Por - Publicado el 31-03-2019

Maximalismo
Es un paquete de reformas ambicioso que implica un montón de cambios constitucionales y legales. Han propuesto una megareforma, maximalista, una suerte de «programa máximo», las «tesis de abril» del sistema político. Hemos pasado de cuatro preguntas puntuales en el referéndum a un cambio total del sistema político, de partidos y electoral, sin que por esto el sistema tampoco cambie mucho. Se tienen que cambiar muchísimos artículos de la constitución y de las leyes, para que finalmente no necesariamente cambie mucho como resultado.

Dese luego que tal maximalismo implica que existan supermayorías en el congreso o ya de frente una asamblea constituyente.

Son cuatro bloques de cambios constitucionales y ocho bloques legales, en todal doce paquetes que implican cambiar en total 52 artículos de la constitución. La constitución de 1993 tiene 206 artículos. Casi la cuarta parte del articulado. Hartito.

Ya puestos en el maximalismo revolucionario-permanente, ¿qué tal si ya de una vez cambiamos TODA la constitución, también la parte económica y todo lo demás? Es decir, si se va a hacer tamaño esfuerzo de cambios legales fundamentales, ¿qué tal cambiar cosas que son tan o más importantes?

En términos de representación de la reforma, tamaña reestructuración del estado no debería provenir exclusivamente de una comisión de sabios. Tendría que haber un mecanismo de consulta democrática. Y tendrían que priorizarse los cambios más importantes que sintonicen con las necesidades de la ciudadanía.

Reglamentarismo
Veamos ahora los cambios propuestos.

Estamos ante un enfoque reglamentarista del problema. Es como pensar que la calidad del fútbol peruano va a mejorar porque promovamos tener mejores árbitros y mejores arbitrajes.

La razón principal porque los llamados partidos son arrejuntamientos no es porque las leyes electorales están mal, que lo están. Las grandes ideologías que los animaban se han venido abajo y tampoco se han visto como necesarias para que el sistema funcione después de la guerra insurgente-contrainsurgente y la victoria neoliberal. No por haber «mejores» leyes electorales va a haber mejores partidos. Ya se ha visto cómo las leyes electorales se han cambiado tanto en el fujimorismo como en el postfujimorismo y sin resultados en mejorar la calidad partidaria y representativa.

En el Perú no hubo «sistema de partidos». Hubo caudillismo y gobiernos de la oligarquía que no necesitó de partidos para gobernar con comodidad. Con el autogolpe de Fujimori se volvió a la normalidad como diría Martín Adán ante el golpe de Odría. No fue un colapso de algo consolidado. Por eso es que no hubo recuperación posterior. Volvió la oligarquía, volvió el gobierno de mandar sin contrapesos, volvió la chacra.

En el documento de la comisión Tuesta se pone como problema la caída de la votación de «los partidos», según ellos, AP, el PPC, el Apra y la izquierda. Tienen, claro está, una concepción fija de «los partidos». El fujimorismo tiene ya tres décadas de existencia, Alianza para el Progreso existe desde el 2001. El castañedismo lleva en elecciones desde el 2000. Hay nuevos partidos, tampoco tan diferentes a los anteriores. Han intentado hacer leyes para contener este fenómeno, pero las leyes electorales no pueden contener los fenómenos sociales. Mucho voluntarismo politicista pensar lo contrario. La representación que se tiene emerge de la realidad social, un hecho tan simple de entender que no se expresa por ningún lado en la propuesta Tuesta.

De las firmas a la militancia
En cuanto a medidas específicas, la propuesta de eliminación de las firmas para inscribir partidos deja claro que tal mecanismo ha sido un fracaso y ha generado muchos más problemas que los problemas que quería solucionar. Se trató de limitar el número de organizaciones subiendo la valla de firmas y sólo se logró crear un mercado de alquiler de membretes. Gran fracaso. Más aún, la dinámica política de alianzas y posturas políticas se ha tenido que adaptar a la búsqueda de la inscripción. Nuevo Perú está en banda tragándose el sapo de buscar alianzas con Yehude Simon o con Vladimir Cerrón, ante su fracaso en conseguir la inscripción propia. El moradito Guzmán, en cambio, logró pasar la valla de las firmas con lo cual nomás ya es un referente político gravitante en la política nacional. La pregunta es si cambiando de un sistema firma-céntrico a un sistema militancia-céntrico al menos se alivia este problema.

La comisión Tuesta propone que los partidos nacionales tengan un requisito de militancia de 0.075% de los ciudadanos que sufragaron en las últimas elecciones al congreso. En el 2016 hubo 18 751 264 votos válidos al congreso. Entonces estamos hablando de 14063 militantes. Para las «organizaciones políticas regionales» se pide el 1% de los ciudadanos que sufragaron en las últimas elecciones regionales. Es decir, si una región tiene, digamos, 1 500 000 electores/as, se piede el 1% que es 15 000, mil más que para un partido nacional. Regiones muy pobladas como Piura y La Libertad tienen como 1 300 000 electores. Es claro que se facilita la entrada de partidos nacionales y se pone relativamente más difícil la entrada de partidos regionales.

Hay una visión sesgada que ve a los movimientos regionales como «fragmentación». Se confunde la calidad de estos movimientos, que sí es un problema, con su naturaleza regional, que no tiene por qué serlo.

La intención de desplazar el logro para los partidos de la recolección de firmas a su capacidad de organizar militancias. Queda por ver si esto logra su objetivo. La propuesta en sí es interesante. Como ejemplo, nuevo Perú debería poder inscribirse bajo esta nueva regla. También el MOVADEF.

Las vallas para la cancelación de la inscripción van el mismo espíritu de la legislación existente en la actualidad, al igual que las reglas sobre asambleas internas y elección de representantes y candidatos.

Insistencia en la bicameralidad
La insistencia en la bicameralidad es alucinante, sobre todo por los motivos que exponen. Pretenden descalificar una votación en un referéndum nada menos que con encuestas de IPSOS, GfK y el IEP y argumentos contextuales, que la ciudadanía votó en contra por circunstancias puntuales, pero que ésta en realidad sí apoya la bicameralidad:

«Seg(m una encuesta nacional aplicada en enero de 2019 por el Institute de Estudios Peruanos (IEP) para la Comisi6n de Reforma Politica18, un 57,7% de los encuestados votaron en contra de reinstaurar la bicameralidad en el referendum pasado, mientras que un 24% vot6 a favor. Sin embargo, cuando se les pregunt6 si apoyarlan la bicameralidad en caso se tratase de la propuesta original el Presidente -es decir, sin las modificaciones introducidas por el Congreso-, el voto en contra de la bicameralidad cae en un 15%. Mas importante aun, ante la pregunta sabre el retorno a la bicameralidad sin reelecci6n del actual Congreso, el 48,8% del total de la muestra encuestada y un 45% de quienes afirmaron haber votado en contra de la bicameralidad en el pasado referéndum, afirmaron estar a favor de la misma. Es evidente entonces que detrás del rechazo de la poblaci6n a la bicameralidad existieron otros factores que no necesariamente se vinculan con el mismo sistema.» p. 75. [texto copiado y pegado del original].

Esta argumentación, repetida por Rosa María Palacios, es inaceptable. Es una manipulación de lo que votó la gente. Que se haga otro referéndum si se quiere restaurar la bicameralidad. El mismo Tuesta escribió antes de ser nombrado para esta comisión que este era un punto muerto.

Eliminación del voto preferencial
Otras medidas son la eliminación del voto preferencial, para eliminar las campañas personales, y la votación al congreso en la segunda vuelta, para que el voto se concentre en los dos partidos que pasan a la segunda vuelta. Llevan años con estas dos propuestas. Ya he escrito en contra de ellas. El voto preferencial permite que la ciudadanía decida mejor a sus representantes y no los partidos que seguirán siendo arrejuntamientos. Eliminar el voto preferencial no tiene por qué mejorar la representación. En vez de hacer campaña, los candidatos ponen el esfuerzo en tener mejores ubicaciones en la lista. Alivia un poco el circo electoral, pero no tiene por qué mejorar la representación política. El voto al congreso en segunda vuelta genera por donde se lo mire una concentración del voto y beneficia a los partidos con candidatos a la presidencia. Ya hay vallas electorales para que exista una mínima representación. ¿Cómo hubiera sido el congreso electo en 2016 si las elecciones congresasles eran en la segunda vuelta? Definitivamente el fujimorismo habría tenido más de lo que tuvo. Y tambien PPK, a costa de los otros partidos rivales, lo cual no tenía por qué mejorar la representación política. Si el país es variado políticamente, mejorar la representación política es que esa variedad esté reflejada en su congreso. La reforma va en el sentido de anular o limitar tal variedad.

Financiamiento, inmunidad y fortalecimiento de la presidencia sobre el congreso
Otro cambio importante es el financiamiento público a los partidos. Esto es positivo y continúa la política de espacios políticos gratuitos conquistada al gobierno de Morales Bermúdez.

Otro cambio es la limitación de la inmunidad parlamentaria, lo cual es positivo, y la prohibición de ser candidato/a a quienes cuenten con con sentencia condenatoria en primera instancia por delitos dolosos cuya pena sea mayor a 4 años.

Luego hay cambios que denotan escaldadura por la caída de Kuczynski y van destinados a evitara que se repita. Se facilita la insistencia para que el presidente tenga más poder sobre el congresoy se elimina la vacancia por permanente incapacidad moral del Presidente de la Republica y se limita la cuestión de confianza.

A nivel regional, según la comisión, nivel «subnacional» se propone una versión suave del «ganador se lo lleva todo», con un «premio a la mayoría» de cuarenta por ciento ( 40 % ) de escaños del Consejo Regional a la lista ganadora, en caso ganara la elecciñon con menos de dicho porcentaje. Va pues en la misma línea de la idea concentradora y limitadora de la voluntad popular.

Ley seca y encuestas
Otra medida es la eliminación de la ley seca y la prohibición de encuestas. La eliminación de la ley seca es sensata. Que cada quien asuma su responsabilidad. Al menos Tuesta como Tanaka proceden de organizaciones que hacen encuestas, como la PUCP y el IEP. No es muy diferente a que un empresario minero haga propuestas sobre las leyes mineras que directamente lo beneficien. Hay aquí un conflicto de intereses. Y yendo al tema de fondo, lo que se necesita con las encuestadoras políticas en épocas de elecciones no es una medida puntual que les dé más poder, sino una mayor regulación en la medida en que su producto informativo tiene una gran externalidad que afecta los resultados electorales. Alfredo Torres de IPSOS era un salitero del SIN y fue denunciado por manipular encuestas a su antojo, notoriamente en la elección a la alcaldía de Lima en participó Hurtado Miller por el fujimorismo. Esta reforma, con todo lo ambiciosa que es, para nada incluye a las encuestadoras como parte del problema. Algún estándar de veracidad se les tiene que exigir. Por ejemplo, que publiquen sus datos después de algún tiempo de publicación, o que los encuestadores se abstengan de jugar a ser líderes de opinión, como hace actualmente Alfredo Torres. Tienen el doble rol de promover opiniones y de medirl su impacto en la sociedad.

Voto militar, voto extranjero, voto indígena
Otra medida es el voto de los militares, de lo cual no se ha hablado mucho. Es una medida positiva, que pasa por una reforma constitucional. El personal militar representa un porcentaje importante de la población (no de la ciudadanía, porque precisamente no es ciudadano) y tiene que participar políticamente con las mismas reglas que todo el mundo. Sobre esto también he escrito alguna vez, a favor.

Otra medida es que los/as ciudadanos/as en el extranjero tengan una circunscripción electoral propia. Esto es mejor a que esos votos vayan para Lima. Pero lo ideal es que cada ciudadano en el extranjero tenga una circunscripción en el Perú, y vote en las elecciones nacionales y regionales por su circunscripción. Un andahuaylino o una pucallpina residente en el extranjero votaría por los representantes de su región. No es que sea algo difícil de llevar a la práctica.

Otra medida es que el congreso tenga un/as representante indígena. Es un avance, pero un representante indígena, apabullado por todos los demás congresistas, no es suficiente ni posiblemente la mejor manera de que exista una mayor representación indígena.

Hay muchos más cambios, que evidentemente ya tenían listos los integrantes de la comisión, principalmente Tuesta. En tres meses no se investiga nada; sólo se concentra lo que ya se tiene. Vizcarra, al elegir a Tuesta y las otras personas de la comisión, obviamente en coordinación con Tuesta, quien ya había asesorado a la presidencia, ya había elegido el tipo de reforma que iba a hacer. Ya la AC Transparencia había sacado un documento de una docena de propuestas que han sido recogidas por la comisión Tuesta.

Balance
Como balance, la principal medida positiva es que se eliminan las firmas y se pasaría a un sistema partidario basado en la militancia acreditada. Este cambio es relativamente sencillo de hacer, no implica grandes cambios constitucionales como los otros y podría funcionar en abrir el sistema político. Los otros cambios ya son más problemáticos y el costo-benficio político suena a negativo. Por eso, Vizcarra parece haber encarpetado la megareforma de la comisión Tuesta. Pero encarpetar el paquetazo total de Tuesta no quiere decir que no tenga sentido concentrar las fuerzas en algunas reformas puntuales de alto impacto. Se puede hacer algo aún, lo menos costoso y de mayor beneficio. La bicameralidad ya fue rechazada en referéndum e implica un cambio constitucional. Eso se encarpeta, al igual que las otras propuestas que impliquen algo similar.

Un subproducto seguramente involuntario de haber propuesto una megareforma es que se pone sobre el tapete la necesidad de una nueva constitución. Si la cuarta parte de tu carro no funciona y la tienes que cambiar, claro que vas a ponerte a pensar en dejarlo y comprarte otro. Ese es un mensaje latente que deja esta comisión.

P.S.1. El documento final de la comisión Tuesta tiene 404 páginas. No es por supuesto posible comentar todo. Si fuera necesario, seguiremos comentando en otros posts o en comentarios.

P.S.2. Por cierto, el documento publicado por Tuesta en Scribd

https://www.scribd.com/document/402545061/CANRP-Informe-Completo

no pone las cosas fáciles para la lectura. Es un escaneo de páginas impresas que hace difícil la discusión (como copiar y pegar textos para citarlos y debatirlos) y sobre todo no tiene un índice a las 350 páginas de anexos, que son la mayor parte del documento y es donde están los proyectos de leyes específicas.

Tal vez a alguien le sirva este índice de los anexos, para de frente ir al proyecto de ley sin buscarlo:

p. 9. Cuadro de Reformas

  1. p.51 Reforma constitucional 48 artículos.
  2. p. 113 Reforma ley de elecciones
  3. p. 137 Reforma ley de organizaciones políticas
  4. p. 142 Idem
    5a. p. 159 Idem
    5b. p. 211 idem
  5. p. 249 Reforma constitucional Voto militar Art 34
  6. p. 269 Reforma legislación electoral
  7. p. 283 Reforma constitucional Inmunidad. Art. 93
  8. p. 301 Reforma ley de elecciones
  9. p. 329 Reforma ley de elecciones regionales
  10. p. 363 Reforma ley de gobiernos regionales
  11. p. 379 Reforma constitucional Mandato regional y municipal. Art. 191 y 194

p. 400. Anexo 3 y 4. Reuniones de la comisión. Documentos revisados. Aportes recibidos.

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