Por - Publicado el 30-11-2014

La derecha en el Perú no tiene más ideas. Hace años que se le agotaron. Sus voceros encumbrados en los medios de comunicación sólo se dedican a repetir y a voltear los mismos lugares comunes de siempre. Y lo hacen muy mal. Algunos de ellos, como Alfredo Bullard, han inaugurado una nueva escuela de pensamiento económico: la cloaconomía. Es la versión económica del pensamiento político fujimontesinista más oligárquico, excluyente, camorrista y autoritario. «Mucha educación no es sinónimo de mejor situación», aquí, «los sindicatos son cárteles; se les debe aplicar todo el peso de la ley», «la justicia social es envidia», ver aquí. Desde luego no es el único que suelta barrabasada y media. Esta en buena compañía. Aquí van tres combitos con declaraciones de campeonato.

1. «En medio de una desaceleración económica, hay que reducir el gasto público»
Si Federico Salazar Bustamante fuera ministro de economía, o le hicieran caso a sus contraproducentes e ignorantes recomendaciones, la economía peruana en vez de reactivarse se hundiría aún más.

Ahora propone que en medio de una desaceleración el gobierno reduzca el gasto. No manya de política contracíclica (lo que no es tan difícil de entender: hasta Aldo M lo entiende). Lo que propone, una contracción del gasto público, llevaría a acentuar la desaceleración.

Este señor no ha estudiado nada ni está donde está porque hubiera pasado selección alguna (y aún así, sin título profesional, da clases de nivel universitario en la San Ignacio, San Martín de Porres y hasta en la Católica). Es un ejemplo de antimeritocracia, de mediocridad hereditaria, de cómo el privilegio escamotea a tanta gente que de hecho es más capaz que él. Simplemente, si no fuera hijo de Arturo Salazar Larraín, del Opus Dei y chupe del terrateniente Pedro Beltrán, dueño de La Prensa (a la que Salazar L. quebró irresponsablemente al poco tiempo de morir Beltrán), no estaríamos leyendo sus barrabasadas ni viéndole la cara en la tele.

«El gobierno cree que aumentando el gasto público podrá crear un efecto reactivador. Se equivoca.

Si mi economía decrece, no debo gastar más. Lo mismo se aplica al gobierno. El presupuesto del 2015 dice lo contrario: a más crisis, más gasto.

(…)
La única vía razonable es el sacrificio. Debo dejar de gastar en unas cosas para aumentar el gasto en lo que resulta imprescindible.»
La batea tiene hueco, por Federico Salazar

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2. «Los sindicatos son cárteles; se les debe aplicar todo el peso de la ley»
El fujiconverso Bullard escribe un artículo titulado con una falsa pregunta con respuesta cantada desde el comienzo. Acaso así busque recuperar el filo reaccionario, perdido recientemente ante sus pares por practicar una mediocre e inverosímil crítica a su matriz fujimorista.

En especial el mercado laboral para nada se ajusta a la inexistente idealización de la competencia perfecta. Si los trabajadores no se unen y se limitan a actuar como individuos, acaban trabajando 14 horas, sin salud, jubilación u otros beneficios, con condiciones de trabajo inhumanas, como se ha visto repetidamente en la historia de todos los países. Por supuesto que se trata de individuos que se coluden para subir un precio: ese precio es el salario. Pero también para lograr mejores condiciones de trabajo, jornada de trabajo digna y condiciones de trabajo humanas. La huelga es un medio legal e históricamente reconocido que los trabajadores tienen para defender sus intereses. No es un medio criminalizado como asegura este asesor de patrones.

La generalización que hace a los sindicatos de construcción civil, tratándolos como si todos fueran mafias, es provocadora e ignorante, además de ser hecha en pésimo momento, cuando las mafias en ese sector acaban de asesinar a otro sindicalista que les plantó cara. Está claro que el papel que le dan los Miró Quesada a este señorito aguanta todas sus sandeces. Así vemos, una vez más, que la clase oligarca nunca tiene suficiente en su opresión a las clases trabajadoras.

Un tema de fondo en todo esto, es la invasión de funciones de facto de parte de INDECOPI, donde este niñato fue un alto funcionario, en temas que deberían ser competencia de un tergivesado Ministerio de Trabajo que desde el fujimorismo se ocupa de beneficiar a los patrones, como «ministerio de promoción del empleo». Con el neoliberalismo implantado desaparece el derecho del trabajo, que no es otra cosa que el derecho de los trabajadores.

Conceptos como los que evacúa Bullard en este artículo provenientes del modo de pensamiento neoliberal apuntan a perennizar el poder oligárquico supérstite en el Perú. Lo único que hacen con ello es aumentar las ganas y la determinación para desmontar totalmente ese poder. Que después no se quejen.

«En esta línea hay un tipo de cártel al que la ley le perdona la vida. Un grupo de competidores ha sido autorizado a hacer ‘boycotts’, concertar precios, dividir mercados, entre otras conductas ilegales para todos los demás. Ese grupo son los trabajadores y el cártel se llama sindicato.»

«En tiempos donde hay sindicatos como los de construcción que no son solo cárteles sino verdaderas bandas criminales de delincuentes y extorsionadores, es saludable que se llame a las cosas por su nombre (es decir que se llame cártel a un cártel) y se le aplique todo el peso de la ley.»
¿Sindicatos o cárteles?, por Alfredo Bullard

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3. Al elevar el impuesto a los dividendos, se incrementan los costos a las empresas»
Evidentes falsedades pro-empresariales: un impuesto a las ganancias NO aumenta los costos, simplemente reduce las ganancias. Los costos siguen iguales.

«Al elevar el impuesto a los dividendos, se incrementan los costos a las empresas, agrega el gremio.»
Cámara de Comercio de Lima: Nuevo paquete no incentiva a invertir

Y desde luego en esta nota no dicen que han reducido el impuesto a la renta a las empresas (lo que tampoco afecta a los costos). No tienen suficiente incentivo con eso. Sólo se ha cambiado un esquema impositivo, apuntando a precisción a las ganancias antes que a los costos o ingresos de las empresas.

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FedericoSalazarAlfredo-bullard-fotjorgewedemeyerinterior

Análisis y conceptos tramposos: Federico Salazar, Alfredo Bullard y Jorge Von Wedemeyer de la Cámara de Comercio de Lima.
Imágenes tomadas de aquí, aquí y aquí.

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