Por - Publicado el 28-12-2013

[Post publicado ayer en la página Facebook del Gran Combo Club, aquí]

Avanza el pensamiento facho: Bullard pasa de basarse en Robert Nozick a basarse en Dante Bobadilla.

Qué justicia social ni qué justicia social, envidia cochina.

¡Bravo!

¡Un, dos, tres, Bullard otra vez! ¡Tres, dos, uno, como Bullard no hay ninguno!

«El concepto de justicia social (sea lo que quiera decir) parece vincularse más a la envidia y al concepto igualitario. La igualdad debe generarse porque quien tiene algo genera la envidia de quienes no lo tienen. La justicia socialista tendría ese origen emocional. La reacción, muchas veces virulenta, para alcanzar la llamada justicia social se explicaría por ese sentimiento. La envidia acompañaría una justicia como la que propuso Chávez en Venezuela, mientras que la ira acompañaría la justicia de atrapar al ladrón que huye con nuestra cartera luego de arrancharla.»
Entre la ira y la envidia Por Alfredo Bullard. Publicado en El Comercio el 14 de diciembre de 2013

Ya que él habla de monos, yo hablaré de ardillas. Cuando les doy de comer a éstas, siempre hay alguna que es más fuerte y que no le gusta que las otras reciban comida. La más fuerte agrede a todas las otras y acaba siendo la única que come. La envidia parece estar en esta ardilla fuerte que no soporta que las otras reiciban alguito. (Así tal vez son algunos de los ideologos de los ricos del Perú, que no soportan que los pobres tengan aunque sea alguito de educación, salud, etc. Hablan del dinero público como si fuera «su plata»).

Los seres humanos tendemos a ser algo más civilizados que estos animalitos y tenemos sentimientos de solidaridad y empatía más desarrollados1 Aunque no falte quien diga que ahuyentar a las otras ardillas es un esfuerzo que hace merecedor a comer más, a la mayoría de seguro que no nos parece justo que sólo una ardilla coma y las otras no. Tratamos de darles a todas. Y tratamos de vivir en sociedades más justas.

  1. Aunque a veces, como diría Roberto Carlos, uno quisiera ser tan civilizado como los animales. []
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Por - Publicado el 27-12-2013

[Los editoriales de El Comercio no tienen desperdicio. Son de una combinación de facilismo argumentativo con una gran rigidez intelectual. Mucho dogmatismo neoliberal que ya cae en la ridiculez. Como señalo en uno de los posts de abajo:

con estos editoriales, ejercicios de solfeo de gastadas partituras neoliberales, El Comercio parece estar ahora liderado por una sarta de niñatos sin visión política, tipo los de la cuatrinca de Willax, que no llegan ni a empatarle a las columnas de Juan Paredes Castro. Una reedición de los hiperideologizados «jóvenes turcos» que contribuyeron al fracaso de Vargas Llosa.

En este último mes del año los he comentado en la página facebook del Gran Combo Club. Aquí van los posts que he escrito al respecto.]

25 de diciembre de 2013, Post Facebook
Desde luego que los editorialistas de El Comercio no van a celebrar la más mínima reflexión espiritual que cuestione el consumismo.

No les gusta que se hable de consumismo cuando se hacen reflexiones espirituales por la navidad. Cuestionar el consumo no esencial, el despilfarro y la frivolidad para intentar revalorar el aspecto espiritual (una reflexión que comparten todas las religiones como cualquier pensamiento ético no religioso) es distorsión, demagogia, discurso político. Mal el curita del barrio que reflexiona contra el consumismo. Mal todos los que lo hagan.

Desde luego que esta es una posición que le conviene a los empresarios, que para nada quisieran que los consumidores se cuestionen lo que consumen (si es no esencial, si daña al medio ambiente, si no es reciclable, si hace daño a la salud, etc.). Les aterra el pensamiento crítico a favor de los consumidores.

«no faltan quien intenta aprovechar estas ciertas y oportunas reflexiones espirituales para distorsionarlas y transformarlas en discursos políticos. Personas que quieren convencernos de que el consumo en general (y en cualquier época) es frívolo, de que él nos ha transformado en una sociedad egoísta y despilfarradora, y de que todo tiempo pasado fue mejor. »

«El consumo de hogares, de hecho, es una de las principales razones por las que el Perú de hoy es más próspero que el de hace unas décadas. Él es el principal motor del crecimiento del país, habiendo sido responsable de casi el 60% del PBI el 2012. Él, en buena cuenta, viene permitiendo la formación de una pujante clase media que cada vez tiene más oportunidades y que progresivamente nos aleja del subdesarrollo.»

«descalificar a una sociedad tachándola de “consumista” suele ser demagógico. El consumo no es malo en sí mismo y, más bien, puede traer mucho bienestar a la sociedad. Por esto, en esta fecha, deseamos que cada peruano pueda, dentro de su corazón, rescatar el mensaje de amor que trae la Navidad, aquel que se ha venido diluyendo en los últimos tiempos. Pero, a la vez, pedimos por que en el Perú sea posible tener cada vez más consumo.» (Editorial) El regalo del consumo

24 de diciembre de 2013, Post Facebook
Otro pueril editorial de El Comercio.

China exporta prendas de vestir a precios predatorios, de dumping. Esas no son condiciones de competencia limpia con los industriales peruanos. Ante eso es lógico que el Perú, como hacen otros paises comenzando por los Estados Unidos recupere la competencia limpia mediante un arancel o algún otro pago de derechos por los exportadores chinos. Pero a El Comercio, vinculado a intereses primario-exportadores, le importa un olluco que la industria peruana sea depredada. En su defensa de los megamineros, los Graña Miró Quesada vienen a anunciar plagas de Egipto por esta medida. Dicen que China, por lo demás una economía totalmente estatista con las que no simpatiza El Comercio, respondería con alguna medida contra las exportaciones primarias, mineras principalmente. Que un arancel antidumping «será muy mal visto por la comunidad internacional».

Lo más irónico es que acusan a los industriales de «mercantilistas» (léase prebendarios. El mercantilismo es otra cosa: es la creencia que exportar más de lo que se importa es sinónimo de mayor bienestar), cuando los prebendarios son ellos, unos lobbistas mediáticos desembozados a favor de los empresarios primario-exportadores.

«La decisión de la comisión (que ni siquiera ha sido unánime y que para colmo ha sido calificada de poco técnica por varios expertos) además tiene el potencial de causar un grave daño a nuestro comercio internacional. China, en respuesta a la medida peruana, podría poner trabas a nuestras exportaciones y retirar sus fondos de cooperación. Incluso, si este incidente le hace sentir que el Perú no es un socio comercial confiable, podría reconsiderar proseguir con sus inversiones en el país, las cuales son de enorme relevancia, especialmente en los campos de la minería y la infraestructura. Todo ello sin contar que un precedente así será muy mal visto por la comunidad internacional.»
(Editorial) Peritonitis

21 de diciembre de 2013, Post Facebook
Dos décadas de recortes de derechos laborales y la informalidad sigue a un nivel alto, 68%. El Comercio cree que los recortes laborales no han sido suficientes e insiste con que el Perú es un país donde prima la rigidez laboral. Los neoliberales han hecho de la informalidad su excusa para justificar las políticas anti-laborales. Es la típica: el gran empresario utiliza al «informal» contra el trabajador formal. Para abusar de éste no reconociéndole derechos, para socavar su acción colectiva exaltando la acción individual empresarial, para legitimar su discurso ideológico.

Veamos.

1. El Reporte Global de la Competitivdad reporta al Perú en el puesto 129 en 2013-4 (y 107 en 2012-3) en facilidad para contratar y despedir trabajdores, no en el puesto 104 como dice El Comercio. Sin embargo, ese mismo reporte ubica al Perú en el puesto 53 en flexibilidad de determinación de salarios y 51 en costos de despido. El Comercio oculta esta información que contradice su discurso.

2. Que el «especialista» Jorge Toyama, un abogado patronal de grandes empresas, «considere que nuestro régimen laboral es uno de los más rígidos de la región (que es a su vez, de las más proteccionistas del mundo)» es literalmente la voz del patrón. Dos décadas de recortes de derechos laborales y siguen repitiendo la misma cantaleta. Nunca les es suficiente.

3. «los costos no salariales del empleo representan en el país el equivalente al 64% del sueldo». OK, ¿qué quieren eliminar de ahí? ¿Las vacaciones? ¿Las gratificaciones? ¿La CTS? ¿Las contribuciones a las AFPs? Supongamos que eliminan todo y se logra ese mundo ideal neoliberal en que los costos no salariales sean cero. ¿Cuál sería la diferencia entre ese régimen y el que ahora tienen los trabajadores informales, sin seguridad laboral, sinproteccion laboral, sin pensiones, sin derechos?

El discurso neoliberal dice que se preocupa por el trabajador informal, pero en realidad lo instrumentaliza. Su camino para supuestamente beneficiar al trabajador informal es quitarle los derechos al trabajador formal. El informal entraría en una formalidad que sería muy parecida a la informalidad. Una promesa que no se ha cumplido en casi década y media de neoliberalismo bananero.

*****

El Comercio:

«En el “Panorama laboral 2013” que presentó esta semana la OIT se lee que el Perú es el país donde más bajará el desempleo urbano en América Latina. Al mismo tiempo, sin embargo, el estudio resalta que el 68% de la población empleada peruana trabaja en la informalidad: no goza de seguridad social, no aporta a un sistema de pensiones y no tiene, en general, las protecciones propias de la ley laboral.

Para al menos una parte de nuestra izquierda, este persistente problema parece estarse volviendo en el argumento-salvavidas para atacar el modelo económico de mercado (más o menos) libre que nos ha venido rigiendo en las últimas décadas. »

» el argumento se vuelve como un bumerán contra la propia izquierda. Después de todo, las regulaciones laborales que nosotros tenemos son todo menos liberales. Según el Reporte Global de Competitividad, ocupamos el puesto 104 de 144 países en facilidad para contratar y despedir trabajadores. Lo que ayuda a explicar que el especialista Jorge Tomaya considere que nuestro régimen laboral es uno de los más rígidos de la región (que es a su vez, de las más proteccionistas del mundo). Por otra parte, los costos no salariales del empleo representan en el país el equivalente al 64% del sueldo. Y todo el peso de estar bajo los radares laborales estatales solo se ha agravado con la creación de la Sunafil y sus bastante discrecionales poderes para imponer multas draconianas.»
(Editorial) El bumerán

El “Panorama laboral 2013” de la OIT: aquí.

El «Reporte Global de la Competitividad» de 2013-4: aquí.

17 de diciembre 2013, Post Facebook
Cantinfladas de El Comercio explicando que la manera correcta de ver el vaso es que éste «podría estar completamente lleno».

«Cuando el gobierno recibe este tipo de críticas, suele responder pidiendo que no nos concentremos tanto en lo pendiente, sino en lo avanzado, tomando en cuenta que seguimos siendo uno de los países que más crece en la región. Suele pedir, en otras palabras, que veamos el vaso medio lleno en vez de medio vacío. En nuestra opinión, sin embargo, de lo que se trata es de ser consciente de que, si se hiciesen bien las cosas, el vaso podría estar completamente lleno.» (Editorial) El significado de un 1%

14 de diciembre de 2013, Post Facebook
El Comercio no tiene suficiente con que Humala lance una reforma privatizadora de la salud.

Si Humala dice demagógicamente «la salud no es un negocio», ahí mismo El Comercio tiene que saltar a justificar paporretera y talibanamente que la salud sí es un negocio.

Aquí los mensajes de fondo están entre líneas.

Obviamente que siguen desconfiando de Humala. Si «la salud no es un negocio» lo hubiera dicho Fujimori, Bedoya, García, Vargas Llosa o cualquier otro derechista, quedaría entendido que es un discurso para las galerías de un convencido privatizdor. Como es Humala los delegados de los Miró Quesada Graña tienen que salirle al frente (y hasta meterse con su familia). La marcación es dura. (Ensimismados en su coyuntural posición de poder, sin ninguna sabiduría o aprendizaje histórico, esta familia oligárquica establece un estándar de lucha política que antes ya los perjudicó, y acaso los perjudique en el futuro).

Por otro lado, con estos editoriales, ejercicios de solfeo de gastadas partituras neoliberales, El Comercio parece estar ahora liderado por una sarta de niñatos sin visión política, tipo los de la cuatrinca de Willax, que no llegan ni a empatarle a las columnas de Juan Paredes Castro. Una reedición de los hiperideologizados «jóvenes turcos» que contribuyeron al fracaso de Vargas Llosa. Normal que sigan así.

«Aparentemente, en algún nivel, el presidente cree que un negocio y un buen servicio son incompatibles. O, en todo caso, que al menos los servicios que están directamente relacionados con el bienestar de las personas y los negocios son incompatibles. Aunque, como decimos, esto parece ser solo en algún nivel. Después de todo, su propia familia nuclear se atiende en clínicas-negocio cuando tiene un problema de salud –sin ir más lejos, todos recordamos las imágenes del presidente visitando a la primera dama en la clínica Angloamericana luego de que ella viviese un choque automovilístico–. Y sus hijos (al menos el último nació en una clínica-negocio) se educan también en centros privados.»

«El gobierno del presidente Humala, en suma, acaba de plantear una reforma de la salud innovadora y bien encaminada, que merece y tiene buenas posibilidades de prosperar. Bien haría, pues, el presidente en subirse al barco. Al fin y al cabo, es suyo.» (Editorial) Negocios saludables

8 de diciembre de 2013, Post Facebook
Argumentos primarios de los exportadores primarios

O El Comercio y su lobby anti-industrial.

Ahora dice, basado en el IPE del cual Fritz Lo Bois fuera director, que más valor agrega la minería que la industria.

Si uno compra una computadora, una cocina o una refrigeradora, ¿la mayor parte del precio es el mineral que estos productos contienen?

Si alguien compra una joya de oro, ¿la mayor parte del precio es el mineral o diseño y el trabajo del artista?

Si alguien compra ropa, ¿la mayor parte del precio es el algodón que la ropa contiene?

El IPE es especialista en torcer las estadísticas para justificar sus propios negocios vinculados a los exportadores primarios.

Además, si el mineral en el cerro no vale nada, así el concentrado de cobre cueste 1 centavo, el aumento de valor agregado será infinito=1/0, comparado con cualquier incremento posterior en la cadena de agregación de valor.

En un mundo en que los países se esfuerzan por avanzar en la cadena de agregación de valor mediante la tecnificación de sus pueblos, la oligarquía más reaccionaria de América Latina nos viene a decir que el modelo de desarrollo es la extracción tipo Potosí o Huancavelica, al estilo de la colonia, modelo que históricamente no sólo no ha generado progreso, sino que ha generado atraso. No han aprendido nada en siglos de dominar a la población peruana.

«Hace poco, la ONG Lampadia publicó una entrevista a Miguel Palomino del Instituto Peruano de Economía que mostró lo falaz de estas creencias con un dato sencillo: el mineral extraído y listo para venderse como concentrado vale muchísimas veces más que el mineral enterrado en la tierra, pero convertir luego este mismo mineral en una plancha de cobre o en alambre no aumenta su valor ni siquiera en un 10%. ¿No es este un ejemplo concreto de que hay oportunidades en que las actividades extractivas modernas pueden agregar más valor que las industriales? ¿Y no es una muestra de que es solo un muy extendido prejuicio el que nos alecciona sobre la necesidad de “transformar” el mineral en el país para “generar valor agregado”?» (Editorial) El discreto encanto de las chimeneas

Lampadia (una suerte de Altavoz de mayores), medio dirigido por derechistas mediáticos (Althaus, Baella, Ponce, Bustamante, Webb, etc.) entrevista al actual director del IPE, aquí:

«El incremento del valor del concentrado de cobre a este refinado es, dependiendo de como estén los tiempos, de entre diez y 15 centavos de dólar, sobre un precio de tres dólares y pico por el concentrado. Entonces no es ni 5% de incremento. Y si yo, además, a este cobre que ya lo he fundido y lo he refinado, lo convirtiera en alambre de cobre para darle un procesamiento manufacturero adicional, le agrego otro tres o cuatro por ciento más. Entonces, el valor más grande, como lo demuestra el mercado, está en la actividad minera misma. Las demás actividades agregan más valor, por eso también son buenas, pero la actividad que más valor agrega, largamente, es la actividad minera.»

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Por - Publicado el 16-12-2013

En el post 1963: intervención de los Estados Unidos a través de las ciencias sociales comentaba cómo el gobierno de los Estados Unidos interviene en América Latina a través de un supuesto trabajo intelectual. En Chile se trata del Proyecto Camelot, desarrollado por el Pentágono y expuesto ampliamente al público, provocando un gran rechazo de la intelectualidad y en general de la opinión pública, llegando a verse el asunto en el congreso chileno.

En el Perú por los mismos años se desarrolla un proyecto parecido, que tiene como institución local ejecutante al Instituto de Estudios Peruanos (IEP). En el Perú ya había una base para este tipo de proyecto por el Proyecto Vicos, que vimos aquí. Se trata de un proyecto apalancado financieramente por el Pentágono de los Estados Unidos. El interés de los militares estadounidenses es evaluar las actitudes de los campesinos peruanos ante un posible movimiento insurgente. Quieren tener una suerte de radiografía de los campesinos, en particular evaluar su «modernización» económica, su integración al mercado, y subjetiva, su aceptación de la cultura occidental.

Si la intervención del Proyecto Vicos de los años cincuenta tiene una carácter solamente preventivo, en los sesentas esta intervención tiene mayor premura, pues ya se había dado un intento guerrillero en el Perú, derrotado en parte con la intervención de los Estados Unidos a través de asesores militares y la CIA. En esa década, sin embargo, la indignación por la intervención por el proyecto Camelot en Chile llega al Perú y genera un cierto rechazo, que lleva a que el IEP pierda el proyecto financiado por el Pentágono.

1. El antropólogo Jürgen Golte sobre el Plan Simpático y el IEP
En el reciente conversatorio-celebración por los 50 años del IEP, ver aquí, pocos ponentes hablan del rol del IEP como parte de la intervención de los Estados Unidos. Con una sola excepción. El antropólogo alemán del IEP Jürgen Golte reconoce el crucial papel del gran financiamiento de los Estados Unidos en el surgimiento del IEP como una institución fuerte y con gran visibilidad. Verlo en este fragmento

(El video original y completo puede verse aquí).

Golte explica que este financiamiento del gobierno de los Estados Unidos para el IEP y sus cientos de entrevistadores ocurrió en el contexto de la Guerra Fría. Es decir, era el temor que el Perú cayera en la órbita soviética.

(Es curioso cómo hablar de la Guerra Fría se ha convertido en una palabra clave que parece justificar muchas cosas: ¿los EEUU intervinieron en Guatemala? «Fue por la Guerra Fría». ¿Los EEUU intervinieron en Chile promoviendo un golpe militar? «Fue por la Guerra Fría». ¿Los EEUU intervinieron en el Perú usando como tapadera las ciencias sociales? «Fue por la Guerra Fría».)

Golte menciona el Plan Simpático, aplicado en el Perú y el Plan Camelot, aplicado en Chile. Nadie le comenta. Nadie le da la contra. No pueden negar una intervención que ocurrió y sigue ocurriendo. Es claro que la actitud de esa institución es no hablar del asunto.

2. William Foote Whyte
El sociólogo William Foote Whyte, quien dirigió ese proyecto, no tuvo muchos problemas en hablar, mejor dicho escribir, al respecto. Claro, se nota que cuenta las cosas muy a su manera, pero dice mucho más que sus ex-socios peruanos del IEP. Efectivamente, como cuenta Golte, Matos Mar tuvo un proyecto con la Universidad de Cornell, con financiamiento de la National Science Foundation (NSF), muy en la onda de analizar un posible cambio de alineamiento internacional del Perú a partir de la movilización del campesinado. De ahí proceden los estudios del IEP sobre el Valle de Chancay, en Huayopampa y antes en Pacaraos, realizados por Matos y Whyte en 1964. Por ejemplo, «El desafío de Huayopampa» es publicado en 1968 y republicado en 1982, con modificaciones y añadiendo dos capítulos hechos por Carlos Iván Degregori.

Whyte tiene como tres libros, algo autobiográficos, en que escribe sobre estos temas: «Leraning from the Field», «Participant Observer» y «Creative Problem Solving in the Field».1 Sin embargo, los financiamientos no se limitan a la NSF, o la Fundación Ford, sino que incluyen al Pentágono a través de su agencia «Advanced Research Projects Agency» (ARPA).

3. Matos Mar funda el IEP
William Foote Whyte se interesa en el Perú a partir del proyecto Vicos dirigido por Allan Holmberg, su colega más senior en la Universidad de Cornell. Whyte visita Vicos y pasa un año en el Perú en 1961 donde realiza una investigación sobre relaciones industriales en la Universidad de Ingeniería (ya que según él en San Marcos hay mucho radicalismo y rechazo al «imperialismo norteamericano»). También trabaja con Robert Braun de IPAE en estudios industriales, partiendo de la preocupación que la cultura peruana presenta un gran sesgo contra la actividad empresarial, por lo cual la mayor parte de los empresarios eran de origen extranjero (y añade que en la segunda generación de inmigrantes extranjeros el espíritu empresarial ya se ha perdido. La peruanización mata el espíritu empresarial.). (En este punto Whyte señala en sus memorias, sin muchos comentarios, que a través de Hernando de Soto se entera que los empresarios locales son los de la «economía clandestina»).

En 1964 José Matos Mar funda el Instituto de Estudios Peruanos en base al financiamiento gubernamental otorgado por el Ministerio de Educación, bajo la dirección de Francisco Miró Quesada. Matos había sido asesor de Fernando Belaúnde en temas rurales. Whyte y Lawrence Williams (mencionado también por Golte) propusieron a Matos hacer conjuntamente el programa de la Universidad de Cornell. A medida que el apoyo gubernamental va cayendo año tras año, el IEP se va haciendo más dependiente de la Universidad de Cornell. Por esa época Whyte también trabaja en el Cusco con Oscar Nuñez del Prado, quien antes había trabajado también con Allan Holmberg en el valle del Virú. Todos estos proyectos rurales, como también indica Golte, tenían un denominador común: averiguar los cambios sociales e ideológicos que estaban ocurriendo entre los campesinos.

Para fines de 1964 estos proyectos se expanden del Valle del Chancay al Cusco y luego a Arequipa, Huancayo, Ayacucho y Trujillo. Con esta expansión se requiere más personal calificado. Matos propone a su concuñado Julio Cotler, antropólogo que se encuentra por entonces, fines de 1964, en Boston, en el MIT analizando datos sobre Venezuela. Cotler es entrevistado por Whyte en Cornell y es aceptado para el puesto. Whyte había trabajado también en Venezuela en proyectos similares, donde ya había conocido a Cotler.

4. Bienvenido sea el Pentágono
En noviembre de 1964, en la conferencia de la Asociación Americana de Antropología Whyte conoce a Lee Huff, director del «Advanced Research Projects Agency» (ARPA) del Pentágono. Huff le comenta que su proyecto en el Perú es muy interesante y le pregunta si sabe de proyectos similares que necesitan financiamiento. En enero de 1965, Whyte se vuelve a reunir con Huff, esta vez en Washington y Huff le ofrece apoyo financiero a ser usado sin condicionamientos y otorgado en forma rápida. Sólo 60 días, cuando otras fuente como la NSF demoraban como nueve meses. Es más bien Whyte quien establece condiciones: 1. no habría reportes secretos. El Pentágono sólo recibiría reportes de avances de investigación. 2. los investigadores tendrían total libertad para publicar sus resultados. 3. no habría chequeos de seguridad. 4. El Pentágono tendría que responder sobre si aprobaba el proyecto en máximo 60 días, y con alta probabilidad en 30 días.

Whyte entiende que el IEP y Cornell necesitan nuevas fuentes de financiamiento para fortalecer la organización que acaban de fundar en Lima. Si no actuaban pronto, perderían momentum. No sólo se trata de hacer estudios rurales, sino también de formar intelectuales y consolidar organizaciones.

Según cuenta Whyte, Matos le expone que el IEP aceptaría sin problemas financiamiento de la Fundación Ford u otras fundaciones, como la NSF o el NIMH (National Institute of Mental Health). Apoyo de USAID sería menos deseable, pero probablemente aceptable. Aceptar un apoyo del Pentágono tendría más problemas, pues el Pentágono era el símbolo clave del imperialismo de los EEUU. Whyte le insiste y convence a Matos de un acuerdo «salomónico»: el financiamiento del Pentágono sería para pagar a los investigadores de Cornell y el financiamiento de Cornell sería para pagar las actividades del IEP.

Presentan el proyecto el 1 de marzo de 1965 y Huff llama a Whyte el 30 de marzo diciéndole que el proyecto estaba aprobado. J. Oscar Alers es nombrado director de campo por Cornell y Julio Cotler es nombrado director de campo por el IEP.

5. Impacto del proyecto Camelot: de Chile al Perú
En el verano del norte de 1965 (junio-julio-agosto) estalla el escándalo por el proyecto Camelot en Chile, ver 1963: intervención de los Estados Unidos a través de las ciencias sociales, proyecto precisamente financiado por el Pentágono. El escándalo es cubierto por toda la prensa en América Latina y provoca una gran indignación contra la intervención estadounidense so pretexto de hacer investigación en ciencias sociales. Whyte comprende que no tardaría en haber problemas con su proyecto en el IEP.

Según Whyte, su proyecto era «muy diferente» al de Camelot. Él dice no tener ningún interés en la insurgencia o en la contrainsurgencia. El proyecto Camelot es iniciado por el Pentágono, mientras que su proyecto con Matos es iniciado por él y luego el Pentágono lo apalanca con apoyo económico. En mi opinión, aceptando su versión de los hechos como cierta y que no haya dejado nada por contar, se trata diferencias accesorias. Entonces los investigadores estadounidenses comparten una ideología sobre lo que tienen que hacer en el Perú que confluye totalmente con los intereses militares de su gobierno. Varios de ellos habían trabajado directa o indirectamente con los militares de los EEUU y casi todos con otras agencias estatales. Más bien, lo que se aprecia es que en el Perú el Pentágono no habría necesitado generar un proyecto propio, pues este proyecto ya existía en el trabajo de los investigadores estadounidenses establecidos en el Perú.

6. El consejo directivo del IEP en acción
En octubre de 1965 Whyte visita Lima y encuentra a Matos muy nervioso por el proyecto del Pentágono. Matos no le había contado del proyecto a ningún miembro del consejo directivo del IEP, excepto a su presidente Luis E. Valcárcel.2 Whyte le propone, según él, «una típica solución estadounidense»: que convoque al consejo directivo del IEP, que les informe sobre el proyecto del Pentágono y que les pida consejo.

La reunión se realiza en dos partes. En una primera parte Matos presenta a Whyte al consejo directivo, a muchos de cuyos miembros ya conoce. En esta parte todos reafirman su voluntad de estrechar la colaboración con los EEUU. En una segunda parte viene el cafecito y es aquí que los directores del IEP expresan sus temores. Dos de ellos manifiestan que hubieran preferido no enterarse del financiamiento del Pentágono, cosa que cuando el asunto estalle pudieran manifestar no saber nada de ello. El ex-ministro de educación Francisco Miró Quesada, quien había aprobado el primer financiamiento gubernamental del IEP conduce la reunión y propone que el financiamiento del Pentágono se limite a la contraparte de Cornell, mas no vaya a los investigadores del IEP, solución ya propuesta por Matos. Es decir, aceptan continuar con los términos bajo los cuales ya se desenvolvía el proyecto.

7. El escándalo trasciende
En enero de 1966 Whyte visita nuevamente Lima y Matos está aún más preocupado. Un miembro del consejo directivo del IEP presente en la reunión le cuenta a sus amigos sobre el financiamiento del Pentágono al IEP. La información se difunde. Diversas personas le comunican a Matos haber escuchado que estaba trabajando para el Proyecto Camelot. Matos le comenta a Whyte «Hace años, yo no trabajaba con estadounidenses y me acusaban de comunista. Ahora que trabajo con estadounidenses, a Julio [Cotler] y a mi nos acusan de ser agentes de Camelot».

El 11 de febrero de 1966 el diario aprista La Tribuna publica en primera plana que diversos izquierdistas de un centro de investigación estaban recibiendo suculento financiamiento del Pentágono, el Ministerio de Defensa de los Estados Unidos. Denuncia también a «un misterioso Mr. White» (sic) sin afiliación a ninguna universidad, quien trae esos dineros. La Tribuna sigue con la denuncia en los días siguientes, 12, 13, 18 y 19 de febrero. El 19 de febrero La Tribuna publica una carta de Luis E. Valcárcel quien niega que el IEP reciba dinero del Pentágono, explica la relación del IEP con la Universidad de Cornell, reconoce el aporte de Whyte y resalta la contribución de este intercambio académico desde el Proyecto Vicos. No cuenta que los investigadores de la Universidad de Cornell sí reciben financiamiento del Pentágono para ese mismo proyecto. Es decir, dice una verdad a medias.

8. Marcha atrás en el IEP
Dada esta campaña en contra, Matos entiende que el proyecto con el Pentágono es insostenible, no importa la compartimentación de financiamientos practicada, que no es expuesta transparentemente en tiempo real. Matos le propone a Whyte devolverle el dinero al Pentágono. Y Whyte accede. Las autoridades de la Universidad de Cornell apoyan a Whyte en devolver el dinero. Lee Huff del Pentágono reacciona con sorpresa y bronca.

El financiamiento del Pentágono se corta ese mismo febrero, pero el proyecto continúa hasta septiembre de 1966 con apoyo de Cornell, que tapa parte del forado que queda por este cierre. Matos no se ve afectado inmediatamente por ese cierre, pues no recibe dinero de Cornell. El corte sí afecta, sin embargo, a Cotler cuyo salario viene totalmente de Cornell (que sí recibía dinero del Pentágono). Ante eso Whyte le consigue dineros del Agricultural Development Council.

9. Financiamientos alternativos
Whyte trata de buscar financiamientos alternativos en la NSF y el NIMH para reemplazar la pérdida del financiamiento del Pentágono. Ambas instituciones aceptan apoyarlo siempre cuando su proyecto pase el largo proceso de evaluación, que demoraría hasta diciembre de 1966.

Whyte intenta conseguir financiamiento de USAID, donde le dicen que su proyecto es muy bueno, tanto que si no hubiera un proyecto así USAID trataría de persuadir a alguien de hacer un proyecto similar. Sin embargo, el embajador estadounidense J. Wesley Jones veta el proyecto, aduciendo no tener nada contra el IEP, pero que siente que se trata de una asunto controvertido. Le sugiere a Whyte hablar con Peter Frankel de la Fundación Ford. Frankel as su vez, lo pelotea de nuevo y le dice que ese proyecto es como para USAID.

Después Whyte se entera que un apoyo de USAID al IEP hubiera implicado hacerles un chequeo de seguridad a Matos y a Cotler. Según Whyte esto era porque el Departamento de Estado todavía tenía el estigma de la época McCarthy de ser blando con el comunismo. Ningún chequeo de ese tipo fue necesario para el tan amigable financiamiento del Pentágono. En tiempo real Whyte no les cuenta del asunto a Matos y a Cotler. «Estar certificado como no constituyendo un peligro para la seguridad de los EEUU podría haber significado catalogarlos para siempre como lacayos de los yanquis», afirma Whyte en «Participant Observer».

En noviembre de 1966 Whyte visita a Matos en Lima. El financiamiento de Cornell llegaba a su fin y Matos no veía fuentes alternativas de financiamiento. El gobierno de Belaúnde, bajo presiones económicas crecientes, reduce el subsidio al IEP en dos tercios y en 1967 el IEP probablemente no iba a recibir nada del gobierno.

En diciembre de 1966, le aprueban a Whyte el financiamiento tanto de la NSF como de la NIMH. Williams y Whyte dicen aceptar el financiamiento de la NIMH que dura tres años, mientras que el de la NSF dura sólo dos años. Con este desenlace se garantiza que el proyecto del IEP como institución continuara y se fortaleciera.

10. Epílogo
La explicación de Whyte para la oposición al proyecto del Pentágono es que se trata de un conflicto político doméstico, entre apristas y social progresistas, originado en parte en la universidad de San Marcos. Matos Mar había sido candidato al congreso por el Movimiento Social Progresista en 1962. Si bien no iba a tener una gran votación, los apristas se le oponían duramente. La motivación para la denuncia contra el IEP es la ambición del Apra en que Luis Alberto Sánchez sea rector en San Marcos, a lo que se oponían intelectuales como Augusto Salazar Bondy y Francisco Miró Quesada, ambos en el consejo directivo del IEP. Según Whyte fue Sánchez (vinculado el mismo a diversas agencias de los EEUU) quien dirige los ataques contra el IEP. Pero todos estos ataques son conjurados porque La Tribuna no tenía la reputación que tenían La Prensa y El Comercio y por el prestigio de intelectuales como Luis E. Valcárcel y Carlos Monge. Al poco tiempo de la elección de Sánchez como rector cesan los ataques contra el IEP.

Mis conclusiones de este asunto son diferentes. Si bien los apristas se aprovechan del asunto en sus líos de poder, no quita que los intelectuales del IEP se prestan con mucha facilidad a llevar a cabo la agenda ya no sólo del gobierno de los EEUU, sino del mismo Pentágono. Compartimentar el financiamiento para nada es una solución aceptable que los desvincule de formar parte de una intervención en su propio país.

Por cierto, Whyte es mencionado en un par de Wikicables, aquí y aquí, en relación a preparativos de la embajada de Estados Unidos para celebrar un coloquio en 1973 con los militares peruanos en el CAEM, junto con Shane Hunt y Luigi Einaudi, este último vinculado a la inteligencia de los Estados Unidos. El coloquio incluye al IEP.

Yapa. Las memorias de Whyte
Las memorias de Whyte son muy interesantes e inusuales en el Perú, pues comentan con mucha apertura lo que en nuestro medio es censurado como «chismes», cuando son eventos que ayudan decisivamente a entender la constitución y la marcha de una organización. Obviamente que llevaba muy bien la cuenta de lo que hacía.

Whyte cuenta cómo Matos consigue que el industrial pesquero Luis Banchero acepte apoyar financieramente al IEP. Al mismo tiempo un funcionario de la Fundación Ford invita a Matos a presentar proyectos a la Ford. Matos prefiere el financiamiento de Banchero que ocurre por un año, 1971. En año nuevo de 1972 Banchero es asesinado y Matos pasa a recurrir a la Fundación Ford y a otras fuentes internacionales.

También cuenta sobre la ruptura entre Matos y Fernando Fuenzalida en 1970, quien estaba descontento con la dominación de Matos. Whyte le sugiere a Fuenzalida que trate el asunto con Matos. Fuenzalida no lo hace y se organiza con otros entonces jóvenes para fundar su propio instituto. Para conseguir financiamiento Fuenzalida habla con Carlos Delgado, ex-estudiante de Cornell y asesor de Velasco Alvarado. Delgado habla con Luis Soberón y éste habla con Matos, quien despide del IEP a Fuenzalida y los jóvenes descontentos. Según Whyte esto fue un shock terrible para Matos. (En los ochentas, al parecer Matos y Fuenzalida se reconcilian y es Fuenzalida quien redacta lo que sería el libro titulado «Desborde Popular».)

Whyte comenta que Matos tuvo antes problemas con sus protegidos, quienes aceptaban su dominación por la expectativa que tenían de becas internacionales y el apoyo de Matos. Algunos esperaban desarrollarse hasta no necesitar la dominación de Matos. Whyte cuenta que amigos le cuentan que varios de estos jóvenes no lograron mucho después de distanciarse de Matos.

Otro evento molesto para Matos fue que Cotler se asociara con Anibal Quijano para publicar «Sociedad y Política», una revista marxista. En su primer número el editorial de esta revista señalaba la necesidad en el Perú de una crítica marxista a los hechos políticos de entonces. Whyte le escribe a Cotler y le dice que eso es «lo último que el Perú necesita». Matos no había sido consultado y estaba muy molesto.

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«Participant Observer», uno de los libros en que William Foote Whyte da detalles sobre su trabajo con el IEP, aquí, Google Books.

Imagen de William Foote Whyte, tomada de aquí.

  1. De estos tres libros procede la información expuesta en el presente post. []
  2. Valcárcel si bien es recluído en el Frontón en los años veinte por intervención de la embajada de los Estados Unidos en el Perú, décadas después se acercaría a esta misma embajada para abogar por la fundación del Instituto Cultural Peruano Norteamericano, como una forma de contrarrestar la influencia ideológica de intelectuales como José de la Riva Agüero, simpatizante de la Italia fascista. []
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Por - Publicado el 02-12-2013

En 1963: intervención de los Estados Unidos a través de las ciencias sociales veíamos cómo los Estados Unidos usaban a las personas e instituciones dedicadas a las ciencias sociales para hacer una labor de inteligencia en América Latina. Su interés principal estaba en las actitudes de los sectores pobres ante una posible insurgencia comunista: se sumarían a esta insurgencia o la rechazarían. De ahí los estudios sociales principalmente en el campo peruano, y latinoamericano en general, pero también en las ciudades, lugares de destino de las poblaciones campesinas migrantes.

El asunto venía de antes. En 1950s-1960s, Vicos: la intervención antropológica vimos cómo en el contexto de la Guerra Fría los Estados Unidos lanzan un proyecto mundial que promovía la aculturación del campesinado, su «modernización» mental consistente en adoptar los valores sociales del capitalismo tal como se había desarrollado en los Estados Unidos y Europa. Fue una suerte de nueva «catequización» capitalista que venía con su contraparte, una «extirpación de idolatrías» comunistas y comunitarias. El potencial revolucionario de los pueblos no «occidentales» del mundo sería combatido mediante una asimilación cultural e ideológica. Al menos esa era la tarea de los científicos sociales, principalmente de los antropólogos.1

Y desde luego tal labor estaba en sintonía y coordinación con la política gubernamental de los Estados Unidos. La investigación científicio-social alimentaba el diseño de la política exterior y hasta por momentos se solapaba a una investigación de inteligencia policial o militar, llevando la cuenta de las actividades de los militantes izquierdistas en las universidades peruanas.

Así tenemos el caso del antropólogo Richard W. Patch y sus interesantes reportes y análisis sobre el Perú y Bolivia. Éstos pueden verse aquí. Constituyen un valioso material sobre los años cincuentas y sesentas, en parte por los hechos que cuenta, y en parte por sus análisis que reflejan en buena cuenta la actitud de los Estados Unidos hacia los posibles cambios en el Perú. Ciertamente es un material que da para mucho más de lo que comentaré en este post. Acaso algún lector interesado, digamos, un estudiante de antropología o sociología pueda ahondar más en estos reportes. Aquí con algunas pinceladas esbozaré algnos detalles de lo que podría ser un cuadro más grande.

1. Del proyecto Vicos a la revolución boliviana
Richard Wilbur Patch fue estudiante de doctorado de Allan H. Holmberg en la Universidad de Cornell. Trabajó en el Perú como investigador de campo en 1951 y 1952 en Ancash, como parte del Proyecto Perú-Cornell, en asociación con el Instituto de Etnología de la Universidad de San Marcos. También trabajó un par de meses en 1953 de asistente en el proyecto Vicos, con apoyo económico de la Fundación Rockefeller, estableciendo la metodologia usar (cuestionarios, sugerencias a los entrevistadores, recojo de datos, etc.).

Posterioremente fue un investigador del Institute of Current World Affairs y de la Fundación Doherty, que lo apoyaron para hacer un estudio sobre la revolución boliviana de 1952 y reforma agraria de 1953. Ese trabajo fue su tesis de doctorado en Cornell: «Social implications of the Bolivian agrarian reform».

2. Identidad indígena: abjurada en el Perú, mantenida en Bolivia
En su tesis Patch se distancia de tres ideas predominantes en la época, que la reforma agraria era puro discurso sin repercusión práctica, un fenómeno principalmente económico que deja fuera de vista las implicaciones sociales o un fenómeno subversivo de «movimientos políticos externos» que siguen la estrategia de «frente popular», más interesados en llegar al poder que en beneficiar a los más pobres. Esta última la dice apoyándose nada menos que en «La Gran Estafa» de Eudocio Ravines. Patch señala que la reforma agraria boliviana está enraizada en la sociedad e historia bolivianas. Su trabajo se inscribe en el contexto de un cambio de política de parte de los Estados Unidos hacia América Latina, de rechazar algunas reformas, en particular la reforma agraria, como medidas comunistas (como que derrocó al gobierno de Jacobo Arbenz por realizar una reforma agraria que perjudicó a la United Fruit) a promoverlas como parte de una política de anticipación y rechazo al comunismo.

Patch sostiene que la consecuencia más importante de la revolución de 1952 y la reforma agraria subsiguiente fue una mayor igualdad social y «un cambio, parcial pero progresivo, de la asignación de clase en base a criterios intrínsecos presentes desde el nacimiento, a criterios extrínsicos que pueden ser logrados o adquiridos por un individuo durante su vida». Siguiendo la idea matriz del proyecto Vicos, Patch se interesa en el proceso de «aculturación», promovido como solución al «problema indígena» en nuestros países. Es interesante su constatación sobre las diferencias de este proceso en el Perú (donde la aculturación y movilidad social ocurren casi exclusivamente entre las personas que migran de sus comunidades de la sierra hacia las haciendas o las barriadas y abjuran de su identidad indígena) y Bolivia (donde el proceso de adopción cultural ocurre en comunidades enteras tanto rurales como urbano migrantes, sin renunciar a su identidad indígena). En Bolivia la mayor educación, hablar castellano la adopción de ropa «occidental», recurrir a un médico por oposición a un curandero o usar cucharas de mtal en vez de cucharas de madera ocurren sin renunciar a usar idioma quechua y a tenr una identidad indígena, a diferencia del Perú.2.

3. Recomendaciones de politica exterior al gobierno de los Estados Unidos
En base a su tesis el autor escribe en 1960 un libro de recomendaciones de política exterior hacia América Latina para el gobierno de los Estados Unidos: Social change in Latin America today, its implications for United States policy. En este documento la lectora interesada tendrá acceso directo a los principales conceptos de su tesis, más una serie de recomendaciones al gobierno de los Estados Unidos con respecto a Bolivia y su revolución. Patch recomienda que los EEUU continúen con la ayuda al gobierno boliviano, pues éste es marxista, pero no comunista, y se debe apoyar el curso moderado del mismo para así evitar su radicalización. Efectivamente, el gobierno de los Estados Unidos continúa con la ayuda a Bolivia y Patch advierte cómo los líderes de la revolución boliviana se van alejando de posiciones más radicales. En Bolivia: The Restrained Revolution En «Latin America’s Nationalistic Revolutions». Annals of the American Academy of Political and Social Science 334, March 1961, Patch hace un análisis similar. A diferencia de Guatemala, donde los Estados Unidos realizan una acción encubierta y derrocan al gobierno de Arbez, en Bolivia, a través de ayuda económica y presión politica, los Estados Unidos tratan de orientar a la revolución boliviana por caminos moderados.

Desde entonces Patch escribiría los reportes sobre la realidad social boliviana y peruana señados arriba.

4. Seguimiento al viraje izquierdista en el Perú
Patch escribe sus reportes sobre la historia peruana reciente, con particular atención a cuán posible sería un viraje izquierdista en el Perú. Se ocupa de la economía peruana, de las condiciones laborales de los trabajadores de la International Petroleum Company en Talara, de las protestas de 1956 contra el alza de pasajes y de las protestas estudiantiles contra Nixon en 1958 (sorpresivas para Patch, y atribuídas a la acción de «estudiantes comunistas», mencionados con nombre propio: Gustavo Valcárcel, Francisco Moncloa, Héctor Béjar, Ismael Frías, Alfonso Barrantes. Incluso menciona al aprista Orestes Rodríguez, presidente de la FUSM, quien también apoya la protesta contra Nixon: «la actitud de los jóvenes reunidos aquí es una actitud sincera en defensa de la integridad del país».)

A partir de esas protestas contra Nixon, Patch se interesa en la universidad peruana, particularmente en cómo el Apra decae en apoyo a nivel estudiantil y cómo nuevos partidos de izquierda irrumpen en la vida nacional. Pero también se interesa en «la emergencia indígena en el Cusco» (1958), «el papel de la hacienda costeña en la hispanización de los indígenas andinos», la vida en un callejón limeño, las barriadas, las elecciones de 1962, las elecciones de 1963, la reforma agraria, los Cuerpos de Paz, La Parada, el terremoto de 1970.

5. El «fidelo-comunismo» en las universidades peruanas
Uno de los reportes más detallados y precisos, que casi parece un reglaje, es el que Patch hace de la reorientación izquierdista en la universidad de San Marcos, donde las opciones de izquierda desplazan al Apra en la conducción del gremio estudiantil. Patch describe las «actividades comunistas» de diversos estudiantes, cuya táctica según él, utilizar las actividades culturales como fachada para difundir su idelogía. Incluye en su a lista de comunistas poetas como Alejandro Romualdo Valle, autor del famoso poema a Túpac Amaru y Juan Gonzalo Rose. Patch describe también los vínculos de estos estudiantes con Cuba y con países del bloque soviético como Alemania Oriental y Checoslovaquia. No consigna la fuente de esta información, pero no suena que sea información obtenida de fuentes impresas de la época.

En Trujillo, Patch mira con mucha atención las actividades de los estudiantes pro-castristas Luis de la Puente Uceda y Gonzalo Fernández Gasco. No se equivocaría en prestarles atención.

6. Visión y misión
No he podido determinar qué fue de este investigador después de 1971.3 Lo que sí es muy claro es que tuvo una gran agudeza para analizar lo que venía ocurriendo en el Perú y Bolivia de los años cincuentas y sesentas. Su percepción de la diferencia identitaria entre el Perú y Bolivia como sus seguimientos de la coyuntura política son muy lúcidos. A la vez, es claro que se trata de un investigador ve las cosas desde un ángulo muy evidente: defender los intereses de los Estados Unidos en el Perú y Bolivia. No lo anima el visceral rechazo cultural, sino el entender la cultura ajena para cambiarla y occidentalizarla. Es claro que no simpatiza con las élites gobernantes latinoamericanas, pero tampoco ve una alternativa de alternancia social en las clases desposeídas. Ante la idea de un «cambio controlado» desplegada en Vicos, y una revolución boliviana tolerada por los Estados Unidos (en la esperanza de influir en que ésta sea más moderada) se advierte su sorpresa y preocupación por la influencia de la revolución cubana principalmente entre los jóvenes tanto del Perú como de Bolivia. De hecho, el tono de sus reportes, su lucidez y puntada con hilo, tiene el sabor a los cables de embajada desvelados por Wikileaks. Son un interesante material de análisis histórico sobre el Perú y Bolivia, tanto por la realidad que comentan como por el ángulo con que lo hacen.

Patch
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Richard W. Patch, antropólogo especializado en el Perú y Bolivia. Fue parte de una intelectualidad estdounidense interesada en investigar los problemas de fondo de estos dos países, pero también en hacer recomendaciones de política para el gobierno de los Estados Unidos. En el contexto de la Guerra Fría, su interés fue el evitar un viraje comunista.

Imagen tomada de aquí.

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callejon
«Vida en un callejón». La imagen indica el plano de un «callejón» y cuántas personas viven en cada habitación. Una imagen que evoca las imágenes de barcos de esclavos.

EleccionesFUSM

Resultados de las elecciones de la FUSM de 1961. Max Hernández es el «tonto útil» de los «fidelo-comunistas» en ganarle las elecciones al Apra. Irónicamente, de desplazar al Apra y de ser visto con cautela por este investigador estadounidense, varias décadas después Hernández ocuparía altos cargos en el segundo gobierno de Alan García y abandonaría el discurso anti-imperialista para tener muy buenas relaciones con los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos.

JACL

Juan Alberto Campos Lamas, dirigente aprista radicalizado, disidente del Apra y asimilado a las izquierdas junto con Félix Arias Schreiber y Alfonso Barrantes Lingán. Fue elegido presidente de la FUSM. (Se cuenta que visitó Cuba y regresó con un vistoso sombrero de guajiro. Luego se acercaría al rector de San Marcos Luis Alberto Sánchez, quien hábilmente, recurriendo al apoyo económico, lo incentivaría a reintegrarse al Partido Aprista).

filocommu

Organigrama mostrando las fuerzas políticas en la Universidad de San Marcos.

Rpatch

Reflexiones de Richard Patch sobre el viraje izquierdista no sólo en el Perú, sino en América Latina, y la necesidad de que el gobierno estadounidense replantee su política exterior con los gobiernos latinoamericanso que «sólo imperfectamente representan a sus pueblos».

A. Puesto en Facebook, aquí.

OdriaHaya

Antes de la «Marca Perú» había la «Marca Odría» de «Hechos y no palabras» y el cómodo gobierno oligárquico primario-exportador, contra el supesto caos representado por el Apra y el comunismo.

Propaganda odriísta durante las elecciones de 1962.

A pesar de esta propaganda, a los pocos meses de las elecciones estos dos contrincantes, Odría y Haya, hacían alianzas electorales y luego una coalición parlamentaria pro-oligárquica.

Tomado de Richard Patch, Informe ICWA, RWP-53, de septiembre de 1962, «The Peruvian Elections of 1962 and their Annulment».

  1. En tal contexto, la frase de José María Arguedas, que había participado como estudiante de San Marcos en el Proyecto Vicos, «no soy un aculturado», expresa un rechazo a los fundamentos subyacentes a la lógica de «modernización» y aculturación promovida por los Estados Unidos:

    «Yo no soy un aculturado; yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz, habla en cristiano y en indio, en español y en quechua. Deseaba convertir esa realidad en lenguaje artístico y tal parece, según cierto consenso más o menos general, que lo he conseguido».

    []

  2. Las categorias usadas por Patch en su tesis, basadas en las usadas por Hollmberg en Vicos, no tienen desperdicio. Evocan a las denominaciones usadas hoy en día por Rolando Arellano:

    Indio-Conservador Campesino-Transicional Mestizo-Emergente
    Sólo habla quechua Habla algo de castellano Lee y escribe en castellano
    Siempre va a misa Alguna vez va a misa Nunca va a misa
    No se casa por iglesia Se casa por iglesia Se casa por iglesia
    No se casa por civil Se casa por civil Se casa por civil
    No fue a la escuela Fue en parte a la escuela Fue a la escuela
    Ropa hecha en casa Ropa hecha en casa y occidental Ropa occidental
    Chaccha coca Chaccha coca No chaccha coca
    Duerme en el suelo Duerme en cama de adobe Duerme en cama de madera
    Cucharas de madera Cucharas de madera y de metal Cucharas de metal
    Nada de arroz, azúcar, etc. Algo de arroz, azúcar, etc. Mucho arroz, azúcar, etc.
    Muchas fiestas religiosas Algunas fiestas religiosas Pocas fiestas religiosas
    Sombrero hecho a mano Sombrero hecho a mano y manufacturado Sombrero y manufacturado
    Curandero Curandero y médico Médico
    Pocos viajes a las ciudades Algunos viajes a las ciudades Muchos viajes a las ciudades
    Sandalias Sandalias y zapatos Zapatos

    Es, sin duda, interesante que encuentre que en Bolivia la «modernización» se produce sin abjurar de la identidad indígena, mientras que en el Perú ocurre lo contrario.
    []

  3. Editorial Mosca Azul le publicaría un estudio sobre La Parada en 1973. []
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Por - Publicado el 14-10-2013

1. El Comercio sigue en campaña contra los programas sociales
Hoy vemos esata primera plana tremendista

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Millones «se perdieron», dice El Comercio. La noticia en las páginas interiores del diario puede verse abajo y está basada en un estudio de Enrique Vásquez, economista con un gran dominio y una vasta experiencia en el tema, no sólo académica, sino también de gestión (como que fue gerente general del PRONAA durante el fujimorismo y asesor del mismísimo Fujimori, en el Ministerio de la Presidencia).

En realidad, no es que «se perdieron» 900 millones. No se perdieron; fueron gastados en personas que no forman parte de la población objetivo, son filtraciones. Si la población objetivo eran niños pobres menores de cinco años, y el programa llega a un niño pobre mayor de cinco años, ¿se puede decir que «se perdió» ese desayuno?

2. En realidad la eficacia en el gasto en programas sociales aumentó
Lo que El Comercio no dice es que hubo una REDUCCIÓN de la ineficacia. En el 2011, en un estudio similar hecho por Enrique Vasquez, se reporta una ineficacia de 0.26% del PIB, mientras que la infeficacia en el 2012, con más programas sociales, se reduce a 0.17% del PIB.

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3. Más aún, se trata de la más grande mejora en eficacia de la última década
Y si lo vemos por programa social, si algo ha ocurrido es que las filtraciones en los programas sociales en el último año se han reducido fuertemente, después de casi una década de aumentos casi monotónicos.

Filtraciones

Son buenas noticias. La eficacia en la inversión pública ha aumentado. Pero los Miró Quesada dirán lo contrario.

4. Las filtraciones continúan, pero las mejoras son evidentes
Las mayores filtraciones ocurren en programas antiguos, y en el ámbito urbano, como el Vaso de Leche 50.9% y Comedores Populares, 44.0%.

En números la cosa va así.

Filtraciones (beneficiarios no adecuados):

  • Vaso de Leche: en 2011: 1’123,623, en 2012: 872,203
  • Desayuno Escolar: en 2011: 477,123, en 2012: 504,475
  • Comedor Popular: en 2011 211,186, en 2012: 190,863
  • Seguro Integral de Salud: en 2011: 4’563,765, en 2012: 3,775,277.

En general hay una sustancial reducción en las filtaciones en términos absolutos, excepto en desayunos escolares, en que hay un ligero aumento, un 6%.

En su último trabajo Vásquez incluye tres programas más, Cuna Más, Juntos y Pensión 65, con menores tasas de filtración: 32.4%, 17.8% y 22.1%, respectivamente.

5. La gran noticia debería ser: «Programas sociales ahorraron S/.148 millones en 2012»
Hagamos el ejercicio de calcular el ahorro en soles por los aumentos de eficiencia en el gasto, cuál sería el costo de las filtraciones con el presupuesto de 2012, pero con las tasas de filtración del año 2011. Los resultados son los siguientes:

En el Seguro Integral de Salud se ahorraron 64 millones de soles.
En Desayunos y Almuerzos Escolares se ahorraron 36 millones de soles.
En el Vaso de Leche se ahorraron 35 millones de soles.
En Comedores Populares se ahorraron 13 millones de soles.

En total, en estos cuatros programas, se ahorraron unos 148 millones de soles.

Al menos esta cantidad, que podría ser mayor si se toman en cuenta otros programas sociales, es lo que se ha ahorrado al país por el aumento de la eficiacia en el gasto social.

Y claro, es comprensible que El Comercio no lo diga, pero llama la atención que Enrique Vásquez no resalte este aspecto en su trabajo de investigación. El objetivo explícito de su trabajo es hacer una evaluación de la gestión de Humala, pero en algunos casos evita hacerlo en forma comparativa, por lo general resaltando las carencias faltantes en menoscabo de los avances. El Comercio no tuvo que buscar mucho de su trabajo para extraer esa primera plana.

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Fuentes:
Estudio de Enrique Vásquez de octubre de 2013:
Las políticas y programas sociales del gobierno de Ollanta Humala desde la perspectiva de la pobreza multidimensional

Estudio de Enrique Vásquez de julio de 2011:
El Perú de los pobres no visibles para el Estado: La inclusión social pendiente a julio del 2012

Actualización: La página interior de El Comercio. Queda claro que Enrique Vásquez alimentó la campaña de El Comercio. Se la juega el todo por el todo por el proyecto fujimorista del cual formó parte, apoyando la tesis del mismísimo Fujimori, de quien fue asesor, de cerrar de Qali Warma.

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Hacer click en la imagen para ampliarla. Imagen tomada de aquí.

El énfasis de Enrique Vásquez recae en la comparación entre pobreza multidimensional y pobreza monetaria, siendo claro que la primera es mayor que la segunda, lo cual no es sólo cierto para el gobierno de Humala, sino para todos los anteriores. Sin embargo, Vásquez no resalta que del 2011 al 2012 es la pobreza multidimensional la que más cae, 3.3 puntos, en comparación con la pobreza monetaria, que cae sólo 2 puntos, según su propio estudio.

Es una postura tendenciosa y deshonesta la de Vásquez, quien lejos de dar mensajes balanceados, como los que se desprenden de su estudio, en esta entrevista sólo habla con contundencia de lo malo y oculta lo bueno. Una actitud consistente con la de haber sido un alto funcionario de uno de los gobiernos más corruptos de la historia del Perú, no la de un investigador serio.

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Por - Publicado el 07-10-2013

En el post Desarrollo capitalista y trabajo asalariado establecía que el mayor desarrollo capitalista está asociado a una mayor salarización de la fuerza laboral. Esto era una constatación comprobable a través de una comparación entre países de las tasas de salarización y del PIB per cápita: los países con un mahyor PIB tenían una mayor tasa de salarización. Lo misma relación se daba a nivel nacional, donde las regiones con mayor PIB per capita presentaban una mayor tasa de salarización. Es, sin embargo, muy instructivo ver lo que ocurre históricamente con las tasas de salarización.

1. Evolución de la PEA asalariada y la PEA independiente
El INEI tiene en línea datos de los censos de 1981, aquí, 1997, aquí y 2007, aquí. Los tenemos a continuación:

CuadroPEAwindep

Un gráfico, algo abigarrado, nos muestra la tendencia de la PEA asalariada a nivel regional:

convergenciaregionalPEA

No espero que el lector distinga la tendencia de cada línea, pero sí que advierta la tendencia de la línea más alta y la más baja. Es muy claro que la dispersión regional del porcentaje de la PEA asalariada se reduce. La salarización crece más en las regiones con menores tasa de salarización en 1981 y se reduce en las regiones con mayores tasas de salarización en 1981.

Es decir, si tomamos a la salarización como un indicador de desarrollo capitalista, en tres décadas, no es que el Perú está viviendo un proceso de expansión capitalista irreversible, sino de un proceso caracterizado por una expansión, pero también por un retroceso.

2. Convergencia interna en salarización
Más aún, si relacionamos el nivel regional de salarización de 1981 con la variación regional en la salarización de 1981 a 2007, corroboramos que las regiones con una mayor salarización en 1981 sufren una caída de la misma. En cambio, las regiones con menor salarización en 1981 sufren el mayor aumento de la salarización.

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Comprensiblemente, lo mismo ocurre con el porcentaje de la fuerza laboral independiente: las regiones con mayor porcentaje de independientes en 1981 sufren la mayor caída en este porcentaje, mientras que las regiones con el menor porcentaje de independientes en 1981 sufren el mayor aumento en este porcentaje.

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El gran mensaje que nos dan estos datos es que el Perú de hoy no tiene un mayor desarrollo capitalista que hace tres décadas. Lo que sí tiene es un desarrollo capitalista menos desigual a nivel regional.

P.S.1. Esta constatación no debería sorprendernos mucho. Recordemos que sólo hace algunos años, en el 2005, el Perú recuperó el nivel de PIB per cápita que tenía en 1973, y lo sobrepasó. Veámoslo en este cuadro.

PIBrealpc

Es un importante crecimiento el de la última década, pero que no ha llegado a recuperar ni superar la tasa de salarización de 1981. Acaso sería un crecimiento basado principalmente en la renta extractiva más que en la expansión de la economía capitalista

Un último dato al respecto es el nivel de salario promedio, si bien es sólo de Lima Metropolitana, que no ha recuperado su nivel de 1980. En la actualidad un trabajador en Lima gana la tercera parte de lo que ganaba un trabajador en 1980. Más aún, los salarios muestran un claro estancamiento desde 1990.

SalariosCepalLima

Fuente, Cepal, aquí.

Gran crecimiento del producto, pero con salarios estancados. Entonces ¿a dónde va el crecimiento?

P.S.2. Un trabajo clásico sobre salarización en el Perú es el de Verdera, aquí, donde se compara la salarización en los censos de 1972 y 1981.

PEA19721981Verdera

Como se aprecia, en ese periodo hubo una caída de la tasa de salarización en el Perú, aunque estos números no son directamente comparables con los de los cuadros y gráficos de arriba. El Perú habría tenido una caída en la salarización no de tres, sino de cuatro décadas.

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Por - Publicado el 03-10-2013

1. Programas sociales: núcleo duro de la aprobación presidencial
La aprobación de Humala cae abruptamente de junio a julio con la repartija (después de subir en supuestamente por su retroceso en la compra de Repsol por Petroperú). En agosto y septiembre su aprobación sigue cayendo aunque desacelerándose la caída.

AprobacionRazones

Las razones de la aprobación, sin embargo, caen poco y, más aún, se recuperan. La principal razón de aprobación son de lejos los programas sociales para los pobres. La segunda es la mejora de la educación. Dos razones de las cuales se escucha muy poco en los medios oligárquicos. Por el contrario, se nota que hay una campaña de la derecha para recuperar el control de los programa sociales, un evidente y silencioso núcleo duro de la aprobación presidencial. De ahí el operativo fujimorista contra Juntos, Cunamás y Qali Warma.

2. Incumplimiento de promesas: núcleo duro de la desaprobación presidencial
La desaprobación, por su parte, se basa en el incumplimiento de sus promesas electorales y que es un mentiroso. La gente no está contenta con el desacato de sus promesas electorales. La seguna razón de desaprobación es la delincuencia, que despega como segunda razón a comienzos de año.

DesaprobacionRazones

Hoy por hoy, el principal jaque a Humala a nivel social no viene desde la derecha (con fuerza económica, política y mediática, pero no social), sino desde la izquierda. Es claro que la respuesta de Humala al descontento de las mayorías por su incumplimiento de promesas está en los programas sociales.

3. Caída de aprobación con viraje: recuperando el apoyo de los más pobres
La aprobación de Humala ha venido cayendo, principalmente entre los más ricos. Entre los más pobres la caída ha cesado. Más aún, en este proceso Humala ha recuperado su patrón de aprobación pro-pobre.

A comienzos de año, su patrón de aprobación era claramente pro-rico.

AprobacionHumalaNSE

Hoy el principal apoyo de Humala viene de los más pobres, al parecer por el efecto de los programas sociales, a pesar del descontento por su incumplimiento de promesas electorales.

4. Operativo apro-fujimorista por reconquistar ministerios sociales.
Ya controlan la política económica del país; sólo les falta controlar las políticas sociales, que sientan las bases de un apoyo político. Esta reciente embestida contra los programas sociales no se debería a que los programas sociales funcionan MAL, sino a que, contrariamente a lo que tratan de sembrar, funcionan BIEN: llegan a más gente que antes y con ello mantendrían la aprobación de Humala en las encuestas. Tumbándose este sustento, los fujimoristas, que se creen los dueños de los programas sociales, aumentarían las posibilidades políticas propias en futuras elecciones.

Los operadores políticos en acción son esterilizador Aguinaga, yanacochera Chacón, lengualarga Schaefer Cuculiza y ganacontratos Gago, con ayuda de los medios profujimoristas. Comenzaron con Cuna Más, siguieron con Juntos, y remataron con Qali Warma. Toda una campaña.

5. Evaluación de los programas sociales
Un programa, y más aún una política social, tiene que ser evaluada integralmente, en base a resultados. El interés político de la derecha está llevando a que se cree el estándar de que la evaluación de las políticas sociales se haga en base a denuncias de intoxicaciones o la falta de salubridad en algunos alimentos, denuncias que inmediatamente aparecen en sus medios. (Como se sabe, estos medios son expertos en ocultar lo que no les conviene. Con el antiguo PRONAA no había las denuncias que hoy se ven, pero no sabemos si porque ese programa era tan perfecto o porque simplemente no nos enterábamos de las intoxicaciones o de alimentos que no pasaban las pruebas de control de calidad en los lugares más remotos del país).

Sin embargo, contrariamente a lo que se viene sembrando en la opinión pública, si algo nos muestran los indicadores es que el programa de alimentación escolar llega a más gente (mayor cobertura) y que la asistencia escolar ha aumentado. Es decir hay una relación positiva entre mayor cobertura y mayor asistencia escolar.

CoberturaAsistencia
Fuente: INEI-ENAHO.

Faltaría verificar si además de esta relación positiva hay causalidad, es decir, si la asistencia escolar aumenta como resultado de la mayor cobertura de alimentación escolar.

6. Más programas sociales, menos conflictos sociales

En el último año, en contraste con su primer año de gobierno, el número de conflictos sociales muestra una ligera pero muy distinguible tendencia decreciente:

ConflictosAgosto2013

Tomado del Reporte de Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo, Agosto 2013, aquí.

7. Cambio socio-político
Entonces, tenemos cuatro evidencias:

  1. aumenta la cobertura de los programas sociales y aumenta la asistencia escolar,
  2. hay una ligera caída en el número de conflictos sociales,
  3. los programas sociales sostienen la aprobación de Humala, y
  4. ahora el patrón de aprobación de Humala es claramente pro-pobre.

Este es un cambio silencioso, acaso similar al silencioso aumento de intención de voto por Humala en la primera vuelta del 2011. Lo que ocurre en la escena política para nada transmite lo que viene ocurriendo en los bastidores sociales.

Este conjunto de cambios no ocurrió sustancialmente en los gobiernos de Toledo o García, que no lograron que los alivios de la pobreza se convirtieran en apoyo político. La corrupción y los conflictos sociales les devoraron el apoyo potencial, cosa que Humala podría evitar. Su caída de aprobación parece haberse detenido, por lo que tiene ante sí una ventana de oportunidad para comenzar con tiempo una lenta redefinición política.1

  1. Ver otra vez La hipótesis de la derechización táctica de Humala []
Un comentario

Por - Publicado el 02-10-2013

1. «La sociedad de mercado más perfecta del Perú es Puno»
Temerarias e injustificadas afirmaciones de los publicistas neoliberales. Veinte años después de «El otro Sendero» de Hernando de Soto se sigue pensando en un capitalismo sin relaciones laborales asalariadas.

Este es un fragmento del video original que puede verse aquí.

Esfuerzo por identificar a la cultura andina con el neoliberalismo.

2. Trabajo asalariado y trabajo independiente en Puno
El censo de 2007 indica que en la región Puno la Población Económicamente Activa por categoría de ocupación es así (en porcentaje):

PEA asalariada: 27,1

compuesta de

Empleado: 14,9
Obrero: 11,1
Trabajador del hogar: 1,0

Trabajador independiente: 52,9
Empleador o patrono: 1,1
Trabajador Familiar no Remunerado 18,9

Fuente: INEI, aquí.

Dentro de la región Puno, la provincia con un mayor porcentaje de PEA asalariada es San Antonio de Putina con 56.3%. La provincia con un mayor porcentaje de trabajadores independientes es Chucuito con 66%. La provincia con un mayor porcentaje de trabajadores familiares no remunerados es Moho con 32.7%.

PEAPuno

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Estos porcentajes no son muy diferentes a los que exhiben otras regiones de baja salarización y un gran porcentaje de trabajadores independientes.

Entonces, ¿cómo así esta es «la sociedad de mercado más perfecta del Perú»?

3. Trabajo asalariado en el Perú
El desarrollo del capitalismo y de la economía de mercado se basa en la expansión de la población asalariada. Lo que define el desarrollo capitalista no es principalmente el mercado de bienes, sino el mercado de factores, de trabajo y de capital.

PEAasalariadaPeru

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Históricamente el capitalismo reduce el número de propietarios y aumenta el número de proletarios.

Sin embargo, vemos que algunos apologistas del neoliberalismo creen que es al revés, que el capitalismo aumenta el número de propietarios y reduce el número de proletarios. Creen que el desarrollo del capitalismo y de la economía de mercado va asociado a una menor proporción de población asalariada y a una mayor proporción de población independiente. Dentro de esta lógica, la economía de mercado más desarrollada estaría ya ni siquiera en Puno, sino en Huancavelica, y la menos desarrollada estaría en el Callao. Exactamente al revés.

4. Desarrollo capitalista y trabajo asalariado en el mundo
Mayor PIB per cápita está asociado con mayor proporción de los asalariados y menor proporción de los auto-empleados dentro de la fuerza laboral.

AutoempleoAsalariado

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Fuente de la imagen: aquí.

Estos datos son de países en desarrollo. Para países desarrollados (tomando como referencia los que están en la OECD) también se evidencia una asociación negativa entre PIB per cápita y auto-empleo: aquí o aquí.

Totalmente equivocado el discurso neoliberal que exalta a los «emprendedores» e «independientes» o se imagina una «sociedad de mercado perfecta» en base a la baja salarización de la fuerza laboral.

5. Desarrollo capitalista y trabajo asalariado en el Perú
Y en el Perú ocurre lo mismo que acabamos de ver en el mundo. El desarrollo capitalista está asociado con el trabajo asalariado, no con el trabajo independiente.

PEAwvsPBI

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En suma, la «sociedad de mercado más perfecta» en el Perú no está donde hay menos sino donde hay más trabajo asalariado.

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Por - Publicado el 23-09-2013

A algunos les cuesta creer que la insurgencia de los ochentas tuvo apoyo popular, tan es así que el estado tardó más de una década para derrotarla. Que el fundo Allpachaka de la Universidad San Cristobal de Huamanga fue tomado y destruído por Sendero Luminoso con el apoyo de las comunidades campesinas circundantes. Que el entierro de la senderista Edith Lagos en la Plaza de Armas de Huamanga fue masivo. Que Juanjuí fue tomado dos veces por el MRTA con el apoyo y colaboración de la población. Que la masacre de Lucanamarca fue cometida por senderistas originarios de zonas vecinas, tan campesinos y pobres como sus victimados, en horrenda respuesta por la muerte de Olegario Curitomay, mando senderista originario de la zona, apedreado y quemado vivo por algunos lucanamarquinos, aquí. Es un tabú constatar que el pueblo, campesino y quechuahablante, pudiera optar por Sendero Luminoso, o el MRTA (y desde luego, por el estado entre otras formas a través de Comités de Autodefensa (CADs); aunque esta opción está mucho más difundida en los discursos predominantes).

El supuestamente inclusivo discurso de la CVR ve a los combatientes, insurgentes y contrainsurgentes, como aliens, como si la guerra no hubiera sido llevada a cabo por gente como uno. Cuando se habla de los indigenas, de los quechuahablantes, el discurso aparentemente aboga a favor de ellos, pero lo que en realidad ocurre es que el otro se vuelve doblemente otro, por combatiente y por indígena. En medio de una cruel guerra intra-peruana, con mucha gente manchada de sangre propia y ajena, no se sale de la apología de la víctima inmaculada y pura y de su contraparte, el perpetrador alien, lleno de fanatismo, ajeno socialmente a los victimados. No se acepta que el indígena quechuahablante (y el que hablaba otros idiomas nativos) también tomó las armas siguiendo el camino que le proponía Sendero o el MRTA y también siguiendo el camino que le proponía el estado. Se absolutiza el reclutamiento a la fuerza y se soslaya el enrolamiento voluntario en los bandos combatientes. No sea que constatar esta realidad lleve agua al molino político actual de los senderistas o emerretistas y éstos la usen para justificar sus letales acciones, o no sea que lleve agua al molino político actual de las fuerzas del orden o los grupos de derechas, y éstas la usen también para justificar sus letales acciones. Así, la finalidad política y no las evidencias acaban determinando la verdad.

Desde luego que tal discurso tiene una base cuantitativa, que es motivo de análisis en el presente post. El problema es que esta base es endeble y se basa en un mal análisis de las evidencias.

1. El discurso de la CVR
En el volumen 8, sección 2, en 2.2. Violencia y desigualdad racial étnica la CVR sustenta su tesis de un sesgo anti-quechuahablante de parte de los combatientes armados, insurgentes y contra-insurgentes.

La mayoría de muertos y desaparecidos reportados a la base de datos de la CVR (el 75% del total) tenían al quechua como lengua materna. Este porcentaje es tres veces mayor que el de las víctimas cuya lengua materna fue el castellano.96 Sin embargo, de acuerdo al último censo nacional realizado en 1993, sólo la quinta parte del total de peruanos habla el quechua y otros idiomas nativos. Esta diferencia revela el grado de concentración del impacto del conflicto sobre el sector quechua hablante del país. p. 130.

El gráfico en que la CVR ilustra estos datos es el siguiente:

QuechuaCVRCenso

Hay pues una desproporción idiomática entre la población total peruana y las víctimas del conflicto lo que sugiere una concentración del conflicto en los quechuahablantes.

Por otro lado, en base a testimonios recogidos sin una sistematización cuantitativa, se acentúa más la semejanza entre víctimas y victimarios:

Todos los actores del conflicto, aunque en grados variables, fueron perpetradores de la violencia concentrada en este sector social. La mayoría de víctimas de Sendero Luminoso, los agentes del Estado y los Comités de Autodefensa fueron quechua hablantes. La alta proporción correspondiente a los Comités de Autodefensa refleja un rasgo del conflicto que ha sido destacado en múltiples testimonios brindados a la CVR: muchas veces los víctimarios y sus victimas tenían el mismo origen social, compartían el mismo idioma e incluso el mismo lugar de residencia. En diversos lugares, el conflicto quebró esta proximidad. La violencia fue un enfrentamiento que alcanzó niveles fratricidas, como lo destacan diversos testimonios. p. 131.

Pero páginas después, otra vez a nivel cuantitativo, se reafirma con fuerza que los senderistas no eran semejantes a los victimados, no eran predominantemente indigenas, eran de «una élite mestiza provinciana» y no eran predominantemente quechuahablantes. La fuente de información para esta afirmación son datos recogidos en las cárceles del país:

En la composición social de los grupos alzados en armas, resulta minoritaria la proporción de quechua hablantes, de acuerdo a la información brindada a la CVR por los subversivos recluidos en las cárceles.

La caracterización según lengua materna de los senderistas y emerretistas presos es expuesta en este gráfico:

QuechuaSLMRTA

Es decir, estaríamos ante senderistas «mestizos» no quechuahablantes que matan a campesinos indígenas quechuahablantes. Victimario no quechuahablante contra víctima quechuahablante, en un conflicto en que mueren quechuahablantes en forma desproporcionada en relación a la composición idiomática del Perú.

A continuación se hace una salvedad final:

Los subversivos generalmente fueron jóvenes mestizos de origen provinciano, con altos niveles educativos y expectativas sociales incumplidas, que vieron frustradas sus expectativas de realización personal debido a la crisis económica del país y el freno de la modernización de la sociedad tradicional.

Esta afirmación se basa en el párrafo final de esta subsección, 2.2.4., en que se afirma:

La información presentada confirma claramente que ni Sendero Luminoso ni el MRTA tuvieron una militancia de origen predominantemente indígena. Pero esto no quiere decir que su composición social carezca de un perfil étnico y social preciso. El grueso de los militantes de ambas organizaciones pertenecieron a un sector social compuesto mayoritariamente por jóvenes mestizos, provincianos y con altos niveles educativos, recientemente descampesinizados y desindianizados.101 Se trata de jóvenes que ya no pertenecían más al mundo campesino e indígena de sus padres, pero que tampoco habían logrado insertarse plenamente en los ámbitos modernos de la sociedad urbana.

Sin embargo, esta afirmación final no tiene un sustento cuantitativo: variables que indiquen el orígen social y étnico de los presos por terrorismo, su «descampesinización» y su «desindianización», o su inserción «en los ámbitos modernos de la sociedad urbana». Esta afirmación se basa en el siguiente pie de página:

7 Resultan representantivos de esta corriente los siguientes trabajos: Favre (1984, 1989); Manrique (1985, 1986, 1989a y b, 1995, 1996); Stern (1999); Degregori (1985, 1989 y 1991); Degregori, Coronel y Del Pino (1996).

No es una afirmación basada en los números disponibles, aunque tal vez sí en algunos testimonios y fundamentalmente en la bibliografía aportada por Degregori, Favre, Stern y Manrique. Se aprecia que en el discurso de la CVR hay una diferencia entre los énfasis y enunciados que hace en base a los datos, distancia entre subversivos y campesinos, y los que hace en base a algunos testimonios recolectados y la bibliografía previa, cercanía entre subversivos y campesinos.

2. Los datos incompletos
La CVR publicó con su informe final, aunque no la puso en línea inmediatamennte, una base de datos en que se puede calcular la composición idiomática de víctimas mortales. También publicó un compendio estadístico, aquí, en el que se reportan cuadros y gráficos con la composición idiomática de las víctimas. En este segundo material se incluyeron más observaciones que las que se reportó en el primero.

Los dos cuadros resultantes pueden verse a continuación:

CVRdatosquechua

En el primer cuadro se ven 7423 quechuahablantes de 16383, es decir, un 45.31% de las víctimas son quechuahablantes. Hay 6036 víctimas mortales, el 36.84% de la muestra, para las cuales no se sabe qué idioma materno tenían. Si se las excluye del cálculo porcentual, tenemos que un 71.74% de las víctimas era quechuahablante. Sin embargo, atribuir a la población total de víctimas este porcentaje implica haber hecho un supuesto, y es que el 36.84% para el cual no hay información también contiene un 71.74% de víctimas quechuahablantes. Pero ¿qué pasa si el 36.84% para el cual no hay información no tiene esta misma composición? Es decir, ¿qué pasa si hay un sesgo muestral? El equipo estadístico de la CVR no ha sido precisamente cuidadoso en advertir al público sobre este asunto.

Lo mismo ocurre con el segundo cuadro en que se documentan 11376 víctimas quechuahablantes de 22507 víctimas totales, es decir, 50.54%. Hay 7330, un 32.57%, de víctimas para las que ignoramos su lengua materna. Excluyendo a éstas, resulta que un 74.96% de las víctimas son quechuahablantes, pero esta inferencia para todas las víctimas pasa por que no haya sesgo de selección en la muestra. Hacer esta inferencia hubiera requerido un análisis aparte, en que la CVR hubiera explicitado sus supuestos y cómo trató de evitar incurrir en un sesgo muestral.

Por ejemplo, bajo el supuesto de estar ante una muestra aleatoria por idioma, si se atribuye el porcentaje de casi 75% a las casi 22500 víctimas documentadas, ya estamos haciendo una estimación, y tenemos unas 16900 víctimas quechuahablantes.

3. El supuesto sesgo anti-quechuahablante
Como hemos visto, la CVR hizo una comparación cuantitativa, de la proporción total de quechuahablantes muertos documentados con la proporción total de quechuahablantes en el país en 1993. Esta comparación es imprecisa e invita a una conclusión errónea, cual es la de una guerra de un Perú castellano hablante a un Perú quechuahablante. Esta conclusión queda más clara cuando se complementa esta figura con la composición idiomática de los presos subversivos (no así con la composición idiomática de las fuerzas del orden).

Una comparación mas precisa es analizar la composición idiomática de las víctimas y de la población, no a nivel nacional, sino a nivel de, digamos provincias, que más sufrieron la guerra. Veamos:

PQuechuah

Se aprecia una composición idiomática muy similar, particularmente si se hace la comparación no con el censo de 1993, en que la población ya experimenta los estragos de la guerra, sino el del 1981. En la guerra mueren muchos quechuahablantes, porque ésta se lleva a cabo en zonas de gran densidad de población quechuahablante.

4. El sesgo de selección de sacar conclusiones en base a los senderistas encarcelados
Hacer inferencias sobre las características de los subversivos en base a los subversivos presos tiene el problema de tener un posible sesgo de selección. Los subversivos presos no son necesariamente una muestra aleatoria de todos los subversivos que operaron en el país. Muchos de los subversivos, presumiblemente la mayoría de ellos, fueron muertos en combates o en ejecuciones extrajudiciales o sobrevivientes, como el quechuahablante «Alipio», aquí, o los hermanos Quispe Palomino. Y quienes murieron no necesariamente tienen las mismas características de los que están presos, en particular en cuando a etnicidad y lengua materna. Es muy probable que los subversivos muertos tengan características más parecidas a las de las víctimas reportadas por la CVR, es decir, que haya un mayor porcentaje de quechuahablantes en sus filas que entre los presos. Sin embargo, algo así no pasa de ser una conjetura. Tan conjetura como el supuesto no fundado en la evidencia de la CVR, que los subversivos presos son similares los subversivos muertos o sobrevivientes no presos, un supuesto que no es hecho explícito y advertido a los lectores.

En tal sentido, el siguiente gráfico ilustra lo que puede estar pasando con la inferencia hecha por la CVR:

QuechuaSenderistaspresos

El subconjunto de senderistas presos entrevistados por la CVR puede contener un menor porcentaje de quechuahablantes que el conjunto de senderistas.

5. El error de aplicar porcentajes de quechuahablantes a las extrapolaciones
Se ha tomado la cifra de un 75% de quechuahablantes como un dato duro, tan es así que se ha hecho ejercicios numéricos de aplicarlos a las 69,284 víctimas extrapoladas por la CVR: 75% x 69,284 = unos 50 mil quechuahablantes muertos. Se trata de una aplicación temeraria de la estadística, no sólo porque se trata de una cifra de víctimas mortales sobreestimada, sino porque no proviene de una estimación específica del número de quechuahablantes. No se puede simplemente multiplicar una cifra por la otra, pues los datos de diversas fuentes utilizadas por la CVR para su estimación no contienen la variable idioma, como ya hemos visto.

6. En conclusión, ¿qué nos enseñan los números?
Los números de la CVR tienen que ser tomados con pinzas, pues para muchas observaciones diversas variables importantes no están disponibles. Atribuir las características del subconjunto de la muestra en que hay información sobre idioma materno al otro subconjunto, para el cual falta esta variable, es un supuesto muy fuerte que compromete la validez de la inferencia para toda la población investigada.

En la guerra insurgente-contrainsurgente murió un alto porcentaje de quechuahablantes porque esta guerra se desarrolló principalmente en zonas quechuahablantes. Los datos muestran una composición idiomática de las víctimas muy cercana a la composición idiomática de las poblaciones donde estas víctimas murieron, si bien la composición total de las víctimas es muy diferente a la composición total del pais en cuanto a idioma materno. Esta evidencia es consistente con que se trató de una guerra insurgente-contrainsurgente campesina y de quechuahablantes, pero no de forma conclusiva. Hacen falta más datos.

Los datos de subversivos presos no corresponden a una muestra aleatoria del conjunto de subversivos y por lo tanto tendrían sesgo de selección. No es posible inferir las características del total de subversivos en base a la particular muestra disponible por la CVR. Sin embargo, los testimonios existentes más parecen indicar una mayor similitud en idioma materno entre los subversivos y la población campesina del teatro de operaciones de la guerra.

7. Un discurso alternativo
Alberto Flores Galindo en «Buscando un Inca» (El Comercio, Biblioteca Imprescindibles Peruanos, 2010) tiene una visión completamente diferente al discurso de la CVR, institución definitivamente influída por el pensamiento de Carlos Iván Degregori:1

«A diferencia de las guerrillas de 1965, en 1980 los combatientes no eran extraños al mundo rural porque hablaban quechua, habían nacido allí, tenían parientes en los pueblos, y por eso consiguieron levar a muchos campesinos». p. 268

En el discurso floresgalindista no existe la ajenidad entre senderistas y campesinos: son la misma gente. No son mestizos «descampesinizados» o «desindianizados» que ven al campesino quechuahablante como un otro abusable, como afirma el discurso degregorista. En el discurso floresgalindista el acceso a la educación y la militancia subversiva no quita la procedencia campesina y quechuahablante, muy al estilo del «Rendón Willka» arguediano.

Y más aún, según Flores Galindo, con Sendero Luminoso «el marxismo se expresa en quechua como en los tiempos de Blanco y el sindicalismo agrario», es decir, hay una cierta continuidad social y étnica entre la insurgencia senderista de los ochentas y la insurgencia de los años sesenta, como un cambio sustancial por su expansión por todo el país:

«Enfrentado a uno de los gobiernos más corruptos de nuestra historia republicana, con un aprismo que no superaba sus crisis y colocando en jaque a la izquierda, en 1982 Sendero Luminoso se encontraba en su mejor momento. El marxismo se expresa en quechua, como en loa tiempos de Blanco y el sindicalismo agrario, pero ahora se trataba de un movimiento guerrillero y, además, no confinado a un valle sino propalado por todo un país inmerso en una devastadora crisis económica». p. 270

Flores Galindo usa palabras como «combatientes», «movimiento guerrillero», sin embargo, no condona la violencia senderista.

«La réplica de los ‘terrucos’ no se dirige, al parecer, contra las fuerzas armadas, parapetadas por lo general en sus guarniciones, sino contra aquellos que forzada o voluntariamente son colocados en la primera línea de fuego, y de esta manera la guerra de Sendero contra el Estado se convierte en una atroz guerra civil, en la que ae enfrentan unas comunidades contra otras». p. 283

Y en «La guerra silenciosa» (en «Violencia y Campesinado», aquí) es aún más contundente:

Sendero Luminoso es una organización guerrillera, que ha conseguido movilizar a contingentes campesinos y conformar milicias, pero que tambien emplea – a veces indiscriminadamente- el terror como instrumento político. Mencionamos líneas atras las ejecuciones de autoridades o los atentados contra locales partidarios. Estos atentados han proseguido sin que sus actores mediten siquiera en el costo de vidas no combatientes que implican. Entre las victirnas también han estado campesinos y anónimos militantes de izquierda. El terror es una forma descarnada de autoritarismo. Sustituir el convencirniento por el miedo, la voluntad de las masas por la imposicion vertical. La amenaza dictatorial no viene entonces solamente desde arriba, desde el Estado y sus fuerzas represivas; emerge paralelamente desde las bases de la sociedad. También en este terreno hace falta conjurar el peligro.

El punto de vista de Alberto Flores Galindo ha sido algo olvidado en el Perú. Sin embargo, recientemente, ver aquí, la historiadora Cecilia Méndez, evidentemente más en línea con Flores, caracterizó a la guerra de 1980-2000 no de «conflicto armado interno» ni de «terrorismo», sino de «guerra civil», evocadora del proceso de guerras civiles y campesinas (y quechuahablantes) posteriores a la independencia del Perú.

Como comentario final, notemos que los números disponibles no dan para dirimir entre las tesis existentes. La CVR, en línea con el pensamiento de Degregori, comisionado y principal ideólogo de la misma, resaltó que había una gran disparidad étnica entre senderistas y campesinos (idea consistente con su tesis planteada en los ochentas de un Sendero Luminoso totalmente ajeno a la cultura andina). Sin embargo, como hemos visto, no hay un claro respaldo cuantitativo a tal afirmación. La hipótesis alternativa, más cercana a la forma de pensar de Flores Galindo, reconoce una gran cercanía social, étnica e idiomática entre senderistas y campesinos (idea consistente con su tesis de Sendero Luminoso cercano, aunque no equiparable, al mesianismo andino). Esperemos que las futuras investigaciones aporten en dilucidar la validez de las hipótesis todavía en competencia.

P.S. El quechua en la CVR
La CVR fue una organización estatal dirigida por comisionados predominantemente blancos no quechuahablantes afincados en Lima,

Comisionadosquechua

que en sus respectivas posiciones (dirigentes de partidos políticos, autoridades universitarias, militares o religiosas) fueron parte de la guerra. La CVR claro que habla a favor del quechuahablante, pero con ajenidad, a la manera en que Bartolomé De las Casas defendía a los “indios”, no como parte de un ñoqanchis nacional. Adviértase el «como peruana me enseñaron castellano» y el «respeto sobre otras culturas» en la respuesta dada a la siguiente pregunta:

En la CVR hubo personal quechuahablante, que fueron principalmente recolectores o transcriptores de datos que entrevistaron a familiares de las víctimas o traductores en las audiencias públicas, no los cuadros directivos de esta organización. Los cuadros medios fueron, al parecer, principalmente egresados o estudiantes de la Universidad Católica, universidad privada limeña, que tuvo al presidente de la CVR como rector.

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qatarisun

En 1984 Sendero Luminoso produjo y distribuyó unos 100 mil afiches-volantes impresos en tinta roja, con esta imagen con las palabras en quechua «¡¡Levantémonos todos!!». Sendero Luminoso habló en quechua en su llamado a la insurgencia del campesinado. Según el historiador Alberto Flores Galindo «el marxismo se expresa en quechua como en los tiempos de Blanco y el sindicalismo agrario».
Imagen tomada de aquí.

«Base de apoyo» senderista en la sierra peruana. ¿Quechuahablantes? ¿Están ahí contra su voluntad?
Imagen tomada de aquí.



Jóvenes campesinos senderistas, ¿quechuahablantes?
¿Dónde están ahora? ¿En las cárceles? ¿Fuera del país? ¿Forman parte de las estadísticas de muertos y desaparecidos? ¿Están en las extrapolaciones de la CVR? ¿Operan en el VRAEM? ¿A alguien le importa?
Imagen del 10 de octubre de 1984, tomada de aquí.

Ambas imágenes aparecieron antes en el presente espacio, en el post Waqanapaq.

Edith lagos set 10. 82

Plaza de Armas de Huamanga. Masivo entierro de la poeta senderista Edith Lagos, septiembre de 1982. Desde entonces su tumba ha sido dinamitada al menos tres veces por grupos paramilitares, aquí. Pero igual su tumba siempre tiene flores, aquí. Posiblemente, ella pertenezca al grupo de mestizos provincianos no quechuahablantes predominante entre los senderistas, según asegura el grupo de blancos limeños no quechuahablantes que dirigió la CVR.

  1. Ver La polémica Flores-Degregori (libios contra zorros) []
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Por - Publicado el 11-09-2013

A 40 años del sacrificio de Salvador Allende,
quien tanto nos ha enseñado.

En el capitalismo puede haber competencia electoral. Hay alternancia en el gobierno, pero ésta es para quienes están dentro del sistema. Las opciones anti-sistema, en este caso anti-capitalistas, pueden competir por el gobierno. Lo que no pueden es ganarlo.1

¿Por qué el socialismo en vez de recurrir a un partido único y reprimir a sus opositores no hace algo parecido? Que los opositores tengan libertad, que compitan, pero que no socaven los fundamentos del sistema, protegidos por una constitución que dé estabilidad económica, social y política. ¿Por qué recurrir a arcaicos y vejatorios mecanismos de represión, incompatibles con el ideario emancipatorio y humanista del socialismo?2 Aquí residiría una de las principales diferencias entre el «socialismo real» o del siglo XX, y el neosocialismo o el «socialismo del siglo XXI».

1. Del neoliberalismo al neosocialismo
Fue la chileno-cubana Martha Harnecker quien en diversos ensayos propuso la idea que los diversos gobiernos izquierdistas latinoamericanos representaban el «socialismo del siglo XXI», ver aquí y aquí.3 Y más aún, que este tipo de régimen era el resultado del fracaso del neoliberalismo en la región. Efectivamente, en Venezuela, Bolivia, Ecuador y otros países, los regímenes izquierdistas fueron el resultado de una movilización popular y electoral contra el desprestigiado neoliberalismo.

Y es claro que no se trata de opciones políticas que se contentan con gobernar temporalmente administrando el sistema, sino que buscan transformarlo. En tal sentido, son regímenes que continúan, más que las vías guerrilleras de Cuba o Nicaragua, los intentos izquierdistas pacíficos y electorales de Jacobo Arbenz en Guatemala y Salvador Allende en Chile: llegan al gobierno mediante elecciones y desde el gobierno hacen reformas que desempoderan, si existe la palabra, a la oligarquía y a la embajada de los EEUU, que gobiernan de facto, no importa qué gobernante de turno alterne en la casa presidencial. Son un reintento de «la vía chilena al socialismo» en condiciones históricas favorables a un cambio de régimen. El gran descontento con el neoliberalismo, producto de la catástrofe económica y social que trajo, creó una situación en que los de arriba ya no podían y los de abajo ya no querían. Así como años antes, con la caída del muro de Berlín, parecía que no había alternativa al neoliberalismo, esta vez en diversos países parecía que no había alternativa a opciones neosocialistas. Además, la concentración de los Estados Unidos en otras regiones del mundo daba margen para cambios en América Latina (aunque los Estados Unidos han intentado tumbarse a estos gobiernos a través de intervenciones asolapadas, en Venezuela, Bolivia y Ecuador, notablemente).

2. De Castañeda a Harnecker
El mexicano Jorge Castañeda en 2006, aquí, hizo la división entre dos izquierdas, una «buena» y pro-sistema, la pro-empresarial chilena, brasileña y uruguaya, y otra «mala» y anti-sistema, la populista venezolana, boliviana, ecuatoriana y argentina. Castañeda es un enterado investigador sobre las izquierdas latinoamericanas, como que alguna vez estuvo muy vinculado con ellas, pero luego al parecer se distanció de las mismas pero siempre teniéndolas como audiencia, predicándoles la necesidad de su asimilación al sistema, al estilo de la Concertación chilena, ver aquí.

Su libro «Utopía desarmada» es un manifiesto para que las izquierdas, en los ochentas muy influídas por la revolución nicaragüense y centroamericana en general, en los noventas dejen la idea de un cambio no sólo violento, sino de sistema y más bien se «modernicen» y representen el «ala izquierda» en la alternancia sistémica. Un socialismo que busque referesco en el neoliberalismo (una fórmula evocativa del programa de los mencheviques rusos). Y efectivamente, algunas izquierdas han seguido por ese camino.

Si la izquierda «buena» buscaba acercar al socialismo con el neoliberalismo, la izquierda «mala» iba por el camino contrario: se reafirmaba en el socialismo en rechazo al neoliberalismo.

Martha Harnecker fue una manualista marxista en los años setenta. De alguna manera su vida, vinculada a Chile y a Cuba, es una síntesis entre la experiencia socialista chilena de Allende y la revolución cubana de Castro (como que estuvo casada con el «ministro de la revolución» latinoamericana Manuel Piñeiro). Su elaboración teórica sobre el neosocialismo fue posterior al surgimiento del chavismo y al parecer tuvo un distanciamiento con ese régimen, pero sus reflexiones no dejan de ser pertinentes. Los neoliberales años noventa y el comienzo de los años cero acaban estrepitosamente en la mayoría de países latinoamericanos con la necesidad de algo más que simples cambios de administradores neoliberales (y en ese contexto el Perú es una notable excepción). Sin que pasen siquiera dos décadas desde la caída del Muro de Berlín, surgía así la «izquierda mala», la que insistía en querer un cambio de sistema, ya no mediante «la violencia revolucionaria», sino mediante los mecanismos del propio sistema. Si en los años 50 la revolución cubana rompía con los cubileteos políticos pactistas de las izquierdas previas, en esta década, las izquierdas neosocialistas centradas en movimientos sociales y en cuestionamientos directos al poder oligárquico y sus políticas rompía con las políticas violentistas o resignadas de las fatigadas izquierdas anteriores. Común denominador entre estas dos rupturas: la voluntad de poder y de cambio de sistema. El contexto había cambiado de tal manera que el abandono de la idea de una toma del poder por las armas no le quitaba el carácter revolucionario a esta izquierda o la volvía reformista, como había ocurrido décadas atrás.

3. Del socialismo real al neo-socialismo
Uno de los grandes problemas del socialismo real es la falta de libertad y la represión a quien no piense igual. Los grupos opositores están prohibidos, los centros de detención, tipo Gulag, están abarrotados de gente que no comparte la ideología del sistema. Por eso diversos sectores de izquierdas rechazaron al socialismo real, apostando a construir algo diferente de gobernar esos sectores. Esta posición izquierdista en buena cuenta es de principio, y surge de un aprendizaje en base al fracaso del socialismo anterior. En parte es un aprendizaje motivado porque gente de pensamiento socialista o izquierdista fue también reprimida por los socialismos reales.

El neosocialismo sería tolerante, permitiría la libertad de expresión y no reprimiría a la gente por pensar diferente. Por lo tanto no habría tampoco las masivas violaciones a los derechos humanos como las ocurridas en los socialismos reales. La tolerancia política y los derechos humanos serían rasgos fundamentales, que lo diferenciarían del socialismo anterior, en lo político y social. Pero claro, la teoría puede estar muy bien argumentada y bien escrita, pero la realidad puede ser muy diferente. Ocurrió antes y ocurre ahora. En la actualidad tendríamos también algo así como un «neosocialismo realmente existente», hasta el momento mucho más tolerante que los regímenes del socialismo real.

4. Del poder del dinero al poder regulado
En el capitalismo la alternancia política no pone en cuestión al poder oligárquico porque éste siempre puede hacer valer su poder económico. Puede hacer lobby, financiar candidatos, jueces, alcaldes, etc, etc. La gente puede votar lo que quiera, pero finalmente la casa gana y se hace lo que ésta diga.

Hay dos políticas cruciales que pueden socavar este poder: que haya un límite para la acumulación de dinero y que haya un límite a que el poder económico se transforme en poder político. Ambas políticas requieren una activa intervención pública que compense el poder privado. Esta intervención formalmente la hace el estado, pero finalmente la realizan las mayorías sociales.

5. Del colectivismo oligárquico a la regulación democrática y al diseño de mecanismos
El socialismo real era totalitario no sólo en lo político, sino también en lo económico. Ese fue su gran talón de Aquiles. Un sistema económico en que se aniquilan los incentivos individuales no trae prosperidad. Pero por otro lado, un sistema económico basado en la pura individualidad, trae polarización y una gran desigualdad, y tampoco trae siempre prosperidad para todos. La idea de abolir totalmente la propiedad privada de los medios de producción no ha funcionado en la práctica. Pero esto no quiere decir los dueños puedan hacer lo que quieran. Tiene que haber una regulación democrática de la propiedad privada y un diseño de mecanismos institucionales compatibles con incentivos individuales que evite fracasos de mercado. Y esto tiene que hacerlo un estado que regule no para la minoría rica, sino para las grandes mayorías sociales.

Paradójicamente, en esta regulación es la propia experiencia de los países capitalistas más avanzados la que da el ejemplo. Y tiene sentido en la medida en que el capitalismo, contrariamente a lo que trasunta el discurso neoliberal, trae consigo una mayor concentración de la propiedad y con ella la necesidad de una mayor regulación. Y paradójicamente también, no parece ser la regulación un aspecto en que los países «chavistas» hayan demostrado mucho avance. Tal vez sea por la continua lucha por el poder con la oligarquía supérstite (un ambiente conflictivo no es el más propicio para la regulación), o tal vez sea que simplemente no son ideas que compartan esos regímenes. Sin embargo, no hay que ser muy zahorí para percatarse de la sensatez de un organización económica basada en la regulación y el diseño de mecanismos institucionales compatibles con incentivos individuales como parte de un programa neosocialista.

6. De la focalización a la universalidad social
Sin embargo, algo que sí hace el neosocialismo realmente existente, y en forma coincidente con el socialismo anterior, es otorgar educación, salud y condiciones de vida mínimas en forma universal, para toda la población, en forma garantizada. En Latinoamérica, parece ser que este es su rasgo distintivo que lo contrasta con la neoliberal y multilateral idea de gastos sociales focalizados. Las cifras macroeconómicas pueden acaso ser mejores para los países neoliberales o «del Pacífico», pero las políticas sociales «chavistas» o «del Atlántico» son mucho más extensivas que las de los anteriores.

7. Inversión extractiva y el estado anti-imperialista de Haya de la Torre
Chevron en la Argentina, el Yasuni explotado en el Ecuador, el Tipnis en Bolivia: los países «chavistas» claro que reciben inversión extranjera; no la rechazan ni necesariamente la restringen por razones sociales o medioambientales. Acaso recurren a una mayor participación del estado en las decisiones de inversión y otorgan un rol más protagónico a sus empresas estatales extractivas.

En los años 20 y 30 Haya de la Torre planteó un estado anti-imperialista que reciba la inversión extranjera negociando con el imperialismo. En buena cuenta su idea venía de su familiaridad vivencial con lo que hacía entonces la Rusia Soviética de la NEP. Mariátegui llegó a Italia, pero no a Rusia (según él mismo, su mujer y su hijo se lo impidieron); por lo que no llegó a ver tal rasgo del socialismo realmente existente. Pues bien, una idea muy similar es la que se está aplicando en los neosocialismos de la región. Un capitalismo de estado en negociación con el capitalismo monopólico extractivo. En este punto, el neosocialismo realmente existente no se distancia mucho ni del socialismo anterior, ni del capitalismo. Comparte con ellos la lógica extractivista, y es uno de sus problemas a nivel social.

8. De combatir la opresión de clase a combatir todas las opresiones
Si hay algo que caracteriza a las izquierdas en la actualidad es su amplitud en la lucha contra la opresión de todo tipo. Ya no se piensa que basta con luchar contra la opresión de clase y que una vez resuelta ésta, las otras dimensiones opresivas de la humanidad se resuelvan por añadidura. La izquierda es por lo general la abanderada de la lucha contra la opresión de clase, de raza, étnica, de género, por orientación sexual, por discapacidad y de todo tipo en general.

Los neosocialismos realmente existentes tienen un desempeño muy desigual en estos temas. Por lo general, son muy sensibles a los temas de raza y étnicos, no tanto en género y orientación sexual. En Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua se han visto expresiones machistas y homofóbicas (estruendosamente aprovechadas y exageradas por las derechas de la región), (aunque las leyes promulgadas y los equipos de gobierno en esos países han tenido cierta influencia feminista). Sin embargo, la históricamente conservadora Argentina compatibilizó el populismo con una inusual apertura en temas sociales, notablemente la promulgación del matrimonio igualitario. En cualquier caso, esta sigue siendo una tarea pendiente.

9. Burocracias, tecnocracias y nomenklaturas
El neosocialismo realmente existente no está libre de los males del socialismo anterior, de ser finalmente una sociedad desigual en que una minoría privilegiada detente persistentemente el poder. En teoría, la posibilidad de alternancia dentro del sistema y la existencia de libertad y fiscalización democrática actuarían como antídoto frente a esos males. Sin embargo, como bien se sabe en el caso del capitalismo, el chocolateo social ocurre muy limitadamente. Es importante que exista mayor igualdad no sólo de ingresos, sino de capacidad de gobierno entre los integrantes de una sociedad. El principio democrático de división de poderes no sólo debe existir a nivel de instituciones, sino de personas y grupos sociales. Una sociedad en la cual un solo grupo particular es el único que tiene capacidad de gobierno es una sociedad anquilosada, que tendrá una alternancia limitada a algunos personajes. No es este un tema de fácil solución, pero cualquiera que esta sea tendrá que basarse en una fuerte formación y democratización del capital humano.

10. Identidad socialista
Concluyo el presente post con un paralelo final entre el neosocialismo y el neoliberalismo. Hemos visto que históricamente así como el neoliberalismo surgió como desafío al socialismo real, aquí, el neosocialismo surge como desafío al neoliberalismo. Y en forma similar, muy probablemente, así como a los neoliberales no les gusta el calificativo y prefieren autodenominarse «liberales», a los neosocialistas tampoco les guste el suyo y prefieran autodenominarse «socialistas». Ni modo.

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PS. ¿Y en el Perú?
A pesar de la fuerza histórica de las ideas socialistas en el Perú, con exponentes de la talla de Mariátegui, Arguedas y Flores Galindo, el poder del neoliberalismo no acaba de remitir. A partir del fujimorismo el Perú es el país modelo de alternancia neoliberal, con opciones electorales que se presentan como cuestionadoras del neoliberalismo, pero que perpetúan este régimen una vez llegando al poder. Con ello se sigue embalsando descontento social y consenso intelectual que buscan convertirse en acción política. Estamos ante un «neoliberalismo fatigado» como señalé anteriormente, aquí,

Desde luego que tiene recursos, pero no tiene ideas. Todavía vence, pero ya no convence. Propagandiza y difunde, y tiene muy bien aceitados pero desgastados voceros, pero todos dicen más de lo mismo y la gente no les cree. El agua popular no se mezcla con el aceite oligárquico.

Su caída en el Perú es cuestión de tiempo. A seguirle dando duro.

  1. Habrá un sistema de exclusión electoral como en diversos países, notablemente Alemania, o persecución y encarcelamiento de personas, como en los Estados Unidos del macartismo, o, finalmente, golpes de estado, como notablemente en España en los 30s, en Guatemala y en Irán en los 50s, o en Chile en los 70s. []
  2. Alguna vez un dirigente socialista español, Fernando de los Ríos, en una entrevista le preguntó a Lenin sobre la libertad en el socialismo recibiendo la respuesta «Libertad, ¿para qué?». En la actualidad se podría voltear esta lógica y preguntarse: «Represión, ¿para qué?». []
  3. La frase, sin embargo, fue acuñada antes por el alemán Heinz Dieterich Steffan en 1996, es decir, antes del gobierno de Chávez, al cual posterioremente asesoró. []
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