Por - Publicado el 07-03-2010

[Va este post en dos partes. En esta primera parte resalto la conexión argentina y en la segunda, algunas acciones de la «banda roja» de 1962.]

1.
Los movimientos insurgentes se tienen que financiar, como cualquier otra organización. La gente dedicada a tiempo completo a la conspiración, a la planificación y ejecución de acciones insurgentes necesita subsistir, y para ello necesita dinero. ¿Cómo lo consiguen? Ernesto Guevara escribiría en «La guerra de guerrillas» que había que asaltar bancos. La palabra «asaltar» fue luego cambiada por el eufemismo «expropiar» y posteriormente por «recuperar». El tema es que a veces quedan atrapados en la lógica de la supervivencia: supuestamente «recuperan» para financiar la actividad política, pero una vez que se tiene el dinero, surgen las peleas, las divisiones, las ambiciones. Así pasó con «el tesoro de los montoneros» argentinos (ver el relato del mexicano Jorge Castañeda en «La utopía desarmada»). Y así, al parecer habría ocurrido con «el tesoro» de las organizaciones subversivas que asolaron al Perú en los ochentas y noventas…

Sin embargo, sin llegar a grandes tesoros el grupo puede quedar atrapado pues los asaltos sólo le dan para subsistir y no tienen tiempo para hacer ninguna acción verdaderamente política. Sus acciones son secuestros, extorsiones, cupos, tanto en la ciudad como en el campo. Es fácil que a la larga el grupo se convierta en un grupo bandolero y el discurso político sólo sea una excusa para la verdadera actividad que es la delincuencial. En estas condiciones, a la contrainsurgencia le basta un enfoque criminalístico, más que político, para acabar con el grupo insurgente.

Un caso ilustrativo de esta situación, en un estado muy embrionario, fue lo ocurrido en 1962 con «la banda roja», un grupo trotskista que realizó diversos atracos a bancos en Lima, siendo el más sonado el del Banco de Crédito de Miraflores.

2.
La corriente trotskista del marxismo alguna presencia tuvo en América Latina. No fue sólo que Trotsky acabaría sus días en Coyoacán, México, asesinado por un estalinista catalán, agente de la GPU, aquí su tumba, donde sería amparado por los mexicanos pintores Diego Rivera y Frida Kahlo. El trotskismo tendría influencia en las bolivianas tesis de Pulacayo de 1946, una suerte de «tesis de abril» latinoamericanas; en las guerrillas guatemaltecas, en particular en el militar (antes entrenado en la Escuela de las Américas), Marco Antonio Yon Sosa, aquí, que dirigió una guerrilla en la Sierra de las Minas; en la Argentina, donde de comenzar influyendo en dispersos parroquianos del Café Tortoni y en grupos obreros, pasaría (un sector) a la insurgencia, y en el Perú como vimos en diversos posts sobre Hugo Blanco y una asonada ocurrida en Jauja en 1962, ver 1962, Jauja: El policía que quiso iniciar una guerrilla. La revolución cubana en 1959 influyó sobre estos grupos y dio origen a una vertiente guerrillerista, que quería emular en sus países lo que había conseguido Fidel Castro en Cuba.

3.
El pequeño grupo de trotskistas peruanos había participado activamente en la protesta contra Richard Nixon de 1958 (financiada discretamente por empresarios mineros peruanos), después de la cual se desencadenó una persecusión contra ellos. Hugo Blanco, retornado de la Argentina años antes, huiría de Lima a su ciudad natal, el Cusco. Su actividad básica era lograr influencia entre los estudiantes y en sindicatos y constituir bases en más lugares, como en Arequipa y en Puno. El grupo tiene una afiliación internacional cuyo centro estaba en la Argentina (la SLATO: Secretariado Latinoamericano del Trotskismo Ortodoxo) y es desde allá que el grupo es reforzado con la venida de diversos militantes, en particular de Daniel «Che» Pereyra, quien acabaría preso por tres años en el Frontón hasta que volvió a la Argentina en 1967.

4.
La presencia de trotskistas argentinos apoyando a los troskistas peruanos no sólo se hizo por simpatía con la situación social de los sectores más pobres del Perú, sino porque veían a la lucha armada en el Perú como una etapa de una lucha armada continental que llegaría a la Argentina (Un par de décadas después militares peruanos y militares argentinos también expresarían simpatías mutuas, pero en la acción contrainsurgente). Consideraban a Hugo Blanco como «el Fidel Castro del Perú» y al Valle de la Convención como la “Sierra Maestra peruana”, pero en el fondo las acciones de los trotskistas peruanos eran vista como parte del movimiento político argentino, de resonancia particular en el norte argentino, zona andina y de cercanía histórica al Cusco1 donde se habían movilizado los trabajadores azucareros tucumanos y había habido la guerrilla peronista de Uturunco entre 1959 y 1961, aquí. Otros sectores trotskistas argentinos, como el de Santucho, el fundador del ERP, planteaban que lucha armada se debía comenzar en la Argentina misma. Ernesto Guevara, que también miraba a la Argentina, la intentaría sembrar en Bolivia. Ver más aquí y aquí.

5.
Posteriormente Hugo Blanco desde el Frontón expresaría su apoyo y reconocimiento a las acciones de los argentinos, Pereyra, sindicalista metalúrgico, Kreus, sindicalista de frigoríficos, Martorell, español republicano radicado en la Argentina:

Admiro a todos ustedes los expropiadores Daniel, ya anteriormente manifesté que para la acción vuestra se necesita ser más valiente que para el combate armado, puesto que si todo el mundo ve claro que yo y mis compañeros de acción hemos sido guiados por motivos sociales; ustedes, camaradas, sufren la incomprensión del pueblo.

Y en cierto momento, Blanco compararía a los trotskistas argentinos con el ejército sanmartiniano:

Tenían que haber sido hombres excepcionales como ustedes los que repitieran en forma más valiente el gesto de los granaderos de San Martín. Cruzando los Andes para luchar por la libertad del país hermano, del Perú, de vuestra segunda patria que algún día los reconocerá en las primeras filas de sus más valientes hijos

6.
En esta biografía del dirigente trotskista argentino Nahuel Moreno se afirma que Cuba se negó a apoyar a Hugo Blanco, pero el trotskismo argentino corrió a hacerlo. Al fin y al cabo Hugo Blanco había sido formado políticamente en la Argentina, considerado «un legendario dirigente de masas, el mayor que dio el trotskismo en Latinoamérica». Los trotskistas argentinos habrían reunido cotizaciones y muchos militantes habrian rematado sus bienes personales para apoyar a sus homólogos peruanos, con Moreno viajando periódicamente al Perú para apoyar a Blanco en el Cusco. Sin embargo, Daniel Pereyra y otros, dentro de una lógica castrista-guevarista, más que construir un partido político, se dedicaron a los asaltos de bancos para impulsar una guerrilla.

7.
Moreno habría tenido muchos problemas polemizando con las concepciones castristas-guevaristas. Habría enviado a un dirigente, Bengochea, junto con otros trotskistas argentinos a Cuba a persuadir nada menos que a Castro a que apoye a Hugo Blanco en La Convención. Sin embargo, fue Castro quien persuadió a Bengochea, quien se quedó en Cuba con su grupo recibiendo entrenamiento militar, para regresar a en 1963, a Buenos Aires, a organizar una guerrilla en el norte argentino, y morir al estallarles el arsenal que tenían en una residencia capitalina.

Después de la captura de «la banda roja» Moreno escaparía a Bolivia, donde sería detenido pero liberado posteriormente, para regresar clandestinamente a Buenos Aires, donde lo detuvieron otra vez, y pasar un año de prisión. El gobierno peruano pidió su extradicción al Perú, pero Argentina rechazó ese pedido.

(Continuará)

«Abisa a los compañeros» Película peruana basada en el libro de Guillermo Thorndike. Una dramatización de lo ocurrido con «la banda roja». Actúa Orlando Sacha como el «Che» Pereyra.

Algo más aquí, IMDB

  1. La admiración y la influencia de los sucesos y la historia cusqueños, y peruanos en general, no sólo se sentía en la Argentina, sino también en el Uruguay. No casualmente el movimiento insurgente fundado por Raúl Sendic se conoció popularmente como Tupamaro, por Túpac Amaru. []
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Enlaces a este artículo

  1. 1962: El Che Pereyra en el Perú 2 » Gran Combo Club
    28-03-2010 - 10:59

Comentarios a este artículo

  1. Silvio Rendon dijo:

    GCC: 1962: El Che Pereyra en el Perú 1 http://tinyurl.com/y8ztw83

  2. Julio Gómez dijo:

    RT @rensilvio: GCC: 1962: El Che Pereyra en el Perú 1 http://tinyurl.com/y8ztw83

  3. Julio Gómez dijo:

    consideraban a Hugo Blanco como “el Fidel Castro del Perú” y al Valle de la Convención como la “Sierra Maestra peruana” http://bit.ly/93W71v

  4. Boris T. Tucto Bello dijo:

    RT @goomez: consideraban a Hugo Blanco como “el Fidel Castro del Perú” y al Valle de la Convención como la “Sierra Maestra peruana” http://bit.ly/93W71v

  5. Santos Huayra dijo:

    Hay un buen archivo en la revista LIFE de Nixon in Peru 1958 source:life

    http://images.google.com/hosted/life/l?imgurl=1ea312e25c9057a0&q=Nixon%20in%20Peru%201958%20source:life&prev=/images%3Fq%3DNixon%2Bin%2BPeru%2B1958%2Bsource:life%26hl%3Des%26tbs%3Disch:1

  6. Alfredo P. dijo:

    «…habría ocurrido con “el tesoro” de las organizaciones subversivas que asolaron al Perú en los ochentas y noventas…»

    No entiendo porqué la izquierda todavía recurre al eufemismo de «subversivos» para calificar a los terroristas

  7. Alfredo P. dijo:

    “…habría ocurrido con “el tesoro” de las organizaciones subversivas que asolaron al Perú en los ochentas y noventas…”

    No entiendo porqué la izquierda todavía recurre al eufemismo de “subversivos” para calificar a los terroristas que asolaron al Perú en los 80s y 90s.

    Y luego lloriquean cuando se presentan a elecciones y no sacan ni el 1%.

  8. Silvio Rendon dijo:

    La denominación «subversivo» y «subversión» fue una denominación oficial utilizada por los militares peruanos, argentinos, chilenos, brasileños, etc. Para ellos el terrorismo era un método más que aplicaba la subversión como fenómeno general. Otros eran la «infiltración ideológica», ganar posiciones en instituciones, etc.

    No hay que ser más papista que el papa.

  9. Javier dijo:

    Silvio ¿Para cuándo un libro tuyo sobre el troskismo en el Perú?

  10. Silvio Rendon dijo:

    No sé si un libro, pero va un segundo post sobre este tema.
    Saludos,

  11. RONALD AGUIRRE VEGA dijo:

    1962: El Che Pereyra en el Perú 1 » Gran Combo Club http://t.co/wwhdQ8oz