Por - Publicado el 04-02-2012

[Continúa de 1965: guerrilla en el campo, terrorismo en la ciudad]

[Si no se me ha quedado nada en el teclado, con este post acabo la serie de posts sobre las guerrillas de 1965. En este post veremos los epílogos de esta insurgencia y algunas similitudes y continuidades entre ésta y la insurgencia de 1980 en adelante, en contraste con el enfoque usual de analizar estos dos procesos en forma desligada.]

1. Militares en alerta
Lo más parecido a un «Informe Final» de una «Comisión de la Verdad» que produjera el estado peruano después de las guerrillas de 1965 fue el documento Las Guerrillas en el Perú y su represión. Fue publicado en 1966 por el Ministerio de Guerra.1 Da la visión oficial de los militares que derrotaron ese intento insurgente.

2. Las atrocidades de los guerrilleros según los militares
En la página 78 del libro citado, los militares hablan de policías, hacendados y campesinos masacrados por las guerrillas:

sencillos campesinos asesinados por querer ejercer su derecho a la libertad y no comulgar con una causa insensata; policías y hacendados masacrados con sádico refinamiento; niños inocentes (como SOFIA GUTIERREZ FLORES, de nueve años de edad, sobreviviente de la masacre de YANANYAPATA, en el centro el país), consumiéndose y perdiendo la razón de pena y tristeza por los espectáculos macabros que presenciaron; haciendas prósperas que sufrieron las consecuencias del pillaje y saqueo de las guerrillas; puentes destruídos por los saboteadores; edificios malogrados por las ondas expansivas de los cocteles «MOLOTOV», etc.

Una descripción que suena muy parecida a cómo se describe usualmente la insurgencia de los ochentas y noventas.

3. Militares: «El peligro está latente»
En su informe los militares advierten que el peligro insurgente sigue latente.

el «virus» de la subversión está latente y ha penetrado subrepticiamente en las Universidades y en los colegios, en los sindicatos y en las oficinas, en los clubes y en los hogares. p. 80.

Y que el Perú necesita «dejar atrás el subdesarrollo», llegar a los pueblos alejados, dar créditos de vivienda, y

Por otro lado, la puesta en marcha del Programa de Reforma Agraria, es un acto de efectiva transformación del antiguo sistema de tenencia y explotación de la tierra, permitiendo esperar un incremento de la producción y una mejor distribución de la riqueza. p. 81

Y más aún

En esta tarea de superación integral, en que se ataca el sub-desarrollo en todos los frentes, la Fuerza Armada en estrecho enlace con otros organismos del Estado, ocupa su puesto de lucha. p. 81.

Un mensaje que sería retomado un par de años después y llevaría a los militares nada menos que a retomar el programa de las guerrillas, principalmente nacionalizaciones y reforma agraria.

4. Militares: «Las guerrillas nos hicieron pensar»
En el libro de María del Pilar Tello, «Golpe o Revolución?. Hablan los militares del 68». Editorial Sagca, 1983, varios militares cuentan sobre el gobierno militar de los setentas.

General de División EP. Aníbal Meza Cuadra:

Un militar no puede estar de acuerdo con guerrillas del tipo de las que se organizan en 1965, porque encierran caos y destrucción, pero deseo ser sincero, estoy seguro que esos hombres equivocaron el procedimiento, pero tenían razón en sus demandas. Los motivos que los impulsaron a llevarlas a cabo se sustentaban en tristes realidades ¿no es explotado el campesino?, ¿no hay hambre y miseria, mientras unos pocos acaparan la riqueza y poder para un derroche que indigna? ¿no es inhumana la vida que sufre nuestra mayoría en la miseria, ignorancia, enfermedad, desesperanza?….Al combatir las guerrillas llegamos a lugares como Púcuta, Andamarca, Satipo, el río Ene, etc. donde las condiciones de explotación rayan en lo demencial y el hombre ha dejado de ser hombre para ser transformado en bestia por la explotación y el abuso.. Sí, estoy seguro que las guerrillas nos hicieron pensar a muchos con la mayor seriedad. Era necesario suprimir esta situación de abuso y explotación sino queríamos que en el Perú ocurrieran, con las mismas banderas, peores cosas que esas guerrillas, comprometiendo quizás su futuro y su existencia misma. Los conceptos revolucionarios prenden cuando hay terreno favorable, de lo contrario no prosperan. Tan responsables son entonces los guerrilleros alucinados, como los que se aferran a mantener un orden inhumano si mañana se produce el caos y la violencia. p. 327.

Proféticas palabras. Una insurgencia mucho más violenta y generalizada estaba latente en el Perú.

Pero más aún, el propio Juan Velasco Alvarado hablaría de las guerrillas de 1965 en términos similares. En el libro «Los últimos días del general Velasco» de Augusto Zimmermann, que vimos en Velasco Alvarado, Vietnam y los Estados Unidos, se expresaría así:

los «boinas verdes» vinieron de Panamá por decisión del gobierno, pero el Ejército no los necesitaba. Nosotros estábamos de sobra preparados para terminar con el problema. Si apenas eran un puñado de idealistas, mal armados, no podían contra el Ejército. Los «boinas verdes» entrenaron más bien a la policía. Pero eso nos hizo pensar. Yo creo que la guerrilla le hizo mucho bien al Perú. Nos hizo pensar en que debían venir soluciones. Una guerrilla es una guerra interna, entre peruanos. Un país no está seguro cuando está dividido. Por eso yo quise unir a los peruanos, a la Fuerza Armada con el pueblo. Eso era un símbolo.

5. La «comisión de la verdad» de la conciencia
Nadie juzgó a los militares por las ejecuciones extrajudiciales, por los bombardeos con napalm contra los campesinos más pobres. Nada. Siempre se comentó sobre el lanzamiento de los líderes guerrilleros desde helicópteros, como un trascendido impreciso, pero nadie fue al banquillo de los acusados por eso. Desde luego que ningún civil del gobierno de Belaúnde fue acusado judicialmente por estas violaciones a los derechos humanos. Todo quedó impune. Sin embargo, al parecer hubo un lugar donde toda esta represión y las causas de la insurgencia siguieron activas: la mente de los militares, y la mente de la población en general. Acaso fue una «comisión de la verdad» en sí misma, que les ayudó descubrir la verdad de las injusticias sociales

6. Los juicios a los campesinos
Quienes sí resultaron enjuiciados fueron los campesinos que apoyaron las guerrillas. Sara Beatriz Guardia en Proceso a campesinos de la guerrilla «Tupac Amaru» de 1972 nos cuenta al respecto.2 Los juicios se realizan en febrero de 1969, ya bajo el gobierno de Velasco Alvarado.

Acusan a los campesinos de complicidad con la guerrilla «Túpac Amaru» y en las emboscadas en que los guerrillos matan a los policías comandados por el Mayor Horacio Patiño.

Acusación del Fiscal Comandante EP. Juan Quiñe Arista:
(…)
Es evidente que la responsabilidad es grande y que los acusados han tratado de eludirla en todo momento.

No pueden ser jamás aceptadas las declaraciones de los inculpados sino carecería de objeto la instrucción. Gran parte de los acusados han declarado que han sido maltratados por los policías, pero ese es un argumento manido. Anteriormente han rendido una instructiva donde no han dicho eso.

Uno ha declarado que la policía ha matado a su esposa pero él no vio eso. La bomba es decir aquí, que la policía mató a su esposa. Juan de Dios Córdova ha declaradado que su hijita está ciega, la causa se la han contado a él pero no tiene pruebas en contra de la policía. Otro acusado dice que han violado a sus primas pero carece de testigos.(…)

La defensa a los campesinos la realizan diversos abogados. Jorge Parodi, abogado de oficio declara:

Cirilo Campos Alania.- Colaboró con los guerrilleros y conocía sus actividades. Participó en el ataque a Lima-Lima donde murieron 7 policías. Podríamos pensar si no lo hubiésemos conocido de que se trataba de un guerrillero culto y enérgico; pero a través de sus declaraciones vemos que es un campesino semi-analfabeto, que se ha encontrado en el lugar de los hechos por casualidad y que no ha disparado. Este hombre no tiene el concepto de lo que es un guerrillero. El Sr. Fiscal ha pedido 20 años de petitenciaría para él, me parece una pena exagerada. (…)

Guillermo Loardo Avendaño.- Acusado de ser militante del MIR y de participar con los guerrilleros en el ataque del 9 de Junio, y del 15 de Junio en Tetacruz.
Loardo conoció a Vleando que le habló de Reforma Agraria. Viendo la desigualdad de la distribución de la riqueza, él aceptó las sugerencias de Velando. El acusado ha manifestado no ser militante del MIR sino simpatizante. El ha estado en las guerrillas como peón y ha recibido instrucción teórica pero no práctica, no utilizó armas.
El se ha adhenrido a los guerrilleros por un ideal, es un idealista que ha mostrado buena conducta y disciplina (…)

Luego siguen las defensas de Laura Caller, Arroyo Posadas, Ledesma Izquieta, Díaz Chávez y Castro Lavarello, quienes se expresan también en términos políticos.

Laura Caller:

Se tenía confianza en el gobierno de Belaúnde, que había viajado por todo el Perú con poncho y hablando en quechua. Pero la miseria y las masacres continuaron durante esos años.
(..)
Los campesinos presentes no son guerrilleros. Los guerrilleros han muerto, es sabido que a todo campesino que se le encontraba cerca a la zona se le acusaba de guerrillero.

Los problemas de los campesinos deben solucionarse. Los jóvenes que han dado su vida quisieron hacerlo. La revolución, queramos o no, continúa su marcha de día y de noche.

Ledesma Izquieta:

Se ha tratado de presentar a Lobatón y Velando como criminales, incluso los campesinos, han tenido miedo de decir que los conocieron. Y respetando las creencias del Tribunal quiero decir que estos guerrilleros no fueron de ninguna manera criminales sino que amaron profundamente nuestra Patria.

Si no hubiere habido violencia en Francia no hubiese nacido la República. Si no hubiese habido la rebelión de Túpac Amaru símbolo de la rebeldía campesina, no se hubiese conseguido la emancipación.

Estos jóvenes pensaron que no había otro camino que la violencia por eso se levantaron en armas, para luchar; pero no contra la República sino contra la explotación.

Para llegar hasta Púcuta tenemos que partir desde la plaza San Martín, donde en una manifestación, el MIR proclamó tomar las armas; por los campesinos, por la tierra, por la nacionalización de las riquezas naturales. El tiempo les ha dado la razón, el tiempo y los militares.

Los militares han tomado Talara porque poseían las armas, luego los guerrilleros no estaban tan equivocados. El Tribunal tiene que tener en cuenta que el mundo entero le da la razón al General Velasco Alvarado. Le da la razón a los peruanos, a los guerrilleros.

El Tribunal da condenas que van de un año a 15 años en prisión, siendo la más alta para Guillermo Loardo (15 años) y para Cirilo Campos (12 años). Sin embargo

El 22 de Diciembre de 1970, el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada que preside el General Juan Velasco Alvarado decretó amnistía general.
Además de los sentenciados en este juicio, salieron en libertad presos políticos vinculados al movimiento guerrillero de 1965, entre ellos: Antonio Meza, Ricardo Gadea, Héctor Béjar, Elio Portocarrero, etc. Así como también presos políticos vinculados a otras acciones revolucionarias.

7. De 1965 a 1979 y en adelante.
En su libro «Sendero. Historia de la guerra milenaria en el Perú» Gustavo Gorriti cuenta que la abogada Laura Caller también defendió a los arrestados y procesados por los sucesos de Ayacucho y Huanta de 1969. En enero de 1979 Abimael Guzmán es detenido en las redadas previas a un paro nacional. «yo no estoy en estas cosas. ¿Qué vamos a sacar nosotros con paros?» le diría Guzmán a un policía. La familia de Guzmán busca entonces a la abogada Laura Caller, quien los asesora en conseguir la libertad de Guzmán.

Gorriti cuenta en el Capítulo III cómo entre marzo y mayo de 1980 Guzmán dirige «el Segundo Pleno (o la Segunda Sesión Plenaria) del Comité Central.

El 24 de marzo, la reunión se centró en analizar los antecedentes de la insurrección armada en el Perú, en el pasado cercano. Luego de una «Visión General de las guerrillas de la década del ’60. Perú: insurrección, revolución, guerrillas», se pasó a estudiarlos en detalle. El movimiento de Hugo Blanco en La Convención fue analizado bajo el epígrafe «El camino de nuestra revolución y «Tierra o Muerte».» Las movilizaciones campesinas de 1963-64 fueron examinadas utilizando el libro de Hugo Neyra «Los Andes: Tierra o Muerte». Y finalmente, la parte más importante de la discusión se dedicó a examinar las fallas de las «guerrillas del MIR». En otro volumen de eta obra se examinarán las diferencias entre el modelo básicamente maoísta de insurrección que Sendero desarrolló, y las estrategias que se utilizaron en los movimientos mencionados arriba. En la circunstancia de esa reunión, el propósito que tuvo para los senderistas el análisis comparativo fue el de resaltar los defectos de esos otros movimientos, relacionarlos con taras ideológicas básicas, y explicar su derrota como consecuencia necesaria de éstas, antes que de las virtudes de sus enemigos. p 36.

Los lineamientos aprobados en este evento senderista luego serían repetidos en la «I Escuela Militar del Partido» iniciada el 2 de abril de 1980, donde estaban los futuros dirigentes de Sendero Luminoso. Allí nuevamente se mencionan a las guerrillas de 1965 y sus antecedentes:

El 18 de abril se examinaron los antecedentes de la inminente lucha armada. Se volvieron a revisar, en orden, la «Lucha en la Convención, 1962-63»; el «Movimiento Campesino de 1963-64»; las «guerrillas del 65»; la «lucha popular en la actualidad»; y finalmente, «el sistema orgánico (del Partido) y el inicio de la Lucha Armada». p.65-66

Si bien Sendero no se asumía como continuador de las guerrillas de 1965, es claro que sí realizó un análisis de esa insurgencia, una «revisión bibliográfica» para hacer luego algo mejor según sus estándares. El MRTA sí se consideró continuador histórico de las guerrillas del MIR y el ELN y también realizaría un análisis de esa insurgencia.3

8. Antítesis de 1965
La subversión senderista en muchos aspectos era una clara antítesis a la subversión mirista y elenista.
En 1982: Belaúnde deja escapar a Guzmán señalaba que «la organización guzmanista estaba más cerca de Monge que de Guevara». Según Guzmán, siguiendo a Mao-Zedong, el partido manda al fusil. Es decir, la jefatura no estaría como ocurrió con De la Puente y Lobatón, siguiendo a Guevara, en el teatro de operaciones. Como adelantó el siempre bien informado Gorriti a comienzos de 1990 “doquiera esté habitualmente Guzmán, ese lugar no es la Sierra”, afirmación que se comprobó como correcta en 1992. Esta diferencia significaría que la jefatura estaría en un lugar más seguro que las expuestas columnas guerrilleras o los «comandos de aniquilamiento», con lo cual la insurgencia podría durar mucho más que las guerrillas de 1965. Pero también, una vez detenido Guzmán la insurgencia no podría continuar, como se vio en los noventas, «por problemas de dirección».

Las guerrillas de 1965 serían duramente reprimidas y en parte derrotadas por la cooperación de ex-militantes y campesinos que alguna vez las apoyaron, bajo la violenta presión de las fuerzas contra-insurgentes. A los insurgentes los rematarían de un tiro, los lanzarían de helicópteros (como a Lobatón), les cortarían la cabeza (como a De la Puente). A los campesinos que apoyaban las guerrillas los torturarían para que colaboren con la contrainsurgencia. No habría lucha «caballerosa» a la Miguel Grau. Los seguidores de Guzmán no sólo estaban preparados para aceptarla en lo que se llamó «la cuota de sangre», sino al parecer a algo más: a dar el primer golpe, violento y sorpresivo, y responder violentamente a cualquier rechazo de parte de la población. Lucanamarca y otras masaces serían la aplicación de este lineamiento. El MRTA, de menor fuerza militar que Sendero, llegaría hacer cosas similares, por ejemplo, la ejecución del líder asháninka Alejandro Calderón, acusado de haber entregado a Máximo Velando a los militares en 1965.

Como comentaba en 1963: Heraud y el rechazo del pueblo:

Evidentemente, Abimael Guzmán estudió la insurgencia de los sesentas y al parecer diagnosticó que ésta fue conducida por grupos llenos de desviaciones ideológicas, que esperaban que la gente los apoye por la sola presencia del foco guerrillero. Su conclusión fue resolver el rechazo del pueblo mediante la intimidación y la violencia extrema. Las acciones de Sendero Luminoso son brutales. Se basan en el factor sorpresa y la muerte de policías y métodos aberrantes como arrojarles ácido en la cara. Inicialmente, esta conducta les da credibilidad, de que van en serio, y no serán aniquilados rápidamente, como la insurgencia de los sesentas. También sirve para que sus integrantes asuman que son “homicidas-suicidas”, que tienen que dar una “cuota” de sangre (Gorriti 1990).

Si se ve la historia de la insurgencia de los 80s y 90s, parece que les dio algún resultado, pero luego esa violencia se volvería contra ellos y generaría el rechazo manifestado en la organización de «rondas», decisivas en la derrota de Sendero y el MRTA.

9. 1965 y las izquierdas.
Las izquierdas legales de los ochentas tendrían un discurso que por un lado exaltaba a los guerrilleros de 1965 a la vez que rechazaba a los terroristas de 1980. Por ejemplo, Carlos Tapia, quien décadas después sería comisionado de la CVR y luego asesor de Ollanta Humala, en 1982 en el Diario de Marka se pronuncia contra la lucha armada de Sendero Luminoso, aunque no la rechaza por principio. La crítica a Sendero Luminoso era por su aislamiento de las masas: hacían la «lucha armada», pero no legitimaban la «violencia revolucionaria» ante las masas.


Carlos Tapia sobre las guerrillas de 1965 y sobre Sendero Luminoso.
Hacer click en la imagen para ampliarla.

10. Epílogo. Memoria y memoria
Las guerrillas de 1965 parecen haber quedado en el imaginario peruano como un hecho positivo, que contribuyó al país, a diferencia del terrorismo de los ochentas y noventas. Curiosamente incluso las derechas consideran que el término «guerrillero» tiene una valoración positiva y se niegan a aplicarlo a los senderistas y emerretistas de hace dos décadas. Las guerrillas de 1965 perdieron militarmente, pero triunfaron políticamente, al menos por algunos años. Sendero y el MRTA tuvieron un mayor desarrollo militar, extensión y duraron mucho más, pero fueron derrotados políticamente, al menos hasta ahora. Son dos memorias y dos efectos contrapuestos. Ambas fueron seguidas por dos dictaduras militares, pero si la insurgencia sesentera contribuyó a que los militares pensaran en nacionalizaciones y reformas redistributivas progresivas, la insurgencia ochentera contribuyó a que los militares pensaran en privatizaciones y reformas redistributivas regresivas.


Luis de la Puente Uceda presentado utilizando a menores en las guerrillas, por el Ministerio de Guerra del Perú.
En este material, los militares no consideraban a estos «guerrilleros» tan diferentes a lo que años después considerarían a Sendero Luminoso y al MRTA.


Relación de víctimas de las guerrillas de 1965 según el Ministerio de Guerra.
No hubo CVR para esta insurgencia. El mayor Victor Villanueva señala que hubo en total una masacre de 8 mil campesinos y 56 bajas de las fuerzas armadas, aunque el informe oficial sólo consignó 32.

  1. Agradezco a MR por pasarme el enlace a este documento. []
  2. Agradezco a RC por llamar mi atención sobre este texto. []
  3. En el informe final de la CVR se menciona un documento del MRTA en que esta agrupación subversiva analiza la derrota de las guerrillas de 1965. []
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Comentarios a este artículo

  1. Gran Combo Club dijo:

    GCC: 1965: Guerrillas latentes http://t.co/v32LNkks

  2. Ricardo Alvarado dijo:

    GranComboClub – 1965: Guerrillas latentes http://t.co/R0dLGUWa

  3. Julio Gómez dijo:

    "Tan responsables los guerrilleros como los q se aferran a 1 orden inhumano si mañana se produce el caos y la violencia http://t.co/6eSUkgHu

  4. Julio Gómez dijo:

    #70s, #60s.. "La “comisión de la verdad” de la conciencia: Nadie juzgó a los militares por las ejecuciones… http://t.co/6eSUkgHu #Belaúnde

  5. Julio Gómez dijo:

    "Quienes sí resultaron enjuiciados fueron los campesinos que apoyaron las guerrillas http://t.co/6eSUkgHu #TerrorismoDeEstado #60s #Perú

  6. Nuevo Curso NEWS dijo:

    "Quienes sí resultaron enjuiciados fueron los campesinos que apoyaron las guerrillas http://t.co/6eSUkgHu #TerrorismoDeEstado #60s #Perú