Por - Publicado el 20-01-2015

En el post Para los amigos, impunidad señalaba los sesgos de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Cuando gente allegada a ella, como Fernando Rospigliosi, viola los derechos humanos son capaces de hacer informes minimizando e incluso ignorando estas violaciones.

Mientras la CVR contaba los muertos de hacía décadas, el gobierno toledista, su gobierno, producía nuevos muertos. La “comunidad de derechos humanos” no tenía los sentidos puestos en los derechos humanos que se venían violando por el gobierno al que apoyaban. No había fuertes palabras de condena por los muertos del “arequipazo”, los estudiantes puneños o las varias víctimas de tortura del toledismo. Y no era que no llevaran la cuenta de estos hechos. Claro que la llevaban, pero ocurría que era su gente la que estaba en el gobierno, en particular en el ministerio del interior.

Tal vez alguien pueda pensar que estas omisiones fueron cosa de dirigencias anteriores. Al fin y al cabo la CNDDHH ha tenido dirigentes que han tenido que dejar el cargo por abusos laborales y malos manejos. Hasta tuvieron una huelga de hambre en su local. Estas son cosas que no se suelen contar. La CNDDHH ha escrito sobre sí una historia sesgada, nada crítica, ocultando este tipo de hechos.

Pero de ninguna manera se trata de cosa de dirigencias anteriores. Estamos ante un patrón sistemático de ocultamiento de violaciones a los derechos humanos cuando éstas las cometen personas allegadas esta ONG.

Así tenemos que el último anual de la CNDDHH, Informe anual de la CNDDHH 2012-2013, no contiene ni una sola palabra sobre los muertos en La Parada, Kenyi Castro Velita y Gino Cárdenas Rivero, entre otros, en octubre de 2012.

No existieron.

La Parada fue considerada por Defensoría del Pueblo como un conflicto social entre la MML y los comerciantes del mercado. Los muertos en este desalojo son muertos en un conflicto social. Que la CNDDHH ni los mencione revela un gran sesgo y un ocultamiento que beneficia polìticamente a la ex-alcaldesa Susana Villarán, también ex secretaria ejecutiva de la CNDDHH, y la desacredita como organización defensora de los derechos humanos.

Este tipo de sesgo es parte de la violencia estructural contra el pueblo peruano. Algunos son más humanos que otros, según la conveniencia polìtica.

Una vez más, como hizo con su amigo Rospigliosi con el «arequipazo» (según Villarán “el mejor ministro del interior que ha tenido nuestro país en los últimos tiempos”), la CNDDHH dejó que Villarán pase piola con estas muertes.

Esta conducta desde luego que tiene un origen histórico. La CNDDHH nació de las ONGs de derechos humanos vinculadas a algunos partidos de izquierda. Así como estos partidos tenían un «frente obrero» o «frente campesino», también tenían su «frente de derechos humanos», destinado principalmente a defender a su círculo de militantes y allegados. No era para defender a las personas que estuvieran fuera de ese círculo. Menos aún si esas personas eran víctimas de sus militantes o allegados.

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Comentarios a este artículo

  1. Mar Pérez dijo:

    Cuando sucedieron los hechos la CNDDHH sacó un pronunciamiento público condenando el uso abusivo de la fuerza durante el desalojo http://derechoshumanos.pe/2012/10/ni-un-muerto-mas-sobre-los-sucesos-en-la-parada-pronunciamiento-cnddhh/
    En el informe anual 2012-2013 no hay ninguna lista de muertos en protestas, por lo tanto es tendencioso señalar que omitimos los muertos de la Parada por una supuesta filiación política.
    En todos los informes donde se han incluido los nombres de los fallecidos se mencionaron los nombres de los cuatro victimados en la Parada. Ver por ejemplo la pág, 61 de nuestro informe 2013 sobre el Convenio 169 de la OIT acá https://ia601904.us.archive.org/10/items/InformeAlternativo2013_201310/Informe_Alternativo_2013.pdf

  2. Gran Combo club dijo:

    Pues peor aún, que no hayan incluído la lista de muertos en conflictos sociales en su informe anual. Son violaciones a los derechos humanos.

    En el informe anual 2012-2013, sí se mencionan las protestas y muertes en otros conflictos, como Conga y Espinar, pero no los de La Parada.