Por - Publicado el 15-11-2006

La demora en la elección del directorio del BCR ya es ridícula y reveladora de la falta de capacidad de consenso de parte del gobierno, y más aún del país. Ya se han barajado varios nombres, ya se ha debatido sobre la orientación de la institución. ¿Qué falta por debatir? Esta entrada y salida de nombres recuerda a la selección de Moisés Barack donde no había titulares ni suplentes. En todo esto la prensa ha jugado un importante papel. Cada diario según su tendencia política ha actuado como una «barra brava» de cuanto nombre haya saltado a la palestra. Leamos el Correo de hoy:

Chiquitas
‰ Cada candidato
Es cómico que el economista rojo Javier Iguiñiz sea postulado al directorio del BCR. Los memoriosos recordarán cómo éste sostenía durante los 80 que “la hiperinflación no era un fenómeno monetario”. Es decir, ni la más mínima idea del tema. Y puede acabar en el ente emisor. ¡Qué horror!

Por su parte, La República con Campodónico aboga por un BCR «plural»:

Cristal de mira
BCR: se rompió el equilibrio

El primer tema de la discusión acerca de los bancos centrales radica en que no estén subordinado al poder político de turno, es decir, que sean independientes. Una mala experiencia sobre la no-independencia fue el BCR del primer gobierno de Alan García, donde la política monetaria obedeció a la voluntad del gobernante. Y, lo que fue peor: dos de sus directores fueron a la cárcel por corrupción relacionada con malos manejos en la colocación de las reservas internacionales.

Pero lo contrario tampoco es cierto, es decir, que el BCR esté manejado únicamente por economistas con puros criterios «técnicos», «blindados» para resistir a toda influencia política. Aquí lo primero es que, si bien existen muchos consensos en materia de ciencia económica, no existe un solo criterio «técnico»: existen diversas escuelas económicas.

Del 2001 al 2006, hemos tenido un directorio del BCR con economistas supuestamente heterodoxos, como Oscar Dancourt, Daniel Schydlowski, Gonzalo García y Kurt Burneo, junto con directores ortodoxos. Los buenos resultados de su gestión en materia de inflación, el objetivo institucional, eximen de mayores comentarios. Demuestran que la mezcla es buena y que sí existen alternativas.

Se trata, entonces, de un BCR plural que garantice, primero, que se cumpla la meta de inflación. También que discuta cuánto eleva la tasa de interés para reducir la inflación sin que la economía caiga en recesión, también sobre la colocación de las reservas internacionales (RIN) y su diversificación (¿compramos euros?). ¿Cuál es el nivel adecuado de RIN: cubrir 10, 18 ó 24 meses de importaciones?…

A este desequilibrio de escuelas económicas se agregan los males endémicos de la política peruana: la repartija, el cuoteo y las vendettas: la UPP, en pleito con Humala, no apoyó a Félix Jiménez, del PNP, macroeconomista de la Católica, lo que hubiera equilibrado algo la predominancia liberal. Unidad Nacional decidió llevar a última hora a Beatriz Boza (abogada, no economista), que fue vetada por el APRA debido a que Lourdes Flores atacó a Alan García el día anterior. En esas estamos.

El comentario de Correo, camorrista, achorado, es un dardo contra las izquierdas. Es vivir en la negación que alguien de ese sector estará en el directorio del BCR. Es característico de este diario, que ha estado más al ataque que en la defensa, por ejemplo, de Beatriz Boza, persona capaz en su tema, a quien ningún medio ha defendido, ni los que podrían simpatizar con ella.

El comentario de Campodónico es curioso, pues por un lado resalta la politización de los economistas y sus escuelas, para finalmente hacer un listado de temas técnicos, aparentemente neutrales, como el tipo de interés, el nivel adecuado de reservas internacionales, etc., y que algo así como un congreso de escuelas económicas podría manejar mejor.

Da, además, una versión idealizada del directorio anterior, evadiendo temas de gran importancia, como que uno de los directores se convirtió en político-candidato, otros saltaron a la palestra mediática, varios se metieron en el tema mascota de luchar contra las AFPs, y que fundamentalmente, ninguno de ellos actuó de forma heterodoxa, como predicaron cuando eran profesores, políticos o periodistas, sino en forma ortodoxa. Entonces, ¿de qué «equilibrio de escuelas» nos está hablando? Pareciera ser que la tendencia política la marca la persona y no lo que la persona piense o haga. No es así. Si una persona actúa como monetarista, es monetarista; no importa que alguna vez fuera heterodoxo. El diretorio anterior, plural como fue, actuó en concordancia con la orientación general de la economía, marcada por PPK. No fueron los únicos. Tenemos también presencia de ex-heterodoxos en el diversos ministerios como en las reguladoras y entidades públicas. Todos ellos/as operando bajo una orientación que suelen calificar de neoliberal y con la que, de palabra, no coinciden. En fin…

No por último, La República apoya, y fuertemente, a García. ¿»Diversificación» en el BCR para que sea García quien salga ganando? ¿Para tener un director figurativo que no dirija? No, pues.

Carlos Adrianzén no se ha quedado atrás:

¿Demasiados técnicos?
A diferencia del insulso vocablo ‘neoliberal’ -acuñado por los socialistas para referirse a gobernantes populistas que usan discursos liberales-, la diferencia entre un ‘técnico’ y alguien ‘políticamente sensible’ es clara. Un técnico sabe decir no. Comprende que gran parte de los políticos desconoce qué es el PBI y no intuye siquiera las causas básicas de nuestro atraso, corrupción y pobreza. Un profesional educado, sea liberal o intervensionista (léase: un técnico), sabe que se gobierna para todos y para el largo plazo. Los otros -los sensibles- sí que saben decir sí veloz, convincente y oportunamente. Lo que no saben, lo aparentan o lo inventan. De verbo popular, rápidamente enriquecen. Lógicamente, resultan los preferidos de los gobernantes de turno. Dicen que entre los candidatos al BCR habría ya demasiados técnicos neoliberales. Que se requieren personajes «sensibles». Aquí algo se cae de maduro: ¿Qué quieren hacer desde el BCR?

Buena pregunta. ¿Se trata de seguir con la política monetaria anterior? ¿Seguir haciéndole el pare a las AFPs? ¿Una política monetaria «con rostro humano»? ¿Deliberar un poco más sobre lo que intente hacer Julio Velarde? ¿Tal vez incluso oponerse radicalmente? O por el contrario, ¿aprobar lo que Velarde proponga, que lo importante es estar ahí?

Ya he dicho mi opinión: lo más importante no es tener un contrapeso a Velarde dentro del BCR, sino tener un contrapeso a García desde el BCR.

El tema importa y mucho, como que todavía no hay desenlace a la vista…A los ministros de economía los pueden cambiar, como que cambiará prontito nomás, acabándose el pantallazo inicial, pero a los directores de la banca central, no. Se quedarán con ellos a lo largo de toda la administración, les guste desp
ués o no. Es muy peligroso llevar agua al molino de García con una supuesta diversificación para la que, además, no se suele dar justificación creíble alguna.

Actualización: El Comercio también nos dice algo:

BCR tendrá que esperar una semana más
La decisión de la junta de portavoces de cancelar la sesión plenaria de esta semana, debido a las elecciones municipales, implicará que el directorio del Banco Central de Reserva (BCR) se mantenga incompleto, como mínimo, una semana más.

Los problemas surgidos por el veto a la candidatura de Beatriz Boza han permitido que vuelvan a aparecer los nombres de Juan Incháustegui (quien reemplazaría a Boza), Juan Candela, Carlos Neuhaus y Félix Jiménez entre los postulantes. A ellos se suman los precalificados Abel Salinas y Alfonso López Chau.

NO HABRÁ CAMBIO
Precisamente sobre el último de los mencionados, fuentes del Partido Nacionalista Peruano (PNP) indicaron que podría ser reemplazado por otra persona. Sin embargo, en la Comisión de Economía precisaron que solo podían ser postuladas las personalidades ya propuestas ante este grupo de trabajo.
Al respecto, el economista Jürgen Schuldt, mencionado como una de las alternativas que estudia el PNP para ser invitado a postular, aseguró que no había sido consultado sobre esta posibilidad y que, en caso de que le fuera propuesto el encargo, tampoco lo aceptaría.

Se posterga una semana como mínimo. Además, sguen surgiendo más nombres. A Juan Incháustegui ya lo mencionamos en este blog. Ahora surge Jürgen Schuldt. Es llamativo que ningún grupo político tenga candidatos/as mínimamente establecidos y que cambien tanto…

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