Por - Publicado el 11-09-2009

El congreso ha decidido crecer. De 120 a 130, aquí. El análisis que sustenta esta ampliación se hace aquí, vía AP, aquí. Las fuentes son Francisco Eguiguren, Pedro Planas y Fernando Tuesta. El argumento de fondo es que el Perú tiene un número muy pequeño de congresistas para el tamaño de su población.

Como sustento se muestra el siguiente cuadro:

congresos

El argumento definitivamente tiene sentido. Para representarlos bien un congresista tiene que estar en contacto con sus representados. Y si éstos son muy numerosos, simplemente no se dará abasto. No hay cama (o congresista) pa’ tanta gente. Hay «sobrepastoreo» de congresistas. Algo parecido con que haya muchos alumnos por profesor o muchos pacientes por médico. Sin embargo, ¿cómo saber en este caso lo que es «mucho» o «poco»? Y dando un paso más, ¿cuál es el número óptimo de congresistas por habitante?

La argumentación ofrecida hasta ahora se basa en dos hechos: i) la reducción del número de representantes que el Perú ya tenía por acción de la constitución de 1993, y ii) una comparación internacional de tipo descriptivo.

Emmanuelle Auriol y Robert J. Gary-Bobo en «On the Optimal Number of Representatives», accesible aquí, se ocupan de este problema y plantean un modelo para determinar el número óptimo de representantes (ver también este breve artículo al respecto). Hay un tema de riesgo moral, selección adversa y de costo de representación (este tipo de artículos cae dentro de lo que en la economía se ha dado en llamar «economía política»). El rol de los representantes no sólo es el de transmitir información útil para las decisiones públicas, sino también por su número y diversidad, el de proteger a la sociedad de la manipulación oportunista de parte de una minoría activa. Los autores analizan varios casos que interpretan como una «democracia directa» (una amplia representación) y como una «tecnocracia», que bien podrían llamar «oligarquía», el gobierno de los pocos.

Un congreso pequeño estaría más expuesto a su control de parte de una minoría. Según esto, pensando en el Perú, el transfuguismo sería más fácil y más decisivo en un congreso pequeño que en un congreso grande.

Este trabajo también provee evidencia empírica sobre la relación tamaño congresal y población con datos de países.

Auriol Democracy figure 1

Eje vertical número de representantes, eje horizontal población, ambos en logaritmos.

Se aprecia la relación positiva.

Y más aún, los autores practican una estimación con datos de un corte transversal de países. con el siguiente resultado:

emmanuelbobo

donde log(n) es el logaritmo del número de representantes, log(N) el logaritmo de la población (medida en milllones), dev es una variable dicotómica (de valor 0 ó 1) referida al costo de mantener representantes, y dev es la densidad poblacional (medida en habitantes por kilómetro cuadrado), que reflejaría la heterogeneidad del país. Más densidad menos heterogeneidad, lo que explicaría el signo negativo de esta variable: cuanto más heterogéneo es un país, más representantes se necesita.

Apliquemos esta ecuación al Perú. Según los datos de los autores, el Perú tiene 120 representantes, 22.454 millones de habitantes, dev=0 y una densidad de 20.0 hab/km2. (Esta artículo es de 1999). El valor predicho para el número de representantes es entonces 250.37, digamos 250.

Con datos más recientes de población y densidad, tomados de aquí, N=28.220764 y den=21.3, el número de representantes predicho es 273.98, digamos 274.

Esta estimación y esta predicción constituyen una versión más detallada de la comparación mostrada arriba hecha por el congreso peruano. Se toman en cuenta más variables y se hace un pronóstico basado en la comparación del número representantes «estándar» en el mundo, que nos arroja un número de representantes mucho mayor que 130.

Según esta predicción sobre una comparación mundial, nos queda que la reforma que se acaba de hacer se quedó corta, y posiblemente en algunos años el tema se tenga que volver a plantear y no falte el planteamiento de la regresar a la constitución de 1979 de 60 senadores y 180 diputados. Una cosa es fundamentar que haya pocos representantes para la población peruana y otra cosa es que tengan que ser precisamente 130, o al menos 130 ya que «no se puede más». Tal vez hubiera sido conveniente esperar a una coyuntura más favorable para un cambio mayor y no sólo en el número de representantes1. Tal como está, esta reforma parece un mal sustituto para cumplir la promesa presidencial de volver a la constitución de 1979. Es un ajuste mínimo, que se hace en una pésima coyuntura para el congreso peruano atacado permanentemente por investigaciones, adopciones y desprestigio que no tiene el poder ejecutivo o el poder judicial.

Por último, se tendría que relacionar el número de representantes en el Perú con la «delegación de funciones» al ejecutivo. Surge la pregunta, ¿para qué más congresistas si al final delegan su poder a Alan García? El congreso peruano no aprobó el TLC con Chile ni los «decretos de la selva», temas que han venido causando mucho malestar en el país. Pero claro, no fue García quien le arrebató ese poder al congreso, como Fujimori, sino el congreso mismo el que lo cedió. ¿Diez congresistas más contribuirían a evitar estos cuadros? No suena.

P.S. Tres críticas al trabajo de Emmanuelle Auriol y Robert J. Gary-Bobo:

i) Por construcción les tiene que salir que algunos países tienen más representantes que su predicción, como que hacer una regresión es ajustar una línea recta en medio de una nube de puntos.

ii) El análisis debería incorporar más variables: si el voto es voluntario, si la representación es de distrito único o múltiple, variables macro, para hacer más precisa la comparación.

iii) Deberían plantear no sólo el número de representantes predicho y compararlo con el correspondiente número observado, sino utilizar su modelo para plantear un número de representantes óptimo. ¿Qué pasa si el número para todos los países de la muestra están por debajo (o por encima) de su respectivo óptimo?

Quizás en una versión más actualizada de su artículo (no accesible en línea) hagan algo así, en cuyo caso será motivo de una actualización del presente.

  1. Como señala Francisco Canaza en este post con los datos base de las elecciones generales de 2006 no hay mayor cambio o mejora el que sean 120 ó 130. Antes son 167 614 personas para 120 congresistas y 25 distritos electorales. y después son 153 109 personas para 130 congresistas y 26 distritos electorales. «Gran cosa no se ha variado con el actual modelo de 130 congresistas.» []
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Comentarios a este artículo

  1. Silvio Rendon dijo:

    GCC: Congreso: ¿por qué 130? http://bit.ly/24HjlC

  2. Ernesto dijo:

    Muy interesante el analisis.

    Creo que esa investigacion es un buen punto de partida, y habria que considerarse ademas los limites de subrepresentacion y sobrerepresentacion de los distritos electorales. Osea el problema que se da de que en algunas zonas (Madre de Dios por decir algo) se requiere menos cantidad de votos para colocar un congresista que por ejemplo en Lima.

    Otro detalle que añadido a esto deberia tomarse en cuenta es el no temer a quitar o reducir congresistas basados en las variaciones censales, en España se hace lo cual trae como consecuencia que los gobiernos locales esten preocupados en la posible despoblacion de sus territorios (el lado malo de su legislacion es que favorece el bipartidismo y partidos regionalistas sin permitir la implantacion de unos necesarios 3er y 4to partido de ambito nacional, pero ya me salgo del tema).

    Tambien habria que evitar la tentacion de los distritos uninominales, pues a poco de que un partido sea consistentemente ganador en el grueso de circunscripciones el segundo en votos a nivel nacional estaria subrepresentado en la camara.

    Probablemente sea necesario aumentar el numero de representantes, considerando la necesidad de dar voz al todo y a las partes, pero esto siempre tiene que venir de la mano con cosas que como siempre estan lejos de las intenciones de nuestros legisladores:
    – Regulacion del transfuguismo: uno puede retirarse de un partido pero no para irse a otro ni constituir bancada debiendo asimilarse a los no-agrupados, en contraparte se permitiria (como ahora es de hecho) que los partidos miembros de una alianza puedan disolverla en cualquier momento dentro de la camara.
    – Elecciones internas para elegir la conformacion de las listas, lo que iria de la mano de la supresion del voto preferencial, lo cual es mas dificil que lo anterior pues impide los famosos «invitados» (que a la primera de cambio «recuperan su independencia») y causa problemas con el porcentaje minimo por sexos.
    – Eleccion de Mesa Directiva y comisiones por quinquenio o en todo caso por dos años y medio.

  3. That's me dijo:

    Claro que los números cuentan, son importantes y definitivos.

    Aunque cinco zambas son mejores que cinco chinas.

    Y mejores que cinco cuadernos, que cinco trenes o que cinco patos.

    Cinco mariscales le ganan a cuatro chinas e incluso arrasan con cuatro zambas.

    Aunque cuatro en una, o una en cuatro… a uno lo deja pensando…

    Pero no en ‘realpolítik’….

    Porque si multiplicamos el número de congresistas apristas desde que el Partido de la estrella emergió a la vida política nacional, (1928), y lo multiplicamos por 40 años de… «Lucha» y de «Pocha» es decir, hasta el 3 de octubre de 1968…

    Tenemos 14 mil seiscientos días.

    Si este resultado a su vez lo multiplicamos por las 8 horas reglamentarias de «trabajo» que emplearon los congresistas en ese lapso…

    Tendremos que 116 mil 800 horas fueron insuficientes para que todos estos corruptos e incompetentes pudieran materializar un anhelo que desde su fundación con lágrimas en los ojos prometieron y juraron alcanzar: La Reforma Agraria.

    Juan Velasco Alvarado y un grupito muy reducido de militares y civiles en sólo nueve meses consiguieron lo que la bufalada, la traición y frivolidad no pudo en 40 años.

    Ahora dicen que en realidad nos faltó jugar por el centro, abrir por las puntas, correr a los punteros al centro y bajar a los volantes, ah, y más refuerzos y más floro para que otro gallo nos huevée…

    El antojadizo cuadro al que recurren los partidarios de la bicameralidad para sustentar el reciente aumento de diez congresista, hace agua por todos sus lados si vemos que en los EEUU el promedio es un congresista federal (ya senador o representante) por cada millón de ciudadanos. Con el “criterio” norteamericano deberíamos tener solamente 25 padres de la patria en Lima. ¿Se imaginan como aumentaría la productividad legislativa y disminuirían los “faenones” si tuviéramos que vigilarle las uñas a sólo 25 congresistas..? ¿Alguien cree que en ese reducido número de padres de la patria podría escabullirse y pasar desapercibido, por ejemplo, el cabezón Gonzáles Posada..?