pedazo de información que socava la versión de Eudocio Ravines en TYW-LGE es la aportada por Olga Ulianova, quien establece que Ravines tuvo mucho mejor jerarquía como enviado de la Internacional Comunista en Chile de la que se le atribuye (en parte porque así lo vende Ravines). Quien encabezó esa delegación no fue Ravines, sino Maggioni. Pero lo más importante en este punto es que Maggioni hizo un informe detallado y muy negativo sobre las actividades de Ravines en Chile, recogiendo las quejas de los comunistas chilenos por el maltrato al que los sometía: «sus métodos de trabajo y su carácter son muy malos y merecen reproche»10 (Comunistas como Luis Corvalán y Jorge del Prado, chileno y peruano, respectivamente, siempre minimizaron el papel de Ravines tanto en Chile como en el Perú.)

La información de Ulianova no sólo reposiciona a Ravines y lo hace menos prominente en la jerarquía comunista, sino que el informe negativo de Maggioni sobre Ravines hace inverosímil que Maggioni le hiciera tales confesiones políticas. Más aún, en TYW-LGE no sale para nada la decepción personal de Maggioni, ni Elena Lebedova sale mencionada por ningún lado. Una omisión importante. Ravines simplemente no habría estado al tanto de lo que pasaba con Maggioni. De hecho Maggioni, al haber muerto en julio de 1937, era una víctima perfecta para cualquier tergiversación. De ninguna manera pudo Maggioni decepcionarse por «la caída de Belchite», pues la batalla de Belchite ocurrió después de su muerte, en septiembre de 1937, y fue una victoria republicana y luego la caída de Belchite sí ocurrió, pero en marzo de 1938, cuando Ravines ya no estaba en España sino en Moscú.

Esta información más bien establece motivo, como se habla en criminología: Ravines le tendría ojeriza a Maggioni por haber elevado un informe que contribuiría crucialmente a su expulsión posterior del Partido Comunista. Gracias en parte a ese informe, Codovilla llegaría a Chile años después y pediría de frente su cabeza, un hecho evidentemente traumático y marcador para Eudocio Ravines.


Palmiro Togliatti (Ercoli) en España, con Dolores Ibarruri y José Díaz

IV. Conclusión
Tenemos un libro auspiciado por la CIA, con Ravines trabajando en colaboración con William F. Buckley, bajo el mando de un especialista en desinformación y operaciones psicológicas, con novelitas escritas , como Howard Hunt. Un libro hecho en forma, como dicen en Argentina, desprolija, con muchas inexactitudes y momentos nada creíbles, que no sólo no son corroborados por otras fuentes, sino claramente refutados. Este sería el dos más dos que nos tendría que llevar a decir «cuatro», es decir, llegar a la conclusión que estamos ante versiones que no son fidedignas, creadas con fines de propaganda política y de establecer a Ravines como un «experto» que da un testimonio «desde dentro».

Epilogo: Lo siguiente es más conocido. A Ravines lo tenemos en varios eventos de la CIA, como anotaciones al informe secretode Jrushov al XX Congreso del PCUS, piezado por la CIA y publicado en castellano en 1956, aquí. TYW fue una fuente usada por el macartismo, es decir por el Comité de Actividades Antiamericanas de la Casa de Representantes (HUAC). Tenemos este reporte de mayo de 1956, con TYW de Ravines como fuente primaria. Sirvió también para construir un discurso sobre el avance del comunismo en Guatemala como algo externo antes que internoy justificar la intervención de los EEUU en ese país como en toda América Latina, ver aquí.

Ravines a partir de TYW pasa a integrar los círculos intelectuales macartistas de los EEUU y a escribir junto a figuras como Ludwig von Mises en The Freeman, por ejemplo aquí. Para Ravines el libro que escribió con Buckley y Hunt fue su gran tarjeta de presentación intelectual. Para Buckley y Hunt fue un gran éxito también: no hubieran podido difundir una idea-fuerza sobre el comunismo sin alguien que hubiera estado allí dentro, al menos alguito.


Tenemos también a Ravines de informante de la CIA sobre la junta de Pérez Godoy en 1962.
Informe de Ravines para la CIA, más en este post


Ravines con Prado: miren la expresión de cada personaje

  1. CHOCANO, M. G.(2004). La memoria tránsfuga: mediaciones estéticas y guerra fría en el testimonio de Eudocio Ravines. Hueso húmero. Volumen: 45. (pp. 38 – 64). []
  2. He worked as a wartime intelligence officer in China, a postwar spokesman for the Marshall Plan in Paris and a screenwriter in Hollywood. Warner Brothers had just bought his fourth novel, “Bimini Run,” a thriller set in the Caribbean, when he joined the fledgling C.I.A. in April 1949.

    Mr. Hunt was immediately assigned to train C.I.A. recruits in political and psychological warfare, fields in which he was a rank amateur, like most of his colleagues. He moved to Mexico City, where he became chief of station in 1950. He brought along another rookie C.I.A. officer, William F. Buckley Jr., later a prominent conservative author and publisher, who became godfather and guardian to the four children of Mr. Hunt and his wife, the former Dorothy L. Wetzel.
    E. Howard Hunt, Agent Who Organized Botched Watergate Break-In, Dies at 88, By Tim Weiner, New York Times Jan. 24, 2007

    []

  3. «As the CIA station chief in Mexico City, he planted false newspaper stories about politicians who were out of favor.»
    Washington Post, 2007.

    En sus memorias Hunt cuenta que fabricó una historia sobre un político mexicano izquierdista que viajó a Beijing. En ausenci, en México, hizo hacer un periódico en chino en que el político se expresaba mal de los campesinos mexicanos. Lo hizo traducir al castellano y lo repartió a los medios. Cuando el político regresó a México dijo que todo era un montaje. Pero ahí Hunt hizo trabajar a los expertos de la CIA para que corroboraran la autenticidad de periódico). []

  4. Adept at psych ops (propaganda and subversion) and running «black flights» (covert operations), he also played a role in the Bay of Pigs: He was responsible for propaganda operations and the organization of a post-Castro government. Such exploits and excesses led to the scaling back of the CIA’s prerogatives following hearings by the Church Committee in 1976.

    The CIA propaganda campaign included the distribution of 100,000 copies of a pamphlet entitled Chronology of Communism in Guatemala. They also produced three films on Guatemala for showing free in cinemas. David Atlee Phillips, along with Hunt, was responsible for running the CIA’s Voice of Liberation radio station. Faked photographs were distributed that claimed to show the mutilated bodies of opponents of Arbenz. William (Rip) Robertson was also involved in the campaign against Arbenz.
    Aquí.

    []

  5. Ver: La Internacional Comunista y la revolucioń latinoamericana, 1919- 1943. Manuel Caballero []
  6. Anderle sugiere que la política sectaria del PCP y el «clase contra clase» sería más bien una desviación colada al comunismo de entonces, antes que la línea oficial:

    Estos estrechos contactos, mantenidos en Moscú, son tanto más interesantes cuanto que en la práctica política e ideas de Ravines podemos descubrir mucha similitud con las de Zinoviev (el descuido de las relaciones con los campesinos, el rechazo de las negociaciones y pactos con los diferentes partidos, la negación de la táctica del frente único, el apremio doctrinario de la toma del poder, etc.).

    []

  7. En LGE Ravines está en Valencia y es llamado a través de Marcucci (Davide Maggioni) a que se apersone al Comité Central en Madrid a hablar con Pierre (pseudónimo de un funcionario comunista ruso) sobre temas latinoamericanos con : su discrepancia con Haya de la Torre y el Frente Popular en Chile. El ruso no entendía por qué si los comunistas hacían un Frente Popular con Socialistas y Radicales en Chile, no lo podían hacer en el Perú con los apristas. Según Ravines mientras «el radicalismo chileno es orgánica e historicamente un fuerza democrática», el Apra tiene rasgos típicos del fascismo. Ravines añadió que «el aprismo emplea métodos terroristas en su actividad política: los radicales chilenos no, nunca». Al final de esta reunión Pierre envía a Ravines a Valencia. Un chofer lo está esperando en un auto y se lo lleva a esa ciudad. Allí Ravines revisa los discursos sobre el 12 de octubre, «la fiesta de la raza» y expresa su malestar porque se presenta a Cortés, Pizarro, Valdivia y Almagro como «una gavilla de asesinos». Esto para Ravines es un insulto a los latinoamericanos. (Sobre este punto, omitido en LGE2, comentaremos en un futuro post). []
  8. Another woman in Togliatti’s life gained an increasing prominence, Elena Lebedeva – a young secretary in the Comintern apparatus married to the Italian communist Davide Maggioni. Gianni Corbi, who has pieced together with sensitivity this story, wrote that it ‘had not been, according to witnesses, a simple and banal “affair”, but on the contrary a long and profound emotional relationship in which Togliatti acted as the shining Pygmalion to Lebedeva’s Galatea. An intense bond, discreet but not to the extent of being concealed from the small family circle of the Comintern and the Italian immigration’. It is not known when the affair ended. We can speculate that if it lasted it was given a serious blow by Maggioni’s suicide in Spain in July 1937. Elena was there and Togliatti had also arrived around that time.

    []

  9. Scoppiò la guerra civile spagnola, e sia i Longo sia la coppia «di larghe vedute» andarono a combattere nella penisola iberica, con i repubblicani. Luigi Longo vi divenne ispettore generale delle Brigate internazionali, cioè responsabile politico di circa 50mila miliziani di 52 Paesi che facevano pratica di lotta armata, e di terrorismo di massa.
    Nel ’37, la tragedia. Davide Maggioni ebbe un accesso di gelosia verso Elena, che faceva l’interprete, ma soprattutto la sgualdrina, racconta Longo junior, dedicandosi «a biondi piloti russi, galanti ufficiali di collegamento spagnoli, compagni delle brigate e probabilmente anche qualche politico». Tra i coniugi scoppiò un litigio. Lui alzò le mani contro di lei, e lei lo abbandonò. Maggioni, disperato, si rivolse a Longo, scongiurandolo di far intervenire Teresa Noce per riportare la pace. Ma l’intervento per ragioni di forza maggiore non fu tempestivo, e Davide si uccise sparandosi un colpo di pistola.
    , en Donne, intrighi e potere La storia segreta del Pci

    A Mosca e poi in Spagna, dove Palmiro (ora ribattezzato «Alfredo») ed Elena si trovano nel 1937 con i rispettivi coniugi, quell’ amore si risolve in una clandestinità al quadrato. Per Togliatti, di gran lunga il più esposto, la situazione è tormentosa. I motivi di paura sono inesauribili. Timore d’ essere scoperto dai familiari e dai compagni. Sensazione d’ essere spiato. Nelle stanze del Comintern devono nascondersi dei microfoni. Nell’ universo staliniano, che avvolge la coppia, tutti accusano tutti. La diffidenza ottunde le menti. Una minaccia occulta è l’ atteggiamento del marito di Elena, «un utopista, un comunista primitivo» che «vuole bene ad entrambi». Fragile, ubriacone, donnaiolo, mitomane, riconosce a Togliatti l’ aureola del «Capo». Lo venera e ne è geloso. Che un personaggio simile assolva incarichi di controspionaggio è un ulteriore dettaglio d’ un quadro assurdo: è forse proprio lui a supporre (e a rivelare a qualche confidente) che Togliatti figuri nell’ interminabile «lista degli indagati» dalla Nkvd, la polizia staliniana. All’ irruzione del marito tradito in una villa che gli amanti hanno scelto per darsi convegno, segue una scena drammatica fra i due coniugi. Poco dopo, Davide si suicida. Siamo in Spagna, nel luglio del ‘ 37.
    Il Palmiro innamorato e la bella Elena

    []

  10. Mientras tanto, el trabajo de Ravines es evaluado en Moscú en un informe sobre la política de cuadros preparado por Marcucci, dirigente comunista italiano, quien según Ravines formó parte de la “delegación” en 1935. Ahora, como funcionario del Secretariado Latinoamericano en Moscú Marcucci pasa revista a los “cuadros” de los partidos en la región. El documento elaborado en el Secretariado Latinoamericano, se conservó en el archivo de Dimitrov. En uno de los puntos del largo acápite dedicado a Chile, Marcucci señala: “En Chile desde hace mucho trabaja el compañero Montero (dirigente del partido peruano) en calidad del instructor del Buró Sudamericano de la IC. Aunque se trata de un compañero inteligente y capaz, sus métodos de trabajo y su carácter son muy malos y merecen reproche. El sustituye prácticamente a la dirección del partido y dirige con los métodos de mando. Trata muy mal a los cuadros obreros en la dirección del partido calificándolos en las reuniones de “tontos”, “mentirosos”, “flojos”, etc. El solo decidía sobre el trabajo de los compañeros de la dirección. Como ya señalé, mandó a una provincia lejana a un secretario del partido. El es el único quien nos escribe y nos informa sobre los problemas del partido y la vida política del país, y no lo hace en forma colectiva en nombre de la dirección. Ya se le escribió en el sentido de que no se entrometiera más en los asuntos de la dirección del partido chileno, pero unos días atrás hemos recibido una carta de la que se ve que él sigue actuando de la misma manera. El ayuda al partido en plantear de manera partidista ciertos problemas políticos, pero provoca un gran descontento con los malos métodos de trabajo. Los compañeros chilenos, delegados del VII Congreso, plantearon esta cuestión ante la IC”.

    Olga Ulianova. DEVELANDO UN MITO: EMISARIOS DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA EN CHILE

    []

-

No se permiten comentarios.