Por - Publicado el 14-10-2006

Lo cuenta El Comercio

El Congreso no puede arriesgar estabilidad y autonomía del BCR

Hay que llamar la atención sobre las contramarchas del Congreso para nombrar a sus tres representantes ante el Banco Central de Reserva, proceso que se habría visto perturbado por las presiones de un sector del Apra y de otro humalista para imponer a sus candidatos. Ello no solo contraría el consenso previo con Unidad Nacional, sino que es sumamente riesgoso, por la tendencia heterodoxa de los candidatos cuyo nombramiento se pretende forzar.

Lo que ocurre es que parece ser que Neustadt queda fuera y entra en su lugar Candela, al parecer de tendencia aprista, de experiencia en el Banco de la Nación y en el gobierno de Fujimori…Esta semana se resolvería la incertidumbre sobre el tema.

Las marchas y contramarchas al respecto llevan ya mucho tiempo, pero El Comercio sólo reacciona ante ello, criticando que se convierta al banco central en un minicongreso, ahora que la cuota de Unidad Nacional queda fuera. Incluso si el congreso hubiera incluído a Unidad Nacional en el reparto de directores, el procedimiento habría sido criticable. Lo hemos venido diciendo en este pequeño espacio.

Definitivamente, que entren Salinas o Rivas Dávila, López Chau y Candela no son buenas noticias. A pesar de lo extemporáneo del editorial de El Comercio, no le falta nada de razón. Con ello Julio Velarde no tendría la mayoría que reclamaba, sino el partido del gobierno en curiosa alianza con los humalistas, representados por un teórico del «haya-mariateguismo».

Ken Rogoff argumentaría que los agentes, incluso si son de tendecias de izquierdas, están mejor con un banco central conservador. El gobierno está haciendo las cosas al revés: en el ministerio de economía tiene a un «duro» como Carranza (aunque ya hemos comentado que el león no es tan fiero como lo pintan) y en el banco central estaría por consumar tres nombramientos politizados y variopintos. Una pésima señal hacia adentro y hacia afuera…

No son las únicas contramarchas:

Gobierno posterga ‘shock’ descentralizador
Por segunda vez en menos de una semana, el jefe del Estado, Alan García Pérez, canceló sin explicación alguna el lanzamiento del tantas veces anunciado ‘shock’ descentralizador, que comprende un conjunto de iniciativas para relanzar el proceso de regionalización.

Hay que advertir que en la última reunión del Consejo de Ministros –al que tuvo acceso la prensa por unos minutos–, se trató el tema y fue notoria la controversia entre los ministros de Agricultura, Juan José Salazar García, y el de Economía, Luis Carranza. Este fue tildado de centralista.

Este pique entre Agricultura y Economía lleva ya algún tiempo. Para ser un debate interno tiene un perfil no alto, sino altísimo.

En mi opinión, hay muchos anuncios en forma de shock (así les llaman), y hay cosas que no pueden darse así, como la descentralización. Es un proceso. Se hace mal al crear expectativas de cambios bruscos, pues a eso es a lo que se refieren, que resuelvan lo que no se ha resuelto en casi dos siglos de vida republicana. Así es como se incuban las frustraciones.

El común denominador de todo esto es la inoperancia del gobierno de García. Pasadas la cortinas de humo, se tiene que enfrentar al reto de sacar adelante al país, de crear riqueza en forma más equitativa. Es ahí donde están los cuellos de botella. Toca ver si García no cae en la desesperación como le ocurrió hace veinte años. Es una persona de virajes fuertes (luna de miel con los empresarios-estatización de la banca, populismo radical-prudencia económica). No suena a que su ciclo de virajes haya llegado a su fin. Como me comenta mi colega Giovanna Aguilar, como adicto sin su chute, debe estar cansándose de tanta abstinencia y le deben estar entrando ganas de recaer, de volver a lo mismo de siempre. Esperemos que pase la prueba de fuego. No tanto por él, sino por todos.

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