Por - Publicado el 14-06-2010

La caída y el asesinato del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo fue montada desde afuera, por el gobierno de los Estados Unidos. Fue un ejemplo de la diplomacia de los cañones.

En el Perú la muerte de Trujillo fue recientemente evocada por Mario Vargas Llosa. Este escritor escribe una novela que a cualquier peruano, especialmente en el 2000 cuando sale publicada, le recuerda al régimen fujimorista, incluyendo a diversos personajes como, por ejemplo, «el constitucionalista beodo». Y para mayor coincidencia, la política americana en el caso de Trujillo y de Fujimori apunta a lo mismo, a tumbarse a gobernantes autoritarios antes amigos pero que se les habían ido de las manos, haciendo su propio juego, contrario a los intereses americanos, y que representaban más un pasivo que un activo. Claro, en «La fiesta del chivo» Mario Vargas Llosa se da diversas licencias literarias, como poner la acción en un movimiento de base de oficiales descontentos, apoyados por amigos diplomáticos americanos, y presentar al complot de la CIA como cosa de la paranoia de los trujillistas, o a los americanos meramente apoyando a los conspiradores que matan a Trujillo. En realidad el liderazgo del operativo contra Trujillo está en los Estados Unidos, en la misma Casa Blanca como en las diversas dependencias gubernamentales.

Trujillo tiene el atrevimiento de mandar a secuestrar en los Estados Unidos a Jesús de Galíndez, refugiado republicano vasco, del Partido Nacionalista Vasco, en República Dominicana y luego refugiado de Trujillo en Nueva York. Este insospechable señor, profesor de la Universidad de Columbia y de sólidas credenciales contestatarias, resulta que trabaja para el FBI, y luego para la CIA, espiando a izquierdistas americanos españoles y latinoamericanos, aquí, El País. Era el «agente Rojas». Luego de mandarlo a matar,Trujillo también manda a matar a Charles Murphy, piloto que lleva a Galíndez a la República Dominicana. Un senador americano toma el caso y presiona al gobierno americano para tomar medidas contra Trujillo. Ya para 1959 en el Departamento de Estado se toma la decisión de tumbarse a Trujillo. El atentado de Trujillo contra Rómulo Betancourt de Venezuela en 1960 hace que los Estados Unidos rompan relaciones e impongan un embargo de armas a la República Dominicana. Sin embargo, si bien cierran la embajada, dejan tres consulados abiertos, que sirven como bases para que la CIA lleve a cabo el operativo de derrocar al régimen trujillista. Los Estados Unidos no quieren otro Batista en el Caribe, que finalmente acabe por producir otro Castro.

El 3 de enero de 1961 el presidente Einsenhower ordena a sus asesores de seguridad «hacer lo más que puedan y lo más rápido que puedan sobre Trujillo». Nueve días después la CIA es autorizada a enviar armas pequeñas a la República Dominicana, destinadas a los disidentes, aquí, Stephen G. Rabe 1999 (fuente crucial). El mismo Cónsul General de los Estados Unidos Henry Dearborn, a través de un intermediario, entrega armas a los disidentes dominicanos.

Todo esto ocurre con total conocimiento del nuevo presidente, Kennedy, informado por su Secretario de Estado, Dean Rusk. Posteriormente, diversos congresistas negarían que el gobierno estuviera al tanto que las armas se usarían para un asesinato, alegando que pensaban que era para usos defensivos. El 22 de marzo de 1961, el cónsul Dearborn informa a Washington DC. que sus contactos dominicanos no veían otra opción que liquidar a Trujillo. Arthur Schlesinger, asesor de Kennedy, niega cualquier conocimiento del plan de asesinato, aduciendo que quienes acusan de eso al gobierno de Kennedy sostienen que «el presidente debería haber sabido» (por cierto, esta es una defensa similar a la de Fujimori en el caso del grupo Colina). Rabe comenta que los agentes siguen con el plan diseñado anteriormente y que el cambio de gobierno no implica ningún cambio. Siguen trabajando codo a codo con los conspiradores dominicanos. En abril de 1961 la CIA envía por valija diplomática cuatro ametralladoras y municiones a Ciudad Trujillo.

El 25 de abril de 1961 la CIA ordena a Dearborn no proporcionarles las armas a los conspiradores dominicanos. La razón era que los EEUU no estaban listos para la sucesión de Trujillo. El 5 de mayo en una reunión con el Consejo Nacional de Seguridad Kennedy ordena no proseguir con el derrocamiento de Trujillo sin primero garantizar qué vendría después. También ordena a los militares a prepararse a invadir la República Dominicana, para evitar que el comunismo capture ese país. Dearborn ve esta política con incredulidad, pues es demasiado tarde para parar la conspiración.

Kennedy se la pone clara a Dearborn. El cónsul debería apoyar sólo a grupos amigables a los Estados Unidos; si surgieran grupos no amigables que tomaran el poder, Dearborn tendría la autoridad de movilizar a los grupos amigables a que formen un gobierno provisional que pediria ayuda de los Estados Unidos y de la OEA. Ya se había producido la invasión de Bahía de Cochinos/Playa Girón, y a Kennedy no le temblaba la mano para otra invasión, de carácter preventivo del comunismo. Estaban dispuestos a intervenir hasta las últimas consecuencias.

En un cable enviado el 29 de mayo a Dearborn, Kennedy le haría saber que los Estados Unidos sí querían que se conozca su rol en la caída de Trujillo, para tener los créditos entre los liberales dominicanos y latinoamericanos, mas no se debería correr el riesgo de ninguna asociación con un asesinato político. (La política americana de entonces tiene su parelelo en el Perú en la política de oposición a Fujimori y de apoyo a Transparencia, ONGs de derechos humanos, y la CVR, en el Perú).

En la noche siguiente, el 30 de mayo de 1961, los miembros del «grupo de acción» emboscan y asesinan a Trujillo. A Kennedy lo pilla el asunto cuando está en París con su colega Charles De Gaulle y por ir rumbo a Viena a reunirse con Jrushov. Su Secretario de Prensa Pierre Salinger inmediatamente anuncia al mundo la muerte de Trujillo, con lo cual sugiere que los Estados Unidos han participado del asesinato. Kennedy le jala las orejas a Salinger a la vez que ordena a Rusk que esté alerta en los EEUU. Los barcos de guerra americanos, que trasportan 12mil marines, están atentamente patrullando las costas de la República Dominicana, esperando un desenlace.

El cónsul Dearborn reporta a Washington que resulta muy inseguro que siguiera manteniendo contacto con los disidentes y es retirado de la República Dominicana, no sin antes recibir la orden de destruir todo documento que probara cualquier vínculo con los conspiradores, pero que salvara el cable del 29 de mayo del presidente.

En la Casa Blanca entran en pánico en los días siguientes a la muerte de Trujillo. Robert Kennedy, Arthur Schlesinger y Richard Goodwin quieren la invasión. Incluso Robert Kennedy, según el subsecretario Chester Bowles, propone poner una bomba en el consulado americano y usarlo como excusa para la invasión. Bowles se opone y les pide tener cuidado para no repetir el error de Cuba. R. Kennedy lo acusa de no tener agallas. Bowles llama a JF Kennedy a Europa y le pide que calme a su hermano.

Para entonces el hijo de Trujillo, «Ramfis» había vuelto a República Dominicana de Europa y había aniquilado a todos menos dos de los conspiradores, supervisando personalmente que los torturaran. Ahora Kennedy tenía que decidir qué ficha mover. Entonces plantea que hay tres opciones en orden decreciente de preferencias: un gobierno democrático decente, una continuación del régimen de Trujillo, un régimen como el de Castro.

«Debemos tratar de lograr el primero, pero no podemos renunciar realmente al segundo hasta que estemos seguros de que podemos evitar el tercero».

Los siguientes treinta meses son una aplicación de esta política, válida para toda la región. De esta manera, los EEUU trabajan con Balaguer y Ramfis. Envian como embajador a John C. Hill, por años contacto del Departamento de Estado con la CIA para América Latina y participante de la invasión de Guatemala en 1956.

Los EEUU apoyan a Balaguer, aunque claro es que hubieran preferido a un «demócrata anticomunista», cosa que no había en el país (abundaban anticomunistas; el problema era encontrar demócratas). Pero la familia Trujillo sigue en República Dominicana, sin que funcione la persuasión del Secretario Dean Rusk de que ésta abandonara la isla. En septiembre República Dominicana vive protestas masivas contra el clan Trujillo, luego de la cuales los barcos americanos se acercan a las costas dominicanas y los jets americanos sobrevuelan la capital. La presión americana es directa. El clan finalmente abandona el país.

El embajador Hill presiona a Balaguer para que renuncie. Al lograrlo se gana las felicitaciones de Kennedy. Balaguer al aceptar le responde a Hill:

«Después de todo, era el plan del Presidente Kennedy».

Quedaría por ver de quién fue el plan para tumbarse a Fujimori. Algunas fuentes señalan a Madeleine Albright.

Trujillo no ignoraba que su destino se jugaba en los Estados Unidos, como que dio $25 mil a campaña de Nixon (como que tenía gente a su favor cabildeando en Washington – como Fujimori). Tal vez si hubiera ganado las elecciones el rival de Kennedy, Trujillo habría podido durar alguito más. Hace unos días el director de Correo sugirió que el tercer fujimorismo habría durado, si hubiera aguantado hasta la llegada George W. Bush. Quién sabe.

No deja pues de haber paralelos entre lo ocurrido en la República Dominicana en 1961 y en el Perú en 2000. Por donde se lo vea.

P.S. La CIA finalmente desclasificó algunos documentos sobre el asesinato de Trujillo:

La CIA y la Muerte de Trujillo

CIA confirma actuó en muerte Trujillo

– CBC The CIA.

– LJ: Las atrocidades de la CIA.

La partida fue entre Trujillo y Kennedy (en la foto con su asesor Chester Bowles).

Imágenes tomadas de aquí y aquí.

Las hermanas Mirabal, luchadoras anti-trujillistas asesinadas a palazos por el SIM de Trujillo.
Este año se cumplen 50 años de su muerte (pase de NQ).
Intentos hubo de tumbarse a Trujillo, pero éste sólo cayó con la intervención americana, apurada por evitar otra Cuba en el Caribe.
Imagen tomada de aquí.

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Enlaces a este artículo

  1. Tweets that mention La otra fiesta del chivo » Gran Combo Club -- Topsy.com
    14-06-2010 - 20:42
  2. La doblez de la política exterior americana hacia Fujimori » Gran Combo Club
    11-08-2010 - 18:01
  3. Combitos sexto año » Gran Combo Club
    10-10-2010 - 14:41
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  5. Combitos Wiki-Likins » Gran Combo Club
    13-02-2011 - 19:04

Comentarios a este artículo

  1. eduardo salazar dijo:

    Excelente tema Silvio, definitivamente los largos brazos de la CIA están en todos lados y muchas décadas después con esta descalsificación de archivos salen las conspiraciones a la luz… pero también no crees que sería bueno que desclasifiquen los archivos de la NKVD, KGB… o la Mossad?

    Creo que esta moda de desclasificaciones se inició con lo de la Stasi en los noventas y los alemanes orientales se dieron cuenta de que de cada 10 personas, 11 eran informantes (alegoría)… veremos en 30 años cuando desclasifiquen los archivos CIA del 2000 y Fujimori… felicitaciones por el trabajo realizado al hacer estos post, saludos cordiales!

    Eduardo

    PD. Por cierta afición mía y salvando las distancias temporales del caso, te comento que también existen disponibles los Tratados de Relaciones Diplomáticas entre el Perú del siglo XIX y países europeos y EEUU (www.archive.org), donde se lee cada reclamación, con decirte que no de los resarcimientos que leí exigía un gobierno europeo por un problema judicial era que se ize la bandera de dicho país en Palacio de Gobierno, junto con la remoción de ciertos jueces peruanos y el reemplazo de estos por jueces afines a dicha nación europea… el tema de la Cuestión Luxor en 1879 de la que tanto se ha escrito también es interesantísimo, saludos!

  2. Silvio Rendon dijo:

    GCC: La otra fiesta del chivo http://tinyurl.com/27fh47g

  3. Julio Gómez dijo:

    paralelos entre lo ocurrido en República Dominicana (1961) y en Perú (2000) – http://tinyurl.com/27fh47g ¿quién se tumbó a fujirata?

  4. Silvio Rendon dijo:

    Cómo los EEUU se libraron de un dictador aliado: http://grancomboclub.com/2010/06/la-otra-fiesta-del-chivo.html Ver Egipto

  5. Julio Gómez dijo:

    RT @rensilvio: Cómo los EEUU se libraron de un dictador aliado: http://grancomboclub.com/2010/06/la-otra-fiesta-del-chivo.html Ver Egipto

  6. Aysa Cordova dijo:

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  7. Silvio Rendon dijo:

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  10. Silvio Rendon dijo:

    Lo q Varguitas no dijo: Fue la CIA la q decretó la caída de Trujillo en RDominicana. Temían otra Cuba.
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  11. YSO Yo, Sí Opino dijo:

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