Por - Publicado el 01-05-2009

Más que una nota nostálgica o anécdotica, quiero compartir este primero de Mayo, en los momentos previos al mitín sindical y político que realiza la CGTP con la CUT en Lima, algunos de los temas que desde el mundo del trabajo nos preocupan a los sindicalistas.

a.- Contratos
Según datos de la CGTP aproximadamente un 49% de los trabajadores dependientes en el país laboran sin contrato de trabajo. No se trata solamente de ese concepto cajón de sastre denominado «informalidad» sino de una práctica establecida en las mepresas para vadir sus responsabilidades con el trabajador y el estado.

Por ejemplo, nos informan que la empresa FABINCO S.A. tiene por costumbre emplear trabajadores por varios meses sin ningún contrato y luego según su criterio e interés «regulariza» la situación pero el tiempo trascurrido no se considera como antiguedad laboral.

b.- Regímenes especiales
El régimen laboral de las actividades dedicadas a la exportación no tradicional (confecciones, artesanía, agroindustria) permite a los empleadores a mantener trabajadores bajo contratos temporales de corta duración sin límite alguno. Se supone que esta disposición legal era momentánea para consolidar un novel sector exportador (viene de la época de Morales Bemudez), pero cada gobierno lo ha mantenido y asi asi hasta ahora.

Resultado: En la empresa Camusso S.A. -famosa por sus coronas y brazaletes de plata para las reinas de belleza-, según testimonios de los trabajadores, hay contratados con una antiguedad de 15 años, que vienen renovando sus contratos cada tres meses. ¿Se imaginan vivir con un horizonte temporal de tres meses durante toda tu vida?

c.-Real impacto de la crisis
Hay cifras, opiniones y miradas generales. Pero a nivel sectorial el debate sobre el real impacto no es claro aún. Lo que si es contundente es que el número de despidos va creciendo. En agroindustria algunas empresas cambian de giro y de locación dejando en la calle -literalmente- a miles de trabajadores. El argumento es la crisis. Lo que resulta extraño e que los que se van por una puerta ven ingresar a los nuevos por la otra.

Es lo que pasa por ejemplo en Camposol S.A. en el valle de Virú en La Libertad, donde la empresa esta despidiendo -o dando «descanso temporal» sin fecha de retorno- a los afiliados al sindicato y contratando personal nuevo.

d.-Democracia en los centros de trabajo
Las relaciones laborales son en buena cuenta uno de los espacios centrales en la conformación del tejido social. Fenómenos como el racismo, autoritarismo, discriminación se reproducen allí mientras la legislación laboral es ciega y el estado se muestra desinteresado por estos temas.

En la empresa Reicolite hace unos meses el sindicato denunció ante el Ministerio al dueño de la empresa, un inmigrante europeo que tiene por costumbre pasearse por la planta dando gritos y denostando a los afiliados al sindicato por sus rasgos étnicos o género. Si efectivamente, los insulta clara y directamente. Cuando fue el Ministerio, los funcionarios de la empresa negaron el hecho hechos mientras los trabajadores lo reafirmaron. No hay pruebas, sólo testimonios. Ergo, no pasa nada.

e.-Modelos organizativos
En este tema se combina tanto la intencionalidad del legislador que ha oriuentado el modelo de desarollo sindical privilegiando el «sindicato de empresa» antes que otras formas. La legislación de otros paises deja en libertad para que el actor social decida la forma más conveniente de autoregularse. Aquí no. La ley nos dice cómo, de que manera, quien puede negociar y más aún nos obliga a un registro estatal que sirve de filtro y pretexto para regular el ejercicio de la libertad sindical. El registro sindical no es bien visto incluso por la OIT.

f.-Negociación colectiva
La legislación actual sobre relaciones colectivas es la que dejo Fujimori post 5 de abril. Limita todo lo que puede la negociación colectiva. y los empresarios aprovechan esta posibilidad para reducir al máximo el ejercicio de esta libertad. se presentan pocos pliegos y se firman menos convenios. La negociación por rama es un sueño prohibido para los trabajadores peruanos.

El sindicato de la empresa Agrokasa de Qlimper, ha firmado un convenio luego de casi diez meses de negociación, con una vigencia de tres años sin aumento salarial ni nada sobre el régimen de contratos. El sindicato agrupa a 86 trabajadores en una empresa que emplea a varios miles.

Sin ánimo de caer en clichés estos son los problemas y retos. Podría repetir la lista de violaciones a la libertad sindical pero ya es demasiado y no quiero deprimirme. Bueno, ya oigo los gritos, los hurras y las consignas. Los compañeros me apuran y debo tomar mi lugar en las tareas previas al mitín. Hasta luego.

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Comentarios a este artículo

  1. carlos dijo:

    Dejen de joder con el tema siempre jodiendo al empresario es que acaso no saben del esfuerso del empresariado para lograr el funcionamiento de la misma ,creen acaso que un colaborador eficiente y eficaz sera retirado de su trabajo jamas por que es competitivo y colabora para hacer crecer a la empresa,la mayoria que se queja son los mismos que nuncan mejoran sus competencias

  2. Susana dijo:

    Señor Carlos, esfuerzo se escribe con z. Su redacción también deja mucho que desear… pero aun más sus ideas. Esas sí que dan miedo por unilaterales, estrechas e injustas.

  3. Juan Carrillo dijo:

    «unilaterales, estrechas e injustas»? Diablos! No veo nada de eso en este post. A mí me parece que entre otros, al Perú le iría mejor si tuviera una respetable y respetada ley laboral y un organismo que controle eficientemente estas injusticias. Por que son injusticias. O no, Susana? Si esto es debatible, discutamos al respecto.

  4. Susana dijo:

    Juan Carrillo: no me has entendido. El comentario iba para el comentarista (que también se llama Carlos), no para el autor del post, con quien por supuesto coincido. Pensé que era evidente!

  5. Carlos Mejia dijo:

    Es una idea generalizada que los «buenos trabajadores» no son despedidos y que sólo reclaman los «malos trabajadores». Lamentablemente las evidencias desmienten esta ingenuidad.
    Por ejemplo, cuando los trabajadores forman un sindicato eligen generalmente como sus dirgentes a los empleados más reconocidos, a aquellos que tienen cierto liderazgo social previo y que mayormente son buenos trabajadores, responsables, capacitados, etc. En esos casos, la empresa los trata como «traidores» que han faltado a la «confianza» brindada y han cometido «la malcriadez» de formar un sindicato. Y entonces los despiden. Por ejemplo los dirigentes del sindicato de CLARO: eran muy buenos vendedores, con altos indices de productividad, pero la empresa América Móvil Perú no consideró esto a la hora de despedirlos.

    En otros casos, cuando la empresa desea reducir costos, opta por los ceses colectivos. Generalmente los trabajadores más productivos son los mejor remunerados, ya sea por comisiones, bonos o destajo (lo cual es irregular pues lo mejor es incrementar el básico) por lo cual la mayoría de empresas opta por despedirlos y contratar personal joven, menos capacitado y que puede aceptar remuneraciones mucho más reducidas.

    Parece bastante irracional, pero asi son nuestros empresarios. No ven más allá de sus narices.

  6. Juan Carrillo dijo:

    susana, no vi el primer comentario cuando escribí el mío. haya paz.

  7. Carlos Del Carpio dijo:

    Estimado Carlos, aprovechando tu último comentario, quisiera hacerte algunas preguntas respecto a los sindicatos.

    1. Existen trabajadores que, a lo largo de su vida laboral logran gozar y hacer cumplir sus derechos laborales sin la necesidad de mediación de sindicatos, o sin necesidad de pertenecer o afiliarse a alguna vez a uno. Lo he podido ver en familiares y parientes cercanos, así como en mi centro de trabajo en lo poco que llevo de vida laboral. En primer lugar, quisiera saber si estas de acuerdo conmigo en ese primer punto: algunos trabajadores tienen y mantienen lo que otros carecen y buscan a través de sindicatos, sin pertenecer o haber pertenecido a uno.

    2. En segundo lugar, si tu respuesta a la pregunta anterior es afirmativa, me gustaría preguntarte ¿qué crees que diferencia a este grupo de trabajadores de aquel grupo que, según las historias que expones, sí necesita la mediación de un sindicato para garantizarse un trabajo digno donde no se vean amenazados sus derechos?

    Dejo algunas preguntas más en el tintero a la espera de tu respuesta. Saludos cordiales,

  8. Carlos Mejia dijo:

    Hola ¿que tal tocayo?. Veamos. En tu pregunta hay dos niveles de interpretación. El primero alude a la experiencia individual, subjetiva, de si uno «siente» o no que se respetan sus derechos y recibe «lo justo» por su trabajo. Otro nivel, es la relación laboral dependiente, objetiva, que se desarrolla entre dos grupos sociales diferentes. Y allí ubico mis respuestas. Lo otro es anécdota.

    El derecho laboral se basa en lo segundo, donde entiende que existe una relación desigual en términos de poder que amerita una intervención del Estado para equilibrarla. Un liberal ingenuo podria renegar de esto asumiendo que entre un empleador y un empleado hay dos personas iguales donde una compra y la otra vende su fuerza de trabajo con total libertad. Pero supongo que tu aceptarás que esto no es así de simple.

    Cabe señalar, que jurídicamente la libertad sindical implica tanto libertad para afiliarse como para NO afiliarse a un sindicato. Y esta bien que sea así.

    Todo este preámbulo es para responder a la primera pregunta. Entiendo que para desarrollar una relación laboral dependiente enmarcada en el concepto de «trabajo decente» que plantea la OIT se requiere de un Estado activamente fiscalizador; empresarios socialmente responsables y trabajadores organizados sindicalmente. Sin los tres actores, no creo posible que una sociedad alcance esa idea de «trabajo decente».

    Con respecto a la segunda, la experiencia me indica que salvo algunos pocos afortunados, en general la gente «padece» su relación laboral. La experimenta de manera conflictiva. Esta tensión se va acumulando y de pronto, algúna chispa «enciende la pradera»: un cambio de horario, una nueva norma, un nuevo gerente, en fin, ya lo descubrirás con el tiempo. Y resulta que los «viejos métodos» para resolver mi problema laboral ya no bastan. Comprendo que mi problema es también el de los otros. De allí a formar un sindicato, solo hay unos pasos.

    En resumen. No hay situaciones idílicas que sean permanentes lamentablemente. Tu imaginas un vínculo laboral perfecto, a partir de unas pocas experiencias familiares, cuando se trata de mirar una relación social a lo largo del tiempo.

    Saludos cordiales.

    carlos mejia

  9. Mejias dijo:

    La cosa o cuestion es intentar hacer empresa en este pais y para eso hay que empezar desde abajo. Recien asi se puede opinar.
    Pero bueno,si la cuestion es llenar este blog de redacciones, mejor copien la guia telefonica para hacerlo mas interesante.