Por - Publicado el 22-03-2007

Hace algunos días había escrito este post, antes de comentarle algunas cosas a Una observacíon de Gustavo Faverón):

Leía en Perú 21:

Teletrece de Chile lo cuenta sobre el evento titulado «Cruzar la frontera» aquí.

«Nuestra historia con Perú está sellada por la guerra. No hay posibilidad de encuentro desde el pasado, pero sí la hay desde el futuro. La cultura y la poesía pueden unirnos y crear un nuevo centro de integración«, manifestó José María Memet, director general de ChilePoesía.

Por otro lado, me llega un reenvío por correo electrónico de la siguiente reacción del escritor Dante Castro:

Me preocupa que poetas peruanos se presten a leer poesía en el monitor Huáscar anclado en Talcahuano, junto a poetas chilenos. …¿Qué están haciendo?… Legitimando la retención del monitor de Grau por los triunfadores triunfalistas. Están reconociendo que está bien que permanezca allí, que el derecho de conquista debe respetarse y que la plataforma donde murieron heroicos marinos peruanos puede convertirse en un escenario circense.

Comentario: Aquí hay dos lógicas en conflicto. Por un lado, está la lógica de la integración y de la cooperación. Es un recital de poesía destinado a buscar la amistad entre nuestros pueblos. Sí, hubo una guerra, pero no queremos que haya más y se trata de darnos mutuamente señales de mejor entendimiento. Donde antes hubo guerra, hoy hay poesía. Las artes nos pueden unir y contribuir a calmar los ánimos belicistas a ambos lados de la frontera.

Por otro lado, está la lógica de la confrontación. Como dice Dante Castro «que no sólo nos devuelvan el Huáscar, sino el territorio usurpado, el mar robado, la biblioteca saqueada, el honor mancillado«. Pues nada, hasta que no recuperemos Arica y Tarapacá, el territorio usurpado, pues no seremos amigos. Viviremos siempre en conflicto hasta que algún día ajustemos cuentas por la derrota de hace siglo y cuarto. Y por supuesto, todo intento de integración y acercamiento es traición a la patria.

¿Cuál de estas dos actitudes es la que deberíamos adoptar los/as peruanos/as? Lo he dicho ya en numerosos posts. Lo que nos conviene es la integración económica y cultural. Esto no quiere decir que nos dejemos ganar la batalla por el pisco frente al aguardiente chileno (nunca uso el pleonasmo de decir «pisco peruano»), ni desistir de nuestros intereses marítimos, ni desatender la defensa nacional, etc. Simplemente, debemos pensar el tema con cabeza fría y bajar la tensión belicista que beneficia a intereses que nada tienen que ver con los de nuestra entidad nacional.

El diseño de una copa de pisco de calidad fue algo en positivo y constructivo, donde demostramos inteligencia y capacidad, y ganamos la partida en el reconocimiento a nuestra bebida nacional. Contrastó con las múltiples quejas y reclamos con que muchas veces hemos acaparado el ambiente sobre el tema con Chile. Necesitamos más de este tipo de acciones constructivas (duplicar nuestra exportación de pisco, mejorar la red carretera, nuestros niveles educativos, y tantas cosas más), y menos disparates como quemar la bandera chilena frente a Lan Chile o hacer un circo en el congreso peruano con la bandera chilena. ¿A qué condujo todo eso?. A nada bueno, sólo a dar una imagen negativa del Perú en el exterior.

Los que nos asustan con el «peligro externo» muchas veces lo hacen para aumentar las compras de armas y así sacar tajada ellos y sus amigos traficantes de armas. Fujimori usó el conflicto del Cenepa para su reelección. Primero fue a Ecuador hacerse aplaudir como si estuviera en una manifestación política, para después embarcarnos en una costosa e inútil guerra, manipulando los sentimientos patrióticos de la población. Hoy está ocurriendo algo parecido. Desde el periódico de la mafia se agita el revanchismo y el antichilenismo. ¿Por qué? Cierta parte de los vestigios de las izquierdas peruanas, lamentablemente, han dejado a un costado buena parte de sus banderas sociales para subirse al carro del discurso chauvinista y revanchista que no nos llevará a nada, pero a nada, bueno. (En cambio en Chile, las izquierdas llevan dos periodos consecutivos gobernando el país). Al final de todas estas poses está la guerra, no la guerra en una selva de poca densidad demográfica para los dos países, sino una guerra que compromete al grueso de nuestras poblaciones civiles. En fin.

Para terminar, condeno rotundamente que se descalifique a quienes estamos por la integración económica y cultural con los países vecinos. No somos menos patriotas que los antichilenos pendencieros. Acaso mucho más. Nuestra entidad nacional se fortalecerá si se consolidan sus instituciones, si se logra crecer y salir de la atrofia económica en la que vivimos, si se dejan de lado ideas retardatarias de hace dos siglos. Toca estimular la creatividad intelectual y tecnológica, la reducción de la pobreza, todo lo que en positivo nos haga vivir mejor. Lo antipatriota es todo lo que debilite a nuestra entidad nacional, incluyendo las poses belicistas como esta.

Actualización: Reitero lo dicho en el comentario a Una observacíon. Como la cosa tiene que ir por los dos lados, el siguiente recital de poesía «Cruzar la Frontera» lo podemos hacer en la cubierta de La Covadonga cuando la Marina la saque a flote, o en el Parque Reducto de Miraflores, trinchera peruana donde murieron muchos peruanos y chilenos (y perdimos nosotros), o en Concepción y Sangrar donde murieron muchos chilenos y peruanos (y perdieron ellos). Estoy seguro que muchos poetas chilenos no tendrían problema con dar el paso que dieron los poetas peruanos y venir al Perú a dar un gesto de paz, haciéndose así blanco de los vituperios de algunos de sus compatriotas.

Actualización 2: Recomiendo el artículo A propósito de Epopeya de Toni Zapata sobre los estereotipos sobre Chile forjados por Manuel González Prada en el Perú, y los estereotipos sobre el Perú forjados en Chile por Benjamín Vicuña Mackenna en Chile.

En el Perú sobre Chile:

Chile como el enemigo ambicioso y traicionero por excelencia. Esta imagen del vecino del sur es una prolongación de España: un país codicioso que vino a quitarnos nuestras riquezas. Ahí sigue al acecho y sus ingentes inversiones en el Perú son percibidas como una amenaza potencial. (…) se piensa en Chile como un país ordenado, bien estructurado, con planes e ideas precisas sobre sus intereses; con éxito económico que lo coloca en la puerta del Primer Mundo. (…) En síntesis, a Chile lo detestamos, pero también lo envidiamos. Lo nuestro es rabia con admiración.

En Chile sobre el Perú:

virreinales, cortesanos, con exceso de politiquería entre la gente corriente y con mucha co
rrupción en nuestros hombres públicos. (…) el peruano promedio no quería trabajar sino vivir de sus rentas. Nos gustaba conversar e intrigar, antes que sudarla. Esta imagen estaba en oposición a la que paralelamente construyó sobre Chile mismo. Ellos eran lo contrario del Perú, mientras nosotros éramos herederos de los ociosos andaluces, ellos tenían cepa vasca, gallega y provenían del austero y esforzado norte de España. Así, el chileno de Vicuña era emprendedor y esa actitud fundamentaba las conquistas militares a costa de peruanos muelles y corruptos.

Ambos estereotipos están presentes en algunos comentarios a mis post de parte de mis compatriotas sobre Chile (aquí), como de los vecinos sobre el Perú (aquí).


Miguel Grau Seminario y
Arturo Prat Chacón:
máximos héroes del Perú y Chile.

Grau proveniente del norte del Perú; Prat, del sur de Chile.

Ambos de ascendencia catalana.

Ambos combatieron contra la invasión española a nuestros países en el combate de Abtao (Grau en La Unión y Prat en La Covadonga).

Ambos murieron en el Huáscar.

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Comentarios a este artículo

  1. luis astete dijo:

    yo no sabia que grau combatio junto con un chileno pero esta bien que lo pongan asi me imformo mas gracias y grau siempre va a ser mejor que un chileno por que es peruano
    ¡ARRIBA PERU!