Por - Publicado el 13-06-2013

La infiltración de la CIA al MIR fue cierta, pero de ninguna manera fue Enrique Amaya el infiltrado ni todo lo que la CIA publica como documentos desclasificados es correcto.

Transcribo a continuación la carta que le envían dos ex-miristas a un historiador que recientemente publicó un artículo al respecto en La República.

El post aparecido en el presente espacio mencionado por los autores es 1975: Debate en “Marka” sobre la infiltración del MIR por la CIA.

******************************

LA VERDAD SOBRE LA CIA Y EL MIR
Ricardo Gadea Acosta
Walter Palacios Vinces

Cómo es de conocimiento público, el 9 de junio de 1965, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) inició su gesta guerrillera en las serranías de Junín con las acciones de la columna Túpac Amaru al mando de los compañeros Guillermo Lobatón Milla y Máximo Velando Gálvez.
Recordando ese histórico acontecimiento y después de haber leído con detenimiento y especial interés dos de tus colaboraciones publicadas días atrás en La República tituladas “La CIA y el MIR” (30/04 y 14/05/2013), en las que comentas el informe del ex agente de la CIA Philip Agee y algunos documentos de la CIA desclasificados por el gobierno norteamericano, te dirigimos muy fraternalmente estas líneas con algunas apreciaciones indispensables.

Los suscritos fuimos miembros del Comité Central del MIR en esa época junto con Luis de la Puente Uceda, Guillermo Lobatón Milla y otros compañeros. Tuvimos conocimiento de manera directa de los hechos mencionados en tus artículos por lo que consideramos necesario expresar lo siguiente:

1.-Cuando se publicó el libro de Philip Agee, en 1974, el MIR defendió a nuestro compañero Enrique Amaya Quintana, explicando detalladamente las razones por las que él no podía haber sido el informante captado por la CIA (ver Comunicado del MIR, del 16/5/1975 publicado en la revista MARKA/Artículo “Debate de la revista MARKA sobre la infiltración del MIR por la CIA” – Silvio Rendón/ www.grancomboclub.com)

2.- Años después, en 1983, el entonces senador Carlos Malpica y Ricardo Gadea se reunieron con Philip Agee en la ciudad de Managua, en el marco de una sesión internacional del Tribunal Antimperialista de Nuestra América (TANA), para esclarecer la versión publicada en la primera edición de su libro “Inside the Company”. Agee recordaba a un individuo delgado, nervioso, con varios hijos pequeños en Perú, preparado en un curso de comunicaciones en Cuba. Agee informó que él no pudo comprobar la identidad del informante, que se presentó como Enrique Amaya, nombre que mencionó en su libro tal como lo anotó en una libreta. La CIA identificó luego al informante como “DUHAM-1”. Agee sabía que había tenido participación decisiva en la represión de la red urbana del MIR en Lima y que como premio le habían dado una jubilación dorada en México.

3.- En este caso sí existió un informante de la CIA. El citado comunicado del MIR identifica a Julio Colán Castillo, que entregó a parte de la organización en Lima, en julio del 65, y que por estos hechos fue declarado traidor en ese momento. Este individuo coincide además con todas las características señaladas por Agee. No es el caso de Enrique Amaya Quintana, cuya honestidad y consecuencia están fuera de cualquier duda. Ahora, cuarenta años después de aquella acusación, seguimos defendiéndolo y no nos cansaremos de hacerlo cuantas veces sea necesario, al estar convencidos de su integridad revolucionaria a lo largo de toda su vida, hasta su trágica muerte en mayo de 1967, en Paucartambo.

4.- Los informes de la CIA desclasificados habrían sido redactados por otro supuesto infiltrado en 2 reuniones del MIR, el 8 y 10 de febrero de 1964. Dan a conocer que el MIR había iniciado preparativos para un inminente alzamiento armado. Los informes confirman que Luis de la Puente propugna esa estrategia. Ese sería su valor operativo para la central de inteligencia norteamericana. Mas la verdad histórica es bastante diferente. El MIR no inició sus acciones “…dentro de los 2 ó 3 próximos meses…”, como dicen los informes. En realidad, el movimiento guerrillero se inició casi un año y medio después, precisamente un día como hoy, 9 de junio, hace 47 años, con la toma de la mina Santa Rosa.

5.- Son falsas, totalmente falsas, las versiones sobre tres millones de dólares del MIR en bancos suizos, 600,000 dólares puestos por China a disposición de la organización en París y que ese país respaldara con 50 millones de dólares a la revolución. Sería absurdo que el Comité Central de MIR no estuviese informado de aportes de tanta magnitud. Ni antes ni después de esas fechas hemos tenido conocimiento de tales ayudas u ofrecimientos semejantes por parte de China u otro país socialista.

6.- Al contrario de la antojadiza afirmación de la colosal ayuda china, todos los analistas coinciden en que una de las debilidades de las guerrillas del 65 fue la falta de armamento propiamente militar. El MIR no contó siquiera con equipos de telecomunicaciones para coordinar los distintos frentes. Tan graves deficiencias fueron consecuencia de la falta de recursos económicos.

7.- Los documentos desclasificados de la CIA aluden a operaciones de traslado de armas informadas en dos supuestas reuniones en las que habría participado el informante. Se mencionan en total 8 carabinas, 11 revólveres y pistolas, 1 ametralladora, 2500 cartuchos de dinamita; un “arsenal” que contradice la supuesta abundancia de recursos económicos del MIR. Además, sorprende que se mencione con excesivo detalle las operaciones y personas involucradas. En las reuniones de dirección del MIR nunca se informaba de detalle alguno por elementales razones de seguridad. Es fácil deducir que los mencionados informes se basan, en este aspecto, en expedientes policiales.

8.- En resumen, los informes desclasificados de la CIA en nuestra opinión se basan en algunos hechos ciertos, como las posiciones políticas de Luis de la Puente y del MIR, combinados con fechas, lugares y participantes adulterados, detalles de expedientes policiales y patrañas como la ayuda económica de China. Un producto cabal de inteligencia. No podemos otorgarles la calidad de verdades indiscutibles porque son de la CIA. Todo lo contrario.

Debemos extraer algunas conclusiones de los hechos que analizamos. Queda de manifiesto que en las guerrillas de 1965, como en cualquier otra lucha liberadora o revolucionaria de nuestro pueblo y a nivel internacional, la CIA es un instrumento fundamental del aparato de dominación, con ingentes recursos y capacidades para intervenir en la represión y defender al sistema. No cabe duda de que en 1965, ante el movimiento guerrillero del MIR, la CIA cumplió un papel importante.

Que hubo alguna infiltración o informantes en ciertos niveles de la organización revolucionaria, parece una realidad objetiva. El libro de Agee demuestra como la CIA aprovechó la defección de uno de los militantes preparados en Cuba, quien asumió el nombre de Enrique Amaya para ocultar su propia y verdadera identidad.

En la suerte de los movimientos revolucionarios, pesan también, además de los posibles infiltrados, los traidores, aquellos que se quiebran ante la dureza de las circunstancias o se venden al caer en manos de la represión. La historia está llena de ejemplos. En el MIR también hemos sufrido problemas de este tipo. Es el caso de Albino Guzmán en la guerrilla del Sur, para citar el más relevante.

Lo sorprendente no es la eficacia de la CIA ni el rol de los traidores; al contrario, en el MIR del 65 lo extraordinario es como un pequeño movimiento político con poco más de un centenar de cuadros organizados, con escasos recursos, casi sin experiencia militar, removió el sistema tradicional y puso en jaque a las fuerzas armadas peruanas que ya en aquella época eran de las mejor entrenadas en guerra contrasubversiva en el continente.

El MIR sostuvo una breve pero intensa guerra completamente desigual. Los guerrilleros del 65 demostraron con su sacrificio que si en el Perú no se producían cambios profundos en la propiedad de la tierra, en manos de un reducido grupo de terratenientes; en la recuperación de los recursos naturales, usurpados, fundamentalmente, por enclaves imperialistas; y en la defensa de la soberanía nacional, un movimiento revolucionario de orientación socialista podría desarrollarse efectivamente y ganar el apoyo de las masas.
Más allá de la derrota militar de los combatientes del 65, la historia reivindicó lo esencial de sus postulados políticos, poco tiempo después, cuando todavía estábamos en la cárcel algunos de los sobrevivientes. Los propios militares que nos reprimieron el 65 – 66, depusieron al gobierno belaundista, cerraron el congreso y emprendieron un conjunto de reformas estructurales, reconociendo en los hechos la vigencia del programa de Luis de la Puente y del MIR.

-

Enlaces a este artículo

Comentarios a este artículo

  1. Nick Leondiris dijo:

    Me es grato comunicarles que: Marka fue financiada por el agente de la C.I.A. de la estacion-Paris EDUARDO JUSTO CABALLERO, El dinero les llegaba via MARGARITA REVILLA CALVO gerente de SOLAMARTOUR y F