Por - Publicado el 02-12-2013

En 1963: intervención de los Estados Unidos a través de las ciencias sociales veíamos cómo los Estados Unidos usaban a las personas e instituciones dedicadas a las ciencias sociales para hacer una labor de inteligencia en América Latina. Su interés principal estaba en las actitudes de los sectores pobres ante una posible insurgencia comunista: se sumarían a esta insurgencia o la rechazarían. De ahí los estudios sociales principalmente en el campo peruano, y latinoamericano en general, pero también en las ciudades, lugares de destino de las poblaciones campesinas migrantes.

El asunto venía de antes. En 1950s-1960s, Vicos: la intervención antropológica vimos cómo en el contexto de la Guerra Fría los Estados Unidos lanzan un proyecto mundial que promovía la aculturación del campesinado, su «modernización» mental consistente en adoptar los valores sociales del capitalismo tal como se había desarrollado en los Estados Unidos y Europa. Fue una suerte de nueva «catequización» capitalista que venía con su contraparte, una «extirpación de idolatrías» comunistas y comunitarias. El potencial revolucionario de los pueblos no «occidentales» del mundo sería combatido mediante una asimilación cultural e ideológica. Al menos esa era la tarea de los científicos sociales, principalmente de los antropólogos.1

Y desde luego tal labor estaba en sintonía y coordinación con la política gubernamental de los Estados Unidos. La investigación científicio-social alimentaba el diseño de la política exterior y hasta por momentos se solapaba a una investigación de inteligencia policial o militar, llevando la cuenta de las actividades de los militantes izquierdistas en las universidades peruanas.

Así tenemos el caso del antropólogo Richard W. Patch y sus interesantes reportes y análisis sobre el Perú y Bolivia. Éstos pueden verse aquí. Constituyen un valioso material sobre los años cincuentas y sesentas, en parte por los hechos que cuenta, y en parte por sus análisis que reflejan en buena cuenta la actitud de los Estados Unidos hacia los posibles cambios en el Perú. Ciertamente es un material que da para mucho más de lo que comentaré en este post. Acaso algún lector interesado, digamos, un estudiante de antropología o sociología pueda ahondar más en estos reportes. Aquí con algunas pinceladas esbozaré algnos detalles de lo que podría ser un cuadro más grande.

1. Del proyecto Vicos a la revolución boliviana
Richard Wilbur Patch fue estudiante de doctorado de Allan H. Holmberg en la Universidad de Cornell. Trabajó en el Perú como investigador de campo en 1951 y 1952 en Ancash, como parte del Proyecto Perú-Cornell, en asociación con el Instituto de Etnología de la Universidad de San Marcos. También trabajó un par de meses en 1953 de asistente en el proyecto Vicos, con apoyo económico de la Fundación Rockefeller, estableciendo la metodologia usar (cuestionarios, sugerencias a los entrevistadores, recojo de datos, etc.).

Posterioremente fue un investigador del Institute of Current World Affairs y de la Fundación Doherty, que lo apoyaron para hacer un estudio sobre la revolución boliviana de 1952 y reforma agraria de 1953. Ese trabajo fue su tesis de doctorado en Cornell: «Social implications of the Bolivian agrarian reform».

2. Identidad indígena: abjurada en el Perú, mantenida en Bolivia
En su tesis Patch se distancia de tres ideas predominantes en la época, que la reforma agraria era puro discurso sin repercusión práctica, un fenómeno principalmente económico que deja fuera de vista las implicaciones sociales o un fenómeno subversivo de «movimientos políticos externos» que siguen la estrategia de «frente popular», más interesados en llegar al poder que en beneficiar a los más pobres. Esta última la dice apoyándose nada menos que en «La Gran Estafa» de Eudocio Ravines. Patch señala que la reforma agraria boliviana está enraizada en la sociedad e historia bolivianas. Su trabajo se inscribe en el contexto de un cambio de política de parte de los Estados Unidos hacia América Latina, de rechazar algunas reformas, en particular la reforma agraria, como medidas comunistas (como que derrocó al gobierno de Jacobo Arbenz por realizar una reforma agraria que perjudicó a la United Fruit) a promoverlas como parte de una política de anticipación y rechazo al comunismo.

Patch sostiene que la consecuencia más importante de la revolución de 1952 y la reforma agraria subsiguiente fue una mayor igualdad social y «un cambio, parcial pero progresivo, de la asignación de clase en base a criterios intrínsecos presentes desde el nacimiento, a criterios extrínsicos que pueden ser logrados o adquiridos por un individuo durante su vida». Siguiendo la idea matriz del proyecto Vicos, Patch se interesa en el proceso de «aculturación», promovido como solución al «problema indígena» en nuestros países. Es interesante su constatación sobre las diferencias de este proceso en el Perú (donde la aculturación y movilidad social ocurren casi exclusivamente entre las personas que migran de sus comunidades de la sierra hacia las haciendas o las barriadas y abjuran de su identidad indígena) y Bolivia (donde el proceso de adopción cultural ocurre en comunidades enteras tanto rurales como urbano migrantes, sin renunciar a su identidad indígena). En Bolivia la mayor educación, hablar castellano la adopción de ropa «occidental», recurrir a un médico por oposición a un curandero o usar cucharas de mtal en vez de cucharas de madera ocurren sin renunciar a usar idioma quechua y a tenr una identidad indígena, a diferencia del Perú.2.

3. Recomendaciones de politica exterior al gobierno de los Estados Unidos
En base a su tesis el autor escribe en 1960 un libro de recomendaciones de política exterior hacia América Latina para el gobierno de los Estados Unidos: Social change in Latin America today, its implications for United States policy. En este documento la lectora interesada tendrá acceso directo a los principales conceptos de su tesis, más una serie de recomendaciones al gobierno de los Estados Unidos con respecto a Bolivia y su revolución. Patch recomienda que los EEUU continúen con la ayuda al gobierno boliviano, pues éste es marxista, pero no comunista, y se debe apoyar el curso moderado del mismo para así evitar su radicalización. Efectivamente, el gobierno de los Estados Unidos continúa con la ayuda a Bolivia y Patch advierte cómo los líderes de la revolución boliviana se van alejando de posiciones más radicales. En Bolivia: The Restrained Revolution En «Latin America’s Nationalistic Revolutions». Annals of the American Academy of Political and Social Science 334, March 1961, Patch hace un análisis similar. A diferencia de Guatemala, donde los Estados Unidos realizan una acción encubierta y derrocan al gobierno de Arbez, en Bolivia, a través de ayuda económica y presión politica, los Estados Unidos tratan de orientar a la revolución boliviana por caminos moderados.

Desde entonces Patch escribiría los reportes sobre la realidad social boliviana y peruana señados arriba.

4. Seguimiento al viraje izquierdista en el Perú
Patch escribe sus reportes sobre la historia peruana reciente, con particular atención a cuán posible sería un viraje izquierdista en el Perú. Se ocupa de la economía peruana, de las condiciones laborales de los trabajadores de la International Petroleum Company en Talara, de las protestas de 1956 contra el alza de pasajes y de las protestas estudiantiles contra Nixon en 1958 (sorpresivas para Patch, y atribuídas a la acción de «estudiantes comunistas», mencionados con nombre propio: Gustavo Valcárcel, Francisco Moncloa, Héctor Béjar, Ismael Frías, Alfonso Barrantes. Incluso menciona al aprista Orestes Rodríguez, presidente de la FUSM, quien también apoya la protesta contra Nixon: «la actitud de los jóvenes reunidos aquí es una actitud sincera en defensa de la integridad del país».)

A partir de esas protestas contra Nixon, Patch se interesa en la universidad peruana, particularmente en cómo el Apra decae en apoyo a nivel estudiantil y cómo nuevos partidos de izquierda irrumpen en la vida nacional. Pero también se interesa en «la emergencia indígena en el Cusco» (1958), «el papel de la hacienda costeña en la hispanización de los indígenas andinos», la vida en un callejón limeño, las barriadas, las elecciones de 1962, las elecciones de 1963, la reforma agraria, los Cuerpos de Paz, La Parada, el terremoto de 1970.

5. El «fidelo-comunismo» en las universidades peruanas
Uno de los reportes más detallados y precisos, que casi parece un reglaje, es el que Patch hace de la reorientación izquierdista en la universidad de San Marcos, donde las opciones de izquierda desplazan al Apra en la conducción del gremio estudiantil. Patch describe las «actividades comunistas» de diversos estudiantes, cuya táctica según él, utilizar las actividades culturales como fachada para difundir su idelogía. Incluye en su a lista de comunistas poetas como Alejandro Romualdo Valle, autor del famoso poema a Túpac Amaru y Juan Gonzalo Rose. Patch describe también los vínculos de estos estudiantes con Cuba y con países del bloque soviético como Alemania Oriental y Checoslovaquia. No consigna la fuente de esta información, pero no suena que sea información obtenida de fuentes impresas de la época.

En Trujillo, Patch mira con mucha atención las actividades de los estudiantes pro-castristas Luis de la Puente Uceda y Gonzalo Fernández Gasco. No se equivocaría en prestarles atención.

6. Visión y misión
No he podido determinar qué fue de este investigador después de 1971.3 Lo que sí es muy claro es que tuvo una gran agudeza para analizar lo que venía ocurriendo en el Perú y Bolivia de los años cincuentas y sesentas. Su percepción de la diferencia identitaria entre el Perú y Bolivia como sus seguimientos de la coyuntura política son muy lúcidos. A la vez, es claro que se trata de un investigador ve las cosas desde un ángulo muy evidente: defender los intereses de los Estados Unidos en el Perú y Bolivia. No lo anima el visceral rechazo cultural, sino el entender la cultura ajena para cambiarla y occidentalizarla. Es claro que no simpatiza con las élites gobernantes latinoamericanas, pero tampoco ve una alternativa de alternancia social en las clases desposeídas. Ante la idea de un «cambio controlado» desplegada en Vicos, y una revolución boliviana tolerada por los Estados Unidos (en la esperanza de influir en que ésta sea más moderada) se advierte su sorpresa y preocupación por la influencia de la revolución cubana principalmente entre los jóvenes tanto del Perú como de Bolivia. De hecho, el tono de sus reportes, su lucidez y puntada con hilo, tiene el sabor a los cables de embajada desvelados por Wikileaks. Son un interesante material de análisis histórico sobre el Perú y Bolivia, tanto por la realidad que comentan como por el ángulo con que lo hacen.

Patch
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Richard W. Patch, antropólogo especializado en el Perú y Bolivia. Fue parte de una intelectualidad estdounidense interesada en investigar los problemas de fondo de estos dos países, pero también en hacer recomendaciones de política para el gobierno de los Estados Unidos. En el contexto de la Guerra Fría, su interés fue el evitar un viraje comunista.

Imagen tomada de aquí.

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callejon
«Vida en un callejón». La imagen indica el plano de un «callejón» y cuántas personas viven en cada habitación. Una imagen que evoca las imágenes de barcos de esclavos.

EleccionesFUSM

Resultados de las elecciones de la FUSM de 1961. Max Hernández es el «tonto útil» de los «fidelo-comunistas» en ganarle las elecciones al Apra. Irónicamente, de desplazar al Apra y de ser visto con cautela por este investigador estadounidense, varias décadas después Hernández ocuparía altos cargos en el segundo gobierno de Alan García y abandonaría el discurso anti-imperialista para tener muy buenas relaciones con los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos.

JACL

Juan Alberto Campos Lamas, dirigente aprista radicalizado, disidente del Apra y asimilado a las izquierdas junto con Félix Arias Schreiber y Alfonso Barrantes Lingán. Fue elegido presidente de la FUSM. (Se cuenta que visitó Cuba y regresó con un vistoso sombrero de guajiro. Luego se acercaría al rector de San Marcos Luis Alberto Sánchez, quien hábilmente, recurriendo al apoyo económico, lo incentivaría a reintegrarse al Partido Aprista).

filocommu

Organigrama mostrando las fuerzas políticas en la Universidad de San Marcos.

Rpatch

Reflexiones de Richard Patch sobre el viraje izquierdista no sólo en el Perú, sino en América Latina, y la necesidad de que el gobierno estadounidense replantee su política exterior con los gobiernos latinoamericanso que «sólo imperfectamente representan a sus pueblos».

A. Puesto en Facebook, aquí.

OdriaHaya

Antes de la «Marca Perú» había la «Marca Odría» de «Hechos y no palabras» y el cómodo gobierno oligárquico primario-exportador, contra el supesto caos representado por el Apra y el comunismo.

Propaganda odriísta durante las elecciones de 1962.

A pesar de esta propaganda, a los pocos meses de las elecciones estos dos contrincantes, Odría y Haya, hacían alianzas electorales y luego una coalición parlamentaria pro-oligárquica.

Tomado de Richard Patch, Informe ICWA, RWP-53, de septiembre de 1962, «The Peruvian Elections of 1962 and their Annulment».

  1. En tal contexto, la frase de José María Arguedas, que había participado como estudiante de San Marcos en el Proyecto Vicos, «no soy un aculturado», expresa un rechazo a los fundamentos subyacentes a la lógica de «modernización» y aculturación promovida por los Estados Unidos:

    «Yo no soy un aculturado; yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz, habla en cristiano y en indio, en español y en quechua. Deseaba convertir esa realidad en lenguaje artístico y tal parece, según cierto consenso más o menos general, que lo he conseguido».

    []

  2. Las categorias usadas por Patch en su tesis, basadas en las usadas por Hollmberg en Vicos, no tienen desperdicio. Evocan a las denominaciones usadas hoy en día por Rolando Arellano:

    Indio-Conservador Campesino-Transicional Mestizo-Emergente
    Sólo habla quechua Habla algo de castellano Lee y escribe en castellano
    Siempre va a misa Alguna vez va a misa Nunca va a misa
    No se casa por iglesia Se casa por iglesia Se casa por iglesia
    No se casa por civil Se casa por civil Se casa por civil
    No fue a la escuela Fue en parte a la escuela Fue a la escuela
    Ropa hecha en casa Ropa hecha en casa y occidental Ropa occidental
    Chaccha coca Chaccha coca No chaccha coca
    Duerme en el suelo Duerme en cama de adobe Duerme en cama de madera
    Cucharas de madera Cucharas de madera y de metal Cucharas de metal
    Nada de arroz, azúcar, etc. Algo de arroz, azúcar, etc. Mucho arroz, azúcar, etc.
    Muchas fiestas religiosas Algunas fiestas religiosas Pocas fiestas religiosas
    Sombrero hecho a mano Sombrero hecho a mano y manufacturado Sombrero y manufacturado
    Curandero Curandero y médico Médico
    Pocos viajes a las ciudades Algunos viajes a las ciudades Muchos viajes a las ciudades
    Sandalias Sandalias y zapatos Zapatos

    Es, sin duda, interesante que encuentre que en Bolivia la «modernización» se produce sin abjurar de la identidad indígena, mientras que en el Perú ocurre lo contrario.
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  3. Editorial Mosca Azul le publicaría un estudio sobre La Parada en 1973. []
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Comentarios a este artículo

  1. Victor Paredes dijo:

    La frase de Arguedas creo que tiene su origen en el contexto post «Mesa sobre Todas las Sangres», y no en su experiencia en Vicos, la cual fue bastante efímera. Su «Yo no soy un aculturado» creo que se entiende por el lado de su noción de un mestizaje distinto al que se concebía en esa época y era predominante entre los científicos sociales peruanos. Para Arguedas puede existir un mestizaje, pero fundado, y sin perder de vista, la diversidad cultural. Y Demetrio Rendón Huilca era justamente el protipo de ese sujeto «no aculturado» pero que usaba también la cultura occidental. No me cabe duda que DRH era su alter ego.

  2. Silvio Rendon dijo:

    De acuerdo que la frase fue pronunciada en esa famosa mesa redonda, pero igual expresa un rechazo a la aculturación como signo de modernización, cual era la ideología predominante en la época.

  3. María Ivette Campos Crespo dijo:

    Como hija de Juan Alberto campos Lama tengo que refutar las calumnias que se dicen sobre él: renunció al APRA en 1948 y criticó duramente al APRA durante toda la convivencia. Fue de izquierda pero independiente y nunca estuvo en las filas de Barrantes al que consideraba un «cobarde sobón». Respetó mucho intelectualmente a Luis Alberto Sánchez y recién (luego de 6 prisiones y 12 juicios) en 1984 se reinscribió en el APRA porque era el único lugar que le ofreció la oportunidad de hacer política, una de sus grandes pasiones. No fue por dinero puesto que falleció en la más inopia pobreza y a diferencia de muchos otros políticos, nunca recibió un centavo de nadie.