Por - Publicado el 18-12-2007

Ayer Jeffrey posteo un breve ensayo sobre la naturaleza discriminatoria que siente, poseen algunas acepciones la palabra Judio. El post recibio un comentario muy acido que me indigno. Jeffrey, quien es mi amigo, fue acusado de tener un aliento de supremacia judia. Pense en aclarar en un post mi posicion como judio laico sobre Israel y sobre el judaismo. No tengo porque aclarar nada porque si pensase distinto tambien seria una posicion valida. Yo le respondi al comentarista y le vuelvo a responder, pues me dejo con malestar. Le respondo con un poema muy hermoso:

Un hombre encarcelado y hechizado
un hombre condenado a ser serpiente
que guarda un oro infame,
un hombre condenado a ser Shylok,
un hombre que se inclina sobre la tierra
y sabe que estuvo en el Paraíso,
un hombre viejo y ciego que ha de romper
las columnas del templo,
un rostro condenado a ser una máscara,
un hombre que a pesar de los hombres
es Spinoza y el Baal Shem y los Cabalistas,
un hombre que es el Libro,
un hombre que alaba desde el abismo
la justicia del firmamento,
un procurador o un dentista
que dialogó con Dios en una montaña,
un hombre condenado a ser el escarnio,
la abominación, el judío,
un hombre lapidado, incendiado
y ahogado en cámaras letales,
un hombre que se obstina en ser inmortal
y que ahora ha vuelto a su batalla,
a la violenta luz de la victoria,
hermoso como un león al mediodía

Seguramente aquel comentarista pensara que este poema fue escrito por algun sionista
a quien seguramente acusaria de supremacista, racista o discriminador como acuso a mi amigo. Obviamente, un enorme Jorge Luis Borges esta por encima de cualquier conjetura.

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