Por - Publicado el 10-09-2012

1. La intervención intelectual
Hace algunos años la embajada estadounidense en Bolivia trató de utilizar a becarios Fulbright como informantes, aquí, LD, que les dieran cuenta de las actividades de los funcionarios cubanos en ese país. El asunto fue un escándalo, pues los jóvenes becarios de la Fundación Fulbright no tienen oficialmente esa delicada misión, que pone en riesgo su seguridad. No es la primera vez que se evidencia que el gobierno de los Estados Unidos usa a las ciencias sociales como una cobertura para labores de inteligencia.

2. El mito de la ayuda exterior
Carlos Malpica finaliza su libro «El mito de la ayuda exterior» de 1967 con dos capítulos, uno llamado «Donaciones y ‘Ayuda Técnica'», Capítulo XXV, y otro llamado «‘Ayuda técnica’ y espionaje», Capítulo XXVI. Allí expone que la mitad de la «ayuda» de los Estados Unidos al Perú era de tipo militar, mientras la otra mitad era «ayuda técnica» para el desarrollo, principalmente en la agricultura:

La mayoría de estos programas parecen tener alguna conexión, directa o indirecta con los planes de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (C.I.A.) y del ejército yanqui. No creo que sea casual la preferencia por estudiar aspectos relacionados con la agricultura: estadísticas agrarias, niveles alimenticios, migraciones y movimientos campesinos, etc., sabiendo que las guerras revolucionarias de Sudamérica se dan en el campo. p. 224.

Malpica lo indica muy claramente también en el último capítulo de su libro que se inicia así:

Las encuestas realizadas por sociólogos y economistas norteamericanos, por los miembros del Cuerpo de Paz o por profesores peruanos por encargo de universidades estadounidenses, generalmente están orientadas a conseguir información con fines de espionaje.

Efectivamente, si uno se fija en las investigaciones hechas en el Perú con auspicio de los Estados Unidos, advertirá inmediatamente el interés por la comunidad campesina y por las actitudes de los campesinos ante una posible insurgencia. Y esta benevolente curiosidad estadounidense ocurría no sólo en el Perú.

3. Proyecto Camelot en Chile, Proyecto Simpatico en Colombia y Proyectos Task y Colony en el Perú
En los años sesentas en la región latinoamericana los Estados Unidos montaron el Proyecto Camelot en Chile, el Proyecto Simpatico en Colombia y los Proyectos Task y Colony en el Perú. Eran operaciones de investigación encubiertas, supuestamente con fines científico-sociales, que en realidad eran parte de la estrategia contrainsurgente estadounidense en la región.

Los estadounidenses estaban muy al tanto de las potencialidades insurgentes de los países latinoamericanos. Ellos veían ya en 1962 en el Perú, aquí, que las horribles desigualdades “proveían una de las mejores ilustraciones de un ‘potencial para la revolución social’ en América Latina”. Así que impulsaban reformas sociales en el marco de la Alianza para el Progreso, entre ellas, la introducción de la planificación económica, aquí. Y más aún, estaban al tanto de las potencialidades insurgentes de fuente directa, pues tenían al MIR infiltrado desde 1963. Sabían lo que se venía en el Perú, y en otros países. Robert F Kennedy así lo expresó en 1966 en el congreso estadounidense, aquí. Como parte de este esfuerzo reformador y contrainsurgente, los estadounidenses impulsaron la investigación científico-social orientada a evaluar el efecto de los proyectos de desarrollo en zonas rurales y las actitudes sociales y políticas de los campesinos, en particular su posible apoyo a una insurgencia.

4. Los Estados Unidos interesados en el Perú, interesados en Chile
En 1965, sin permiso de Chile, los Estados Unidos desarrollan en ese país el Proyecto Camelot, una operación de espionaje social y político. Mediante cuestionarios muy precisos aplicados a todos los estratos sociales, en todo Chile, se establecía el grado de desarrollo político y las tendencias sociales de los chilenos. Los Estados Unidos sabrían que Salvador Allende podría resultar ganador de las elecciones. Sabían también cuál era la actitud de los militares chilenos «en caso de que el comunismo llegue al poder».

5. El noruego dice no
Este tipo de investigación social no pudo mantenerse en secreto por mucho tiempo. Lo hicieron todo mal y el asunto les reventó en Chile. El profesor noruego Johan Galtung fue invitado a formar parte del proyecto por la Special Operations Research Office (SORO), afiliada a la American University. Era un proyecto de naturaleza militar:

El éxito en tareas como equipar y entrenar a las fuerzas indígenas para una misión de seguridad interna, acción cívica, guerra psicológica u otras acciones de contrainsurgencia depende de un cuidadoso entendimiento de la estructura social indígena, de la precisión con que pueden anticiparse cambios en la cultura indígena, particularmente violentos, y los efectos de varios cursos de acción disponibles a los militares y a otras agencias del gobierno sobre el proceso indígena de cambio.
Tomado de aquí.

Este profesor noruego compartió casi inmediatamente esta información con sus colegas chilenos. Cuando un profesor asistente chileno de la Universidad de Pittsburgh, Hugo Nutini, invitó a los investigadores chilenos a participar de este proyecto, éstos le expresaron sus dudas y lo confrontaron. Nutini respondió que no estaba al tanto del carácter militar del proyecto, pero no pudo negarlo por mucho tiempo. Finalmente el asunto reventó como un escándalo en los medios chilenos y de toda América Latina. La clase política chilena casi unánimemente condenó la injerencia de los Estados Unidos en su país. En el senado chileno declararon a Nutini como espía en contra de su país e incluso el gobierno de Frei le prohibió volver a Chile. La Cámara de Diputados de Chile aprobó por unanimidad una moción condenando al Proyecto Camelot como «un intento en contra de la dignidad, soberanía e independencia de estados y pueblos y contra el derecho de éstos a la autodeterminación».

Eso era en los años sesenta en Chile en que derechas e izquierdas unánimemente condenaban la injerencia de los Estados Unidos en su país, encubierta bajo un proyecto de investigación.

6. Johan Galtung: «esos izquierdistas se creen más vivos que los gringos»
Si bien el rechazo político en Chile fue casi unánime, Johan Galtung fue perceptivo de la actitud los científicos sociales latinoamericanos con quienes conversó sobre el Proyecto Camelot:

En mi experiencia, escribía el sociólogo noruego, el punto débil en cuanto a la penetración de este tipo de esfuerzo proviniendo de Estados Unidos, está al lado izquierdo del espectro político aquí en América Latina. La razón por la que así me lo parece es la siguiente:

primero, tienen menos dinero y por eso lo necesitan más. Hay que decir que yo he visto el deseo de dólares en los ojos en relación con el Proyecto Camelot en más personas de la izquierda que del centro (la derecha no entra aquí porque no se interesan por nada de asuntos sociales).

Segundo, estos mismos izquierdistas se autodesignan como más listos que los gringos. Por eso he escuchado varias veces la idea de entrar en el Proyecto Camelot, usar la plata y todo el dinero que los gringos ofrecen, y sabotear el proyecto por dentro. Esta idea, sumamente ingenua, proviene de cierto tipo de “racismo” que se encuentra entre estos mismos izquierdistas: la idea de que ‘nosotros somos superiores, que los gringos son técnicamente listos, pero no saben nada sobre la política y sobre cosas humanas en general, y por eso son fáciles de engañar’.

Tercero, mi impresión general es que muchas veces quien menos interesa es la persona, tal vez por razones que tienen que ver con su educación y formación, y les precocupan poco las incongruencias entre la ideología que verbalizan por un lado y la conducta que tienen por otro.
En: Gregorio Selser, Espionaje en América Latina, Dixit, Buenos Aires, 1974.

Galtung oportunamente señaló con todas sus letras una conducta que se sigue repitiendo medio siglo más tarde. Efectivamente, intelectuales y promotores de orientación izquierdista se creen muy vivos, más vivos que sus financistas estadounidenses. Creen que pueden utilizar a los estadounidenses para sus fines cuando son aquellos los utilizados por los estadounidenses para los suyos.

7. Los estadounidenses aprendieron
Los estadounidenses tomarían nota de su rotundo fracaso y durante casi medio siglo harían las cosas de forma mucho más sutil. El fracaso de Camelot ha sido y es estudiado intensamente como un ejemplo de cómo los Estados Unidos no deben proceder (ver abajo diversas referencias bibliográficas). En el futuro tendrían mucho más cuidado. Una de las evaluaciones que se hicieron es que los latinoamericanos tienen más resquemores a trabajar con el Departamento de Defensa y sus dependencias, mientras que tienen menos problemas para trabajar con las dependencias del Departamento de Estado. El hecho que el Proyecto Camelot fuera del Departamento de Defensa y fuera tan abiertamente militar en su diseño contribuyó a que los científicos sociales latinoamericanos lo acabaran rechazando.

En el caso del Perú, si uno se fija, por ejemplo, en los investigadores peruanistas estadounidenses constatará rápidamente que más de uno está vinculado a la comunidad de inteligencia estadounidense. Al respecto ver De Ayacucho a la Escuela de las Américas y 1970s: los padrinos intelectuales de Montesinos. La puntada siempre fue con hilo. Esta aparente sutileza se rompe de vez en cuando con fracasos como el de Bolivia con la Fulbright, en que se volvió a evidenciar públicamente la relación entre academia estadounidense y labores de inteligencia.

8. La banalidad de la agenda estadounidense
En la actualidad diversos personajes de izquierda ya ni se cuestionan formar parte de proyectos financiados por el gobierno de los Estados Unidos para cumplir sus objetivos en el Perú («sus» objetivos no son desde luego los objetivos de los izquierdistas, sino del gobierno de los Estados Unidos). ONGs de Derechos Humanos, ONGs que trabajan sector justicia, sector educación, descentralización, sector salud, el congreso, partidos políticos, contrainsurgencia, erradicación de la coca, amazonía, derechos indígenas, género. No hay sector en que no se dé esta intervención. Se da por sentado que está bien. No se la cuestiona. Alguna vez no sólo en Chile, sino también en Bolivia, donde los Cuerpos de Paz esterlizaban a campesinas indígenas, y en el Perú esta intervención atentaba contra la dignidad y soberanía nacionales (el Perú expulsó a los Cuerpos de Paz en 1974).

Por dar un ejemplo, tenemos que hasta una ONG de aura izquierdista y hasta radical como APRODEH lleva ya dos años siendo financiada por la National Endowment for Democracy (NED) para «prevenir, mitigar y resolver conflictos sociales». En 2010 en el Sur del Perú, aquí, y en 2011 en Apurimac y Ayacucho, aquí. ¿Aquí quién usa a quién? ¿APRODEH a la NED o la NED a APRODEH?

9. La necesidad de autonomía
En ¿Quién determina la agenda intelectual en el Perú? quedaba claro que la agenda intelectual en el país venía financiada, impulsada y en buena cuenta determinada de afuera, por más esfuerzos de autonomía que los investigadores pudieran realizar. Claro, esto crea fatalismo y resignación a simplemente jugar un papel subordinado no sólo en la investigación científico-social, sino en el diseño de una agenda nacional. Si las políticas vienen siempre de afuera, es muy difícil que respondan a los intereses de los diversos sectores de la comunidad nacional. Será la política de erradicación de drogas de los Estados Unidos en el Perú, a su conveniencia, no a la conveniencia de los peruanos. La política de esterilizaciones forzadas impulsada por USAID desde luego que será la política de lo que se diseñe en Washington, no en Lima, no en Cusco, no en Cajamarca. Lo mismo ocurre con todas las otras políticas supuestamente hechas en nombre de la democracia, sólo que es una democracia que no emerge del pueblo, sino del gobierno de otro país. ¿Cuánto tiempo más puede durar el Perú con una clase «no gubernamental» completamente cooptada y sin vocación de autonomía?

P.S. Algunas lecturas
Además de Wikipedia, aquí, algunos documentos y análisis relacionados al proyecto Camelot pueden verse en


En los Estados Unidos se presenta el fracaso del Proyecto Camelot como un lío entre el Departamento de Estado (DOS) y el Departamento de Defensa (DOD). Estas dos dependencias públicas estadounidenses, efectivamente, tienen una historia de contradicciones y desencuentros. A veces, los halcones son los militares del DOD y las palomas son los civiles del DOS, como suele ocurrir en América Latina. Otras veces, como ocurrió hace algunos años en Irak, los civiles del DOS son los halcones, los neocon de Bush, mientras los militares del DOD, que en el campo de batalla comprendieron la necesidad de una solución política en Irak, son las palomas. Dos visiones de política que supuestamente sirven al mismo interés estadounidense.


Johan Galtung, del Instituto de Investigación para la Paz. Fue contactado por los estadounidenses para hacer una investigación de ciencias sociales para usos militares en América Latina. Se percató de la intervención que tal investigación representaba y alertó a sus colegas chilenos, quienes la denunciaron. Johan Galtung es un hombre de convicciones fuertes y no se anda con chiquitas. Es un pacifista y es considerado el padre de los «Peace Studies» (estudios de la paz). En su más reciente libro de 2010, «La caída del imperio estadounidense» predice que esta caída será en 2020, verlo aquí, Democracy Now!. Galtung se jacta de haber predicho en 1980 que el imperio soviético caería en diez años y que esta predicción se cumpliera. Ya veremos qué tal le va con su predicción para los Estados Unidos. Imagen tomada de aquí.

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Enlaces a este artículo

  1. 1950s-1960s: Richard Patch y el reglaje antropológico » Gran Combo Club
    02-12-2013 - 20:41
  2. 1960s: el financiamiento del Pentágono y el IEP » Gran Combo Club
    16-12-2013 - 10:31

Comentarios a este artículo

  1. AveCrítica.com dijo:

    GranComboClub – 1963: intervención de los Estados Unidos a través de las ciencias sociales http://t.co/W9wAAoII

  2. Gran Combo Club dijo:

    GCC: 1963: intervención de los Estados Unidos a través de las ciencias sociales
    http://t.co/mJkURz8T

  3. Gran Combo Club dijo:

    Hace mucho q Carlos Malpica denunció la intervención de los EEUU en el Perú bajo la cobertura de hacer "ciencia social"
    http://t.co/mJkURz8T

  4. Critica Roedora dijo:

    Hace mucho q Carlos Malpica denunció la intervención de los EEUU en el Perú bajo la cobertura de hacer "ciencia social"
    http://t.co/mJkURz8T

  5. Mario Meza dijo:

    Si seguimos la predicción de Galtung en 1980 sobre la caida de la URSS se produciría en 1991 y predice ahora que caerá en el 2020, parece que esta última predicción va por buen camino….

  6. jhon jairo lopez dijo:

    para los amantes de la paz, vivir el post no paso de ser una quimera. es bien comprendido que un gran sector del pueblo colombiano no sabe ni a que aspira, es tanta la alienación que producen los medios de comunicación con sus portavoces de revanchismo al servicio de la mafia burguesa que nadie trata de emerger un poco de este mar de confusión. Pero esto no significa que nos vamos a rendir tenemos que comprender la necesidad de una paz interna en todo el sentido de la palabra aún así sea a costa de estremecer al propio pueblo y que se quite por si solo la venda ante el villano y reconozca a sus propios hermanos.