Por - Publicado el 17-08-2006

Leo en La República:

Sobreganancias mineras: ¿te queremos dar tanto? Humberto Campodónico

Es importante tener en cuenta que las sobreganancias vienen del alza de los precios de los minerales, es decir, son fenómenos exógenos donde nada tienen que ver las empresas. Por eso, pero sobre todo porque los recursos mineros son de la Nación, es justo que una parte de la sobreganancia beneficie a todos los peruanos, mejorando la recaudación para invertir en salud, educación, seguridad ciudadana, infraestructura y diversos programas del gobierno, como el Plan Sierra.

Aquí no tienen nada que ver, repetimos, nada que ver, los problemas del Estado para mejorar su capacidad de inversión. Eso es mezclar papas con camotes. Las empresas tienen que aportar más porque tienen sobreganancias con recursos de la Nación. Punto.

En esto coincide con Felix Jiménez, también entrevistado por La República: Félix Jiménez: «Mineras no deben dar dádivas, sino cumplir con una obligación».

Un par de temas:

  • ¿Por qué se debe cobrar más impuestos por ganancias extraordinarias? ¿Quién da una explicación económica al asunto? Es una actividad privada, ellos pagan sus impuestos en las buenas y en las malas. No se les cobra una tasa menor por estar de malas, ni se les cobra una mayor por estar de buenas. Los impuestos deben ser progresivos, pero no deben ser discrecionales y oportunistas.
  • Parece ser que la única forma de que se beneficien todos los peruanos es a través del estado, no a través de la actividad privada. Si hay ganancias extraordinarias, a lo que se debe apuntar es a la reinversión de las mismas, pero esto se da a través de mecanismos de mercado. Si no hay mercado, es que la inversión no es rentable. De lo que se trata es de promover la inversión en otros sectores y zonas del país, y mejor aún, eliminar las trabas que obstaculizan la actividad económica, mejorar la intermediación financiera o las restricciones legales. En una palabra crear y completar mercados.
  • El anuncio de García sobre «contribuciones voluntarias» so riesgo de perder todo es un contrasentido. Así no funciona un país, pues. Toca leerlo entre líneas. Es una amenaza, no ante demandas sociales, sino hecha por García en su muy peculiar estilo. Si el joven García era «les di ganancias-no invirtieron-los estatizo»; el viejo García es «tienen ganancias-no contribuyeron-los castigo».
  • Supongamos que el estado clave impuestos a las ganancias extraordinarias, ¿en qué los gastaría? Si leemos el plan de gobierno de Ollanta Humala o los articulos de Humberto Campodónico, lo que encontramos es una preocupación muy clara por temas geopolíticos, como la paridad militar con nuestro vecino del sur. Lo más probable es que según estos esquemas los más pobres no vean un cobre de todo estos impuestos, sino que tales recaudaciones vayan derechito a la compra de armamento…¿Es eso lo que conviene a todos los peruanos?
  • En todo esto noto un gran falta de lógica económica, completamente desplazada por razonamientos de tipo chauvinista, geopolítico o meros sentimientos revanchistas. Igual sus autores podrían explicarlo algo mejor, pero no es usual que lo hagan. Al respecto recomiendo leer Riesgos de la relación bilateral con Chile por: Alan Fairlie Reinoso y las respuestas o cuestionamientos aparecidos en Macroperú, por Luis Destefano (vía Oscar Blancoy por Diego Isasi de COMEX. Interesante contraposición de puntos de vista. Actualización: Hoy Alan Fairlie da una entrevista en La República: Alan Fairlie: «Con Chile hay inequidad»

Actualización: Otro caso de carencia de lógica económica es apreciable en este bloque de artículos de Humberto Campodónico (HC), muy bien coleccionados en la página web del Partido Nacionalista Peruano (PNP), de Ollanta Humala. Obviamente, esto no implica que HC se identifique con las ideas del PNP, pero sí implica que el PNP se identifica con algunas ideas de HC. En el bloque Reformas Estructurales y Política Económica tenemos lo siguiente:

¿LO ESTRATEGICO ES UNA ESTUPIDEZ? (26 de Marzo de 2006)

Se afirma que “todo lo estratégico es una estupidez”, tratando de desprestigiar así las propuestas sobre el nuevo rol que deben cumplir el Estado y las empresas públicas. Con la globalización, dicen, ya no habría, de un lado, intereses estratégicos de los Estados pues ahora primaría la interdependencia económica y, de otro, las empresas públicas serían obsoletas, motivo por el cual debe mantenerse la subsidiariedad del Estado de la Constitución de 1993.

¿Cuál es el argumento de fondo al que recurre el autor para defender la importancia de «lo estratégico»? Ejemplos de otros países:

También en EEUU la actividad portuaria es estratégica, reservando todo el cabotaje doméstico para sus empresas. Recientemente, Francia y España han prohibido la compra de sus empresas energéticas por capitales italianos y alemanes, pues se necesitan empresas nacionales “campeonas” en ese sector estratégico.

En América Latina, para Brasil es estratégica la industria aeronáutica y de computación, otorgándoles apoyo estatal. En Chile, es estratégico el megapuerto de Mejillones (la salida al Asia), contribuyendo el gobierno con US$ 20 millones a su financiamiento.

En Chile, que importa el 90% del petróleo que consume, el gobierno le encargó a ENAP buscar petróleo en el extranjero. Hoy esta empresa produce 25,000 barriles diarios en Ecuador y Yemen. La estatal chilena CODELCO, la primera empresa cuprífera del mundo provee estabilidad macroeconómica: en el 2004 tuvo ventas por US$ 8,400 millones(de los cuales el 10% va a las FFAA) y generó ingresos tributarios por US$ 3,000 millones.

Como EEUU, Francia, España, Brasil, Chile, etc. lo hacen, pues no puede ser una estupidez. Esta forma de argumentar no es la que debe primar en un debate. Aquí no hay lógica económica alguna. De hecho, no hay ningún tipo de lógica. Es un pensamiento falaz. Como otros lo hacen, pues aquí también se debe hacer….

Hablemos brevemente de las razones para la intervención pública. En economía hay intervención pública en casos de externalidades, bienes públicos, regulación en el caso de monopolios naturales. La idea básica de la interve
nción no es que el estado desplace la actividad competitiva de los agentes privados, sino por el contrario, que garantice la competencia. No se trata de crear un monopolio más, sino que el estado utilice su poder para defender la libre competencia entre los agentes económicos. Es paradójico, pero es así, y lo repito: es función del estado garantizar la libre competencia. La palabra «estratégico» (para nada definida por HC en su artículo), ¿qué quiere decir? Pareciera ser que antes que cualquier control de algún recurso crucial en una cadena productiva, se trata de un tema de seguridad nacional. ¿Por qué el estado debe controlar un recurso «estratégico» como la energía?

La historia de este tipo de razonamiento parece estar vinculada con las privatizaciones y compra de empresas antes estatales por capitales extranjeros, en particular de países como Chile, con el cual tenemos sentimientos de desconfianza. No sea que una vez que controlen económicamente nuestro salitre, ya no podamos ponerles impuestos y si lo hacemos invadan Lima. Esto tiene algo más de sentido que sólo dar ejemplos de otros países, sólo que se trata de un razonamiento geopolítico, que es lo que está primando últimamente en ciertas personas, incluso economistas o quienes fungen de serlo. A partir de este razonamiento se justifica la intervención estatal y, curiosamente, esta justificación se hace en nombre de los más pobres, cosa que no es para nada cierta. Se está utilizando a los más pobres para justificar otra cosa….. Y si el tema es geopolítico, tendremos que ponernos a pensar qué tipo de relación queremos con nuestro vecino: ¿Cómo ganamos y perdemos más? ¿Con una política de cooperación o con una política de confrontación? ¿Conviene al país distraer recursos que pueden ser empleados en el crecimiento económico en una carrera armamentista?

Actualización 2: Leo a Jürgen Schuldt ¿Aportes extraordinarios por ganancias extraordinarias?:

Obviamente los empresarios y sus abogados argumentarán que debe haber simetría en este asunto. Es decir que, cuando bajen los precios y las empresas comiencen a ganar menos que la tasa ‘normal’ de ganancia (o, incluso, si tienen pérdidas), debería otorgárseles subsidios o exoneraciones o créditos tributarios. Argumento que, sin embargo, no tiene base económica seria, ya que se trata de una rama económica que explota recursos naturales no renovables, parte de nuestro valioso y escaso capital natural. En cuyo caso, si los precios bajan tanto, aunque suene absurdo, debería dejar de explotarse la materia prima o se la debe almacenar, como reconoció en su momento el propio FMI cuando estableció la denominada ‘facilidad de existencias reguladoras’, por medio de la cual otorgaba préstamos para que los países pudieran guardar sus metales para tiempos mejores (y para que no bajen aún más los precios). Por lo demás, tratándose de un activo no renovable sería absurdo exportarlo a precio-huevo, más aún cuando nuestros nietos y tataranietos aún no han nacido o no tienen poder de voto en el mercado; esa clásica ‘falla de mercado’ que habría que tener en cuenta para que ellos puedan gozar de una riqueza natural tan preciada en el futuro. Pero tampoco se trata de matar a la gallina de los huevos de oro. Se tienen que mantener los incentivos adecuados para la minería, pero equilibrándolos con la necesidad de salvaguardar nuestros recursos no renovables para las futuras generaciones.

Me pregunto si cuando los precios estaban bajos almacenábamos mineral, si como se trata de un recurso no renovable podríamos darnos el lujo de no exportar si los precios están bajos. Supongo que la actividad minera tendrá su función de oferta, ¿no? Ante eso, ¿por qué poner el tema como algo normativo? Se debe o no se debe exportar. Se debe o no se debe vender…No. Al caer los precios los agentes económicos harán sus cálculos (que bien que los deben tener ya hechos) y decidirán su reacción ante tal movimiento.

En cualquier caso, eso no justifica la lógica de a precios altos, aumento de impuestos; a precios bajos, almacenamiento de mineral. Por favor.

Tampoco es una «falla de mercado» como si ahora nos fuéramos a hacer ricos y gastar los recursos mineros en consumo suntuario y a los peruanos que vienen les vayamos a dejar minas abandonadas. Una vez más el tema es el de la reinversión de las ganancias mineras en actividades rentables. Las nuevas generaciones necesitan mejores condiciones que es de lo que se trata de dejarles….

Hay otros temas de fondo de los que se habla mucho menos: corrupción, infiltración de las instituciones públicas por representantes de intereses privados, favoritismo, contratos hechos con nombre propio, falta de transparencia, etc., etc. Si ese es el problema, lo que hay que hacer es atacarlo directamente. Son casos de prácticas que Hernando de Soto llamaría mercantilistas, otros llamaríamos prebendarias. Hay muchos nombres, para este fenónemo. Habrá tiempo de abordarlo en otro post…

Actualización: Gracias por el enlace Blogging the Week in Peru a Juan Arellano (también aqui).

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