Por - Publicado el 21-03-2008


El gobierno está diagnósticando desacertadamente el reciente aumento de precios. Consecuentemente, las acciones para revertirlo son también desacertadas.

El tema no es la «especulación», como si tuviera que haber un precio controlado en la economía. No lo hay. Los precios aumentan ante aumentos de costos o aumentos de la demanda ¿Estamos otra vez ante un Alan García que se niega a ver esta realidad?

Imagen tomada de aquí

Al bolsillo popular poco le importan las definiciones. Es como hablar de «inflación bruta» e «inflación neta». Se quisiera que alguien haga algo para evitar un fenómeno que lo perjudica. Bien. Pero para quienes se ocupan de la política económica sí les debe interesar hacer un buen diagnóstico de lo que está ocurriendo, para no sólo «hacer algo», sino hacer algo efectivo. ¿Quién debe ocuparse del tema: el MEF, el BCR, la INDECOPI, el MINAG o alguna otra autoridad? ¿Y qué debe hacer?

Han subido algunos precios de alimentos y se debería poder aliviar esas alzas con políticas sectoriales. En tal sentido, hasta el momento la reacción de las autoridades ha sido tomar medidas de carácter aparentemente micro, lo único es que ya lindan con la desesperación. Se comienza a hablar de «especuladores» (ver aquí), de vender pescado barato para controlar la especulación (ver aquí), lo cual parece un discurso de hace veinte años cuando comenzaba la hiperinflación de García-I. Mal diagnóstico, pésimas medidas.

Y desde las autoridades monetarias, que lamentablemente cayeron y alentaron el «enfoque de la especulación» (verlo en este post), en la nota del BCR se explica que se están tomando medidas anti-inflacionarias. Muy prudentes, por cierto, lo cual está bien. El único tema aquí es que se sigue manteniendo la política de defensa del dólar, que cuenta cada vez con más críticas (ver aquí) y que alienta también la «especulación»…

Si las presiones inflacionarias vienen de afuera, no quiere decir que haya que estar inactivos y que no se pueda hacer nada en contra. La prudencia monetaria está bien, pero ¿cuán compatible es ésta con la actual defensa del dólar? Si se dice que la inflación viene de fuera, podrá ser todo lo transitoria que se piense, pero evidentemente pone en evidencia que la defensa del dólar no tiene ya mucho sentido. Un dólar flexible, negado del todo por la actual administración monetaria, podría contrarrestar diversos aumentos de precios.

Por eso cuando leo que Aldo Mariátegui dice

¡El problema es muy sencillo: hay inflación en alimentos porque han subido los precios del trigo (pan y fideos), maíz (que alimenta al pollo) y la soya (los aceites) porque los chinos e hindúes están cambiando sus hábitos alimenticios (ahora consumen cárnicos) y porque a Bush se le ocurrió subsidiar al maíz para generar combustibles. Poco que hacer allí.

OK, puedo estar de acuerdo con todo, pero no con la última frase: «poco que hacer allí». No, en México recién entrando Calderón tuvo la crisis de la tortilla y la resolvieron con políticas sectoriales, importando maiz (ver aquí). No hay por qué enfriar la economía como sugieren algunos. Se ataca el problema con mayores importaciones, para lo cual no viene mal un mayor balance en la política cambiaria que actualmente busca claramente favorecer a los exportadores, con presencia directa en el directorio del BCR (ver aquí).

Aldo Mariátegui después de criticar a los enfoques que piden controles de precios que se concentran en los «especuladores» sugiere que la rebaja arancelaria ha evitado un alza mayor y sobre todo:

Y otros alimentos (los perecibles) han subido por temas estacionales, La Niña, una mejora del poder adquisitivo, los paros y un sistema de comercialización superarcaico, con desordenados mayoristas y “mamachas” en cochinísimos puestos; obsoletos agentes intermediarios que aún guardan la plata entre los senos, transportan en camiones viejísimos o en carretillas la comida, usan pesas de la época de la carreta, no controlan las mermas (en nuestro país se pierde fácil un tercio de lo cosechado por demoras en pésimas carreteras, maltrato en el manipuleo, javas llenas de hongos y parásitos, ratas que campean a sus anchas, falta de refrigeración), etc… Si tuviéramos un mercado central decente y la mayor parte comprase en supermercados y no en la calle como seres civilizados, no habría tanta distorsión.

Nada que ver, pues. Los paros, la mejora del poder adquisitivo (¿cuál?) y las «mamachas» no tienen la culpa del aumento de precios, como no tienen la culpa los «especuladores» (1). Salir del enfoque de la «especulación» para caer en el enfoque «mamacha» es caer en lo mismo y crea preocupación, pues surge la imagen de falta de claridad y de desesperación.

Y lo siguiente ya es alucinante:

Y ésta se combate con información. Se le cuenta al ama de casa cuáles son los “precios normales” y se insta a que no compre y mande al cacho al comerciante que abusa. Los boicots masivos son muy efectivos para bajar los precios. En Argentina sirvió muy bien con el tomate en octubre del 2007. Nadie compró tomates y éste se desplomó. Imitémoslos.

Notemos cómo el periodista a pesar de antes criticarla finalmente cae en la culpabilización a los «especuladores». En la Argentina de Kirchner (al parecer modelo imitable para Aldo Mariátegui) se hicieron diversas locuras económicas, no sólo boicots a los «comerciantes que abusan», sino, por ejemplo, se prohibió la exportación de carne para mantener bajos los precios internos. Como es usual, esta medida populista contó con apoyo popular. ¿Tal vez esa sea la siguiente recomendación de política económica del director de Correo? El problema es que tal como van las cosas puede ser que le hagan caso…...Este tipo de sugerencias si algo hace es contribuir a crear zozobra y ansiedad en la opinión pública, que entiende que ni el gobierno ni nadie da pie con bola. El gobierno mismo labra así su pérdida de credibilidad y estimula a que se formen expectativas pesimistas.

La gente ve desesperación, improvisación e ineficacia gubernamental y se acuerda del García de antes. Y claro, la combinación Alan García con inflación es de temer. Nadie la quiere volver a vivir.

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(1) Claro, si hubieran
realizado el «shock de inversiones» tal vez habría un mercado mejor, pero eso sería un efecto de nivel, que no explicaría la presente variación de precios.

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  1. Combitos »
    16-04-2009 - 22:28
  2. Combitos reboto lo que me conviene » Gran Combo Club
    05-01-2010 - 13:13

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