Por - Publicado el 01-06-2007

El 10 de mayo, cuando García le daba un golpe a Carranza, el IPE saludaba los decretos de urgencia en su comentario diario:

Intento de agilización de inversión pública sería óptimo con medidas complementarias

Se «agiliza» el gasto público aflojando el SNIP, pero se dan «medidas complementarias» que harían lo mismo que pretende el SNIP, pero supuestamente mejor.

Y el 14 de mayo, cuando ya cierto sector de la prensa expresaba su extrañeza por la jugada de García:

Es posible agilizar el gasto público y mantener su calidad a la vez

El SNIP funcionó como un buen filtro mientras se mantuvieron las condiciones iniciales de su diseño: escasos recursos y muchas necesidades. Hoy, las necesidades no son menores, porque mientras no hubo recursos el Estado actuó como perro del hortelano y no invirtió ni dejó que los privados lo hicieran. La diferencia es que hoy sí hay recursos. El problema es que el SNIP se ha sofisticado y sus sectoristas son más exigentes. A menudo, dejan de lado la intuición, se fijan sólo en formalismos y retrasan los proyectos. Y esta lentitud del sistema nos está pasando factura. El déficit en la capacidad de gestión de los gobiernos subnacionales ha agravado la brecha que el sistema fue cavando. Y si bien los cuellos de botella son coyunturales, no pueden ignorarse. Lo urgente es agilizar el SNIP flexibilizándolo temporalmente y cuidando la calidad del gasto con medidas de control complementarias. Luego: mejorar la capacidad de gestión de los gobiernos subnacionales, reducir la discrecionalidad de los sectoristas y los tiempos de las etapas, estandarizar los procesos y encargar un estudio para el mejoramiento de la calidad de la inversión pública en el Perú.

Muchas palabras para finalmente solicitar una consultoría…. (no son los únicos: ver ¿Consultoría en vez de TLC?). No hay propuestas concretas. Se flexibiliza un mecanismo en concreto para proponer otro en abstracto. No estamos para dilaciones. Hasta que se acabe ese estudio para mejorar la calidad ya se acabó el año fiscal…

En este último comentario se incluía un mapa del Perú con la brecha de infraestructura y los resultados de las elecciones con el siguiente texto:

No es una coincidencia que ahí donde menos infraestructura hay las
simpatías electorales en la última elección presidencial se hayan volcado hacia el candidato que exhibió un discurso más crítico de la inacción del Estado. 10 meses después, las carencias no se han superado ni parecen en camino a hacerlo. La presión es mayor por la disponibilidad de recursos y la incapacidad de usarlos.

Bueno, esta es una forma más sofisticada y gráfica de decir que hay que gastar por razones políticas, que se viene el humalismo. Es una forma de meter prisa para gastar y gastar como comenté en La desesperación por gastar y en diversos posts allí citados.

Lo interesante de todo esto es la alineación con García de los políticos (alianza con el fujimorismo), de la prensa (ver La falta de una prensa crítica al gobierno) y ahora de los economistas. Me recuerda a la época de los doce apóstoles, cuando García comenzaba su primer gobierno y a la unanimidad que había en torno al modelo «heterodoxo». Muy pocos economistas fueron críticos de estas políticas desde el comienzo. En esos tiempos alanistas la página de economía de El Comercio fue una solitaria señal de crítica a García. Ya después la economía se le escapó de las manos y los economistas se le voltearon…

Hoy parece que estamos ante esquemas similares. García no sólo tiene a la prensa de su parte sino al parecer a diversos economistas, que le dan mucho más que el beneficio de la duda….

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