Por - Publicado el 16-11-2017

Por Jorge Rendón Vásquez

Ustedes deben de suponer a quién me refiero.

Ha dicho que por cada conferencia le pagaron cien mil dólares. Hace algún tiempo dijo que fueron cincuenta mil.

En uno y otro caso son sumas fabulosas y, por lo tanto, increíbles.

Para determinar su verosimilitud se les debe someter a la prueba de las comparaciones a partir de ciertos referentes, como los méritos del expositor, el tema que trate, la institución que lo invite, la duración de la conferencia, la cantidad y la calidad de los asistentes.

Méritos del expositor

Académicos: no tiene ninguno; no es magister ni doctor; dice haberse recibido de abogado y, en el supuesto de que tenga el título, jamás ha intervenido en algún proceso judicial como patrocinante.

Políticos: ha sido constituyente en 1978-1979, pero no aportó nada a la redacción del texto constitucional; ha sido diputado entre 1980 y 1985, pero tampoco dejó alguna huella en la legislación; como presidente de la República de 1985 a 1990 arrojó al país al descalabro, y luego, entre 2006 y 2011, convivió con la corrupción impulsada por su amigo y adalid, Marcelo Odebrecht.

¡Linda hoja de vida!

Temas de las conferencias

Por las sumas que dice haber recibido tendría que haber dado a conocer algún invento, descubrimiento, fórmula o técnica en los que hubiere intervenido como autor, algo verdaderamente sensacional o útil para el conocimiento del universo, la vida o la conciencia, para la producción, la salud, el consumo, etc., algún aporte digno de un premio Nobel o que reportara millones por su comercialización. Este conferencista, que se sepa, nunca ha calificado para alguna innovación por pequeñita que sea. ¿De qué podría haber hablado, entonces?

Institución invitante y las sumas que pagarían

¿Hay alguna en el mundo que pueda pagar las sumas que dice haber recibido? Ninguna, ni en el mundo de la fantasía. La Universidad de Bolonia, una de las más prestigiosas de Europa, paga por conferencia unos 1,200 euros (unos 1,500 dólares USA), suma que comprende los gastos de viaje y hotel, y sólo admite como conferencistas a grandes académicos. La Universidad de París paga mucho menos. En las universidades de Estados Unidos, la tarifa por una conferencia de una hora varía entre 1,000 y 5,000 dólares, pero los expositores tienen que ser maestros de primera. En América Latina, las universidades financian el viaje y los viáticos de los profesores invitados.

Ayuda, en este trance, conocer la remuneración de los profesores universitarios. Alemania: entre 3,000 y 4,000 euros por mes, por tiempo completo, neto; España: de 1,800 a 2,300 euros por mes, por tiempo completo, neto; Estados Unidos: entre 100,000 y 200,000 dólares por año, a dedicación exclusiva, bruto, o sea un promedio mensual que va de 8,333 a 16,666 dólares; en Argentina: de 600 a 2,000 dólares por mes, a tiempo completo, bruto; Brasil: 4,000 dólares por mes a dedicación exclusiva, bruto. Para ingresar como profesor a estas universidades se requiere el grado de doctor, pasar el concurso y presentar un currículum de fuste. Estos países impulsan su desarrollo y progreso, en mucho, con la investigación y el conocimiento impartido por sus universidades.

Duración de la conferencia

¿Una hora, dos, tres? ¿Cuánto tiempo habló este doctus inflationis causa?

Asistentes

En las grandes universidades del mundo, los asistentes son, por lo general, sus estudiantes y profesores, y algunos invitados de prestigio. Pero su calidad y su cantidad no aumentan ni un céntimo la tarifa establecida.

André Rieu sí podría cobrar hasta más por una hora de presentación. Pero su equipo se compone de cientos de músicos, cantantes, técnicos y personal de apoyo, sus escenarios le cuestan millones y ofrece bellas piezas musicales ejecutadas a la perfección para miles de asistentes.

En conclusión, este conferencista no pasa la prueba. Con su currículum, el personal de seguridad de las grandes universidades lo dejaría en la puerta.

¿Por qué le habrían pagado, entonces, esas sumas?

En la lengua francesa existe la expresión pot-de-vin que significa la suma de dinero que se da aparte del precio para obtener alguna cosa, por lo general, de alguna autoridad. Su traducción literal es garrafa de vino. Apareció en el siglo XVI. Era el vino que se entregaba como soborno. Se le traduce en Castellano como soborno o coima.

Tal parece ser el caso de este conferencista. Las sumas que, dice, le pagaron por cada conferencia estarían encubriendo una contraprestación por hechos ilícitos cuando fue presidente de la República, situación que se corroboraría con las pruebas incriminatorias de los funcionarios que dependían de él, demostrativas de que fueron sobornados por Odebrecht.

¿Qué pasa con el Ministerio Público?

(16/11/2017)

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Comentarios a este artículo

  1. Jesús dijo:

    con ese CV.encaja perfecto en cualquier penal

  2. Luis Salcedo dijo:

    Algún dia caerá esa rata gorda! (disculpen ratas del mundo).