Por - Publicado el 29-07-2009

El mensaje de ayer, aquí, ANDINA, fue un híbrido, una mezcla de los mensajes de años anteriores, tipo campaña electoral con signo ideológico contrario, con su mensaje de marcha atrás cuando aceptó a regañadientes la derogación de los cuestionados decretos de la selva, supuestamente promulgados en aplicación del TLC.

García ya no habla solamante a un interlocutor indefinido, haciendo promesas o anunciando medidas que entretienen a la prensa por algunos meses, sino a la ciudadanía peruana. Lo particular del caso es que lo hace en tercera persona. Si hay una protesta de amplios sectores de la ciudadanía, Alan García no se dirige a esa ciudadanía que protesta. Por el contrario, la presenta como un ente extraño, ajeno a la vida nacional:

Los trágicos sucesos de Bagua sobre los que ya hice reflexión autocritica, el desorden en Andahuaylas o en Sicuani, han traído a la memoria del Perú los terribles años de la violencia, y vuelve la idea de que a pesar del avance, estamos condenados al desorden

Es decir, la protesta amazónica y andina evocan a Alan García a Sendero Luminoso y el MRTA.

La ciudadanía peruana es una turba que es «movilizada por cualquiera»:

Cuantos casos hay de estos, cualquiera puede movilizar una turba, linchar a un alcalde insultándolo aunque sea inocente, quien le devuelve la vida al alcalde Torres Cayo Mamani de Ilave?, quién le devuelve la vida a los 25 policías a los que se acusó de imponer la privatización de las tierras indígenas?, ¿dónde está la honra de los que son insultados?

(Nótese cómo García distorsiona y pone a los policías como los supuestos acusados de la privatización de las tierras indígenas).

La ciudadanía peruana es una turba movilizable, manipulable, aceptadora de cualquier falsedad que se difunda. ¿Y quién está detrás de todo? García lo señala:

Por ejemplo, decir que una hidroeléctrica es para llevarse a otro país las aguas del río o dejar sin agua a la agricultura es una maldad. Y dicen no hagas aquí la hidroeléctrica pero dame la electricidad que se produce en otros lugares. Qué justicia lógica tiene eso.

Decir que una ley que evita la destrucción del bosque por la tala ilegal y la minería informal es para quitar a 300 mil nativos los millones de hectáreas que tienen, es otra falsedad. Miren la diferencia: en Brasil, hace dos semanas se han parcelado y titulado 77 millones de hectáreas de la Amazonía, pero allá no se han lanzado mentiras ni se ha hecho escándalo y saben por qué?, porque Brasil es un país muy grande al que los modelos extremistas del continente no pueden penetrar, para fomentar la violencia. En cambio en el Perú, sí creen poder hacerlo empujando el desorden e insultando al Perú en el extranjero. Este factor externo aunque no sea el único es fundamental.

Hablemos francamente en el mundo global y sin fronteras de hoy no hay diferencia entre el frente interno y el frente externo. Eso sería engañarse, hay un solo frente. Cuando alguien bloquea el avance minero del Perú, ¿quién se beneficia evitando que el Perú sea un gran productor de cobre?, ¿quién se beneficia cuando se impide que las riquezas bajo la tierra, el gas o el petróleo se usen para aumentar el potencial y el empleo en el Perú?.

La ciudadanía peruana según García está manipulada por fuerzas externas, que temen la competencia del Perú. Serían Chile que impediría que el Perú compita en el cobre, Bolivia en el gas, Venezuela en el petróleo (con lo cual refuerza la imagen que el diferendo marítimo con Chile es provocado por problemas domésticos de García). El mensaje no es a la ciudadanía peruana, descontenta con la contaminación minera y petrolera, la lenta reducción (y hasta aumento) de la pobreza, sino los países vecinos. Este elemento aparece por primera vez en un mensaje de 28 de julio.

El presidente responde al país en términos de confrontación, satanizando y ridiculizando las preocupaciones ciudadanas, como actos terroristas micro-monitoreados por países vecinos. En los mensajes anteriores García ignoraba las protestas sociales, abrumando a sus oyentes con una seguidilla de logros y promesas. Esta vez García matiza su «cantar de gesta» y admite implícitamente la protesta, pero criminalizándola y extranjerizándola.

Supuestamente la solución para calmar la protesta social no es consultar a las comunidades, una regulación ambiental más activa, separación de poderes, libertad de prensa, sino mayor gasto público. Sin embargo, para esto el gobierno también tiene una excusa:

En esta amplísima democracia electiva y descentralizada, el presidente de la República preside los grandes objetivos y formula grandes políticas pero ya no gobierna las obras concretas. Ya ni el jefe del hospital, de un departamento, o de la UGEL, ni los directores regionales de salud o educación que los nombran son designados por el presidente sino por cada Gobierno Regional.

«Ya les di dinero, quéjense con su región o alcalde», y sobre todo «ejecuten ustedes mismos» es un discurso que se ha venido escuchando desde hace mucho. En realidad desde que comenzó este gobierno. Ni «shock de inversiones» ni «reconstrucción del sur», ni «sierra exportadora». El gasto público como mecanismo de redistribución del ingreso no ha funcionado bajo Alan García (tampoco como mecanismo de estabilización oportuna). Venir a prometer luego de no cumplir es temerario. Es jugar con una credibilidad que no tiene, si alguna vez la tuvo.

Pero bueno, para reforzarle la credibilidad está la prensa alanista que inmediatamente descubre un «mensaje cifrado» (Lauer) o un «viraje al centro» (Editorial de El Comercio).

No nos equivoquemos; en los últimos rounds el gobierno ha estado contra las cuerdas. Ha contado con apoyo de sectores de izquierdas (susanistas) y de derechas (pepecistas) a nivel de gabinete y congreso. Apoyo, pero con menor participación abierta y desde luego con más transfuguismo. El chifita del guardaespaldas del congresista queda atrás y vuelve al primer plano la compra de congresistas.

Por supuesto que la gente se da cuenta.

García ha puesto a mal tiempo buena cara, pero lleva ya varias banderillas en el lomo. No le va bien ¿Qué puede ocurrir? Un punto de vista, expresado por Lauer, es que «lo salve la campaña». Ya vinieron las fiestas patrias y la gente está en otra cosa, luego viene el fin de año y lo mismo. El próximo año es electoral; son las elecciones municipales y la dinámica cambia. Y en el siguiente año vienen las elecciones nacionales. Y ya. Chau protesta.

Ese enfoque parte de dos supuestos equivocados: i) al gobierno la protesta le viene externamente y ii) la gente atraca con lo que digan los medios faramallas. Las cosas son al revés. Al gobierno sólo le quedan dos años más para llevar a la práctica «el perro del hortelano». Ya va atrasado, pues ha tenido que retroceder repentinamente. Los lobbies petroleros y mineros han querido entrar como cuchillo caliente en mantequilla, pero no la han tenido tan fácil. Han generado una reacción: los diversos «conflictos socio-ambientales» que se han duplicado desde el año pasado, involucrando crecientemente a las zonas más pobres del país y generando respuestas cada vez más organizadas y con reinvindicaciones de carácter nacional. Es el gobierno el que da el impulso que lleva a las protestas. Y lo sigue dando: en pleno paro amazónico ha seguido con la concesión petrolera inconsulta. No se va a detener. Buscará otras formas de imponerse, descabezando las organizaciones representativas e imponiendo dirigencias afines. Es una carrera contra el tiempo en que hasta ahora ha sido el gobierno y no AIDESEP quien ha dado marcha atrás. Perdió la guerra, de desgaste, que él mismo impuso. Tocará ver con qué otra estrategia se aparece en los meses venideros.

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Comentarios a este artículo

  1. Ricardo Alvarado dijo:

    La intentona de imponer una sacha-AIDESEP ha caído en el vacío, pues la bases han apoyado y ratificado a Pizango y a Daysi Zapata. Lo que le queda al gobierno es negociar (para lo cual tiene poquísimo margen, dada la desconfianza que él mismo ha generado) o reprimir.

    Respecto de la represión, habría que ver que rol le asigna García a las Fuerzas Armadas. Aún está por verse que material bélico se habría comprado o estaría por comprarse, pero no es aventurado suponer que buena parte del refuerzo del «Núcleo Básico de Defensa» apunta más a la represión de conflictos sociales que a prevenir una agresión externa.

    Finalmente, conociendo a García… si se asesoró con Alditus para el Baguazo, tal vez se asesore con La Razón para la compra de armas. Y nos llenaremos de tanques descartables (chinos o polacos) comprados a precio de oro por las respectivas coimas y comisiones. En Chile deben estar muriéndose de la risa.

  2. Silvio Rendon dijo:

    GCC: Mensaje alanista http://bit.ly/1Xxkn

  3. Izquierda Perú dijo:

    Mensaje alanista: El mensaje de ayer, aquí, ANDINA, fue un híbrido, una mezcla de los mensajes de años anteriore.. http://bit.ly/TLtTz