Por - Publicado el 31-10-2006

En diversas conversaciones con estudiantes de economía de la Universidad Católica, mi alma mater en el Perú, a veces me manifiestan su inquietud por seguir estudios de doctorado en el extranjero. Aquí les doy algunos breves comentarios, que tal vez puedan servir para estudiantes de otras casas de estudios tanto en el Perú como en otros países, aunque entre los lugares donde he estado es en el Perú donde percibo mucho más de desconocimiento sobre de qué se va la cosa.

  1. Fuera de juego.- La economía se ha tecnificado. Un estudiante que no domina la formalización, las matemáticas, está out. Programación dinámica, teoría de juegos, teoría asintótica, y otras áreas son prerequisitos ineludibles. En muchos casos, los estudiantes no tienen ni una idea básica de estas u otras áreas, en buena cuenta porque sus profesores tampoco la tienen. Con conocimientos desactualizados no se llega muy lejos.
    Peor aún, los profesores en muchos casos se entusiasman y están más preocupados en difundir los razonamientos de su propia cosecha que en formar conocimientos básicos, generales, transferibles. En la comunidad académica mundial si alguien cree que las teorías y métodos generalmente aceptados no sirven, pues escribe algo en una revista académica y trata de proponer alternativas. En nuestro medio, algo que algunos académicos hacen, en vez de difundir sus planteamientos en conferencias o publicarlos en revistas, es directamente enseñarlos a sus estudiantes (aun a costa de la enseñanza básica), quienes no están en las mejores condiciones para refutar lo que diga un profesor. Por el contrario, están felices con lo que reciben y veneran acaso religiosamente a su héroe/heroina local. Posiblemente después venga la bajada… (En el caso de la PUC, pues hay dos duelos: uno es cuando se llega finalmente a sociales y no, no es lo que se pensaba, otro es cuando se acaba sociales y se siente un déficit de conocimientos, se haga lo que se haga después).
    En este tema, una explicación común radica en los bajos sueldos de los profesores (imaginémonos cómo de grave es el tema en las universidades públicas). Es definitivamente un factor, pues los profesores tendrán como incentivo salir de la academia y entrar a la política, la administración pública, al flujo y reflujo de las consultorías. Es difícil mantenerse en forma con los avances en la academia si se está al vaivén de estas actividades. Los estudiantes sufrirán las consecuencias, aunque posiblemente vean como lo más positivo del mundo que sus profesores les cuenten cómo es el mundo de la política económica.
    Y ya puestos a entrar al juego político, igual éste se convierte en la verdadera prioridad. La economía acaba así por ser esclava de la política. Claro, cada persona tiene sus opciones preferenciales. El tema es que a veces se llega a extremos como el de juzgar algo por su color político antes que por su coherencia lógica. Esto incluye rechazar los avances y las diversas teorías que se han venido desarrollando en las últimas décadas, la formalización, como algo innecesario y hasta pernicioso. Este rechazo, lamentablemente, lo comparten algunas izquierdas y algunas derechas, con su variante «esas teorías no sirven para el Perú» [o cualquier otro país]. Disculpas supuestamente metodológicas que en realidad son políticas e ideológicas. Los académicos acaban por ser lor primeros anti-académicos. Obviamente, un estudiante malorientado no llega a desarrollarse a plenitud de su potencial.
  2. Disparo al arco.- Por alguna razón un estudiante puede querer salir a complementar su capacitación en economía a través de estudios de postgrado. Las motivaciones son diversas, pero una de las más comunes es querer pasar de ser asistente a ser investigador o profesor, el siguiente escalón local. Dado que las becas para estudiar fuera son casi todas de fuente extranjera, existe la creencia, comúnmente aceptada, que la frase correcta en un statement es «quiero volver a mi país a contribuir a su desarrollo». Esto es lo que quieren leer las fundaciones, pero no las universidades, que buscan excelencia académica.
    En realidad, hay una pluralidad de caminos y todos son válidos. Un/a estudiante capaz y competitivo/a tiene todo el camino por delante para rendir y dar lo mejor de sí, con ambición y ganas de hacer las cosas bien. Hay una demanda internacional de talento en bruto que necesita ser pulido. Cuestión de ambición.
  3. Demasiado calentamiento para jugar tan poco.- A veces a los estudiantes se les inculca la creencia de que para ir a estudiar un doctorado tienen que tener experiencia de asistente de investigación o jefe de práctica, por al menos dos años. Tendrían que escribir un libro, un capítulo de libro, o al menos un par de documentos de trabajo. Nada más falso.
    Los profesores en EEUU suelen poner en su puerta el material que no ya no usan (ediciones pasadas de libros, papers, etc) con un letrero que dice «Please take». Así alguien se lleva el libro o paper. Pues ahí es donde van los trabajos de algunos postulantes latinoamericanos. Me ha tocado verlo. No hay mucho aprecio por esos trabajos, pues si alguien quiere ser admitido para estudiar es que no sabe. Si ya sabe, pues no postula.
    Y los que ya supuestamente saben suelen ser los estudiantes más problemáticos: no digieren el material que se les enseña ni aguantan sentarse otra vez a dar sus prácticas calificadas y exámenes. En el caso de algunos países vecinos, estos posibles estudiantes de doctorado ya son profesores o jefes de divisiones en ministerios. Después de pasar por esas responsabilidades ya no atracan así nomás que los pongan de estudiantes de a pie, luchando por pasar al año siguiente.
    Por eso, lo mejor es que los estudiantes no pierdan su tiempo de asistentes, sino que salgan cuanto antes. No negaré que el esta experiencia es útil, sólo que su valor viene después, cuando el estudiante de doctorado tiene que plantear su tesis. Por lo demás, empalmar directamente el fin de estudios de pregrado con postgrado es lo mejor. Claro que para esto hay que verla de antes, y son pocos los estudiantes que la ven o que han sido orientados para verla (algunos profesores tienen un conflicto de intereses en este tema, pues tratan de retener a sus asistentes con lo que los friegan). El bicho les pica algo tarde (si les pica, pues algunos igual se acostumbran a ser pongos académicos) y comienzan la carrera con un gran retardo.
    Esto se vincula con el primer punto. Hoy en día la competencia es mundial. Hay menos margen para vivir en un microclima intelectual sin exposición a los que pasa en el mundo. Hay que ponerse las pilas. Los/las más jóvenes tienen un camino muy promisorio por delante. Toca alentarlos/as

Bueno, seguramente se me quedan algunas cosas en el tintero. Por ahora ahí queda.

Actualización: Tengo este alcance:

Ademas de las explicaciones que usted daba a esta situacion (los sueldos, la politica y las consultorias), creo que tambien estaria el del mecanismo de ascenso de profesores contratados a auxiliares y principales. No se da mucho espacio a profesores jovenes que regresan de estudios de postgrado (que justamente podrian traer la tecnificacion a la que hacia mencion en el primer punto) y lo que es peor aun, no se da espacio a profesores que porian decir algo diferente a lo que dicen algunos profesores principales ( i.e. La choteada que le dio X como [cargo administrativo] a Y cuando este quiso enseñar en la Facultad, por ser «duro»). O sea lo que es peor, no solo no hay renovacion, sino que tampoco hay debate.

Pues sí, hay más elementos. En
todas partes se cuecen habas.

Actualización 2: En estos precisos momentos se viene llevando a cabo la conferencia anual de LACEA y LAMES. Acabo de estar en una plenaria donde Laurence J. Lotlikoff ha presentado:

«Pension Reform – the Triumph of Form over Substance?» presented at the Latin American Meeting of the Econometrica Society and the Annual Meeting of the Latin American and Caribbean Economic Association, November 2, 2006.

No va tanto con el tema del post, pero igual quisiera recomendarlo a los esdiantes de economía y colegas en general.

Este evento ha coincidido con el 60 aniversario del ITAM. Ayer hubo dos exposiciones de dos premios Nobel de economía, Gary Becker y Robert Lucas Jr. (quien presentó una brillante exposición sobre la economía de David Ricardo y Karl Marx). Estos colegas fueron presentados por dos de sus estudiantes mexicanos, hoy prominentes profesores en universidades de prestigio. Viene a cuento de lo dicho en el post. Uno de ellos agradeció a sus maestros mexicanos por «teaching us that an academic career was within our reach»…

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