Por - Publicado el 14-05-2009

En Combitos alineados y Combitos lucha mediática comentaba sobre la reacción de algunos medios e intelectuales ante la sentencia de Fujimori, en particular la del director y de algunos columnistas de Perú 21 como Víctor Andrés Ponce con sus muy curiosos planteamientos: «el Perú real está con Fujimori», «se le ha regalado al Fujimorismo la derrota sobre Sendero», «los radicales nativos son los responsables de la resurrección del autoritarismo fujimorista», «los extremistas que lanzan barro tienen un principismo que en realidad viene de la colonia». Así, su artículo Sobre principios y contratos fue criticado por Gustavo Gorriti en La elección como excarcelación, artículo algo desordenado e innecesariamente largo y reiterativo, pero que refuta la equivocada afirmación de Ponce:

Por eso, en la interpretación de Ponce, el capitalismo es tolerante, porque proyecta el mercado y sus regateadas transacciones a las grandes decisiones políticas. De manera que, en ese análisis, el tribunal San Martín sería un heredero intelectual y espiritual de Torquemada; mientras, me imagino, que Nakasaki lleva en sí el espíritu reencarnado de Adam Smith.

El razonamiento de Ponce tendría un bien ganado puesto en una antología de la equivocación. Confundir una cultura inductiva y pragmática con la ausencia de principios es tan falaz como confundir éstos con la rigidez dogmática.

Perú 21 hace algún tiempo tuvo un sonado cambio de director. Varios columnnistas renunciaron por solidaridad con Augusto Álvarez. Ponce forma parte del nuevo grupo de columnistas de Perú 21 y lo que se vio fue un reacción muy evidente a favor de Fujimori. Primero vinieron las «grietas» que surgían en la sentencia del tribunal que sentenció a Fujimori. Estas grietas se iban ampliando, quienes celebraban la sentencia eran unos «radicales nativos» (Ponce), «extremistas» que favorecian a Fujimori, etc. Esta toma de posición fue tan sistemática, simultánea y oportuna como rochosa; no importa cuánto se esforzaran sus autores por barajarla. Salieron del armario.

En Un queso por un principio Ponce «solicita perdón por la herejía». Un poco más y estamos ante Galileo obligado a retractarse ante la inquisición. El excongresista Juan Sheput aquí señala «de ninguna manera su posición [de Ponce] obedece a un intento de sabotaje de la Corte que juzgó a Fujimori» y elogia el talento de Ponce y de Gorriti. ¿Qué más vendrá?

Esta dinámica suena muy conocida, pues la hemos tenido en la blogósfera, también en relación a «salidas del armario» o deschaves fujimoristas:

1. Alguien afirma algo falaz, equivocado o sin sustento fáctico de taquito a favor del fujimorismo.
2. Le señalan la falacia, la equivocación, la irrealidad de su afirmación.
3. El criticado acusa a sus críticos de intolerantes, intransigentes, de no haberlo entendido (de querer desprestigiarlo). Vienen expresiones de solidaridad con el criticado.

De hecho, en la blogósfera se ha llegado más lejos que en estos dos medios, Perú 21 y la Revista del IDL, tanto en argumentos como en iteraciones en el debate. Así se viene dando la lucha mediática y de ideas últimamente…

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Comentarios a este artículo

  1. Gonzalo Gamio dijo:

    Silvio:

    Efectivamente, la «salida del closet» de muchos periodistas y blogueros es sorprendente, aunque debo decir que lo de V. A. Ponce no es repentino, pues hace tiempo cultiva simpatías autoritarias.

    El descuido frente al rigor lógico en el discurso es una constante en la blogósfera. Fíjémonos en la excelente crítica que Daniel Salas ha dirigido contra un post de un blog ultraconservador sobre la guerra y las culturas; como ha hecho notar un lector, a Daniel se le ha contestado con un solo de falacias. Prácticamente ningún argumento, con la solitaria excepción de una reflexión de Raúl Haro.

    Saludos,
    Gonzalo.

  2. YO, SI OPINO dijo:

    En verdad de verdad, ese parece ser el nivel medio de nuestra cultura política: Una jam session de falacias.

  3. Mario dijo:

    Ponce gusta de oponer el extremismo de izquierda al Fujimorismo, cuando ambos radicalismos peruanos tienen más en común de lo que se suele reconocer.

    Si hablamos de un movimiento cuyo líder se encuentra actualmente en prisión, al que le vale un carajo los conceptos de democracia y derechos humanos, que es capaz de asesinar para acceder o conservar el poder, que se cree predestinado para gobernar el Perú, y que sólo tiene dos tipos de militantes, los que llegan por conveniencia y los fanáticos que llegan por estupidez, no sé si estamos refiriéndonos a Sendero Luminoso o a los sucesivos partidos del Fujimorismo.