Por - Publicado el 24-03-2009

En Crecimiento sin izquierda, Correo, Carlos Meléndez desliza que existe una relación inversa entre el crecimiento económico y la importancia política de las izquierdas. El mecanismo no queda muy claro en ese artículo, pero igual lo lanza como hipótesis. 1 Posteriormente, en este post, complementa que se refiere a las izquierdas como opositoras a «las reformas de ajuste». Al no existir esta oposición, el ajuste y las reformas «se aplican rápidamente, sin matices, y logran sus objetivos macroeconómicos».

En realidad, hay toda una bibliografía, que ya tiene un par de décadas de existencia, en la economía política y la economía del crecimiento que asocia crecimiento con políticas «pro-mercado». Es una literatura que es usualmente invocada por el discurso multilateral (FMI, BM, BID, etc.) en sus recomendaciones de política económica y suele basarse en regresiones de corte transversal o de panel para países. Alguna variable dicotómica indica si el país sigue políticas «pro-mercado», y si se encuentra que esta variable tiene un coeficiente positivo y significativo, se concluye que las políticas «pro-mercado» son también pro-crecimiento. 2

Se podrían decir muchas cosas sobre esta bibliografía, pero en este post prefiero tocar algunos aspectos descriptivos sobre el tema particular que son las izquierdas peruanas y su posición y actuación respecto de «las reformas» estructurales «pro-mercado». Aclaremos, pues, algunas cosas.

  1. Las izquierdas peruanas no sólo no se opusieron a «las reformas», sino que algunos sectores de ellas las apoyaron. Las izquierdas que se pelearon en el congreso de Izquierda Unida en 1989, se unieron después en torno al apoyo a Fujimori, primero contra Vargas Llosa y luego co-gobernando con Fujimori a través de diversos ministros, que aprobaron el «fuji-shock», primera etapa en las «reformas estructurales». Para llegar a hacer «las reformas» toca primero hacer «el ajuste», y las izquierdas pasaron por ese aro. Incluso después del golpe diversas estructuras partidarias de izquierdas se sumaron al apoyo a Fujimori, casos notables, las «comisiones interventoras» de las universidades públicas intervenidas. Los sectores de izquierdas que no se sumaron fueron violentamente reprimidos, ver, por ejemplo, el asesinato del secretario general de la CGTP, Pedro Huillca Tecse. Otros sectores se disgregaron, Agustín Haya de la Torre regresó al APRA, el PUM se disolvió. Otros sectores pusieron su precio y se vendieron. De muchas formas, las izquierdas ya no sostenían el modelo «populista».
  2. En el Perú no es nada nuevo que sectores de izquierdas apoyen políticas y gobiernos de derechas. En la historia peruana hubo comunistas que apoyaron al oligarca Manuel Prado, sectores izquierdistas apoyaron a Manuel Odría y a Fernando Belaúnde en su primer gobierno. En algunos casos fue una política oficial, en otros se trató de individualidades, en otros de «conversos» que se derechizaron, siendo el caso más espectácular y legendario el del cajamarquino Eudocio Ravines quien pasó de ser secretario general del PCP a ser seguidor de Petro Beltrán. Comparado con esto, que Martha Hildebrandt y Martha Chávez pasen de ser velasquista y comunista, respectivamente, a fujimoristas recalcitrantes, no es nada novedoso. En el Perú tenemos una larga tradición de izquierdistas que acaban siendo derechistas. No fue recién con la caída del muro y el desencanto con los «socialismos reales».  3 Y aquí notemos que no estamos hablando de derechistas «pro-mercado» o liberales, sino autoritarios, conservadores, prebendarios. La conversión del izquierdista a las derechas suele hacerse en términos de las derechas peruanas, «realmente existentes», más pro-empresarias que pro-mercado.
  3. En el Perú no hubo un sector que impulsara reformas y estuviera atascado por las izquierdas. Hernando de Soto y Vargas Llosa introdujeron la idea de hacer cambios, pero no lograron vender sus propuestas del todo a los sectores de derechas ni del resto de fuerzas políticas. Las derechas estaban atascadas solas, sin ayuda de las izquierdas. La única forma en que podían hacer «las reformas» era sin la obstrucción no de las izquierdas, sino del sistema democrático y el estado de derecho. Desde fuera la vieron como que los EEUU  le quitaron apoyo a Vargas Llosa para apoyar a Fujimori, ver 1990: La CIA apoya a Fujimori contra Vargas Llosa.
  4. La oposición a «las reformas» venía de casi todo el espectro político. Las primeras reformas que hace Fujimori después del golpe son: la previsional (creación de las AFPs), las privatizaciones y la laboral. No habría podido pasar estas reformas con el congreso de 1990, pero no por las izquierdas, sino por el APRA e incluso por sectores de las derechas, como Acción Popular y el PPC. Quienes más enérgicamente se opusieron al golpe de Fujimori fueron las derechas y centros: el Colegio de Abogados, Pérez de Cuéllar, Alberto Andrade.4 Esa era la más fuerte oposición a «las reformas» y a Fujimori. Las derechas peruanas no tenían iniciativas de hacer «reformas». Algunos sectores de ellas se insertaron después en «las reformas desde arriba» dictadas por Fujimori y su gabinete.
  5. Las izquierdas, paradójicamente y a pesar de todo, pueden contribuir al mejor funcionamiento del mercado. Tampoco es cierto que las reformas fujimoristas fueran «pro-mercado». Hubo mucha prebenda y anti-mercado. Boloña creaba las universidades empresa, pero inmediatamente creaba su propia universidad-empresa. Boloña creaba las AFPs, pero inmediatamente creaba su propia AFP. Se privatizaba un monopolio estatal, para crear un monopolio privado y extranjero (y en algunos casos, la primera privatización de Fujimori- que fue la última estatización de Velasco – se desnacionalizaba, no se privatizaba, pues el estado peruano vendía las minas de Marcona al estado chino). Aquí las izquierdas hubieran podido contribuir a corregir o balancear estas desviaciones y paradójicamente, a mejorar el funcionamiento del mercado: denunciando las prebendas, pidiendo mayor regulación de los monopolios, señalando los conflictos de intereses de los funcionarios fujimoristas. Eso se vio durante el gobierno de Toledo en que hubo una importante incorporación de sectores izquierdistas que participaron activamente del modelo económico toledista y trabajaron bajo la batuta de PPK.
  6. El alto peso electoral de las izquierdas peruanas fue un fenómeno transitorio, una resaca del velasquismo. Antes de Velasco, las izquierdas peruanas obtenían votaciones similares a las que obtuvieron en 2006. Desde 1978 a 1985, menos de una década, las izquierdas llegaron un tercio del electorado, para luego volver a caer. Pasó como ocurre, y tanto lo resaltan las multilaterales, con las políticas de «reformas» algunas de las cuales fueron impuestas por golpes de estado, como el de Pinochet, pero que luego encontraron apoyo electoral en la ciudadanía. Así, pero con signo ideológico contrario. En el Perú el electorado en su momento votó por las izquierdas porque le vio viabilidad de hacer cambios como los de Velasco, pero más.5
  7. La pequeñez de las izquierdas es un fenómeno particular peruano. En el resto del mundo y en particular en la región sudamericana las izquierdas ganan elecciones, tienen discurso, tienen intelectualidad, tienen popularidad, tienen seguridad en sus planteamientos. En el Perú se vive un microclima que ya lleva veinte años, de alternancia acotada, con una gran continuidad en política económica. El primer piso lo puso Fujimori, el segunto Paniagua-Toledo, el tercero García. La ausencia de izquierdas fuertes es una singularidad peruana, no reciente, sino histórica.
  8. Paradójicamente, el Perú tiene un amplio potencial para que una opción «de izquierdas» sea popular. Las opciones políticas fujimorista, toledista y alanista han dejado todas una gran frustración en la ciudadanía. Hay un «casillero vacío» esperando que una organización política lo ocupe. Dada la historia política peruana de los últimos años cabe preguntarse si habrá un próximo «tsunami» o «huayco». ¿Acaso un outsider de izquierdas? Prematuro.

Hasta ahí.

  1. Es un artículo escrito en forma muy dispersa, por lo que es fácil que «nadie lo entienda bien». Comienza mencionando a Alberto Adrianzén, sin explicar qué «ejercicio» plantea Adrianzén o que el párrafo mencionado tenga nada que ver con lo que sigue.  Acaba lanzando un par de preguntas. No es que sea muy claro. Enrique Patriau le señala algo que también he señalado aquí. []
  2. Algo he comentado al respecto en La curva de Kuznets en el Perú, el aumento de la desigualdad en etapas de «despegue» del crecimiento, y su reducción a medida que el crecimiento avanza. Ver también post Mejoras de Pareto y pobreza y La convergencia en Lima []
  3. O, a algunos, como Ravines, que pudieron ver más de cerca al «socialismo real» el muro se les cayó antes. []
  4. En el golpe de Fujimori a quienes arrestaron en su domicilio fue a Roberto Ramírez del Villar y Felipe Osterling, ambos del PPC. []
  5. Alguna vez Alberto Borea Odría diría que «los comunistas con el nombre dulzón de Izquierda Unida obtuvieron mucho más que su 1%  histórico del cual nunca debieron haber salido». []
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Enlaces a este artículo

  1. Hugo Blanco 3: 1960s. Chaupimayo »
    04-04-2009 - 12:41
  2. Las izquierdas tránsfugas de ayer y hoy en el Perú » Gran Combo Club
    05-05-2010 - 11:09

Comentarios a este artículo

  1. Alfredo P. dijo:

    Un análisis sobre lo ocurrido con la izquierda peruana no debiera deternerse sólo en los planteamientos económicos de éste sector político-ideológico, creo que más importante que los planteamientos económicos es la posición que adoptaron estas agrupaciones frente al terrorismo comunista de sendero luminoso y el mrta: la izquierda nunca deslindó tajantemente con el terrorismo, nunca lo condenó con firmeza.
    Todavía recuerdo cuando a comienzos de los 80s, desde la izquierda se sostenía que sendero luminoso era un invento de los servicios de inteligencia para justificar la «represión» del «movimiento popular».
    Cuando se les pedía condenar la violencia, desde la izquierda se respondía que no toda violencia es mala y que «la violencia es la partera de la historia».
    A pesar de participar en elecciones, la izquierda nunca abandonó su tesis de que «el poder nace del fusil». Lo sorprendente no fue que sendero luminoso inicie su lucha armada, sino porqué más agrupaciones de izquierda no los siguieron, pues mantenían un discurso similar de rechazo a la democracia «burguesa» y de que sólo con la violencia se pueden lograr transformaciones sociales.
    En la actualidad, esos ínfimos porcentajes electorales son el resultado de esta ambiguedad frente al terrorismo comunista, la gente no ve a la izquierda como una opción de gobierno y de representación política.
    Es por primera vez desde 1978 que no existe una representación de izquierda en el congreso peruano.
    Finalmente, en estos días que se habla de «museos» y de «memoria» sería interesante que estos sectores de izquierda expliquen al país el porqué de esa ambiguedad frente al terrorismo comunista y hagan una profunda autocrítica de sus errores y horrores del pasado; de lo contrario las causas que la izquierda promueve (como la de los DD.HH) seguirán sin despretar interés en la gente.

  2. manuel dijo:

    interesante post. (¿el pum se disolvio como consecuencia de fujimori?)

    es cierto, historicamente en el peru la izquierda nunca ha tenido un peso «significativo», salvo en los ochentas que adquiere mayor peso electoral y que ha terminando ocupando ese lugar «imaginario ideal» de varios proyectos de hoy. ((no solo desde el ochenta, sino toda su participacion a finales de los setenta, como el paro nacional de esos años)

    lo interesante actualmente, es como existe todo un sector autoidentificado con una opcion de izquierda o centro izquierda que participa activamente de los procesos de gobiernos (desde paniagua en adelante, con un breve bajon con el gobierno del apra, pero ahi siguen) (habla beteta, habla pds)

    en esa lista descriptiva, no se le otorga la importancia que tuvo el autogolpe del 1992, la constitucion del 1993, el ccd. ¿era lo mismo que exista un ministro o funcionario del gobierno de «izquierda» antes del autogolpe y despues? no creo. o ¿todos los que participaron de cualquier forma desde 1990 en el gobierno de fujimori deben ser considerados como un «apoyo» a su gobierno?

    punto 5: bastante discutible. en general, los pedidos de la izquierda (no solo en contra de los monopolios) se basan en una mayor participacion del Estado como actor, regulador, etc. sobre el punto 8. ¿ahi en ese espacio no se encontraria humala?

    ultimo: la continuidad, quizas, en los últimos 28 años tiene que ver con que tipos de actores tienen control sobre esa «mano derecha» del Estado (economia, comercio, etc) y cuales sobre la «mano izquierda» (de la politica social -gran reducto del clientelismo nacional-, etc). Esto diferencia los niveles de participacion e influencia sobre el gobierno, o ¿como evaluar la gestion de pinilla como ministra de la mujer? (con buenas intenciones y un discurso supuestamente progre, y que ha terminado por convertirse en la defensora de arana)

    alfredo: mucha generalidad en tu comentario, cuando en realidad uno de los principales factores (entre muchos, como la disputa caudillista, etc) de la division de IU en el primer congreso nacional fue justamente el tema de como se veia la «violencia» como herramienta para alcanzar el poder. ¿o el pum que andaba haciendo durante esos años?

    saludos,

  3. Fernando Velásquez dijo:

    Como comentario al comentario anterior: si se puede hablar de la izquierda peruana como categoria general para analizar tendencias y direcciones, es incorrecto hablar de «la izquierda» como un bloque monolítico que haya sostenido las mismas posiciones respecto de la subversión y de las acciones terroristas durante los años de la violencia.

    ¿Quién sostenía qué desde la izquierda? Es importante saber quiénes afirmaban que «la violencia es la partera de la historia» y quiénes decían que la subversión era un invento para desprestigiar las posiciones izquierdistas. Ambas son posiciones que difícilmente se podría sostener de manera consecuente, porque se contradicen y se anulan: una la justifica, la otra la descalifica y acusa a otro agente (en este caso el estado) de ser su perpretador. Es importante saber quién sostuvo las dos al mismo tiempo, analizar de dónde venía, qué intereses defendía.

    Cuando se unió, «la izquierda» mostró albergar múltiples posiciones, muchas de ellos radicalmente opuestas. El gran problema de Izquierda Unida estuvo justamente en su incapacidad de mostrarse como un frente coherente. Y sin embargo, fue la manifestación de un crecimiento sostenido e importante de sus posiciones desde… ¿fines de los cincuenta, inicios de los sesenta? Ese es otro tema, demasiado largo.

    ¿Podríamos decir–como contraparte a la supuesta falta de deslinde de la izquierda con el terrorismo subversivo–que la derecha nunca deslindó claramente con el terrorismo de estado? Sería un disparate, ¿no?

    Otrosí: la oposición a un museo de la memoria ha presentado la causa como una empresa de la izquierda. ¿Por qué la crítica que demoniza a los sectores de izquierda no ha aparecido aún con una contrapropuesta de memoria para iniciar un diálogo más constructivo?

  4. R. Euribe dijo:

    1. Que algunos centristas se hayan sumado al fujimorismo no indica que la izquierda se volteo como un todo. LA izquierda estaba jaqueada por abimael. Es imposible levantar una representacion de izquierda en medio de una lucha antisubersiva.
    la izquierda llego raquitica, moribunda y dividida a los 90s. Pero los esperpentos de partidos que quedaron hicieron oposicion a la venta de empresas publicas, al desmantelamiento de las conquistas laborales y a la defensa de los DD.HH. una oposicion irrelevante, solitaria, sin ningun impacto.

  5. R. Euribe dijo:

    2. La Izquierda como conjunto trato de seguir el modelo leninista de acumulacion de fuerzas a traves de la participacion en el juego democratico. Digamos que era un juego de mascaras, que al final terminaba en el absurdo, acusandose una faccion a otra de «reformista» etc. Es cierto se trata de transfugas, pero el problema es mas profundo.

  6. R. Euribe dijo:

    3 y 4. Acertada observacion, pero fujimori sagazmente entendio la naturaleza de sus adversarios. Al final con los vladivideos, se vio que realmente querian esos supuestos opositores.

  7. Silvio Rendon dijo:

    Alfredo,

    Lo que planteas no era precisamente el tema, pero igual te comento. No es la primera vez que planteas lo que dices, y creo alguna vez ya habértelo comentado. Seguramente a pesar de las líneas que siguen insistirás en tu punto.

    Los católicos y protestantes son «primos ideológicos». Si los ves desde lejos, por ejemplo, si eres musulmán, te parecerán muy parecidos. Sin embargo, si te vas a Irlanda verás que son como el agua y el aceite, y a pesar de venir de la misma matriz cristiana, no se llevan. Es lo que pasó en el Perú entre las izquierdas legales y las terroristas. Tienes toda la razón cuando dices que las izquierdas legales tenían un discurso comunista, que «el poder nace del fusil», y todo eso. Pero eran palabras. Horacio Zeballos cerró su campaña de 1980 por el UNIR levantando un fusil de madera ante los gritos de «el poder nace del fusil». Con un fusil de madera no matas a nadie. Era un símbolo nada más. Nunca Patria Roja hizo ninguna acción insurgente, violenta. Huelgas del SUTEP y algunas revueltas callejeras, ni muchas tampoco. Nada más. Lo mismo con otros sectores de la Izquierda Unida. Tan es así que Sendero Luminoso les mató a mucha gente: alcaldes, sindicalistas y dirigentes en todo el Perú. Y la Izquierda Unida, de hecho fue un muro de contención para Sendero Luminoso y el MRTA. El mismo Luis Varese, entonces del MRTA, declaró alguna vez: «cuando a algunos compañeros les hablamos de los fierros, ellos piensan en el serrucho». La izquierda legal estaba en otro rollo.

    No creo que el problema de las actuales izquierdas sea la ambigüedad ante el terrorismo comunista. García la hizo veinte años después a pesar de su pasado hiperinflacionario y represivo. A Fujimori inicialmente no le perjudicó del todo cargarse la democracia y mandarse contra la «partidocracia», una forma de ser «anti-sistema». No es que la democracia «burguesa» sea muy popular en el país tampoco. Como para seguir discutiendo.

  8. Silvio Rendon dijo:

    Bueno, Helfer, Amat y Sánchez no habrían sido ministros de Fujimori sin la aprobación política del MAS de Pease y de la Izquierda Socialista de Dammert y Bernales, sectores que en el congreso siguieron apoyando a Fujimori. Recuerdo a Javier Diez Canseco en el congreso denunciando el fuji-shock como un incumplimiento de una promesa electoral y a Edmundo Murrugarra respondiéndole, defendiendo el fuji-shock.

  9. manuel dijo:

    Silvio, que vision tan organica de los partidos de izquierda («sin la aprobación») y ahora resulta que todos apoyaron a fujimori, que vision tan particular de los hechos.

    saludos,

  10. R. Euribe dijo:

    Helfer y Bernales era «la» izquierda? Como mencionas inicialmente en tu post era un «sector» de la izquierda. Mejor decir que eran personalidades academicas que se arrimaba a la la izquierda para obtener votos. Ni helfer, ni bernales eran lideres sindicales.

  11. Silvio Rendon dijo:

    Hola Manuel, no todos apoyaron a Fujimori, pero sí hubo apoyo «orgánico» de algunos sectores. Tal vez nos hemos olvidado.

    Rafael, un ministerio no es sólo para una persona, sino para quienes están con el ministro o la ministra. Y desde luego que dirigir a un ministerio tiene connotaciones políticas. Y estos tres ministros estaban muy ligados a sectores de izquierdas que, curiosamente, estuvieron enfrentados en el congreso de izquierda unida.

    Los dirigentes de diversos partidos de izquierdas, en particular del MAS y del PSR, no eran dirigentes sindicales, sino precisamente, «personalidades académicas».

  12. Silvio Rendon dijo:

    Por ejemplo, otro hecho del cual tal vez nos hemos olvidado es la aprobación y apoyo público de Alfonso Barrantes a la matanza del Frontón, Lurigancho y Chorrillos.

  13. Jorge dijo:

    No nos pongamos un antifaz para analizar el ambiguo papel de la izquierda durante los años de la subversión.Decir que fueron «escudo» contra algo es una ingenuidad digna de mejor causa.Desde mi punto de vista (y yo estudié en San Marcos del 85 al 92 y trabajé casi un año el 89 en Ayacucho asi que nadie me va a venir a contar cuentos)muchos grupos de izquierda como el PUM y Patria Roja no deslindaron frontalmente las posiciones con los senderistas.Estaban sentaditos en el balcón,como si estuviesen esperando que todo se derrumbe para subirse a un imaginario carro victorioso.

    Este doble papel ha sido señalado por la misma CVR ,tan importante como el esclarecimiento pendiente de las violaciones de derechos humanos son los mea culpa que mucha gente debe realizar tarde o temprano.

    Saludos

    Jorge

  14. Silvio Rendon dijo:

    Es lo que pasa cuando se plantea un tema, pero alguien lo cambia. Si las izquierdas no deslindaron con el terrorismo es una pregunta interesante, pero no era el tema, sino si se opusieron a las reformas de Fujimori. Un comentarista cambió el tema y por cortesía le respondí con una opinión sobre el punto, de manera que ahí está lo que pienso al respecto.

  15. Ernesto dijo:

    Recien me pongo al dia con los blogs y tope con este post, interesante la reflexion y seria bueno relacionarla con:
    http://bitacora.jomra.es/2009/03/peru/cgtp-documento-defensa-empleo/

    La CGTP presenta sus propuestas ante la situacion economica, algunas razonables otras discutibles, pero nadie parece darse cuenta de ello, y luego hablan por ahi del «pensamiento unico»….