Por - Publicado el 22-11-2010

Ya es una costumbre que el tema de la unidad de la izquierda se retome a las puertas de una nueva elección presidencial y parlamentaria.

Y nuevamente, la posibilidad que todas las fuerzas de izquierda -en sentido amplio- logren articular una sola propuesta resulta en fracaso.

¿Qué pasa que no logramos aprender de nuestros errores?

Uno podría ensayar largos discursos para explicar, lamentar y renegar de este nuevo fracaso de la izquierda. Prefiero señalar sólo tres elementos, de los muchos que puede haber.

a.- Hay una vieja generación incapaz de salir de escena

Es un tema tabú. No se menciona por que parece ser de mal gusto y pierdes puntos en las organizaciones partidarias. Pero lo real es que los actuales líderes de la izquierda son los mismos desde los años 80s. Han sobrevivido a la caída del Muero de Berlín y a todas las derrotas electorales de las izquierdas y no han hecho ni un balance, ni un mea culpa. Todos deberían de jubilarse, por algo ya son mayores de 60 años.

Siguen en escena, porque en la política peruana nadie -salvo los coherentes y honestos- ceden su lugar luego de llevarnos de derrota en derrota. Ciertamente, es un mérito que sigan siendo de izquierda, más aún cuando muchos de dicha generación abandonaron sus ideales ya sea con el fujimorismo, el toledismo o el alanismo. Pero la consecuencia no es un salvoconducto.

Esta generación desesperadamente quiere una cuota de poder y vive encapsulada con 1983 cuando IU gana las elecciones municipales y la guerra fría significaba algo.

¿Por qué es tan importante que sean precisamente ellos los parlamentarios?

b.- La izquierda ha perdido su articulación con los sujetos sociales

La sociedad ha cambiado en los últimos 30 años y esta vieja generación de izquierdistas no logra aceptar dichos cambios. La izquierda partidaria ha perdido su articulación con los sujetos sociales y ha trastocado la militancia en diversas formas de clientelismo. La nueva izquierda incapaz incluso de algún modelo clientelar, se conforma con caudillismos de baja intensidad. Entre caudillos y clientelas, la sociedad trascurre por un lado y las izquierdas por otro.

Pero eso no significa que la sociedad no tenga reivindicaciones radicales. El conflicto social permanece y se hace más grave, A veces alrededor de ejes clasistas, a veces con otras articulaciones. Pero sin una organización política, el conflicto no pasa de ser estallido social que se apaga cuando es reprimido.

¿No podemos pensar en una organización política de izquierda que este realmente articulada a gente de carne y hueso?

c.- Los jóvenes prefieren articularse a un modelo/proyecto que crear el propio

Ahora hay jóvenes. Y de izquierda. Ya es algo y es bueno. Pero nuestros jóvenes no son aún una generación, una propuesta, un ideal. Predomina el espíritu de secta, el grupo pequeño, la verdad revelada y la consiguiente desconfianza en el otro.

Los jóvenes cada vez más rápido aprenden las viejas manías, asumen las etiquetas de los mayores y se compran pleitos ajenos, antes que plantear los propios. Más interesados en integrarse en un establishment de izquierda que en cuestionar y criticar lo existente. La militancia es al caudillo y no al partido. La misma idea de partido ha cambiado.

¿Por que lo jóvenes están tan apurados por ganar unas elecciones generales y no tanto -nada, en verdad- en ayudarme a formar sindicatos?

El fracaso de estas izquierdas, que incluso para el más despistado, ya debe ser claro en este momento, podría no ser más que un hecho anecdótico y superficial. Pero no lo es.

Los trabajadores y trabajadoras, los pobres del campo y la ciudad, los empleados de FASA que ganan 137 soles mensuales, las enfermeras de la Clínica Montefiori que no reciben un aumento desde hace diez años y siguen con el salario mínimo, los trabajadores de Claro despedidos, los también despedidos de Star Print, los jóvenes del espárrago en Ica que reciben menos de 15 soles por día luego de doce horas de trabajo, todos ellos y ellas y muchos más, necesitan una izquierda que este unida, que sea fuerte y radical, que ponga la cara por ellos en sus marchas, plantones y huelgas, en sus trámites interminables en juzgados y ministerios, en todas partes.

Cada día sin ella es una derrota más, un golpe más, un abuso más. Necesitamos una izquierda, una sola. Es nuestra responsabilidad frente a todos los que sufren y son maltratados.

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Comentarios a este artículo

  1. Carlos dijo:

    ¿De verdad le parece al sr. Mejía que invitando a salir a aquellos que ya están, «por viejos», se camina hacia la unidad de las izquierdas? No me malentienda: estoy de acuerdo en que un recambio generacional es necesario.

    Pero comenzar con una invitación a dar un paso al costado a los más experimentados difícilmente sea en ninguna parte la mejor manera de generar consensos.

  2. Fredy Roncalla dijo:

    pusisite el dedo en la llaga, muy bien
    f

  3. carmen ilizarbe dijo:

    Carlos, buen post. Tres buenos puntos para discutir la imposible articulación electoral de las izquierdas. Concuerdo especialmente con la manera como abres el post: se trata lamentablemente de esfuerzos que sólo se hacen en las vísperas de elecciones, con lo cual se cancela en la práctica toda posibilidad de articulación de idas, programas y de formación de alianzas sólidas. Todo esto toma tiempo, tiene que verse como un proceso amplio y no se puede hacer a las carreras en uno o dos meses, junto con cálculos sobre intención de voto, curules congresales y vicepresidencias. Cuando este tipo de cálculos entran a tallar entonces también adquiere fuerza la idea de que hay que ser «pragmáticos» mas que «principistas» y preocuparse más por resultados que por procesos. Y ese es el fundamento de la antipolítica que tanto ha hecho por naturalizar la hegemonía neoliberal.

    Comparto por completo tu primer punto, hay una generación que necesita dejar de aferrarse a su deseo de poder y abrir la cancha. Creo que podrían ofrecer mucho desde su experiencia y su práctica, pero sólo si se atrevieran primero a desarrollar un análisis crítico, auto-crítico de esa experiencia. Esta es tarea fundamental para la articulación de una opción de izquierda que hoy encuentra algo de inspiración en la izquierda de los 80. Aquí hay que desmitificar y hacer un buen balance, y luego hacer un balance crítico de lo que ha cambiado. Que es lo que señala tu segundo punto.

    A estas alturas, no sólo ha caído el muro de Berlín, hace sólo unos pocos años vivimos una crisis muy importante del capitalismo financiero en un escenario global muy distinto que plantea retos nuevos a la construcción de alternativas políticas y económicas. Hay que poder entender esto, y entender también que surgen nuevos actores sociales y aparecen nuevos problemas en el Perú, independientemente de que se mantengan grupos de poder y formas de explotación. No se puede transferir fácilmente el esquema que se usó para los 80s. Y hay también nuevos actores sociales, como señalas, algunos con sus propias formas de representación y discurso, que la «izquierda» partidaria o electoral observa un poco desde fuera. Me refiero a los movimientos indígenas y sus reivindicaciones por la tierra, el medio-ambiente, y lo que ellos llaman «el buen vivir». Ahora se les ve más, pero siguen siendo muy lejanos para la política formal, incluso las nuevas alternativas de izquierda.

    Sobre tu último punto, tengo menos información para opinar, y coincidiendo parcialmente sospecho que el desinterés en algunos jóvenes por ayudar a formar sindicatos puede tener que ver con el hecho de que los sindicatos tampoco parecen haberse renovado mucho. El problema pues no es solo de dirigencias partidarias sino en general de formas de organización y de representación asociadas a una cultura política (a una manera de entender el poder, el juego político y la representación) que alcanza por supuesto también a la izquierda. Pero para cambiar estas formas de organización y representación y su ejercicio se requiere chamba de otro tipo, mas de filigrana, mas de día a día, mas de crítica y revisión, que parece ser nuestra deficiencia mayor.

    Saludos,

    Carmen

  4. Salvador dijo:

    No creo que el sólo hecho de definirse como de izquierdas sea suficiente para hablar de unidad y de alianzas.

    Las izquierdas en el Perú y en el mundo tienen diferencias ideológicas y programáticas muy marcadas. Hay discursos muy distintos y diferencias difícilmente compatibles en una propuesta de gobierno.

    Una propuesta de Fuerza Social que está más cerca al socialcristianismo europeo es muy distinta de la propuesta del Partido Nacionalista que busca volver a la Constitución del 79 o cambiar radicalmente el modelo económico. Además tiene simpatías bastante discutibles por Cuba o Venezuela.

    En resumen, hay mucha diferencia entre Nano Guerra García y Ollanta Humala (aunque ambos sirvieron a su manera y en su momento al fujimorismo)

    La izquierda se presenta dividida no sólo en el Perú sino en muchas partes del mundo. Forzar una alianza puede resultar contraproducente cuando hay diferencias de fondo.

    Villarán no ganó la alcaldía de Lima gracias al MNI y Patria Roja sino a pesar de ellos (pese a que en cierto momento le fueron muy útiles, sobre todo en la parte logística).

  5. Miguel Ángel dijo:

    Buen Post. Respecto al punto b lo relaciono con todo el revuelo que causó y causa la candidatura o pre candidatura (independientemente que sea una buena o mala decisión o de su pasado político) de Nano GG por FS. Nano GG tiene un discurso dirigido a emprededores y a empresarios (pequeños o medianos), y parte de la izquierda lo han descalificado por tener esa tendencia que «traiciona» el ideal izquierdista. ¿Sería válido asumir que estos emprendedores también sean «sujetos sociales» para la izquierda?

  6. Carlos Mejía dijo:

    Tocayo (del primer comentario)
    Por fin puedo responder con paciencia y atención. Veamos, todo depende, pues. No hay que confundir «consenso» con ausencia de diferencias. Generalmente los consensos no son populares porque presuponen una reformulación de los intereses, precisamente para alcanzar el punto medio.

    La propuesta de jubilar a los mayores de 60 a mi juicio, podría ser un punto de partida para esos consensos en la izquierda. En todo caso, se puede discutir ¿o hay algún tabú al respecto?

  7. Carlos Mejía dijo:

    Salvador:
    Y sin embargo, la izquierda si logra unirse bajo determinadas circunstancias. Electoralmente, la unidad de programa es mucho más rentable que divisiones ideológicas.

    Las pasadas elecciones municipales, más allá de la conducta actual de los lideres de FS, significaron un encuentro de las izquierdas.

    Entonces, una propuesta electoral unitaria basada en un programa común no me parece ni imposible ni perjudicial. Se torna imposible en nuestro caso, por los problemas que señalo, no porque sea inviable per se.

    para decirlo más claro aún: hay responsables directos, con nombre y apellido de la fracasada unidad de la izquierda.

  8. Rafael Euribe dijo:

    Si miras al otro lado, la trayectoria de la derecha en el peru, tambien esta marcada por el mismo caudillismo y las divisiones. A estas alturas ya no quien quien ha tenido mas partidos, si la derecha o la izquierda.

    Ahora la pregunta seria, cuanto perjudica eso la implementacion de un capitalismo moderno.

    Otro tema ligado a este es la trayectoria a los independientes. Surgen como alternativa por todas partes, pero al cabo de un tiempo son absorvidos por grupos tradicionales.

    Buen post, un gran tema de discusion.

  9. Carlos Mejía dijo:

    Estimado Miguel Ángel:

    Hasta donde he leído las principales desacalificaciones a NGG son por su pasado claramente fujimorista. Es un punto muy serio y por más que la propia Susana Villarán ha salido a defenderlo, mi impresión es que no es un tema cerrado.

    Lo de los emprendedores, (cómo señale en un post hace algunas semanas) es más discurso que análisis, más marketing que ciencia social.

    No dudo que hayan izquierdistas que imaginen que los «emprendedores» son un sujeto social capaz de ser movilizado políticamente. Pero cuando tratas de hacer viable dicha idea, vas a encontrarte con otros sujetos: pequeños comerciantes, autoempleados, pequeños y medianos empresarios, etc. con intereses y necesidades diferentes y no siempre movilizables en una agenda común.

    La critica a los «emprendedores» no es por que «traicionen» algún modelo de izquierdas sino por que como interlocutor o sujeto social son un invento de los gurúes de la autoayuda comercial.

  10. Carlos Mejía dijo:

    Estimada Carmen:

    Muchas gracias por tus comentarios. En general concuerdo contigo y solo me permito unas precisiones.

    Efectivamente, el mapa social ha cambiado radicalmente de lo que era en los 870s. Esto que resulta obvio, termina siendo difícil de procesar para la vieja generación de izquierdistas de los partidos históricos.

    Pero grave también, es que dichos cambios son algo esquivos con los más jóvenes. Y allí si hay que meditar más las cosas. Con los viejos, en el peor de los casos, el General Tiempo se encargará.

    El problema (y posibilidad) son los jóvenes.

    Hay dos conceptos que me parecen claves para reconstruir la izquierda en el país y que precisamente son los menos discutidos: militancia y representatividad.

    A mi me preocupa una generación de izquierdistas jóvenes que no asuma su tarea como de largo plazo, que este desesperada por ganar las elecciones el próximo año, cómo de una cuestión vital. Si tu objetivo es tan urgente, allí entra el pragmatismo que señalas.

    ¿No sería mejor una generación que se proponga construir una organización de izquierdas realmente institucional antes de pelearnos por curules? Si tienes 20 años y eres rojo, ¿por que no puedes dedicarte diez años a formar un gran partido de la izquierda? Formar partido, no grupos pendientes de elecciones.

    Para que haya militancia tiene que haber un proyecto de largo plazo, si todo es de corto plazo, no necesitas militantes, sino un caudillo y activistas.

    Militancia implica institución, y hay una comprensible desconfianza de los partidos, se les critica mucho desde afuera, pero nadie asume que los partidos actuales o futuros no van a cambiar si la gente que crítica (con justa razón) ingresa a dichos partidos y milita como dios manda. Desde afuera, nada se cambia.

    Lo otro, es la representatividad. Los jóvenes están muy atomizados, dispersos en colectivos, confluencias, identidades de izquierda muy locales. Hay esfuerzos por articular pero dentro de modelos ya establecidos.

    Por un lado, hay muchos grupos pequeños con identidades fuertes y por otro, sectores sociales muy grandes sin presencia real de la izquierda, ni un local, ni un cuadro. Nada.

    Hay en este sentido, una tendencia al autismo muy preocupante. La izquierda juvenil es básicamente universitaria. La izquierda
    de la PUCP por ejemplo, mantiene esa vieja tendencia histórica de mirar hacia dentro del fundo de Pando (salvo acción crítica que se reúne en otros espacios) y nada más. Le cuesta mucho salir de ese entorno y nunca deja de ser difícil de entender.

    A estas alturas, mis expectativas son pocas en términos políticos.

  11. Gustavo A. dijo:

    Yo diría que la izquierda nunca ha estado muy unida, lamentablemente. Y en los pocos momentos de aparente unidad que tuvo (fines de los 70, principios/mediados de los 80 con Barrantes) se le escapó la oportunidad de presentar un programa político que pudiera haber servido como programa nacional. Uno de los lastres de la izquierda es creerse ‘popular’ y tomar eso como casi sinónimo de paternalismo sin darse cuenta (la izquierda se ve a sí misma como defensora «del pueblo»). Eso se ve muy bien en el punto 3. Ya es momento de dejar esa delusión y trabajar por una izquierda moderna . La izquierda no es popular en el Perú, ni está al lado de los más pobres porque tiene sindicatos claves a su favor. A mí más que una izquierda que se dedique a organizar huelgas y plantones para reclamar por mejoras de los trabajadores, me gustaría ver una izquierda suficientemente renovada y con planes de gobierno serios para cambiar esos problemas. Los trabajos de base deben servir al programa político y no quedarse en el mero papel de la protesta social. Es decir, más que una izquierda que se sienta con derecho al pataleo, me gustaría una izquierda que se sienta capaz de gobernar. De lo contrario, siempre es un círculo vicioso: otros gobiernan, y la izquierda patalea sin lograr mucho. A mi me decepciona un poco la idea de que se puede formar una formar una propuesta electoral unitaria no porque la idea sea mala o inviable (de hecho, concuerdo en que es perfectamente posible), sino porque simplemente sería una propuesta pragmática por la coyuntura política, no una verdadera propuesta proveniente del trabajo de años con los grupos de base que conformarían un movimiento de izquierda más unido. Ciertamente el ejemplo de Fuerza Social es interesante y puede servir para ver que las izquierdas son vistas como competitivas después de tantos años en el olvido, pero construir esa izquierda diferente que todos parecen pedir llevará varios años más trabajando desde organizaciones de base como los sindicatos, por lo que yo asumo que la próxima elección veremos más de los mismo: programas muy pobres y sin mucho planeamiento por un plan de largo plazo, improvisación, elecciones en base al culto de la personalidad y caudillismo, presencia escasa de las bases en el debate. Y es un problema grande para el Perú, porque nos deja con pocas alternativas de gobierno, cada cual peor que la otra (Humala, Castañeda, García, Keiko, etc). Como dice el autor, ya es momento de dejar ese espíritu de secta, y trabajar por algo más.

  12. Salvador dijo:

    Carlos,

    Quiénes entonces son los responsables del fracaso de la unidad de la izquierda? Diez Canseco, Tapia, Adrianzén, Lynch, etc.? Es decir los que han llamado más a la unidad en los últimos meses (quizás añorando los tiempos de Izquierda Unida en los 80s)?

    Que yo sepa, han sido los cuadros jóvenes de Fuerza Social los que han roto palitos con el humalismo y los partidos de izquierda más tradicional (o radical en algunos casos) que se le han pegado a Ollanta oportunistamente en los últimos años.

    Si se jubila a los dinosaurios, ¿quiénes serían los encargados de buscar la concertación? Me podrás decir que los militantes y dirigentes medios, pero difícilmente se puede empezar a tender puentes a ese nivel si hay diferencias programáticas e ideológicas muy marcadas.

    Fuerza Social se unió con el MNI y Patria Roja porque estaba en cero y necesitaba al menos un 1% para empezar a aparecer en las encuestas. Y necesitaba también el aparato logístico de esos partidos para la campaña y los personeros. Pero fue tajante en deslindar con el humalismo y con la izquierda más radical. Es más, Villarán dijo en las elecciones pasadas que prefería votar por Lourdes antes que por Ollanta en una segunda vuelta.

    Por eso es que Fuerza Social veía más factible aliarse con Toledo que con Ollanta. Al final no lo hicieron, claro, pero me parece que el intento es sintomático.

    Y no creo que las principales razones de FS (la nueva «vedette» de la izquierda) para no juntarse con Humala sean los viejos zorros (algunos de los cuales fueron ministros o asesores de Paniagua y Toledo).

    A mí me parecer que Fuerza Social, con todos sus defectos, está tratando de construir lo que tú propones, esa organización más institucional y a largo plazo. Y por eso quizás han decidido quemarse el 2011 antes que aliarse con Toledo. Pero precisamente ese esfuerzo también implica no juntarse con organizaciones de izquierda que siguen con consignas del siglo pasado y se resisten a dejarlas. Son los viejos los que permiten que esa izquieda no se renueve en sus planteamientos? No creo. Es más, me parece que los tíos son los más moderados ahí.

  13. Carlos Mejia dijo:

    Hola Salvador:

    Creo que confundes niveles. Para lograr una alianza electoral, basta ponerse de acuerdo en las cuotas parlamentarias y la plancha. Y a eso es lo que han venido jugando los principales actores de la izquierda nueva y tradicional.

    Ciertamente, la unidad programática requiere de cambios más sensibles y allí si tenemos los problemas que he señalado.

    Más aún para construir una organización de izquierda que vaya más allá de las elecciones se requieren aún cambios más de fondo.

    A mi parecer es necesario apostar por un proyecto de largo plazo, sin perder el sueño en elecciones, pero claro, decir esto justo ahora, desentona.

    Lo de FS es una completa desilución y no imagino cómo lo estarán procesando tantos jóvenes entusiastas que ahora se ven metidos al lado de NGG. Yo no descartaría lo de la alianza con Toledo. Veamos, a Toledo no le interesa tanto la primra vuelta pues sólo puede aspirar a pasar dicha valla. La segunda vuelta es la clave. Y no me extrañaría que FS ya tenga un acuerdo con Toledo del tipo «vamos separados en la primera, pero te apoyo en la segunda».

  14. Carlos Mejia dijo:

    Gustavo A.

    A mi si me parece imprescindible una articulación entre la izquierda y la protesta social. En general, históricamente si quieres, la izquierda siempre ha estado al lado de aquellos que se organizan por sus derechos y libertades. Me resulta difícil imaginar una izquierda indiferente a la organización social, y a la defensa activa de las libertades sociales, políticas, etc.

    En democracia, la protesta social no es un problema sino un estímulo. Y hay una relación directa entre la capacidad de representar conflictos con la capacidad de establecer propuestas de cambio. Por lo menos para la izquierda.

    Digo para la «izquierda», entendiendo que es parte de su código genético aspirar no sólo a incrementar niveles de competitividad y eficiencia, o mayor redistribución, sino a redibujar el mapa de poder en la sociedad. una izquierda sin un horizonte que trastoque el poder, puede ser muy «cool» o simpática, muy moderna y bien conectada, pero no será izquierda, pues.

  15. Gustavo A. dijo:

    Estimado Carlos Mejía,

    Sí, pero yo no digo que la protesta social no sea parte de la izquierda ni que debe dejarse de lado, sino que la protesta deje de ser el objetivo de la izquierda y se convierta, como dices, en un estímulo. Yo estoy 100% de acuerdo con la idea «representar conflictos está en relación directa con establecer propuestas de cambio». Pero parece que la izquierda (para ser justos, en el Perú esto se aplica a toda agrupación política o social) se ha quedado en la primera parte; es decir, se centraliza mucho la protesta (por esa cuestión de creerse única ‘defensora’ de los pobres), se sale a las calles, se organizan comités, se grita un poco, y se gana poco en cambios, y ya no hablemos de ‘propuestas’ (serias, de mediano y largo plazo, que integren los derechos laborales con el sistema educativo y financiero, etc), porque eso es lo que menos hay en el Perú. A eso me refiero.

  16. Francisco Ramos dijo:

    "Las izquierdas desunidas" http://me.lt/5x8v7 (post de Carlos Mejía en grancomboclub.com)

  17. Carlos Mejia dijo:

    Hola Gustavo A.

    Bueno, también depende de la información y ubicación que uno tenga para sustentar l oque se dice.

    Veamos, la izquierda que yo conozco no tiene como objetivo la protesta por la protesta. generalmente, cada carretera tomada, cada plantón, cada huelga, cada marcha es el punto final después que una organización social ha agotado -literalmente agotado- los escasos canales oficiales para ser escuchados y atendidos.

    oficios, cartas, formularios, solicitudes, reuniones, actas de compromiso, todo eso se hace pero el poder económico (una minera o una empresa por ejemplo)y el poder político (un gobernador o un ministro) no atienden estas quejas sino hasta que hay gente en la calle gritando.

    Yo no tengo vocación para estar parado en la calle golpeando un bombo todos los días, pero muchas veces no nos dejan otra salida.

    Por otro lado, si hay propuestas. No les hacen caso, ni las publican. Cuando estalló la crisis mundial el 2009, mientras García decía que eramos inmunes, la CGTP preparó una propuesta anticrisis basada en la reactivación económica y el trabajo decente que tuvo buenos comentarios entre economistas serios. ¿Y? El gobierno ni la considero un segundo. Los medios de prensa ni la difundieron.

    Por eso, «parece» que no hay propuestas, pero es más bien que «no las conocemos».

    saludos cordiales

  18. Julio dijo:

    En todo caso, después de lo leído, se impone una nueva agenda entre las personas con emoción social, indepedientemente de la posición que ocupen en la sociedad, ésta debería tomar como punto primero una definición acerca de qué es izquierda y quiénes la componen, y si cualquier esfuerzo en ese sentido colisiona (es mi opinión) con la realidad no asumir que un cambio de óptica es necesariamente negativo o claudicante o entreguista o todos los adjetivos que en estos casos se le aplican a las persona que luego de sus propias experiencias toman otros roles menos románticos y mas realistas…
    En este mismo blog la totalidad de sus articulistas se califca de izquierdista y sin embargo las discusiones y la falta de comprensión del otro nulifica el debate… Cómo,entonces, ante la realidad compleja adecuar nuestra emoción social a la realidad?
    esta pregunta, considero, es crucial para intentar canalizar los esfuerzos de las personas preocupadas por el futuro del país…

  19. Carlos Mejia dijo:

    Julio:

    No sé si el primer punto sea definir qué es izquierda (que ya es un debate permanente y abultado si revisas internet) sino qué queremos cambiar y cómo.

    La «emoción social» es necesaria pero insuficiente. No sé cuantos caminos hay para que un individuo asuma un compromiso político de izquierdas que se trasnforme no solamente en hacer clik en una campaña del facebook sino en afiliarse a un partido de izquierda, cotizar, ir a reuniones, opinar, movilizarse, etc.

    No se trata de seguir formando pequeños colectivos que se asumen iluminados o el germen del «partido verdadero» o peor aún del «caudillo verdadero». Se trata de asumir compromisos políticos institucionales.

    A mi me apena mucho que mi generación (en los 40s) haya sido tan de izquierdas a los 20s pero ahora, «si te vi, no me acuerdo» y la gran mayoría tengan esa actitud condescendiente y casi cínica con su pasado compromiso izquierdista.

    No es un tema de romanticismo sino de conciencia ciudadana. Sin ciudadanos que asuman un compromiso partidario nuestra democracia seguirá siendo lo ridícula que es ahora.

    Muchos ex-camaradas podrían ser eficientes profesionales, reconocidos intelectuales, exitosos en los negocios (como lo son) y a la vez, ser parte de un partido político.
    Pero no. La militancia es vista casi con asco.

    Bueno, tal vez los partidos de izquierda se lo merezcan, pero repito, desde afuera, nada se arregla.

    Finalmente, en el GCC no todos son de izquierda. El GCC no es un colectivo político, es un punto de encuentro. Y así andamos bien todos. Y creo que hay bastante debate.

  20. Julio dijo:

    Esa manera de ver la realidad como si los opinantes y su entorno no formaran parte de ésta hace muy difícil la comprensión de los fenómenos sociales, el amigo Carlos observa con pena que los miembros de su «generación» a los 20 años hayan sido diferentes de lo que son ahora, claro, sin hijos, sin rentas por alquiler, sin cuentas del agua, electricidad, comida, ropa y un largo etcétera, esa «conciencia ciudadana» tiene que variar, mi viejo le diría madurez, los amores de juventud se caracterizan por ser apasionados, los amores de madurez por la complicidad, amistad, lealtad; en todo caso otra visión de nuestro entorno afirmaría que es positivo que a nuestros allegados le vaya bien en sus asuntos, puede ser trabajo o empresa, que es bueno para la sociedad que nuestros amigos solucionen sus problemas y que consoliden honradamente su economía, en mi caso el grupo de muchachos locos que fuimos, algunos rechazados brutalmente por todos, y que nos dedicamos a la artesanía dió, al cabo de los años, satisfactorios resultados, cómo puedo criticar con autoridad su comportamiento?, y si me refiero a la definición acerca de qué es izquierda fundamentalmente la hago porque no creo en su existencia, es decir, para la época actual en la que las corrientes de pensamiento no diléctico florecen ( la ecología es una muestra) la excesiva simplificación de los fenómenos sociales confunde y desalienta a los más jóvenes…saludos…

  21. Carlos Mejia dijo:

    Bueeeeeeno Julio:

    El problema con la gente no es si tiene «éxito» entendido como la solución a los problemas económicos, sino la continuidad del compromiso político. Si lees bien, verás que lo que crítico no es cómo la gente arregla su vida, sino el abandonar la militancia.

    ¿no es válido preguntarse por qué pasa eso? salvo que tu asumas que cuando eres un «muchacho loco» esta bien asumir la política, pero cuando te casas, ya no. Ese es el viejo discurso conservador que ve con condescendencia a los jóvenes rojos en la secreta esperanza que se volverán conservadores al momento de pagar las facturas.

    Y la realidad a lo largo del tiempo no es así. El compromiso ciudadano que se expresa en militancia partidaria no depende ni de la edad, ni de tu presupuesto, ni de tu estado civil. Depende de cuánto hayas asumido una convicción o ideología.

    Marx tenía hijos, mujer y facturas pero nunca claudicó. Mariategui tampoco, Pedro Huilca, Marcelino Camacho, Rosa Luxemburgo, Bruno Trentin y muchos otros más, tampoco.

    Y lo otro, que te puedo decir, para ti la izquierda no existe. Para darte la razón debería asumir que todas las últimas asambleas donde estuve y las noticias de Europa están compuestas por fantasmas o son alucinaciones.

    La izquierda, con sus imperfecciones, sigue aquí y allá, poniendo la cara por los débiles, así sepa que se la van a romper.

  22. Jorge Rendón Vásquez dijo:

    Buen enfoque, pero con una conclusión entregada a la esperanza irreal en una izquierda mesiánica aparecida por la fuerza de los conjuros de sus críticos. ¿No te parece que debería hacerse un trabajo de bulldozer y comenzar ideológicamente desde cero en este asunto?

  23. Alfredo P. dijo:

    Ojo, gran parte de los viejos izquierdistas no viven prisioneros de 1983, sino de 1978 (cuando se produjeron las elecciones para la Asamblea Constituyente).
    También se olvida mencionar que muchos de estos viejos izquierdistas nunca dijeron ni pío cuando una pandilla de dementes quería convertir al Perú en una Kampuchea latinoamericana.
    Luego van a lloriquear cuando se presenten a las elecciones generales y no saquen ni el 1%.

  24. Carlos Mejia dijo:

    Jorge Rendón:
    Curioso comentario que acusa de mesianismo, mientras propone «barrer con todo» y «empezar desde cero». La solución propuesta parece más mesiánica que la señalada por mí.

    Más allá de la ironía, no me parece que se trate precisamente de empezar «desde cero». No todo en la izquierda es malo.

    Para algunos que abandonaron la izquierda, es necesario señalar este nuevo inicio como una manera de justificar ausencias pasadas.

    Alfredo P.
    No es cierto lo que señalas, para variar. La izquierda no guardo el silencio que imaginas, basta leer la prensa partidaria de entonces. Otra cosa es que uno ande desinformado y desinformando a los demás.

  25. Julio dijo:

    En realidad mi comentario se enfocaba en que sin dejar de lado la «emoción social» analizaramos los problemas sociales desde otra óptica, y nunca hablé de matrimonio sino de asumir responsabilidades impostergables, y en cuanto a lo de «conservador» en lo personal creo que un discurso conservador es aquel que define la sociedad como un conflicto entre derechas e izquierdas, entre pobres y ricos, etc., ya que no apunta en nada a cambiar esa falta de entendimiento y de justicia en la realidad que todos deseamos…

  26. Carlos Mejia dijo:

    Ok Julio, para ti la izquierda no existe y ser conservador es asumir que hay ricos y pobres.

    No puedo cambiar tus convicciones, sino simplemente señalar que son bastante originales por decir lo menos. Sin argumentos que den coherencia y solidez a tus convicciones particulares poco podemos discutir, salvo que me pases tu diccionario personal.

    Más allá de ironías, insisto:
    una «necesidad impostergable» es eso, algo que se asume, pero no es una causa para abandonar un «compromiso ciudadano». De aceptar tu lógica, la ciudadanía sería sólo posible para los ricos, que resuelven con facilidad las «necesidades impostergables. Allí radica lo conservador de tu mirada particular.

  27. Julio dijo:

    De acuerdo con lo de la ironía o sarcasmo, cada vez que en los blogs un opinante encuentra una idea que no les es comprensible se recurre al sarcasmo o la ridiculización de la idea, Yo mismo tuve esa pulsión al leer tus ejemplos de Marx, etc., como ejemplos de «trabajadores» bueno basta buscar un poco y encontraremos que esas personas fueron mantenidas largo tiempo por sus amigos y que atravesaron penurias económicas con resultado de un sinnúmero de muertes y suicidios , esa suerte es la que le deseas a los jóvenes ? de aceptar tu lógica estaríamos condenando a la inanición a todo aquel que opta por una ideología como la que propones, y no es así, repito, mi entorno en la juventud se componía de hijos de invasores de terrenos en los cerros de Chorrillos, nacieron pobres totales, actualmente todos hemos consolidado nuestra economía aquí y en el extranjero, en el camino aprendimos a usar en nuestro favor las herramientas que este sistema nos brinda, (incluso muchos bloggers residen fuera y no creo que sea un demérito) además si no es un argumento sólido hacerte notar que innumerables aspectos de la realidad no se pueden decodificar con lógica dialéctica como el azar o la gradualidad (acaba de elegirse a Susana Villarán como alcaldesa y los análisis de los «expertos» politólogos no mencionan por ningún lado esos conceptos y mencionan si acaso el fenómeno del outsider etc.) y que la ecología es una muestra palpable de lo que digo, bueno,… otra cosa por ejemplo, después de la crisis financiera mundial que hemos pasado reconocer que el estado debe tener una participación en el manejo económico del país para los conservadores sería un concepto de izquierda, asimismo si queremos dejar de ser un país que solamente extraiga minerales y convertirnos en productor industrial tenemos que ser competitivos y la competitividad es un fenómeno individual, los otros conservadores dirían que es una idea de derecha, generando un entrampamiento sin solución,… saludos

  28. Alfredo P. dijo:

    «La izquierda no guardo el silencio que imaginas, basta leer la prensa partidaria de entonces. Otra cosa es que uno ande desinformado y desinformando a los demás.»
    Jajajaja! todavía recuerdo esos artículos periodísticos del Diario de Marka de comienzos de los 80s en donde insistían que SL era un invento de la CIA y de los militares para justificar la represión del «movimiento popular».
    Luego cuando el baño de sangre ya no se podía tapar, la izquierda no condenaba la violencia sostieniendo cínicamente que «la violencia es partera de la historia» y que «el poder nace del fusil».
    Todavía en pleno 1989, durante el congreso de la IU se discutía si debía insistir en la vía democrática o plegarse a sus parientes ideológicos de sl y el mrta.
    Desinformar es negar esto.
    No se llega a menos del 1% así nomás, la izquierda paga todavía el no haber deslindado con sus parientes ideológicos.