Por - Publicado el 04-09-2008

Caretas nos cuenta en Inflación del Pescuezo sobre las delcaraciones del ministro de economía Valdivieso:

“Yo estuve aquí en el ’91”, dijo dirigiéndose a Guillén para recordarle su asesoría a Carlos Boloña en los momentos más duros de las políticas de ajuste. “No soy nuevo en el Perú. No soy un extranjero. Viví y lidié con la inflación. Y estás encinta o no estás encinta. No estás un poquito encinta. El proceso se propaga rápidamente”.

OK, estuvo con Boloña. Suena a que va a tomar medidas drásticas para atajar ese proceso que se propaga rápidamente. Sin embargo, a continuación leemos:

Pero Valdivieso insistió en que “no es necesario una pisada de freno. Si aumentamos la tasa de interés y modulamos la demanda, sí se puede hacer”.

Ojalá que tenga razón, pero no se ve claro cómo se va a controlar un proceso que «se propaga rápidamente» con una «modulación», que además tiene que ser consensuada con los gobiernos regionales a los que se les ha criticado por no gastar y ahora se les viene a pedir que no gasten tanto.

No puedo evitar comentar cómo se parece este gobierno de García a su primer gobierno. Hace veinte años, por esta época también se puso en práctica una estrategia gradualista, que no funcionó. En el presente, pueden apostar al gradualismom, pero éste podría ser muy frágil a cualquier imprevisto o «shock» adverso que pudiera ocurrir (shock económico externo, shock de desastres naturales, shock de cualquier tipo). El gobierno no tiene incentivos para un ajuste sustancial. Es lo usual. Se prefiere atender el problema gradualmente, con lo cual se corre un gran riesgo, y se posterga el ajuste hasta que no se aguanta más, como ocurrió recientemente con los combustibles.

Mientras tanto, el tipo de cambio sigue siendo un precio controlado, fijado por el BCR y no por el mercado libre. Una poderosa intervención, defendida incluso por quienes suelen ser considerados como «liberales»… Aquí no se ve ningún ajuste a la vista, ni gradual ni de golpe…

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