Por - Publicado el 21-08-2009

Debe haber sido a fines del año 1983. Un amigo de la universidad me comenta que el día anterior había visto a una persona por la Residencial San Felipe que se parecía a Abimael Guzmán. «Te juro que era él», me aseguraba. En aquel entonces, la mayoría de gente se imaginaba a Guzmán dirigiendo a Sendero Luminoso desde alguna zona rural de Ayacucho o Apurímac.

Años después saldría el libro de Gustavo Gorriti sobre Sendero Luminoso. En el capítulo XVI titulado «La oferta de asilo a Guzmán» cuenta «uno de los episodios más extraños en esta extraña guerra» ocurrido entre mayo y julio de 1982. Guzmán había sido ubicado precisamente por San Felipe, en la casa de su suegro en la Avenida Pershing. Aquisito nomás. En Lima.

Regis Debray, intelectual francés que estuvo con Ernesto Guevara en Ñancahuazú, Bolivia, y posteriormente funcionario del gobierno de Mitterand, escribiría un balance de las guerrillas latinoamericanas en «La crítica de las armas» en 1975 donde incluiría una reflexión sobre las dirigencias insurgentes. Casi todos los movimientos insurgentes habían sido derrotados una vez que sus dirigencias fueron capturadas o liquidadas. La disputa entre el político Monge y el militar Guevara en Bolivia la había ganado este último, pero también este último, como la mayoría de movimientos guerrilleros de los sesentas, fue derrotado, con relativa facilidad, cercado en una zona rural. Debray incidía en la protección de las dirigencias, con lo cual cuestionaba la imagen de un dirigente encabezando una insurgencia en medios rurales. Debray sugería que la insurgencia debería abandonar esa imagen, algo romántica de la dirigencia, para adoptar una actitud pragmática de preservación de la jefatura. En tal sentido, la organización guzmanista estaba más cerca de Monge que de Guevara. Había apostado por una conducción política antes que militar, rompiendo con la ola foquista anterior. Igualmente, la gente se imaginaba a un Guzmán, cual Mao en «la gran marcha» en China, montado en algún equino al frente de sus huestes, antes que en San Felipe en casa de sus suegros. Desde luego que la importancia de capturar a la dirigencia de la insurgencia no era desconocida por la contrainsurgencia.

Las informaciones policiales indicaban que Guzmán estaba en San Felipe, muy enfermo, casi agónico («cancer al riñón», en algunas versiones, «anemia aguda», en otras). El presidente Belaúnde (quien justo por esos días andaba muy ocupado trabajando con el embajador americano Frank Ortiz en un «plan de paz» para evitar la guerra en las Malvinas1, aquí) «no demostró gran entusiasmo por la noticia» y expresó que no quería que se capturara a Guzmán en esas condiciones. Belaúnde supuestamente no quería convertir a Guzmán en un mártir y luego recibir la acusación de haberlo asesinado. Los jefes militar y policial se quedaron perplejos con la reacción presidencial. Cuenta Gorriti, p 287:

Luego de haber volcado tantos esfuerzos en capturar a Guzmán y a los líderes de Sendero, resultaba que no era conveniente hacerlo.

Belaúnde entonces decidió ofrecerle a Guzmán que no sería capturado. Se le daría un salvoconducto inmediato si decidía salir del país. Para que la oferta tuviera credibilidad ante Guzmán el gobierno desactivó la operación de búsqueda y vigilancia. Los policías que merodeaban la casa de Pershing fueron retirados. El gobierno esperó la respuesta de Guzmán ante el ofrecimiento. Esta respuesta fue una ola de ataques de Sendero Luminoso y la difusión de un folleto escrito por Guzmán, que sin vigilancia policial, había escapado. Las enfermedades de Guzmán nunca fueron verificadas. Gorriti concluye ese capítulo señalando «doquiera esté habitualmente Guzmán, ese lugar no es la Sierra», afirmación que se comprobó como correcta en 1992.

Años antes, en enero de 1979, Abimael Guzmán fue capturado, como parte de una serie de detenciones por un paro de la CGTP contra el gobierno militar, en la casa de su suegro, en Avenida Pershing, en San Felipe. (Gorriti 1990, p 21). Con guayabera blanca y cooperativo, los policías que lo detuvieron no lo conocían muy bien. Guzmán diría a la policía que él no estaba metido en paros «¿qué vamos a sacar nosotros con paros?». La familia de Guzmán movió sus contactos y logró que un contraalmirante en actividad de la armada peruana «se interesara» por Guzmán ante la policía. Guzmán sería «un profesor universitario con inocuas veleidades políticas». A esta palanca se sumaron tres oficiales con rango de general, dos del ejército y uno de la policía de investigaciones. No le encontraron indicios de nada, por más que el detenido afirmó estarse preparando para la lucha armada. Lo que sí quedaba claro, ya desde entonces, es que Guzmán tenía amigos en la cumbre del poder.

A fines de 1990, también según Gorriti, Fujimori daría una contraorden que impediría la captura del dirigente terrorista, ver aquí, Caretas, cuando la policía podía haberlo detenido. Si en 1979 el país no estaba al tanto de la letalidad de Guzmán, y se puede haber tratado de un error por desconocimiento o subestimación, en 1982 y en 1990, se sabía de sobra los crímenes que estaba cometiendo. Que lo dejaran escapar en 1990 era explicable, pues Fujimori y el «imperfecto agente» de la CIA Montesinos estaban preparando un golpe de estado. Necesitaban agitar el peligro terrorista. Finalmente el golpe se ejecutaría en abril de 1992. Su justificación real no era la crisis económica, ya controlada, ni el terrorismo, que estaba siendo derrotado. Ver aquí, GCC, una explicación sobre las posibles verdaderas motivaciones. Las palabras clave son privatizaciones, AFPs y reforma laboral.

Finalmente, Guzmán sería capturado por un grupo de la policía peruana, financiado, capacitado, tecnificado y monitoreado por la CIA y algo por la inglesa Scotland Yard, meses después del golpe de estado de Fujimori, ver La CIA, García y la contrainsurgencia en el Perú. Queda en el misterio por qué Belaúnde dejó escapar a Abimael Guzmán en 1982 con justificaciones tan inverosímiles.

Bibliografía

Gorriti, Gustavo (1990) «Sendero. Historia de la Guerra Milenaria en el Perú, 1», Editorial Apoyo, Lima

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Entre abril y julio 1982, por la época de la guerra de las Malvinas, Abimael Guzmán estaba ubicado y cercado en San Felipe. La revista Oiga y El Comercio, entre otros medios, dieron la noticia. Era algo público. Sin embargo, el presidente Belaúnde dio una extraña orden de no capturarlo, oferta de asilo incluída.
Diez años después, la propaganda fujimorista utilizaría este hecho en la justificación del golpe de estado de abril de 1992, como un ejemplo de la ineficacia del sistema democrático en la lucha contra el terrorismo y como justificación que sólo la dictadura, un «estado de excepción», podría derrotar al terrorismo
Imágenes tomadas de aquí, video fuijmorista.

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«Superman» y «Caracortada», las chapas de dos agentes de la CIA que financiaron, capacitaron, tecnificaron y monitorearon (junto a alguno que otro asesor de Scotland Yard) al grupo de policías peruanos que finalmente capturó a Abimael Guzmán en Lima en 1992. Imágenes tomadas de aquí y aquí.

  1. Frank Ortiz tenía una cercana relación con Fernando Belaúnde, desde su primer gobierno, ver aquí, GCC. Es muy poco probable que Belaúnde tomara la decisión de no capturar a Guzmán y dejarlo ir del país, sin que un embajador tan cercano a él como Ortiz estuviera al tanto. Tocará esperar a que en los Estados Unidos se desclasifiquen los archivos que echen más luz sobre este crucial incidente. []
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Enlaces a este artículo

  1. 1965: guerrilla en el campo, terrorismo en la ciudad » Gran Combo Club
    29-01-2012 - 10:31
  2. 1992: los Estados Unidos y el arresto de Abimael Guzmán » Gran Combo Club
    04-09-2012 - 10:02

Comentarios a este artículo

  1. Silvio Rendon dijo:

    GCC:1982: Belaúnde deja escapar a Guzmán http://bit.ly/1eZ64C

  2. Gran Combo Club dijo:

    GCC:1982: Belaúnde deja escapar a Guzmán http://bit.ly/1eZ64C

  3. Izquierda Perú dijo:

    1982: Belaúnde deja escapar a Guzmán: Debe haber sido a fines del año 1983. Un amigo de la universidad me coment.. http://bit.ly/8khzi

  4. Gabriel dijo:

    Pero el es uno de los mas preclaros patricios de nuestra democracia ¿no?

  5. alexispalomino dijo:

    y para los que no conocen, sepan còmo Belaunde dejó escapar a Abimael Guzmán en 1982!!! http://t.co/4fer6sSs

  6. BeYHache dijo:

    Y también éste, tiene menos aval pero igual es interesante http://t.co/lX8zgjr3

  7. Gran Combo Club dijo:

    ¿Qué habría pasado en el Perú si Belaúnde no deja escapar a Guzmán en 1982?
    http://t.co/vkv2lrgI

  8. Amalia dijo:

    Qué buenos posts, Silvio. Lástima que últimamente tu posición no quede tan clara en tus comentarios en el facebook del grancomboclub. En base a lo que conoces sobre el periodo de insurgencia en el país, sería bastante interesante que desarrolles posts sobre el reciente fenómeno movadef.

  9. sonquo dijo:

    Coartadas RT @rensilvio: ¿Qué habría pasado en el Perú si Belaúnde no deja escapar a Guzmán en 1982?
    http://t.co/b7CZ296E

  10. manuel bedoya dijo:

    Es interesante; y todavia aun personas que año ran el gobierno de FBT y no recuerdan lo desastroso que fue. Si era un caballero, si era un constructor, pero era un presidente que «andaba en las nubes» como decia el comun de ciudadanos.