Por - Publicado el 13-07-2007


El caso Fujimori es un juego de apuestas. Las implicaciones de lo que viene ocurriendo son muy fuertes para cualquier análisis que se haga del gobierno actual. Se mete de candidato en Japón y ya no hay alianza aprofumorista («o la alianza no existe, o ya se rompió, o no sirve para sus propósitos«, Martín Tanaka). Ahora, sólo un par de días después, la alianza vuelve y se denuncia directamente a Bachelet, al juez Álvarez y a García. Efectivamente, la sentencia del juez chileno es sospechosa y muy salomónica para los tres gobiernos involucrados en el tema, por ahora. A la larga esta jugada les pasará la factura. No es muy sabio ponerse a jugar con los derechos humanos y con proteger a alguien como Fujimori: ni para el Perú, ni para Chile, ni para Japón….

Los fujimoristas pasan ahora de la desmoralización al júbilo. Fujimori, efectivamente, podría volver al Perú. En mi opinión ese es su objetivo y no Japón. Pero bueno, las apuestas siguen y las cartas de los jugadores se van mostrando poco a poco…

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