Por - Publicado el 27-01-2008

Leo al director de Correo

Expectativas: que hablen pocos
(…)
Por eso este gobierno debe organizar una política comunicacional eficiente para que las expectativas no decaigan. Eso significa que tanto Carranza como Velarde tienen que salir a hablar más a menudo, pues lamentablemente García y Del Castillo tienen poca credibilidad ante la ciudadanía, que desconfía de ellos por verlos como políticos y por experiencias pasadas. (…)Por eso, que hablen y bastante los que conocen del tema y tienen credibilidad por lo menos técnica, mientras que el resto haga sus tareas en el campo correspondiente, que existe mucha gente que basta que escuche decir a Alan algo para pensar de que o está mintiendo o exagerando.

Comentario: Una vez más, tenemos a alguien que no domina el tema, que se informó por amigos o que leyó un par de cosas por ahí y se lanza a realizar recomendaciones. El problema es que le hacen caso…

Veamos:

  • Carranza y Velarde sí están hablando y muy a menudo. El primero ha salido en los medios repetidas veces, en primeras planas, en entrevistas en la tele y en la radio (RPP, enfoque de los sábados, por ejemplo). ¡Incluso tiene programada una conferencia en el Aula Magna del APRA! Por favor. Carranza, además de su capacidad técnica, da credibilidad por su independencia, pero si lo llevan a hablar al local del partido del gobierno, despilfarra inútilmente tal credibilidad. Velarde ha dado entrevistas en Caretas, y declaraciones diversas por todo lado. Así no es la cosa. El banquero central habla poco y cuando habla es porque hace un anuncio relevante. La tierra tiembla cuando se sabe que va a hablar. Si está hablando todo el tiempo en los medios, ya nadie presta atención. El silencio y la seriedad son la mejor política para crear buenas expectativas. Que las autoridades económicas tengan una presencia mediática de políticos populistas es contraproducente.
  • Los dirigentes políticos del país como García y Del Castillo se tienen que callar y dejar que los técnicos se encarguen del tema. Tienen ya suficiente con su trabajo de reconstrucción del sur, solución de conflictos laborales y ambientales, eventos internacionales, política exterior, etc.. Que no se metan con las expectativas. A nada bueno conducirá su intervención.
  • Los periodístas bendecidos con que García les haga caso, pero que no saben de economía e improvisan recomendaciones, se tienen que callar y dejar que los técnicos se encarguen del tema. Los inversionistas saben muy bien que estos personajes tienen llegada al gobierno. Por lo tanto, lo que digan es visto como algo que el gobierno puede adoptar, es decir, un anuncio anticipado. Por ejemplo, que reconozcan que García, a quien apoyan con todo, no tiene credibilidad, es una señal de desorden dentro del gobierno. Suena a que no tienen iniciativa alguna. Esto es fatal en un contexto de ataques especulativos frecuentes.

En una palabra, por razones diferentes, todos tienen que callarse y dejar de estar pensando en voz alta como lo vienen haciendo hasta ahora. Un buen análisis es muy bien recibido por los mercados, pero para eso están los analistas de verdad, no los voceros oficiales o extraoficiales del gobierno.

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