Por - Publicado el 19-12-2007

Para volverse un racista, simplemente hay que hacer una trampa retórica elemental: Reemplazar a la persona por el grupo.

Ejemplos:

Si Julián Quispe, conductor de combi, te adelanta en una autopista, no digas que Julián Quispe maneja mal, di que son los cholos manejan mal.

Si Baruch Ivcher tiene mucha influencia en el gobierno, di que los judíos tienen influencia en el gobierno. Si quieres ser más solapa, refiérete a «la comunidad judía».

Si tienes la mala suerte de bronquearte con Mario Broncano, di que los zambos te buscan bronca.

Si una empresa de capitalistas chilenos compra una empresa peruana, di que la compró Chile.

¿Te parece curioso? Pues no lo es tanto: esto es lo que dice textualmente el deplorable blogger Víctor Coral:

Es un placer admirar la lucidez de Chachi Sanseviero en sus columnas de
La República. Hoy, por supuesto, deplora la venta
de la cadena Wong a Chile
.



Como lo leen. No fue Condesud quien compró la cadena de supermercados. Fue Chile. O como escribió mi querido profesor Mario Montalbetti «Te fuiste de orza, Catón /No es Cartago a quien / hay que destruir a Delenda». Buena.

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