Por - Publicado el 07-04-2010
La minería artesanal es una de las actividades económicas más polémicas que existe en el país. Estos últimos días las protestas realizadas a raíz de la promulgación de un Decreto de Urgencia 012-2010 han costado la vida de 5 ciudadanos.
Hay un debate interesante sobre dicha actividad y su impacto ecológico. Podemos leer entre otros aportes a:
NoticiasSer
Carlos Basombrio
Mirko Lauer
Silvio Rendón
Martín Soto Florián
Xavier Abex
Jorge Manco
Humberto Campodónico
Hubiera sido interesante tener esta discusión antes de la pérdida de vidas humanas. Por otro lado, lo ocurrido es un síntoma de cómo funciona la democracia peruana y cómo los diferentes actores entienden su rol en dicha democracia.
El gobierno aprista ya tiene como norma gobernar mediante decretos de urgencia en temas que son conflictivos. Ya no se trata de postergar mesas de diálogo o ignorar actas de compromiso, sino de saltarse al propio parlamento en todo lo que se pueda. El puro ejercicio de la fuerza. Más allá de la necesidad de la norma, ¿no es mejor mantener los mecanismos democráticos en temas que son complicados, precisamente para que los diferentes intereses salgan a luz y se resuelvan mejor las cosas?
Foto tomada de aquí
Luego, la televisión presenta las protestas de forma sesgada y reclaman «restablecer el principio de autoridad». En Internet aparecen voces diciendo que les metan más balas, que no hay derecho de tomar carreteras y los más pacíficos sugieren cándidamente que la gente proteste sin incomodar a nadie.
Es un tema de cultura democrática. El gobierno tiene la obligación de consultar y de escuchar. Si no lo hace, deben existir los mecanismos legales de protesta. En los 70s y 80s existían alrededor de siete tipos de huelgas legales: de brazos caídos, escalonadas, de solidaridad, por secciones, por horas, con toma de local, etc. Hoy, gracias a Fujimori, solamente hay un tipo de huelga reconocida. Todo lo demás es ilegal. Y esto sólo en el terreno laboral.
La idea es simple. El gobierno no le hace caso a los ciudadanos. Ni a los trabajadores ni a los pobladores ni a los empresarios mineros informales. De un día para otro, sin tomar las más mínimas previsiones políticas dicta una medida y pretende que los afectados -con razón o sin ella- la acepten calladitos y felices. ¿Eso es gobernar?
Otra cosa. Toda protesta tiene que incomodar a alguien. Si no, el poder no se vería obligado a atender las demandas. Las voces que piden protestas inocuas probablemente nunca han protestado o todo lo han tenido al alcance de la mano. Los comentarios en los blogs nos indican que para un muy importante sector de la clase media limeña, toda protesta debe ser realizada sin molestar a nadie. Que el libre tránsito es un derecho más importante que la vida de unos compatriotas. Dentro de poco van a pedir que se haga huelga pero que se siga trabajando.
Ciertamente, en las protestas vemos una suerte de alianza social entre pequeños y medianos empresarios y trabajadores asalariados de la minería informal. Alianza que se basa tanto en las necesidades como en las expectativas de autoempleo de dichos trabajadores. Un estado que se preocupe por los derechos laborales podría haber impedido este frente común. El 2008 por ejemplo, según datos del MINTRA, en toda la región de Madre de Dios se solicitaron 610 órdenes de inspección laboral pero al final sólo se registraron 32 multas. De enero a junio del 2009 se tuvieron 263 órdenes y sólo 15 multas en TODA la región. Al parecer allí se respetan los derechos laborales.
Una democracia que penaliza casi toda forma de protesta ciudadana y permite que la represión policial sea ejercida con el mayor rigor  terminará cosechando cada vez más víctimas. En sentido estricto no es una democracia. La democracia peruana es un fiasco.
Postdata: ¿Qué hacer?
  • Derogar el decreto y que pase por el parlamento.
  • Fortalecer las inspecciones de trabajo en Madre de Dios y en las demás zonas de actividad minera informal. Ya hay leyes para esto..
  • Impedir y sancionar el trabajo forzoso y el trabajo infantil en dichas zonas. Ya hay leyes para esto.
  • Sancionar toda práctica contaminante o deforestación en las zonas en cuestión. Ya hay leyes para esto.

ACTUALIZACIÓN: 07 de abril. se suspende por 48 horas el paro minero

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Comentarios a este artículo

  1. Silvio Rendon dijo:

    GCC: Minería informal, gobierno y democracia
    Por Carlos Mejia http://tinyurl.com/yaxw2se

  2. Javicho dijo:

    Una consulta, Carlos:

    En lo que va de este segundo alanato, sin contar a los desaparecidos de Bagua ¿cuántos ciudadanos han resultado muertos durante enfrentamientos con las fuerzas policiales durante una protesta?

    Pareciera que la muerte de manifestantes formara parte del método para el reestablecimiento del orden. La respuesta del actual Estado peruano a los conflictos sociales se parece mucho a la de los Estados liberales del siglo XIX, cuando la función primordial del Estado era la del mantenimiento del orden para el buen rendimiento de la actividad empresarial y los Gobiernos se desentendían de la función normativa, del control y de la mediación entre trabajadores y empresarios.

    Saludos,

  3. Rolando Alles dijo:

    Sobre el paro minero en Madre de Dios: Minería informal, gobierno y democracia http://bit.ly/cigINE | GCC

  4. Carlos Mejia dijo:

    Hola:
    No tengo el dato exacto, pero un colega me dice que más de 150 personas en lo que va de este gobierno han sido muertas en diversos conflictos sociales a manos de las «fuerzas del orden».

    Y si, tienes razón, la actual función del estado peruano es limpiar carreteras para que prosiga el mercado, por encima de la vida de los ciudadanos peruanos.

    En una década más o menos empezará otro ciclo de violencia política.

  5. Javicho dijo:

    ¡150 muertos! ¡Qué barbaridad! Visto desde fuera, los parámetros democráticos del Gobierno peruano son para alucinar. Te cuento una cosa: la policía española repartió ayer porrazos y patadas a unos vecinos que protestaban por el derribo de un viejo barrio en Valencia y hoy esa es la portada de los periódicos y el tema de discusión del día en España. Se piden responsabilidades políticas por golpear a unos ciudadanos. Leyendo después las noticias del Perú, sencillamente alucino. Gracias por el dato. Saludos,

  6. LuchinG dijo:

    Que a la gente le importa un pepino el prójimo, es lo más normal del mundo, la cosa es cómo hacemos para que el prójimo no tenga que depender de que acá les den bola para que sean escuchados. Deberíamos tener un sistema parlamentario con representación provincial.

  7. Carlos dijo:

    Sin sorpresa, las voces críticas más visibles elaboran un discurso dócil ante los crímenes del Estado. Parecería que no se han percatado que la DINOES es un escuadrón policial creado y entrenado para actuar en acciones militares: por eso utilizan fusiles de asalto y adonde vayan dejan a los pueblos ensangrentados. En 1992, la DINOES ejecutó la matanza de los penales ordenada por Fujimori (carnicería muy bien documentada por la Comisión de la Verdad en enlace al final); hoy, en el segundo gobierno de Alan García (protaganista junto a la Marina de la masacre de los penales de 1986) la DINOES se dedica a reventar protestas sociales, manifestaciones civiles de trabajadores, indígenas y campesinos, atacándolas con armas de guerra.

    Ante la sostenida matanza de civiles, algunos comentaristas todavía quisieran seguir afirmando que hay «incompetencia policial» para así ocultar asesinatos cometidos con alevosia y ventaja, y que responden a un concreto plan estatal. «Pareciera que la muerte de manifestantes formara parte del método para el restablecimiento del orden», dice aquí en los comentarios Javicho. Eureka. ¿El pacto infame? Pareciera.

    El 3 de marzo de 2010, cinco personas fueron asesinadas (dos escolares incluidos) por la intervención de la DINOES en una protesta de comerciantes informales en la ciudad de Piura; el 19 de marzo, en Angasmarca, Santiago de Chuco, un ataque conjunto realizado por la Policía y por sicarios de una empresa minera asesinó a un campesino e hirió a decenas que protestaban por la contaminación ambiental y por la falta de agua. El 4 de abril, en Chala, Arequipa, cinco mineros artesanales y un mototaxista perecieron bajo el fuego abierto por la DINOES, veintisiete fueron heridos de bala y habrían ocho desaparecidos (recordemos que uno de los cadáveres recuperado por los mineros estaba semienterrado en el arenal, y que la propia DINOES supo cavar una fosa en el penal Canto Grande para ocultar cadáveres en 1992). Y aún se desconoce en cuántas decenas de víctimas se queda corta la cifra oficial impuesta sin rigor por el Estado y sus comparsas en la matanza de Bagua del 5 de junio de 2009 (no «Baguazo», infeliz término que la encubre).

    «Hubiera sido interesante tener esta discusión antes de la pérdida de vidas humanas»; «El gobierno aprista ya tiene como norma gobernar mediante decretos de urgencia en temas que son conflictivos»; «Una democracia (…) que permite que la represión policial sea ejercida con el mayor rigor terminará cosechando cada vez más víctimas»; es la manera como Carlos Mejía le busca tres pies al gato. No hubiera sido «interesante», sino imprescindible. Las vidas humanas «se pierden» en las carreteras y en los desastres naturales, pero son segadas activamente por la voluntad del terrorismo estatal. Gobernar con decretos de urgencia que obvian al Parlamento es una nimiedad cuando la norma del Estado es abrir fuego contra los civiles que muestran organización y constancia para protestar. La Democracia no «permite» la violencia, la organiza mediante su brazo armado. ¿¿Represión policial con el mayor rigor?? Así Carlos Mejía renuncia a la indignación: si atacar civiles con armas de guerra forma parte del rigor posible y aceptable de las Fuerzas del Orden, pues bueno, liberemos a Fujimori, y a bailar, y a votar.

    «En sentido estricto no es una democracia. La democracia peruana es un fiasco», finaliza Carlos Mejía. No: en sentido estricto, de hecho y de derecho, esta carnicería permanente es Democracia. Ya la Democracia peruana de la penúltima década del siglo pasado asesinó y torturó a decenas de miles de personas, cuando el país era mangoneado por el «patricio» Fernando Belaunde y por Alan García. Ya la Democracia de Fujimori organizó un comando paramilitar (antes del golpe del 5 de abril de 1992) para mejor continuar en Lima los crímenes de lesa humanidad convertidos en ley en las alturas andinas. Ya en 2000 se gritó «¡Democracia!», sólo para que la Democracia del siglo XXI iniciara una escalada de crimen contra las manifestaciones civiles, desde que fuera Ministro del Interior el facho Fernando Rospigliosi y presidente Alejandro Toledo. Y ahora el presidente Alan García intensifica la represión y la cosecha de víctimas, arrojando a la DINOES contra las gentes y brindando total impunidad con audaces decretos (como el 982 que modifica el Código Penal para convertir a los agentes de las Fuerzas del Orden en inimputables, junto a los niños y los locos). Esto es Democracia, señores, y es inmejorable. Si disgusta, seamos capaces de pensar otra forma de organizar la vida.

    A «nuestros demócratas», jamás les podremos llamar criminales lo suficiente.

    Detalle de la matanza ejecutada por la DINOES en 1993:
    http://www.pagina-libre.org/asociacion-peru/Textos/Documentacion/CVR_CantoGrande.html