Por - Publicado el 18-08-2007

En la línea de Post-Terremoto: desorganización.

Hace un par de años el huracán Katrina no sólo hundió a Nueva Orleans, sino también a la policía local:

La policía se esfumó. Muchos policías se fueron del lugar, algunos hasta se suicidaron. Una organización existente se desintegró en cuestión de horas. Ocurre en los países más desarrollados.

En nuestras regiones más afectadas parece que el terremoto destruyó el incipiente tejido de autoridades locales. No están. Ahora la gente quiere la presencia del estado, y el estado es el gobierno central, el presidente, o algún ministro, sin importar la jurisdicción del personaje.

«Los alcaldes y presidentes regionales, sí, muy buenos para protestar por más dinero, pero ¿dónde estan ahora que se los necesita?»,

me comentan. Y me complementan que parece que ellos también son damnificados. Han sufrido pérdidas de seres queridos y bienes materiales y no pueden cumplir con su rol de autoridad. (Actualización: Un ejemplo: Rescatan a párroco luego de dos días bajo los escombros. Un párroco usualmente se dedica a labores de ayuda a la población, pero si éste resulta ser una víctima del terremoto, pues ni modo… Así de mal está la cosa…) Posiblemente. Pero nos da qué pensar. ¿A quién acude ahora la población damnificada?

Por supuesto, la atención se concentra en la acción de gobierno central. A la hora de la hora, no hay regionalización que valga. El estado es el gobierno central y punto. Y más aún se plantea un debate ideológico: estado vs. mercado/empresa privada. Como si mercado y empresa privada fueran identificables, y, en primer lugar, como si se tuviera que al estado contra el mercado o la empresa privada. Veamos sino:

Las víctimas del sismo del miércoles último sufren ahora una segunda tragedia. Al golpe de la Naturaleza se añade el de la sociedad: el caos, la desorganización, la inexistencia de reservas alimentarias, la endeblez de un Estado cada vez más alejado de sus deberes.
(…)
La torpe idea de que en el Perú hay que reducir el poder del Estado olvida que acá lo que hay es un Estado diminuto, succionador centralista de las energías del país.

Basta pensar que se ha instalado en el gobierno y en los medios de comunicación el pensamiento único del neoliberalismo, que preserva ante todo el interés de los grandes empresarios.

La otra tragedia por César Lévano

Bueno, el artículo mezcla de todo: imprevisión ante una guerra, el TLC, el crecimiento de Ica es inútil para el terremoto, etc. Vale la pena leerlo completo. Entonces, en esta visión un estado pequeño no puede aliviar el daño sufrido por la población.

Correo:

La verdad es que la empresa privada y la ciudadanía se están portando estupendamente para ayudar a las víctimas del sismo. Sin embargo, se están topando con un gran problema: la falta de seguridad.
(…)
«Lo mínimo que le pedimos al Estado es brindar seguridad. Ha llegado cualquier cantidad de ayuda, pero no se puede distribuir por falta de seguridad y organización. Es trágico que haya víveres, ropa y agua en abundancia y no se pueda repartir por delincuentes».

Al día siguiente II por Aldo Mariátegui

En esta visión, a diferencia de la anterior, el estado sólo tiene que garantizar la seguridad, es la ciudadanía y su organización, incluyendo a las empresas, la que podría aliviar el problema.

Nótese que en ambos casos se llama al estado, pero al estado central, no al estado descentralizado compuesto por autoridades locales. Coincidencias al fin y al cabo….

Más artículos de trasfondo del desastre son:

  • Qué buenos se han vuelto todos por César Hildebrandt
    ¿Necesitamos más terremotos para darnos cuenta de que tenemos que cambiar este modelo injusto que pretende ser inalterable?
  • Después del remezón viene el desborde por Raúl Wiener
    El terremoto del día 15 ha demostrado que el camino de la alianza del Estado con la gran empresa no sirve para forjar regiones más sólidas y viables.

que van por el cambio de modelo económico. Más estado. Y por otro lado:

  • Pisco y sus réplicas por Augusto Álvarez Rodrich
    Los alcaldes, que deberían desempeñar un papel protagónico en una desgracia como esta, por el conocimiento de su localidad, parecen pintados en la pared.

    Es evidente que no estamos ante un problema de falta de recursos, sino de escasa previsión, organización y gestión del esfuerzo de ayuda. Es una historia que se parece bastante a la que, en general, se observa en el país desde hace mucho tiempo.

Hay recursos, pero hay que organizarse. No es un tema de modelo económico.

Dada la desorganización vista, este debate no ha podido esperar y se realiza en plena tragedia….

Finalmente, no creo que debamos renunciar a la inoperancia de las autoridades locales. Si bien éstas necesitan apoyo del gobierno central, por lo visto en Post-Terremoto: desorganización, éstas sí hubieran podido cumplir con su tarea. Fue cuestión de prioridades. Hace mucho tiempo decidieron que la defensa civil no era importante. Error a corregir.

Actualización: El contraste no puede ser mayor:

Hasta ahí.

Actualización 2: Susana Frisancho discute la siguiente pregunta:

¿Debieron ir los militares?

Pregunta relevante. Aunque el actual jefe del INDECI es un militar, un general y muchos de los responsables son militares. Siempres estuvieron allí los militares. No es que como el INDECI funciona mal van los militares. Ver Post-Terremoto: desorganización 2.

Actualización 3: Notables fotos de Juan Arellano:

Terremoto en Ica – Limeños solidarios

Hay apoyo. Ojalá que esté llegando.

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