Por - Publicado el 14-06-2009

Definitivamente, el gobierno ha enfrentado muy mal esta coyuntura. Su intransigencia le ha hecho perder. No ha acallado la protesta, por el contrario, la ha generalizado recurriendo a la represión más sinsentido y mal organizada. Ha sido la gota que derramó el vaso de un gobierno sin aportes al país. Su modelo sacha-liberal, lobbista, excluyente, prebendario, anti-redistributivo y anti-democrático, ha quedado totalmente expuesto como tal. Ya no es viable en el país. Se requiere otra cosa y la gente lo sabe muy bien.

La propuesta de pedir la vacancia presidencial, exagerada hace un año, hoy tiene mucho sentido … y adeptos. El país requiere un cambio de orientación ahora, no dentro de dos años. El país podría repetir el error de hace veinte años, cuando debió hacer un ajuste, a mediados del gobierno de García, cuando el modelo era ya claramente inviable. Ni el gobierno cambió, ni hubo cambio de gobierno. Todo siguió igual, pretendiendo vivir de los éxitos pasados, las «viejas glorias», de los dos primeros años expansivos de García. Y quien perdió fue el país.

Hace veinte años el error fue en persistir en la agotada e inviable «heterodoxia» económica; hoy el error es persistir en el agotado «sacha-liberalismo» económico, que muchos llaman equivocadamente «neoliberalismo». Orientaciones diferentes a las de hace veinte años, pero la misma intransigencia, el mismo autoritarismo. Todo lo que toca Alan García, queda destruído. Es él.

El país necesita abandonar un modelo que descansa en la subasta de concesiones, principalmente en la selva peruana. La gran promesa electoral de este gobierno fue la de lograr una «sierra exportadora», siguiendo el modelo agroexportador de la costa de gobiernos anteriores. Sin embargo, este gobierno no ha hecho nada original por la costa, ha fracasado en hacer arrancar a la sierra, y ha agraviado a la selva peruana. Un total fracaso. No tiene ningún aporte al desarrollo del país. Fracasó rotundamente en «shock de inversiones», en reconstrucción del sur, en «pacto social», en el «acuerdo nacional», en combatir el friaje. En todo. Instancia que ha creado, instancia que ha fracasado. El alanismo ha tenido dos oportunidades para demostrar al país que no es creador de valor, no es transformador económico, no es promotor del espíritu empresarial y transformador del país, no es consolidador y fortalecedor de instituciones democráticas, y desde luego no es promotor de equidad y paz.

Una visión fragmentalista podría ver una constelación de conflictos heterogéneos, sin conexion, con reivindicaciones diferentes, para concluir que de ahí no sale nada. Pero tal visión estaría equivocada. El descontento en el país tiene claros denominadores comunes en exigencia de cambios en la política económica y de manejo político del país. El país está cansado de exclusión y autoritarismo. El gobierno ya puede repetir a los cuatro vientos que la pobreza se ha reducido y enumerar sus supuestos logros. No tiene credibilidad alguna. Alan García es un presidente amurallado y ensimismado en su realidad virtual de proseguir e imponer.

En esta coyuntura la decisión de Unidad Nacional de sumarse a la alianza apro-fujimorista no ha podido ser más inoportuna y torpe. Se están trepando al barco que se hunde, supuestamente dando un respiro a un gobierno intransigente, pero anulándose como opción de alternancia. Han actuado como unos grandes perdedores. Una vez más, podrán lograr que el gobierno dure, pero ¿a qué precio para el país? ¿Le echarán la culpa a los nativos, a Chávez, a Morales, por la inocultable recesión a la que apuntamos?

El gobierno y sus asesores, ensimismados en sus coyunturales encuestas de cara al 2011, han realizado una secuencia de medidas que no han hecho otra cosa que crear una demanda de opciones políticas alternativas. Han fortalecido al humalismo, cuyos congresistas han conectado con el descontento del país, de hecho mucho mejor que el mismo Humala (aunque su reciente mensaje al país fue muy bien presentado, ver aquí). Una vez producida la amalgama fuji-apro-pepecista, el país comienza a mirar al sector que queda: el humalismo, el populismo y el toledismo. No importa que el humalismo con excusas haya sido prácticamente declarado extraparlamentario. Ya casi se va haciendo necesario un «pacto de gobernabilidad» de estos sectores, al estilo de lo ocurrido con Fujimori a finales de los noventas1. De hecho, el escenario es muy parecido a esa otra coyuntura, con una prensa alineada con el gobierno muy al estilo de los medios controlados por el fujimontesinismo. Es muy evidente. Hay harto plumífero lobbista en la prensa hablada, escrita y visual. Es muy rochoso, muy repetitivo. Han creado una realidad virtual para quienes viven dentro del cerco perimetral. Y se da la gran paradoja que por supuestamente defender al «sistema» de los «anti-sistema», ellos mismos se han vuelto «anti-sistema». Es mejor un ajuste oportuno, una negociación, una apertura (hay muchas figuras posibles), pero no lo que se está viendo ahora.

El Perú de hoy recuerda cómo alguna vez el nuncio apostólico le respondió a un intransigente presidente de la república:

«¡General, a usted lo odian hasta las piedras. No vale la pena que derrame más sangre. Así venciera, ya usted no puede gobernar!».

El presidente tuvo que renunciar, verlo aquí.

Ese presidente era Andres A. Cáceres, héroe de guerra peruano. Alan García ha salido airoso en sortear denuncias por corrupción y violaciones a los derechos humanos, hábil él, pero no es héroe de nada. El país ya le dio una segunda oportunidad y no la ha aprovechado. Mejor que se vaya, antes de que siga derramando más sangre de ciudadanos peruanos. El país estará mucho mejor sin él.

  1. Algo que sería en buena cuenta deseable para contrapesar el peso de Chávez en el humalismo, que de ninguna manera, por ejemplo, cedería ante Bolivia en el tema marítimo o terrestre. []
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Enlaces a este artículo

  1. ¿Ollanta Humala en primera vuelta? »
    19-06-2009 - 20:30
  2. Combitos campaña kioskera » Gran Combo Club
    05-01-2010 - 13:09

Comentarios a este artículo

  1. rafael E. dijo:

    a finales de los 80s el APRA se rehuso a hacer los ajustes al modelo heterodoxo. Al entrar Fujimori, el APRA se opuso a las reformas necesarias para modernizar el estado.

    Quien es entonces realmente el perro del hortelano? Ni gobiernan bien, ni dejan gobernar bien. No tienes ideas ni tampoco escuchan ideas. Increible, Alan es el presidente mas inepto de la historia del peru.

    Alan bloqueo el proyecto de Camisea, hecho a perder con el tren electrico una ruta tan necesaria para el transporte el Lima. Hay cientos de ejemplos que demuestran que el real perro del hortelano es Alan Garcia.

  2. Salvador dijo:

    La diferencia entre las consecuencias de alanismo en los 80s y lo que viene pasando en la actualidad podrían ser muy distintas si se toman en cuenta (entre otros) dos factores muy importantes: la existencia de ua Corte Penal Internacional y el endurecimiento de las penas y reducción de beneficios para casos de derechos humanos y corrupción (como la prescripción que salvó a García de la condena que se le venía por los delitos de su primer gobierno).

    Si Fujimori fue condenado por la Cantuta y Barrios Altos, García podría tranquilamente ser condenado por Bagua. Tarde o temprano se sabrá la verdad y ahora ya no es tan fácil ocultarla pese a que muchos quieren hacelo.

  3. Elecciones dijo:

    Basta ya de impunidad! sera que aprenderemos algun dia de nuestros errores? lo de Fujimori se repite en Bagua y de nuevo las circunstancias politicas van primero que la justicia, lamentable!