Por - Publicado el 23-03-2014

1. Un ejemplo del agotamiento
Veía esta presentación titulada «El liberalismo en el Perú» del abogado Enrique Ghersi en la Universidad Católica:

Sentía que lo que decía este señor ya lo había visto o escuchado en alguna parte. No me tomó mucho tiempo encontrar que lo había visto en la introducción que este mismo señor hizo a las 25 Lecturas sobre la Libertad, una serie de fragmentos de diversos pensadores neoliberales aparecidos en marzo de 1989. Esta publicación procedía de la «Comisión de ideología del Movimiento Libertad» presidida por Enrique Ghersi y editada por una organización llamada «PRODESARROLLO» presidida por Miguel Vega Alvear, entonces presidente de la CONFIEP.MLibertadideologia

Y sí, eran el mismo formato y las mismas ideas: un recuento de las diversas escuelas de pensamiento «liberal». Como se puede apreciar de una comparación entre lo que dice Ghersi en el video de octubre de 2012 y lo que escribió casi un cuarto de siglo antes su mensaje cambió muy poco. Lo único saltante es que añade al «Hall de la fama» de las escuelas «liberales» las reflexiones de Any Rand. Nada más. El resto de su conferencia es el mismo recuento de hace tiempo.

No es un caso aislado. Los neoliberales domésticos llevan tiempo repitiendo su discurso sin alteración alguna. Tienen más difusores y comunicadores, más espacio en los medios de comunicación, más puestos de gobierno que hacen políticas en base a sus postulados, pero no tienen ideas nuevas, diferentes a las que ya emitieron hace un cuarto de siglo. La realidad sigue avanzando, pero los neoliberales no avanzan con ella.1

2. Neoliberalismo cebiche con huevo frito.
El recuento de Ghersi es muy interesante pues diagnóstica que el «colectivismo» tiene la primacía ideológica enel Perú, ante lo cual propone difundir «las ideas de la libertad»:

Cuando hace algún tiempo publicamos la «Bibliografía de la Libertad» nos propusimos editar a continuación una selección de los principales textos sugeridos en ella, a fin de romper el aislamiento ideológico que ha impuesto el colectivismo en nuestro país.

en los colegios, universidades, bibliotecas y demás centros académicos los libros disponibles por lo general han sido seleccionados con prescindencia de las ideas de la libertad.

La penetración marxista ha difundido, adicionalmente, la idea de que no existe nada monerno ni valioso al margen de sus postulados. De esta manera se ha producido una carencia de literatura que ha puesto a los peruanos de vocación democrática en la posición de carecer de fuentes de información y de reflexión indispensables para la defensa de sus principios.

A continuación Ghersi ofrece al lector u oyente una gama de escuelas liberales. Habría una «variante ortodoxa» de «las ideas de la libertad» «integrada por cinco escuelas económicas: autríaca, la monetarista, la de los derechos de propiedad, la del capital humano y la de la elección pública». A su vez la rama heterodoxa estaría integrada por el ordoliberalismo y la economía de la oferta.

Supuestamente «las ideas de la libertad» son una actitud y no una escuela en sí, por lo que varias «escuelas» encontrarían cabida en esta corriente de pensamiento. Es un liberalismo «Rayuela», «hágalo Vd. mismo», un juego de Lego para armar. Dos puntos muy obvios al respecto:

  1. estas «escuelas» económicas presentan contradicciones entre sí. Por ejemplo, los «austríacos» cuestionan los métodos y las conclusiones de las otras escuelas. Cuestionan los aportes de Paul Samuelson y tampoco tienen a Milton Friedman en gran estima. Así también es fácil ver que un teórico de la elección pública rechace los criterios monetaristas o austriacos. Una reunión de economistas de estas escuelas puede tranquilamente llevar a acaloradas discusiones y hasta descalificaciones.
  2. varias de estas «escuelas» no son «liberales». Un economista que suscribe la teoría del capital humano puede ser tranquilamente apoyar una mayor regulación laboral, o una subida del salario mínimo. Lo que hace Ghersi es una grosera confusión entre ciencia e ideología, vendiendo como «liberales» teorías que no necesariamente lo son. Con el agravante que lo ha venido haciendo por casi un cuarto de siglo.

No es que este sector político tenga un pensamiento coherente, a pesar de que lo empaquetan como tal. Es más bien un sancochado de cosas contradictorias, con algunos puntos de énfasis común.

3. La reacción neoliberal
En el Perú, efectivamente, el pensamiento «colectivista» tuvo su momento de auge. Las ideas de Manuel González Prada, José Carlos Mariátegui, José María Arguedas y muchos otros peruanos hicieron carne en el pueblo peruano. El liberalismo era más bien la ideología de una opresiva y excluyente casta oligárquica, de terratenientes dueños de esclavos y explotadores de yanaconas y pongos. En los ochentas, escaldados por las reformas antioligárquicas de los militares, resultado de una gran movilización del pueblo peruano, esta oligarquía buscó su relanzamiento reaccionario, y lo hizo creando un producto ideológico que tuviera alguna opción de influir en las masas.

Así fue que hace tres décadas Hernando de Soto vino a decir que un vendedor ambulante era esencialmente un empresario. Un microbusero ya era un Romero en potencia; un ambulante, un Brescia; habitante de una choza, un terrateniente urbano. La informalidad no era sinónimo de pobreza y marginalidad, sino de una gran creación de riqueza. Sus capítulos y fotos mostraban cómo se evolucionaba desde el comercio itinerante hacia la gran propiedad de mercados; de microbusitos a grandes flotas de omnibuses, de «iglús» de esteras en chacras a grandes inmuebles.

Para lanzar este discurso Hernando de Soto contó con el millonario apoyo económico del estado, a través de las agencias gubernamentales de los Estados Unidos. El gobierno de este país así impulsaba a alguien que muy convenientemente sostenía que «las cosas malas que suceden en América Latina no son mayormente culpa nuestra, sino casi siempre el resultado de alguna imposición externa». ¿El imperialismo? Era un mito inventado por la izquierda. Ver 1984: La NED y Hernando de Soto, USAID le jala las orejas al ILD y El imperialismo está en la mente.

Funcionó.

Lograron crear un discurso reaccionario neoliberal que dio el paso a la política, con Mario Vargas Llosa quedando primero en la primera vuelta de 1990 y luego trasvasando su programa de shock y privatizaciones a Alberto Fujimori. El neoliberalismo en el Perú pasaba así primero de la ideología a la política y luego de la política al gobierno.

4. División de los neoliberales: fujimoristas vs. vargasllosistas
Los neoliberales la hicieron linda, pero tuvieron sus buenas broncas entre ellos.

Hernando de Soto constituye una de las escuelas neoliberales, la otra es la de Felipe Ortiz de Zevallos con APOYO y la tercera es la de Roberto Abusada con el IPE. Todas son organizaciones receptoras de fondos externos con los que se impulsan las reformas neoliberales de Fujimori: privatizaciones, eliminación de derechos laborales, concesiones extractivas, etc. Mario Vargas Llosa se opone a Fujimori, pero la mayoría de sus seguidores del Movimiento de Libertad (Fernando Trazegnies, Alberto Bustamante, Rafael Rey, etc, etc.), casi todos, le dan la espalda y se apuntan con el fujimorismo (hasta Ghersi, supuestamente muy fiel a Vargas Llosa le entra al merengue fungiendo de abogado de los Crousillat).

Aparentemente, Vargas Llosa se queda en su nube ideológica, mientras que los neoliberales fujimoristas están bien aterrizados en las concretas reformas noventeras. Se abre así la división entre neoliberales fujimoristas y neoliberales vargasllosistas, que tendrían, éstos últimos, su momento durante el post-fujimorismo.

De cualquier forma, la reacción neoliberal de los noventas logra por fin desmontar las reformas antiologárquicas de los setentas. El ocaso del poder oligárquico, título de un libro de Henry Pease, se convierte en un nuevo amanecer.

5. Alternancia neoliberal con rechazo popular
Cuando cae el fujimorismo cae, Vargas Llosa recupera acogida en los grupos de poder. El gobierno de los Estados Unidos, que había apoyado a Fujimori en las reformas neoliberales, apoya su caída y una transición que continúa su modelo económico. Como había ocurrido en Chile: los EEUU impulsaron el golpe de Pinochet, pero luego apoyaron su caída y la continuidad de su modelo económico. El neoliberalismo en Chile y en el Perú demostraba una fortaleza tal que pese a la alternancia política sus fundamentos seguían intocables. Las cosas se voltean: Vargas Llosa asume apoya al toledismo y sus seguidores, varios procedentes de la izquierda, pasan a ser funcionarios del gobierno, mientras que los neoliberales fujimoristas pasan a la oposición al toledismo. Con el segundo alanismo se vuelven a voltear (vargasllosistas en la oposición y fujimoristas en el gobierno) y con el humalismo otra vez se alterna (vargasllosistas en el gobierno y fujimoristas en oposición). Hay alternancia entre sectores neoliberales, sin cambiar el modelo en sí. Un bipartidismo sin partidos, un bipartidismo informal.

Sin embargo, en el Perú de la última década y media los electores han venido votando por un cambio. Ya se ha visto que ganan opciones políticas que prometen cambios y llegadas al gobierno no cumplen. Evidentemente hay un desgaste del programa neoliberal. El gobierno de Toledo no pudo privatizar la electricidad en Arequipa en el 2002. El gobierno de García no pudo imponer «las leyes de la selva» en 2009, debido a la gran movilización amazónica, principalmente en Amazonas. El gobierno de Humala encuentra un claro rechazo a la concesiones megamineras, principamente en Cajamarca. Si bien sigue teniendo a sus seguidores en el gobierno y en los medios, el programa neoliberal es rechazado en las urnas y en las calles y carreteras del país. No pueden imponer su programa como lo hicieron hacía una década bajo una dictadura.

Más aún, el neoliberalismo es crecientemente visibilizado como ocurrió en las jornadas de protesta del años pasado, con la consigna «El neoliberalismo mata»:
el neoliberalismo mata

Esta consigna fue adoptada por el Movimiento Homosexual de Lima (MHOL) sacando roncha en algunos sectores neoliberales, asombrados por el cuestionamiento a su doctrina de parte de sectores LGTB, ver aquí. No advierten que una persona discriminada requiere protección del estado. El mercado libre por sí solo no hace nada contra la discriminación. Los neoliberales podrán expresarse en contra de la discriminación, y qué bueno que lo hagan, pero su doctrina no hace nada por quien es discriminado/a.

6. Decadencia neoliberal
Es claro que el neoliberalismo no tiene la fuerza que tuvo a finales de los 80s, que el consenso económico, social y político se ha revertido y que hoy el neoliberalismo está a la defensiva como un lobo asediado por una presión social que ya no sabe cómo contener. El año pasado hicieron todo un despliegue propagandístico contra el relanzamiento de Petroperú mediante la compra de activos de la empresa española Repsol, asustada por las nacionalizaciones en la región. Acaso entienden que lo ocurrido en Argentina y Bolivia les puede ocurrir en el Perú, como hace siglos Francia vendió Luisiana, asustada por la revolución de Haití. Lograron que el gobierno dé marcha atrás en el relanzamiento de la empresa petrolera estatal, pero ¿por cuánto tiempo? Ver Neoliberalismo sin filo contra las empresas públicas peruanas.

Otra campaña fue la que hicieron a favor de la comida chatarra, con sus lobbistas a la defensiva, abusando de su poder mediático, pero sin poder de convencimiento, movilizando incluso al manipulador «líder espiritual» del catolicismo doméstico. Quedó claro que su defensa del mercado libre y su oposición a la defensa del consumidor no agarraba carne en las mayorías. Ver El neoliberalismo contra la defensa del consumidor.

También se los vio argumentar a favor de la concentración de medios, a favor el grupo El Comercio, en nombre de la libertad de expresión y la libertad de empresa. Un argumento «de lujo» fue el de Roque Benavides: «No hay control de los medios en esta época de Internet». Es muy poco creíble defender el monopolio de una familia oligárquica en nombre de la libertad.

En el largo plazo no ha funcionado empaquetar al neoliberalismo como una ideología a favor de los «micro empresarios». La gente se da cuenta que en la práctica es una ideología de los megaempresarios.2

7. Neoliberalismo más-de-lo-mismo.
El neoliberalismo ya no tiene qué proponer. ¿Más privatizaciones? ¿Privatizar el agua como propone Enrique Pasquel de El Comercio?

«¿Se les puede negar a los pobres comprar pan? No. Entonces, ¿por qué se les prohíbe comprar agua?»
Enrique Pasquel

Según él los pobres van a estar mejor comprándole el agua a un dueño (que la compró al estado) que recibiéndola del estado. Uno se imagina a los pobres respondiéndole: «no me defiendas, compadre».

¿Más recortes de derechos laborales? Sí, véase lo que vienen diciendo a partir del debate del salario mínimo.

¿Más concesiones extractivas? Pues sí, «agilizar los permisos», que ya no haya Estudio de Impacto Ambiental, crear el Ministerio del Medio ambiente fue un error, etc, etc.

Estas recetas son las que uno lee y escucha respectivamente en los monocordes columnistas de los diarios y locutores de la radio y televisión. Más de lo mismo que se ha venido haciendo durante casi un cuarto de siglo.

8. Todavía vence, pero ya no convence.
Las presentes generaciones están experimentando algo similar a lo que experimentaron las antiguas generaciones de peruanos durante el Perú prevelasquista: que una minoría rica y poderosa y grupos de poder extranjeros manejan el Perú como si fuera su chacra. Un liberalismo al estilo de Manuel Prado y Pedro Beltrán, que no genera sino rechazo en las grandes mayorías del país.

Desde luego que tienen recursos, pero no tienen ideas. Todavía vence, pero ya no convence. Propagandiza y difunde, y tiene muy bien aceitados pero desgastados voceros, pero todos dicen más de lo mismo y la gente no les cree. El agua popular no se mezcla con el aceite oligárquico. El neoliberalismo no trae ideas nuevas, atractivas a las mayorías sociales del país.

Su caída en el Perú es cuestión de tiempo. A seguirle dando duro.

  1. Para una reflexión sobre la diferencia entre «liberalismo» y «neoliberalismo» ver Liberalismo y neoliberalismo (1) y Liberalismo y neoliberalismo (2) []
  2. Ver más argumentos pueriles en Anti-Editoriales de El Comercio:

    Los editoriales de El Comercio no tienen desperdicio. Son de una combinación de facilismo argumentativo con una gran rigidez intelectual. Mucho dogmatismo neoliberal que ya cae en la ridiculez.

    []

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Comentarios a este artículo

  1. cesar velez dijo:

    tengo.cincuenta,y ocho,años y conosco, la, historia, politica del Peru´, desde antes de la epoca velasquista,morales bermudes alan garcia fujimori, toledo ,y ahora humala y si,lo dicho, aquí, es una verdad,como, una ciudad, el, Peru´, no se merece,el descalabro, y la depredacion, de las politicas neoliberales que han venido, asolando, nuestro, país,favoreciendo, a, las transnacionales, norteamericanas y paises colonialistas como, españa,y a, las castas de los tradicionales ricos del, peru´,creo, que es hora de aplicar una , politica verdaderamente,social democrataque favoresca ha, todos, los ,Peruanos ,por igual, en los nuevos tiempos se hace necesario, crear muchas mas escuelas y universidades,y, muchos centros culturales,que los Peruanos sepan ha quien votar reconocer y defender sus derechos,las empresas nacionales y extranjeras pueden invertir por supuesto, pero respetando, los derechos laborales y siciales,sanidad gratuita ,educacion , gratuita, y trabajo para todos los peruanos ,ahciendo, incapié, en la cracion y construccion de escuelas y universidades, y reactivar las, industrias ,cosas que son el motor fundamental para el desarrollo dsel país, un verdadero, cambio, para los nuevos tiempos llamaria, así, ha un nuevo gobierno basado,en la verdad, la educacion y el trabajo, y la honestidad,y la libertad para una verdadera democracia¡ ADELANTE PERÚ !

  2. cesar velez dijo:

    NO, COMPARTO NINGUNA IDEOLOGIA CON ESTE MOVIMIENTO LIBERTAD,DEL SEÑOR GUERSI.EN ABSOLUTO NINGUNA

  3. Hector L Ordodnez dijo:

    conozco a estos personajes del neoliberalismo.

  4. Hector L Ordodnez dijo:

    Cual es la politica que defiende este senor Ghersi? Lo defiende o lo hace disimuladamente? El Neoliberalismo como se conoce mejor,por que si mencionamos Liberalismo solo tiene a muchas confusiones,de que se nutre los Capitales para sus ganancias,de los pobres y mas aun de los que viven en la extrema pobreza,cuando un hombre sea mujer o no necesita llevar el pan de cada dia a sus hijos e incluso para el mismo,trabajan por cualquier salario aunque no cumpla con todas sus necesidades,por que como dice el dicho,de pan no solo vive el hombre,mientras mas pobreza mas ganancias para los capitales.