Por - Publicado el 28-05-2007

Leo en el Blog de Actualidad Económica

Los argumentos ya han sido dichos con anterioridad: el TLC no permitiría hacer nada contra los sobornos de Luchetti, ni contra las quejas de las AFPs extranjeras contra la libre desafiliación, ni contra la compra fraudulenta de patrulleros. Cuando el estado peruano quiera tomar acciones contra esas empresas, éstas nos harían juicio ante tribunales internacionales. Y por cierto, ya no hay Luchetti en los Pantanos de Villa, pero continúa la contaminación y nadie dice nada…. Se movilizó a la gente por antichilenismo, no por protección del medio ambiente. Pero en fin, lo más curioso en mi opinión es el énfasis del artículo:

(…) el TLC firmado por Bush y Toledo. Este es uno de los puntos que quieren cambiar los demócratas norteamericanos, pero sólo para ellos.

Privilegios para las trasnacionales en el TLC Bush – Toledo

Esta exigencia demócrata se debe a que el TLC Bush-Toledo otorga ventajas especiales a las trasnacionales, ventajas que no tienen las empresas nacionales.

Esto debiera ser particular preocupación de un gobierno aprista, partido inspirado en las enseñanzas de Haya de la Torre, quien insistió en que la inversión extranjera podía ser bienvenida pero bajo las condiciones establecidas por el Estado peruano y regulándolo a favor del desarrollo nacional.

¿Por qué esta singularización de Toledo en relación al TLC? Pues ha quedado muy claro que el TLC es obra de Toledo y que Alan García no puede reclamar la firma del TLC como un mérito propio. Toledo le ganó la batalla mediática y además es justo reconocer que fue Toledo quien lo gestionó y quien, por lo tanto, merece el mérito por su firma (Toledo=TLC, García=»TLC hacia adentro»).

Entonces viene la estrategia de acusar a García de inconsecuente con «las enseñanzas de Haya de la Torre» aceptando un TLC que ni siquiera le da rendimiento político alguno. Algunos sectores de las izquierdas se ponen así en la estrategia del ex ministro de economía, Vásquez Bazán, que invoca a la rebelión de las bases del partido aprista. Por supuesto que el descontento en las bases apristas viene más por colocarse laboralmente en el gobierno que por «las enseñanzas de Haya de la Torre» (ver ¿Oposición interna en el APRA?). Curiosa estrategia.

A la vez que se tiende la mano al APRA, nótese también la denuncia y el rechazo no sólo a Toledo (quien, seamos justos pues, permitió la entrada al gobierno de connotados técnicos de izquierdas), sino a los demócratas americanos que si algo han hecho es estampar en el TLC la protección de los derechos laborales y sindicales, además de la protección ambiental, en el país., temas clásicos de las izquierdas en todo el mundo.

Tal vez las izquierdas podrían apreciar un poco más estos desarrollos que abren las puertas a nuevos escenarios y no quedarse en escenarios cerrados y proteccionistas que lo único que hacen es condenarlas a ser el furgón de cola del nacionalismo más revanchista y sin sentido. No nos sorprendamos que en un futuro sean estas mismas (u otras nuevas) izquierdas las que invoquen al tan criticado TLC para defender los derechos de los trabajadores y el medio ambiente.

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