Por - Publicado el 30-12-2006

Leo en La República

Doble estándar ante la globalización por Mirko Lauer.

Hay sectores a los que les gusta mucho la justicia internacional en el tema de la defensa de las empresas. Por ejemplo esos convenios internacionales que colocan las inversiones de fuera a la sombra de leyes extranjeras, como el del CIADI. Pero esos mismos sectores detestan la justicia internacional cuando ella defiende a las personas.

Lo cual tiene que ver con una visión determinada de la globalización: algunos de sus estándares les son aceptables, otros no. Así, la idea de la soberanía del Estado es movida de un lado a otro, según las conveniencias del caso. Soberanos para limitar los derechos humanos, pero no tanto para aceptar la vigencia de derechos económicos foráneos.

Bueno, esto ya lo he manifestado en ¿Fujimori cercado? (III) y en Proteccionistas de todos los países ¡uníos!, sólo que Lauer sólo critica a las derechas cuando la crítica también se aplica a las izquierdas. El poder judicial no funciona para nadie, ni para proteger la propiedad ni para proteger la integridad personal. La idea de hacer del Perú una isla moral, jurídica es general: a veces son las izquierdas las que invocan este mecanismo; a veces son las derechas….

Siguiente. En el Comercio de hace algunos días leíamos

Editorial: Menos aranceles para mejorar competitividad

Al amparo de la delegación de facultades del Congreso, el presidente Alan García lanzó el segundo paquete de medidas tributarias. Este incluye de modo principal la reducción de los aranceles para facilitar la importación de maquinarias y equipos para la industria.

Se trata de una medida positiva, pues es una condición necesaria para la reconversión tecnológica de la industria nacional y, a su vez, para incrementar la competitividad. Y, aunque la iniciativa apunta a favorecer a la pequeña empresa, debe darse otras medidas para incluir también a la mediana y la gran empresa –que igualmente necesitan estos incentivos–, así como para luchar contra la informalidad y la competencia desleal.

La realidad es que atravesamos por un buen momento macroeconómico, sobre todo por los altos precios de los minerales que producimos. Sin embargo, resulta evidente que si queremos promover la agroindustria y la manufactura, que tienen mayor valor agregado y podrían ser el motor de nuestras exportaciones, requerimos este tipo de incentivos para poder competir con otros países.

Como lo sugerimos en nuestras Propuestas para una Agenda de Gobierno 2006, podría «aplicarse un cronograma de reducción generalizada de aranceles» y eliminar el arancel a la importación de bienes de capital, que es precisamente lo que con tino se está haciendo. Junto con ello deben darse las condiciones para descentralizar las inversiones y crear mayor empleo.

Si consideramos que el gran objetivo nacional es suscribir un tratado de libre comercio con Estados Unidos, pues tenemos que poner los medios para que el llamado TLC interno despegue urgentemente, dentro de lo cual el programa Sierra Exportadora merece atención especial con incentivos para instalar industrias en todo el país.

La marca Perú, que se ancla en mejorar la calidad y los precios de nuestros productos exportables, implica que el Gobierno asuma este tipo de medidas. Y es que si bien pueden significar una menor recaudación en el corto plazo, tienen un significativo efecto multiplicador en el mediano y largo plazos, con mayor producción y rentabilidad y, consecuentemente, una mejora de la recaudación tributaria.

Reconversión tecnológica, favorecer a la pequeña empresa, promover la agroindustria y la manufactura, Sierra Exportadora, instalar industrias en todo el país, efecto multiplicador. Todo esto suena muy bien. Pero, ¿es eso lo que se está haciendo? Leemos enPerú 21.

Fiestón mercantilista por Federico Salazar

No ha llegado el año nuevo y ya empezó la fiesta. El Gobierno anunció la reducción de las tasas arancelarias para la importación de insumos y bienes de capital. Los industriales se van de fiesta.

Con ello cambian los aranceles para cerca de 2,900 partidas. Los que usan esos bienes tendrán el privilegio de no pagar impuestos a la importación.

La reducción establece un trato preferencial para algunos. Perfora la cobranza de esos impuestos.

El privilegio llama a otros privilegios. Rompe el trato imparcial. Hace atractivo el cabildeo, la oferta y la demanda de las medidas políticas.

El ministro de Economía y Finanzas, Luis Carranza, cree que es un tema fiscal. Reconoce que el Fisco dejará de recibir 259 millones de dólares. Se jacta, sin embargo, de no desequilibrar el Presupuesto General de la República.

El camino que se abre de esta manera, sin embargo, desordena las cuentas fiscales. Ahora se tendrá que buscar con qué recomponer el Presupuesto.

El problema más importante no es el fiscal. El problema más importante es político. Se consagra, de esta manera, una forma asolapada de planificación, con todo el desarreglo que eso traerá.

El Gobierno cree que hay que traer más insumos y más bienes de capital. No lo establece el mercado, sino el Gobierno. Por eso establece diferencias en el trato arancelario.

Si se piensa que hay que reducir los costos de producción, los impuestos deben bajar para todos. De lo contrario, no nos enteramos qué es lo que el mercado selecciona como necesario.

El Gobierno no debe manejar la economía. El crecimiento no debe reflejar artificios gubernamentales; debe reflejar, en todo caso, el crecimiento de los negocios.

Pues sí, volvemos a los esquemas de «crecimiento selectivo», de supuesta industrialización por abaratamiento de importaciones de insumos. Antes fue el dólar MUC, hoy son las tarifas….

Siguiente. Leemos en La República

BVL: Ganancias de capital deben pagar impuesto a la renta por Humberto Campodónico
En la casi totalidad de los países, las ganancias de capital que se obtienen en las Bolsas de Valores pagan IR, como lo determinó Apoyo Consultora en el Informe al MEF de junio del 2003, actualizado recientemente. Pero en el Perú las ganancias de capital (GC) estaban exoneradas del pago de ese impuesto hasta diciembre del 2006. El actual gobierno –sobre todo el Premier Jorge del Castillo- dijo repetidas vec
es que esa exoneración debía terminar.

Pero el DL 970 la ha prolongado hasta el 2009

Pues, sí. Los ingresos de capital tendrán que pagar impuestos. Sin embargo, cuidado. Las ganancias son también el incentivo al crecimiento. No sólo es que el crecimiento trae ganancias; es también que las ganancias traen crecimiento. Les das señales negativas, les clavas impuestos y los capitales se van a otra cosa mariposa…

Siguiente. Leo en Perú 21 de hace ya algunos días (vale la pena leer el artículo completo):

Conviviendo con los narcos por Fernando Rospigliosi

REMANENTES. En el VRAE y la selva central opera un grupo senderista que se calcula debe tener ahora unos cien integrantes. Ellos disponen también de varios cientos de nativos ashaninkas que viven esclavizados y que les cultivan chacras en medio de esa intrincada selva.

A mediados de febrero de este año naufragó una sobrecargada embarcación en el Ene, con aproximadamente 40 senderistas (unos 25 ‘combatientes’ armados). Se ahogaron todos.

Ese es el revés más duro que han sufrido los terroristas en mucho tiempo. A pesar de lo cual, siguen operando y pueden dar golpes como el de la emboscada del sábado 16.

El asunto es que la desidia del Estado permite que esos remanentes del terrorismo, convertidos en sicarios del narcotráfico, puedan sobrevivir y seguir causando daño.


Después de los ataques senderistas en diciembre de 2005, que cobraron la vida de 5 policías en el VRAE y 8 en el Alto Huallaga, el Gobierno entregó 50 millones de soles a los ministerios de Defensa e Interior para realizar acciones contra el terrorismo. En el caso de Interior, para crear un batallón antisubversivo, pedido desde años atrás, pero nunca financiado.

El resultado es que el dinero se gastó, no se creó ningún batallón antisubversivo ni se realizaron operaciones contra el terrorismo en esas regiones.

Esa desidia es la que posibilita que los terroristas tengan la iniciativa y puedan realizar, de cuando en cuando, ataques que siegan la vida de policías y civiles, que permite que el narcotráfico siga prosperando.


EL PELIGRO. La amenaza más importante ahora no es el senderismo, como ha vuelto a repetir un tropel de necios que habla de «rebrote», que menciona a los que han salido de la cárcel o que aprovecha para atacar a la Comisión de la Verdad. Nada de esto tiene relación alguna con el atentado que acaba de ocurir.

Los senderistas del Alto Huallaga y del VRAE no están creciendo ni se están expandiendo. Son, más o menos, los mismos que están allí hace muchos años y que ya han perdido completamente la perspectiva de la ‘toma del poder’.

El peligro más importante a la seguridad nacional es ahora el narcotráfico, que utiliza a los remanentes del terrorismo para eventuales ataques a las fuerzas del orden, para cuidar los cargamentos de droga y para distraer la atención del Estado y del público.

Los medios de acción del narcotráfico son ahora básicamente tres:

# La corrupción. Es su principal arma. Compran autoridades estatales y a civiles, y trabajan con relativa impunidad.

# La violencia. En las zonas productoras de coca ilegal, los niveles de violencia son crecientes, sobre todo entre las propias bandas de narcotraficantes y contra la población inerme. Pero los asesinatos cometidos por sicarios también han llegado a Lima, donde han sido ultimados testigos y un juez de la Corte Superior.

# La política. En las recientes elecciones, el narcotráfico y sus defensores han ganado una alta proporción de gobiernos locales en las zonas productoras. Tienen también una ‘bancada cocalera’. Todos se dedican a trabar la acción del Estado en la lucha contra el narcotráfico y la producción ilegal de hoja de coca.

LA RESPUESTA. La reacción del Estado después de la última emboscada prefigura una situación muy peligrosa. Aparentemente, las autoridades están preocupadas y tienen soluciones. En realidad, lo más probable es que no hagan nada importante.

# La respuesta inmediata ha sido deplorable. Además de la misma historia de siempre («se envían 600 efectivos a perseguir a senderistas»), se han repetido viejas prácticas, como la de capturar a un grupo de personas y presentarlas como las autoras del atentado, cuando probablemente no lo sean. Es una maniobra de propaganda para aparentar efectividad, solo que se juega con la suerte de personas.

Muy bueno este artículo. Se está exagerando interesadamente el tema del «rebrote» senderista, cuando ya es un tema de narcotráfico que ataca via corrupción, violencia y política. Se ha estigmatizado a gente que no tiene nada que ver con lo ocurrido en Machenta. La acción del gobierno continúa la lógica de las cortinas de humo, pero no se centran en combatir al narcotráfico. En tal sentido leemos en El Comercio

Editorial: Vayamos a una política antiterrorista; no a un debate populista y polarizador

Cuando previamente se agotó el debate y quedó demostrada la falta de argumentos que avalasen la iniciativa, resulta sorprendente y perturbador que el Poder Ejecutivo y la bancada aprista insistan en resucitar una iniciativa descabellada e improductiva, aunque esta vez reservada para los cabecillas y agentes terroristas: la pena de muerte.

Por principio nos oponemos a una medida tan extrema que entra en conflicto con el derecho a la vida. Sin embargo, hay otras razones prácticas que avalan nuestra postura: ha probado no ser disuasiva allí donde se aplica; luego está el grave problema del error judicial, que podría mandar al paredón a inocentes; colocaría al Perú nuevamente en una incómoda situación internacional; y, finalmente, exacerba una cultura de más violencia y más muerte.

La oportunidad en que se resucita el tema es igualmente sospechosa y hasta irresponsable, pues hay otros temas más importantes para el país que debieran ser incluidos en el poco tiempo que queda de esta legislatura ampliada. ¿Acaso se trata de una cortina de humo para desviar la atención de otros asuntos serios y soliviantar la emocionalidad ciudadana con un tema tan polarizador?

En tal contexto, debemos llamar la atención e invocar a la cordura de las comisiones parlamentarias que estudian el tema, y eventualmente del pleno, para archivar el proyecto en mención. Por contraste, hay que exigir al Gobierno que defina, de una vez por todas, una política antiterrorista coherente e integral, que no puede estar desvinculada de la política antinarcotráfico.

Esto incluye una acción militar-policial decisiva, mejorar los servicios de inteligencia, acciones de apoyo social y prevención, así como coordinar con el Congreso y las autoridades judiciales para endurecer las leyes antiterroristas y aplicarlas. Esto ser
ía lo serio y responsable para enfrentar un fenómeno nefasto pero ciertamente circunscrito a grupúsculos desbocados que deben ser identificados y sancionados, pero no con la pena de muerte.

Las cortinas de humo del gobierno no están funcionando. El intento de distraer la atención con la pena de muerte no parece haber hecho eco en un importante sector de la prensa. Se trata de «grupúsculos desbocados» no de un «rebrote». Lo que está rebrotando, que siempre estuvo ahí, es una lógica autoritaria y tramposa….

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