Por - Publicado el 29-10-2011
«Como insistían, se enderezó y les dijo: «El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra». E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo. Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más ancianos.» Entonces, en medio del tumulto salió una mujer gritando «¡No, señor! ¡Los pecados de los […]