Por - Publicado el 19-01-2007

Siguiendo con el debate del papel del arte y su relación con el márketing, quiero colocar este breve video que ilustra las confusiones que se pueden producir cuando introducimos el segundo criterio para juzgar el primero.

Aquí tenemos dos expertos que censuran a los premios Oscar porque promueven películas que no son patrióticas (ellos las llaman «antiamericanas», «socialistas», «homsexuales», «comunistas»; dicho sea de paso, ¿qué tiene de anti-patriótico ser homosexual?). Dan a entender que las élites de izquierda de Hollywood no se fijan en el gusto del público (analizado por la revista cristiano-conservadora «MovieGuide» en una encuesta).

Para que se vea bien la cortedad de su visión, hay que notar que entre las películas que encuentran positivas, mencionan «Los Increíbles», una excelente animación que, curiosamente, tiene un tono notoriamente anti-capitalista y «Spiderman 2», cuyo héroe no parece ser muy patriótico u optimista, sino más bien melancólico y problemático.

La parte crucial es que también incluyen «The Passion of the Christ». Cuando la entrevistadora (sin pretender causarles ningún problema) les pregunta qué tiene de patriótica esa película (que se más parece un macabro espectáculo barroco) uno de los entrevistados no sabe qué contestar. Esto suele ocurrir con el pensamiento conservador: evita lo problemático y, por ello, no sabe qué responder cuando, como ocurre las más de las veces, tienes que explicar la coherencia de lo que es incoherente. En este caso, la abierta sensibilidad barroco-católica de la película de Gibson que no tiene nada que ver con el puritanismo moderno estadounidense, pro-israelí y pro-capitalista, que niega la muerte y el sufrimiento.

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