Por - Publicado el 03-10-2009

Tapitas de retorno

No escribía desde hace mucho tiempo debido a una gran cantidad de responsabilidades profesionales que acabo de asumir. Me tomo, sin embargo, el tiempo de escribir estos comentarios:

Irónica preocupación

Leo en esta nota esta entrevista estrafalaria y que se titula:

Blogger Marco Sifuentes mostró su preocupación por bajo consumo de Internet en Lima

Como pueden ver en la entrevista, a Sifuentes le preocupa sobremanera que haya gente que no sepa usar Internet. Muy significativa inquietud, ya que a este mismo periodista nunca le ha interesado en absoluto la mejora de contenidos. Si alguien ha colaborado en bajar la calidad de los blogs a niveles de cloaca ha sido a él. ¿Qué es más importante? ¿Tener acceso a Internet o tener acceso a información de calidad? ¿Por qué no se discute eso en la entrevista? Silvio Rendón, con datos en la mano, refutó las conclusiones de Sifuentes aquí.

Bastardos sin gloria

Leo que la última película de Quentin Tarantino se estrenará pronto en Lima. Vayan a verla. No es, como muchos se podrían imaginar, una mera secuencia de escenas de sadismo anti-nazi. Es un homenaje al cine, es una comedia de engaños, es una venganza simbólica y es un tributo al poder de la imaginación. Es también, la historia como hubiéramos querido que sea. Asimismo, como en Kill Bill, como en Death Proof, es una historia que vindica a las mujeres.  

Palabreo

Si no eres socialista, no te llames socialista. Si no eres antiimperialista, ya no te llames antiimperialista. Cambiar de ideas es aceptable, pero es inaceptable el engaño. Nuevamente, Carlos Meléndez no tiene razón y vuelve a justificar lo injustificable en este post. Los partidos políticos no deberían ser clubes de amigos; deberían ser asociaciones alrededor de ideas.

The Lucifer Effect

 

Es el título de un excelente libro del sicólogo social Philip Zimbardo y que explica por qué la gente normal y sin ninguna patología puede involucrarse en conductas sádicas y patológicas. Lo estoy terminando y planeo escribir varios post comentando este revelador libro de 500 páginas. La tesis principal es que las efusiones de violencia brutal rara vez se originan por disposiciones internas de los individuos; mayormente, se trata de actos perpetrados por personas sanas puestas bajo ciertas circunstancias en las que la orientación moral se desvanece. Digámoslo de otra manera: los asesinos, los torturadores y los violadores de las Fuerzas Armadas peruanas no son “malos elementos”. Son miembros de un sistema que induce ese tipo de violencia. Y lo mismo ocurre con el vandalismo en los blogs. En ellos, el anonimato y las presiones sociales igualmente producen efectos devastadores en la actuación moral de los participantes. Y los cabecillas de estos carnavales patéticos como Sifuentes et al están allí, para lamentar que todavía haya gente que no acceda a Internet para, por supuesto, consumir el degradado material que ofrecen.  Por cierto, aquí hay más argumentos en contra de la ilusa doctrina de los reaccionarios y “metapolíticos”. Pero sobre eso escribiré luego. Y sobre esta preocupante situación también. No me he olvidado.

Zimbardo es el creador del espeluzante «experimento de la prisión de Stanford».  Búsquenlo en YouTube aquí, que no tiene desperdicio.

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Comentarios a este artículo

  1. Gonzalo dijo:

    Recomiendo la charla de Zimbardo en http://www.ted.org

  2. Daniel Salas dijo:

    Tapitas de retorno: http://bit.ly/cl7Ar

  3. Silvio Rendon dijo:

    RT GCC @salasdia Tapitas de retorno: http://bit.ly/cl7Ar

  4. That's me dijo:

    Un par de párrafos que siempre leo y releo en el inutil propósito de entender la amenaza que constituímos.

    “La amenaza más seria para nuestra democracia no es la existencia de los Estados totalitarios extranjeros. Es la existencia en nuestras propias actitudes personales y en nuestras propias instituciones, de aquellos mismos factores que en esos países han otorgado la victoria a la autoridad exterior y ha estructurado la disciplina, la uniformidad y la confianza en el ‘lider’. Por lo tanto, e1 campo de batalla está también aquí; en nosotros mismos y en nuestras instituciones”. (John Dewey)

    Y Erich Fromm se despacha con esto:

    «La Historia moderna, europea y americana, se halla centrada en torno al esfuerzo que tiende a romper las cadenas económicas, políticas y espirituales que aprisionan a los hombres. Las luchas por la libertad fueron sostenidas por lo oprimidos, por aquellos que buscaban nuevas libertades en oposición a los que tenían privilegios que defender. Al luchar una clase por su propia liberación del dominio ajeno creía hacerlo por la libertad humana como tal y, por consiguiente, podía invocar un ideal y expresar aquella aspiración a la libertad que se halla arraigada en todos los oprimidos. Sin embargo, en las largas y virtualmente incesantes batallas por la libertad, las clases que en una determinada etapa habían combatido contra la opresión, se alineaban junto a los enemigos de la libertad cuando ésta había sido ganada y les era preciso defender los privilegios recién adquiridos.

    «La Segunda Guerra mundial fue considerada por muchos como la última guerra: su terminación, como la victoria definitiva de la libertad. Las democracias ya existentes parecieron adquirir nuevas fuerzas, y al mismo tiempo nuevas democracias surgieron para remplazar a las viejas monarquías. Pero tan sólo habían transcurridos pocos años cuando nacieron otros sistemas que negaban todo aquello en que los hombres habían creído y cuyo logro costara tantos siglos de lucha. Porque la esencia de tales sistemas, que se apoderaron de una manera efectiva e integral de la vida social y personal del hombre, era la sumisión de todos los individuos, excepto un puñado de ellos, a una autoridad sobre la cual no ejercían vigilancia alguna».

  5. Susana Frisancho dijo:

    Zimbardo tiene la ventaja de ser un excelente divulgador, de modo que el trabajo científico llega a mucha gente. Aun no he leido el libro pero tengo planeado hacerlo desde que salió. Ahora… siempre pienso que a pesar de lo duro de las circunstancias, el juicio moral de las personas tiene un peso. En eso discrepo con la psicología social, que pone todo en el ambiente. La gente puede, felizmente, pensar y manejarse aun a pesar de sus contextos.

  6. Marcos dijo:

    Jajajaja…osea ahora los «socialistas» o los «antimperialistas» lo son casi ontológicamente al margen de la realidad o los cambios, inmutables, pura escencia.
    Al contrario, una vez más, Carlos Melendez tiene la razón: los partidos y movimientos políticos deben cambiar y adecuarse a las circunstancias. Elemental.
    Y respecto a la palabrita «socialismo», ya Václav Havel -aunténtico libertario como pocos- señaló en su momento que esa palabra se usó como una cachiporra para atacar y perseguir a todos los que discrepaban del «socialismo realmente existente»…recuerdan?