Por - Publicado el 31-05-2013

A fines de los 90s la protesta social va al alza. La crisis económica y el hartazgo por los abusos del gobierno fujimontesinista lanzan a la gente a las calles a protestar. Esa ola de protestas acaba con la caída del fujimorismo, ver Las protestas en el Perú entre 1995 y 2006.

El regimen paniagüista y luego el toledista bajan la tensión social, pero sólo por un tiempo. Nuevamente vuelve la embestida oligárquica primero colocando a personajes neoliberales y fujimoristas en posiciones de gobierno que intenta relanzar una ola de privatizaciones. La protesta social vuelve a detenerlos. Principalmente el arequipazo de 2002 detiene las privatizaciones. Toledo se ve obligado a dar marcha atrás. La ultraderecha le pasa factura y lo demuele mediáticamente. Lo intentan vacar. El descontento es tal que en 2005 hay una asonada humalista en Andahuaylas. Toledo se acaba por portar bien, le ponen asesores y acaba decorosamente su gobierno, pero Humala abre una fisura que capitaliza electoralmente.

Alan García baja las tensiones por unos años, con lo que la protesta social remite, pero también coloca a personajes neoliberales y fujimoristas en posiciones de gobierno. Al poco tiempo lanza el discurso de «el perro del hortelano». La reacción popular es masiva. Las protestas sociales en el país llegan a su nivel máximo y acaban sangrientamente en el «baguazo». El gobierno alanista, por orientación de los EEUU, da marcha atrás. La protesta social vuelve a remitir.

Entra Humala con nuevos bríos. Vuelve a poner a personajes neoliberales y fujimoristas en posiciones de gobierno. Se desdice de sus promesas electorales. La protesta social vuelve a ir al alza y acaba sangrientamente en Madre de Dios, Espinar, Sechura, Bambamarca, Celendín. Humala parece dar marcha atrás. Las protestas sociales vuelven a remitir. La oligarquía no se lo perdona y lo demuele mediáticamente. Humala hace juego de cintura por algunos meses, hasta que vuelve a la carga nuevamente y lanza un paquetazo neoliberal a favor de la oligarquía. Las protesta social vuelve a estar al alza. La resistencia popular está servida.

Así, la historia del Perú reciente es una historia de luchas sociales entre el pueblo peruano y la oligarquía. La oligarquía pugnando por mayores ventajas de los gobiernos de turno, sus gobiernos, y el pueblo peruano resistiendo y no logrando aún tener un gobierno que verdaderamente represente sus intereses.

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