Por - Publicado el 25-05-2009

En 1985 el APRA ganó las elecciones, quedando en segundo lugar la Izquierda Unida. El país, harto de belaundismo, había dado un giro hacia la centro-izquierda e izquierda. Se notaba triunfalismo en filas apristas e izquierdistas. Finalmente, el APRA llegaba al poder y las izquierdas, finalmente también, se habían unido y no habían repetido el error de 1980, cuando, de haberse presentado a las elecciones unidas, muy probablemente habrían ganado. En 1985 habían hecho un buen intento. Alberto Flores Galindo escribía en «Violencia y campesinado», que en el Perú coexistían el partido socialdemócrata, las izquierdas legales y las guerrillas más fuertes del continente. Lo ponía como ejemplo de la singularidad del Perú. Entonces, los medios gubernamentales, los parlamentarios apristas, los intelectuales entonces de izquierdas, todos ellos ridiculizaban las posiciones de derechas, pro-empresario, fondomonetaristas, pro-inversión extranjera, anti-estatistas.

¿Cómo así se recontruyeron estas derechas hasta llegar a un reinado indestronable que ya va a llevar casi veinte años?

Desde luego que es un tema fascinante que sería motivo de una detallada investigación. Aquí daré un par de pinceladas que bosquejen algunas ideas. Para entender este proceso uno debe ver la continuidad no en las trayectorias personales de los involucrados, sino en la trayectoria del movimiento de derechas que fue recuperando fuerza en el país. Usaré la figura de un cohete espacial que tiene varias «etapas», que se van desprendiendo a medida que el cohete gana altura y permiten que la nave continúe viaje. El cohete puede ser muy grande, mucha gente puede haber intervenido en su propulsión, pero las etapas previas son sólo propulsores; lo que vale es lo que se queda al final, la «carga útil» (ver figura).

1. Etapa intelectual.- Si bien en los ochentas la región latinoamericana vivía un horizonte populista, los Estados Unidos y Gran Bretaña vivían un horizonte conservador que animaba a cierto sector del país. Hernando de Soto, Mario Vargas Llosa, los economistas críticos a la «heterodoxia» de García1 que escribían en las páginas de economía de los diarios, jugaron un papel de aprestamiento y convencimiento de la necesidad de un viraje en la política económica del país. En el país se vivía un microclima ideológico, un bolsón regional de populismo económico e izquierdismo intelectual; en el primer mundo, luego de numerosos banderillazos, se venía la estocada final al comunismo y al populismo. Hubo quien trajo estas ideas al país, de hecho con algo de retardo, pero no por ello con menos éxito.2

2. Etapa política.- Con el anuncio de nacionalización de la banca de parte de García, una medida que trascendía el manejo económico y cruzaba la línea hacia las reformas estructurales, las derechas políticas pasan de la oposición intelectual y parlamentaria a la movilización, en una campaña electoral de dos años. La hacen dando tumbos, pero finalmente estas derechas ganan el debate de las ideas, en todo lo que sea un cambio de orientación para el país. Su único problema era su falta de representatividad social, su evidente falta de empatía con la población peruana.

3. Etapa gubernamental.-Fue muy fácil para Fujimori incumplir su promesa de no-shock, robarle a Vargas Llosa la elección, las propuestas y el equipo de gobierno. Fujimori había hecho como Belaúnde, que en dos ocasiones, 1963 y 1980, logró capitalizar el voto de centro y de izquierdas a su favor. Nadie sabe para quién trabaja. Vargas Llosa convencíó al público de dos cosas: de su idea de dar un shock y a la vez que él no era la persona para darlo. Fue la carga propulsora que se cayó en el camino y Fujimori y su equipo fue la carga útil que seguía viaje3. Así, las propuestas de derechas en sólo cinco años habían pasado del desprestigio y el rechazo popular al poder, con izquierdas en franco repliegue4. Finalmente podían llevar sus ideas a la práctica en forma mucho más radical que lo ocurrido en Chile: además del cambio de manejo económico se hicieron reformas estructurales: previsional, la apertura a las inversiones extranjeras, leyes laborales pro-empresario, y privatizaciones. Un verdadero triunfo, si se toma en cuenta lo arrinconadas y ridiculizadas que estaban las derechas en 1985.

En buena cuenta este éxito relativo se ha debido a que fueron perdiendo las cargas propulsoras y los reservorios, siguiendo adelante sin aferrarse a las etapas ya quemadas. Muchos personajes relativamente importantes quedaron en el camino. Surgieron otros personajes relativamente desconocidos que recambiaban y aireaban la continuidad del equipo y de su juego de poder. En realidad con las derechas había ocurrido algo parecido a lo ocurrido con las izquierdas dos o tres décadas antes: un movimiento intelectual, político y finalmente gubernamental, de muchos personajes, puntos de vista, etapas propulsoras y mutaciones. Interesante paralelo.

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  1. Heterodoxia auspiciada por la socialdemocracia alemana a través de la Fundación Friedrich Ebert. []
  2. El thatcherismo y el reaganismo le ganan la batalla en primer lugar a la ideología laborista y «liberal» (en el sentido europeo), y luego le ganan geopolíticamente, ya en la acción, al comunismo. La socialdemocracia avanzaba en el Perú en los ochentas, justo cuando estaba de repliegue en el primer mundo. Los socialdemócratas alemanes que tanto apoyaron a Alan García estuvieron en la oposición en Alemania desde 1982 hasta 1998. Compensaban sus derrotas en el primer mundo con victorias en el tercer mundo. []
  3. Y así también, Hernando de Soto fue la carga propulsora para Vargas Llosa que fue dejada de lado por éste, para luego volver con Fujimori, incluso apoyando el golpe del 5 de abril. Fujimori utilizó a De Soto para legalizar su golpe ante la comunidad internacional. Ya aupado con el gobierno, De Soto insultó a Vargas Llosa públicamente. []
  4. Las izquierdas legales no fueron derrotadas porque fueron arrinconadas por las derechas por no deslindar con el terrorismo o por la represión. Las izquierdas fueron derrotadas ideológicamente. No tenían propuesta. Más de un partido se disolvió, muchos de sus cuadros se pasaron al fujimorismo, o a la oposición al fujimorismo sin perfil propio. Algunas bases en el movimiento social aguantaron mucho más, pero sin apoyo político ni ni referente nacional. []
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Comentarios a este artículo

  1. Ernesto dijo:

    Si, de acuerdo pero no nos olvidemos de un detalle que ya te he comentado en anteriores posts, los errores propios de la izquierda debido a sentirse que ya la tarea estaba hecha, olvidandose de que:

    – Solo UNIDA habia conseguido cierto exito como la dificil alcaldia limeña.
    – No percatarse del desgaste que la «amistad» entre Alan y Barrantes tuvo fatales consecuencias para toda la izquierda, pues fue facil meterla en el saco del fracaso de los ultimos años del primer alanismo.
    – El desastre del congreso de Huampani….

    A tanto llego la division, que en las elecciones del CCD no fueron capaces de volverse a aglutinar para contraponerse a un Fujimori que los habia despreciado y que era cada vez mas popular.

  2. Lucas Stiglich dijo:

    Entonces, ¿podríamos decir que la situación del ambiente intelectual puede ser un indicador líder de la escena política?

    Si fuera así, se podría argumentar que hoy existe por parte del gobierno y de los medios ‘oficiosos’ una tendencia a ridiculizar y ningunear a las izquierdas democráticas y liberales, mientras que por otro lado es tal vez bastante importante la presencia de esta izquierda en círculos intelectuales y en columnas de periódicos. ¿Alguna decisión de Alan, esta vez convertido en derechista, análoga a la de la estatización pero desde su nueva posición podría motivar el paso de la etapa intelectual a la etapa política de esta renovada izquierda?

    Sería interesante ver cómo se mueve esto en los próximos años, y ver si se da tal vez algún movimiento pendular de las ideologías predominantes, y si este sigue un patrón similar al que señalas para la derecha desde los ochentas hasta hoy.

  3. Carlos Del Carpio dijo:

    Interesante Silvio. Sin embargo, este paralelo sugiere que la llegada de la «carga util» de uno u otro lado del espectro ideológico a su destino/objetivo depende básicamente del exito y la continuación que tengan sus «propulsores».

    ¿No podría ser el caso contrario también?

    Que el peso y la consistencia de las ideas en si mismas sea lo que permita la existencia de continuidad entre actores y sucesos tan disimiles como los que has mencionado, habiendo permitiendo -en este caso- la consolidación de la «carga util» de las derechas.

    Ello simplemente porque era (y es, y sigue siendo) una mejor opción frente a la «carga util» de las izquierdas, cuyos estrepitosos resultados ya fueron vistos y experimentados a nivel local (Velazco, Garcia), regional (Allende y Castro) y mundial (URSS). ¿Qué opinas?

    Saludos,

  4. Silvio Rendon dijo:

    Hola Ernesto,
    De acuerdo contigo, cosa que ya hemos conversado en otros posts y comentarios. Sin embargo, ningún error de las izquierdas explica su debacle. Su derrota no fue táctica sino estratégica, ideológica, de fondo. Eso no se corrige con ningun «juego de cintura». Ningún «desmarque» de García le habría ayudado a evitarla. Creo que también ya comenté mi punto de vista sobre el tema: las izquierdas que se pelearon en Huampaní se ven después en el mismo gabinete de Fujimori. Amat y León, Helfer, Sánchez Albavera, son todos ministros de Fujimori. Estas izquierdas en Huampaní se parten por el centro: los ex-demócrata-cristianos y sociólogos Pease se va por un lado, con los radicales, y Bernales por el otro. Sin embargo, tienen un denominador común de falta de propuestas para el país, como si tuvieron en los sesentas: reforma agraria, nacionalización del petróleo, reforma de la educación. Ya para fines de los noventas las izquierdas no sólo no se caracterizan por profundizar su modelo, sino que no lo defienden muy activamente de la embestida derechista. Es sintomático que aceptaran los ministerios después de que Fujimori incumpliera su promesa del no-shock, lo contrario de lo que ellos mismos supuestamente abogaban. Ya cuando viene el desmontaje del sistema de empresas estatales y del sistema público de seguridad social, no es que lo defendieran mucho. Hoy, veinte años después, ya se escuchan cuestionamientos a cómo se hizo la privatización y queda más claro que las AFPs no eran la panacea que se vendía. El extremismo pseudoliberal se aplicó en el país sin contrapeso alguno.
    Saludos,

  5. Silvio Rendon dijo:

    Lucas,

    Sí, definivamente. Antes había precisamente hablado de «indicadores líderes políticos» como los movimientos que se ven actualmente en la prensa. Son detalles que después afloran con todo.
    En realidad, el Perú vive un microclima dentro de la región latinoamericana y en el mundo. Si tiene algún parecido a alguna circunstancia histórica anterior es a la mediados de siglo pasado cuando en la región latinoamericana había populismo y en el Perú las oligarquías seguían mandando.
    García no es un «neoliberal» de corazón. Es un oportunista. Yo diría que ganó las elecciones precisamente por su perfil izquierdista, creíble por su primer gobierno. Tenía un discurso anti-neo-liberal, contra los services, marchando con la CGTP. Era el opositor creíble y «responsable» a la vez. Antes lo fue Toledo con su oposición al fujimorismo. Tanto Toledo como García llegaron al gobierno desde marchas en las calles, con un discurso opositor relativamente radical. Recordemos a Toledo con su vincha en el Sheraton, y de ahí a palacio. Luego García con sus pataditas. Ambos, sin embargo, continuaron el modelo que criticaban y no cumplieron con redistribuir el crecimiento. Lo que el sistema necesita es alguien que se pinte creíblemente de anti-sistema y después traicione a sus electores. Con ello se van quemando históricamente las opciones centristas y se lleva agua al molino anti-sistema. En fin.

    ¿Si García puede hacer algo tipo la «estatización»? Pues lo ha hecho ya. Es «la ley de la selva». El problema ahí no son los viejos intelectuales. En los sesentas había una serie de intelectuales y políticos de los cuales ya casi no nos acordamos: el padre Bolo, Genaro Carnero Checa, Enrique de la Piedra, Pedro Beltrán, etc. Las ideas no las están fermentando los retazos de las izquierdas políticas que vemos. En los sesentas, tenías a un «outsider» como Hugo Blanco y por otro lado a El Comercio pidiendo la nacionalización de la IPC. Es claro que el modelo de crecimiento capitalista necesita un ajuste redistributivo que no se ha dado. Hasta ahí llega el campo de lo posible, y yo añadiría deseable, para el país. Las multilaterales las llaman «reformas de tercera generación». A esas no les ponen el entusiasmo que les ponen a las que llaman de primera generación como las privatizaciones. Tocará que alguien diga que toca reenrumbar el camino. El tema de fondo es que estamos entre minorías pro-sistema y amenazadas porque les paren su crecimiento económico y mayorías crecientemente anti-sistema que no han crecido tanto como el país y sienten que ya les toca. Mal haríamos en ver los conflictos en aumento como fragmentos sin denominador común.

  6. Silvio Rendon dijo:

    Hola Carlos,

    Lo que he planteado es que son las ideas las etapas iniciales y la carga útil va al final. El horizonte izquierdista anterior fue el resultado de un largo proceso. Te lo señalo en el orden que lo has mencionado. Velasco fue la reacción ante el fracaso de Belaúnde 1 y García ante el fracaso de Belaúnde 2. Allende fue la continuación de los gobiernos civiles chilenos que comenzaron la reforma agraria y la nacionalización del cobre. La Unión Soviética es más compleja y vino de primera guerra mundial, de una Rusia zarista atrasada que quería cambios y que no tenía un sector político democrático con posibilidades.

    Las izquierdas tuvieron algo que decir en la época de Einsenhower, de las repetidas intervenciones americanas en Latinoamérica, ante las oligarquías, los enclaves, cuando el sistema político sólo representaba al 5% del Cusco. Hoy, después de veinte años de caída de la URSS desde luego que tienen algo que decir en el mundo, incluso en los países ex-comunistas. El capitalismo no cumplió con la promesa. Bueno, pues en diferentes medidas se vienen los ajustes. En algunos lugares se propone el regreso al populismo, en otros lugares se buscan ajustes sintonizados más finamente. Pero que hay condiciones para un discurso genéricamente definido de izquierdas, las hay. En el Perú también, desde hace rato. Lo que no hay son planteamientos, ergo tampoco movimientos, ergo tampoco gobierno, las tres etapas que he señalado.

    Saludos,

  7. Jorge Alfaro dijo:

    En el Perú la gente siempre ha votado conservadoramente o en otras palabras, por el mal menor. Alan García fue un voto de derecha o a la derecha de Barrantes y seguro que la derecha le hubiera apoyado en una hipotética segunda vuelta. Vargas Llosa significó un cambio radical frente a lo anterior y la gente votó conservadoramente por Fujimori. Igual fue con Fujimori el 95, Toledo y Alan el 2001 y ahora con Alan y Humala el 2006. El votante peruano no se arriesga por lo que la derecha siempre la tendrá fácil.

    Mas bien que la izquierda haya tenido su cuarto de hora es como la historia del fulbó peruano, una leyenda urbana

  8. Silvio Rendon dijo:

    De hecho, el boom de la izquierda en el Perú coincidió con el boom del fútbol peruano. De fines de los sesentas a mediados de los ochentas.

    Izquierda y derecha son conceptos relativos, incluso físicamente. De la misma forma que es imposible que todos ganen un salario por encima del promedio, es imposible que no haya izquierdas y derechas. Excluyes a las izquierdas de algo y lo que te queda sigue teniendo una parte más a la izquierda y otra más a la derecha (mira nomás los líos dentro del APRA…).

  9. R. Euribe dijo:

    Ya desde Cotler, se observaba que los grupos dominantes no tienen un discurso integrador que le de un lugar a las fuerzas laborales. Ni Bedoya, ni Vargas Llosa, ni Loudes llegaron a calar mas alla de Miraflores, en la mente de la gente trabajadora esparcida en el peru.

    Este desden hacia los trabajadores sigue en el discurso liberal actual, y hasta peor. Antes solo se iban contra los marxistas ateos, ahora se van contra el pueblo mismo, acusandolo de atrazado, nacionalista, contrario al progreso.

    Es el centro politico el lugar de donde se erigen y legitiman gobernantes, pero hasta el momento solo ha producido caudillos que patean el tablero.
    Pero esto debe cambiar, el centro debe generar movimientos politicos con mayor vision. Aun no hay indicios de ello, pero por necesidad esto en algun momento ocurrira.

  10. Carlos del Carpio dijo:

    Entonces Silvio, la «carga útil», antes que un conjunto de ideas sería algo así como el «arreglo institucional» logrado luego de todas las etapas propulsoras?

  11. Silvio Rendon dijo:

    Exacto. Es la realidad ya plasmada, hecha a imagen, pero no siempre a semejanza, del boceto.

  12. Javicho dijo:

    Estaba aún en Estudios Generales, a finales de 1987, y un profesor del departamento de Sociales de la PUCP se afanaba en convencernos de que el socialismo real iba a ser el modelo político del futuro. Aderezaba su argumentación con anécdotas de sus visitas a la URSS y no escatimaba elogios a las bondades de la vida tras la cortina de hierro. Por supuesto, al profe le llovieron críticas, referidas principalmente a la falta de libertades. ¿Cómo respondió? Negando la realidad. Una chica judía, que tenía familia en Rusia, le habló de la persecución religiosa que sufrían. No hay nada de eso, dijo el profe. Él había visto con sus propios ojos cómo la gente iba a misa en Moscú y que allí había libertad religiosa. Apenas dos años después cayó el muro de Berlín y su densa polvareda cubrió los despachos de los intelectuales de la izquierda peruana. La caída del bloque del Este les dejó fuera de cuadro. Su discurso sonaba caduco.

    El contexto internacional jugó en contra de la izquierda y ayuda a explicar ese magro 4% que obtuvo Henry Pease en las elecciones de 1990. La violencia política hizo el resto. No podemos saber qué sería de la izquierda peruana si destacados dirigentes como Cantoral, Huilca o Moyano no hubieran sido asesinados… El caso es que sus verdugos segaron la vida de unos líderes con una gran trayectoria de servicio a su pueblo y es notoria la ausencia de dirigentes de su talla en la actualidad. El contexto internacional de los 90, con el desmantelamiento del bloque del Este y la fiebre de las privatizaciones también ha sido determinante para la minimización de la izquierda peruana. Sus dirigentes caviares o nacionalistas han hecho el resto.

  13. Silvio Rendon dijo:

    Desde luego que la izquierda en los ochentas estaba en muere. Lo que ocurre es que en el Perú se vivía un microclima ideológico. La izquierda había llegado tarde al Perú y cuando llegó ya estaba de salida. Sin embargo, eso fue hace ya veinte años, y en el Perú ya hemos visto lo que ha significado la vuelta a esta suerte de odrrismo-pradismo-beltranismo rejuvenecido y aumentado. No es que hayamos progresado mucho por la vía de las derechas. El país ha crecido pero en forma restringida. Mientras algunos están eufóricos, para otros estar contento significa al menos tener chamba y otros la ven pasar no más. ¿Cuán «de izquierdas» se tiene que ser para querer algo mejor que la situación actual? No creo que mucho, la verdad, pero ese poco ya es el cuco que va a detruir lo que «hemos ganado» hata ahora. Como para reflexionarlo.

  14. Jaime Del Castillo dijo:

    Bueno el intento. Aunque me parece que hay que considerar ciertos hitos imprescindibles: 1) Velasco Alvarado, cambia la historia política del Perú y nos moderniza hacia la modernización y democratización. La OLIGARQUIA siempre dominó el Perú y con Velasco perdieron poder. Velasco significa la IZQUIERDA DE A PUÑO Y A PATADAS, luego el ‘FELON’ Morales Bermúdez hace el giro hacia la derecha y fracasa en su gobierno y lo salva la Constituyente. Hasta ahí, muchos partidos no se habían dado cuenta que estaban totalmente desfasados con lo que pasaba en el mundo desarrollado, la globalización ya estaba dando sus primeros brincos y amarres. El PAP pierde las elecciones porque Armando Villanueva nunca ha pensado ni es estratega, no supieron aprovechar la muerte de Haya de la Torre y se demostró infantilismo y poca capacidad política de fuste. El gobierno de Belaúnde decepcionó el anciano y sus chicos de derecha más la mala racha lo destrozaron, y 2) El Terrorismo, de Sendero Luminoso y MRTA terminaron de destruir o destrozar ese germen de Izquierda racional que el tío Frejolito a duras penas y a punta de latigazos (en el interior de IU) pretendía erectar. AGP era lo opuesto al anciano y derechista Belaunde y por lo tanto tenía que ganar las elecciones, Barrantes todavía no estaba como para convencer al Perú, y el terrorismo terminó de matar a una izquierda que nunca supo deslindar ni enfrentar decididamente al Terrorismo y eso fue un gran error que ahora están pagando con el desprecio electoral. El gobierno de AGP fue el gobierno de las derechas pero asolapadamente, y la estatización de la banca fue un exhabrupto que le costó mucho a AGP pero ya había comido y bebido con ellos. De tal forma que las derechas encontraron en AGP una escalera por donde treparse y comprobaron también que las izquierdas en el Perú son de hule y de paja y les gusta el ‘bille’. Así de sencillo y de fácil. Las derechas se aúpan con MVLL este pierde por manipulaciones alanistas y sube el ‘chinito’ que como estaba virgen y era ‘misio’ pues el puente hacia el dinero y el poder fue ‘Vladi’ y si no era ‘Vladi’ iba a ser otro. Las derechas lo coparon, lo cooptaron y lo usaron e hicieron su agosto, y con Toledo IDEM, y con AGP pues ya fue un pacto de sangre para hacer ‘NEGOCIOS’ o perdón FAENONES. En conclusión, antes de Velasco la Oligarquía o las DERECHAS y después de Velasco la Oligarquía recargada o las DERECHAS y ahora con AGP de ujier. Salvo mejor parecer.

  15. Silvio Rendon dijo:

    Apreciado Jaime,

    Vd. siempre llamando al pan pan y al vino vino. Excelente. Mi análisis pone el énfasis en el discurso político hasta que se llega al plan de gobierno. Vamos del plano de la casa hasta la casa ya construída. Desde luego que la corrupción ha asolado a nuestro país, en todas las tendencias políticas: izquierdas, centros y derechas. No se puede hacer política a favor del país cuando la gente está pensando en el billete malhabido. Pero, claro, para treparse a algo tiene que haber ese algo primero. Si no se privatiza, no hay corrupción en las privatizaciones. Alguien puede decir con muy buena intención «privaticemos» (o estaticemos), y podemos discutir sobre qué es lo que conviene más al país, pero el corrupto no tiene bandera: ese está siempre arriba donde hay billete, como bien lo demostró Montesinos. Qué baratos que eran. Da para pensar más.

    Hace bien Vd. en llamar a su movimiento «Apra moral», algo que inicialmente suena a una contradicción en términos, pero que es muy necesario para el país. En estos momentos el país necesita una corriente políitca equitativa, principista y nacional, con visión de país. Energía positiva para su proyecto.