Por - Publicado el 07-11-2007

El 8 de noviembre la CGTP esta organizando una serie de protestas y reclamos en todo el país. Todas ellas son demostraciones pacíficas de rechazo a la política del actual gobierno y de los empresarios. La plataforma de dicha jornada de protesta esta aquí.

Hasta donde entendemos una sociedad democrática implica la existencia de oposiciones políticas y protestas sociales debidamente encauzadas. Un gobierno democrático, escucha y responde las criticas. Pero no, Alan García ha decidido estigmatizar la protesta social. “Extremistas y comunistas” señala aquí. Jorge del Castillo desinforma sistemáticamente y la ministra de trabajo Susana Pinilla señala que con los trabajadores mineros no hay problemas en la víspera que un minero en régimen de tercerización muere en un accidente de trabajo en Shougan precisamente por irresponsabilidad de la empresa e ineficiencia del Estado en la supervisión de las medidas de seguridad.

No se trata entonces, simplemente de una sobre reacción. Veamos. Represión a estudiantes en Huancayo. En Lima, la Prefectura pone trabas para la movilización del 8 y hay rumores que no la va a autorizar finalmente. En diferentes distritos de Lima se reparten volantes como el que se encuentra lineas arriba mientras en diversas radioemisoras el gobierno paga anuncios que repiten los mismos argumentos, sesgados y tendenciosos.

A mi juicio, la intención del gobierno aprista es clara: negar la legitimidad del discurso opositor. No reconocer al otro. Lo que el gobierno busca es quitarnos la posibilidad de disenso. Una sobre reacción sería redoblar las medidas de seguridad o suspender las clases escolares. Aquí, se esta cuestionado el derecho que tienen los trabajadores organizados a realizar una protesta. ¿Será el terreno para una violenta represión el día de mañana? Esperemos que no.

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