Por - Publicado el 21-10-2007

Como señalé en 15-8: Zares y azares y 15-8: Zares y azares 2 el gobierno está en una dinámica de crear puestos ad hoc. Un poco más y ya subcontrata todas las funciones gubernamentales:

  • Hernando De Soto para negociar el TLC;
  • Victor García Toma para el Pacto Social;
  • Julio Favre para la reconstrucción del sur; y
  • Carolina Lizárraga para lucha contra la corrupción.

Hasta el momento esta forma de hacer las cosas no está funcionando. Hernando de Soto renunció, García Toma anunció que se suspendía el pacto social por el terremoto del sur. Julio Favre ha enfrentado las renuncias de su equipo y se ha quejado por las críticas de los apristas a su gestión, tras enfrentar una serie de cuestionamientos.

Una tendencia que se observa es que cada vez demora menos desde que se anuncia el nombramiento hasta que se recibe la avalancha de críticas y el gobierno emite una respuesta.

Críticas a la designada:

‘Carolina Lizárraga no actúa con imparcialidad y objetividad’

y expresiones duras de García:

«Matute recuperó la lengua”, afirma presidente García

Es claro que aprista en cargo público es antónimo de credibilidad y honestidad. Es en parte herencia de la primera administración de García, pero también, más recientemente, de los gobiernos regionales y de hechos como el agónico paso de Alva Castro por el ministerio del interior. El gobierno quiere hacer buena letra y no quiere caer en picado en aprobación como ha venido ocurriendo. Comenzó con un gabinete de supestos independientes, prestados en parte del equipo de Flores, y ha querido continuar con la idea de independientes en organismos supuestamete independientes del gobierno en un esquema de subcontratación temporal de servicios profesionales. Es interesante porque demuestra que en el Perú, a pesar de ser un país de mercados incompletos, hay mercados para muchas cosas. El propio gobierno recurre a services muy particulares, para gobernar el país. Lejos de acabar con (los abusos de) estas entidades, como prometió en su campaña, ha incorporado su lógica al propio aparato del estado.

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