Por - Publicado el 04-03-2008

Se suele decir en las clases de historia del Perú, que la alianza pre-guerra del Pacífico fue un craso error para nuestra nación. Que nos aliamos con un aliado más débil que nosotros y que ello nos costó esa terrible derrota. ¡Qué cinismo! Nos aliamos con Bolivia porque nosotros también temíamos a Chile como potencial invasor. Que la alianza con Bolivia fue ineficaz para disuadir a Chile es otro cantar. Vaya uno saber qué hubiera pasado si hubiéramos negado nuestro pacto, el asunto, realmente fue, que el Perú decidió declarar la Guerra a Chile, para evitar, que con una Bolivia derrotada, Chile continue con su expansión en nuestro territorio. Queríamos combatir con Bolivia antes de que este totalmente derrotada que combatir solos después. Hicimos una apuesta, y nos salió mal; problemente hubiese sido mejor idea esperar. Eso no se sabrá nunca.

Sin embargo, la historia nos da muchos más ejemplos de que actuar con antelación y enérgicamente puede evitar escaladas. El clásico ejemplo es la cobardía con la que actuaron las potencias Europeas antes las continuas agresiones de Hitler durante la segunda guerra mundial. Los primeros ministros de Inglaterra y Francia, Chamberlain y Daladier, continuamente actuaron de manera poco enérgica ante las continuas agresiones de los Nazis. Roosevelt en EE.UU. manifestaba constantemente que se mantedría neutral en una potencial escalada en Europa. La tenue respuesta de estos países, no hizo más que darle tiempo a un Alemania débil de armarse rápidamente y entrenar a sus tropas. La falta de unidad en la respuesta de las potencias no hizo más que darle confianza a un Hitler todavía ambivalente e inseguro. Las victorias del Blitzkrieg en Checoslovaquia y Polonia le permitieron experimentar la eficacia de su guerra total. Gran Breaña y Francia perdieron oportunidades doradas de realizar amenazas sustanciales. La historia le dio la razón más tarde a Churchill, cuando criticaba a sus líderes.

¿Qué lección de historia nos conviene seguir?

Recordemos que Hitler, como Chávez, tenía intensiones expansionistas claras. Hitler, como Chávez, fueron electos en forma democrática. Evidentemente, cómo llegas al poder, no te hace un paladín de la democracia). Ambos intentaron (sin éxito este último), obtener poderes absolutos, violaron constantemente el derecho internacional, usurparon la propiedad privada, se entrometieron en países vecinos. Ambos intentaron imponer sus utopías, bolivariana o racial siendo simples etiquetas.

Hugo Chávez es una seria amenaza para el Perú. Financia a grupos terroristas como las FARC, que tienen secuestrada a Ingrid Betancourt, mujer, madre y candidata demócratica a la Presidencia de Colombia. Grupo que está vinculado al narcotráfico, que bombardea ciudades, que compra uranio. Chavéz financia a los Humalistas, que intentaron con su Andahuaylazo, irrumpir en nuestra democracia. Chávez, no les quede duda, está detrás de las protestas en nuestro país.

Cuánto más va a tolerar, una región que intenta llegar a la transición del Progreso Económica y la Democracia continua, tolerar ese tipo de abusos. Qué pena me da la actitud de muchos análistas, con esa visión tan cínica de la política internacional. La de nuestros políticos. El Perú tiene que dejarse de esa visión de RealPolitik internacional, y adoptar el papel que debe como País democrático. No se puede dejar a Colombia sola.

El Perú debe, como nación democrática, condenar al terrorismo, del que fuimos por muchos años las peores víctimas, y condenar a aquellos que lo financian. Estar con ellos que se defienden.

El Presidente de Ecuador, Correa , condena el asesinato en territorio Ecuatoriano de un líder terrorista, pero no condena al terrorismo. No declara su apoyo en la lucha antisubversiva. ¿De qué violación de derecho internacional estamos hablando? ¿La de un país democrático que se defiende?

Este post no es una apología a la Guerra. Lo último que quiero es que el Perú distraiga su curso de desarrollo para pelear una guerra en tierras lejanas. Menos una guerra que no pelearé yo, en la comodidad de mi escritorio en Nueva York. Pero sí quiero decir que ¡ya es hora de definiciones y no de matices! De que mi Congreso y mi Presidente condenen la conducta belicosa, pro-terrorista de Chávez y compañía. Ya es hora de poner la mano antes de que nos muerdan. Ya es hora de empezar a buscar a aquellos enviados por el Chavismo, y tratarlos como son, como saboteadores de nuestra democracia y economía.

Por su puesto que esta crítica va también dirigida a la OEA y a la actitud cobarde de Brasil, Chile y Argentina, las potencias regionales. Las democracias tenemos que estar unidas en contra del terrorismo y la extorsión. La línea moral de una nación no puede ser comprada por barriles de petróleo, ni por la compra de nuestra deuda externa ni por el chantaje de un «me quedo callado para que no me jodas». No hay, «no es asunto nuestro». Es nuestro deber como democracia.

Qué no les quede duda, Chávez hubiera financiado a Sendero Luminoso de ser otro el momento en que vivimos. ¡A ver si eso les habre los ojos!

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